miércoles, 22 de abril de 2020

Perdiendo fuelle

El otro día
me pillaron
los aplausos
en la calle
(estaba sacando
a mi perra,
lo digo por 
los francotiradores
de las ventanas)
y me di cuenta
que el espectáculo
de las 20.00
no era para tanto.
En realidad
es algo más ruidoso
que auténtico,
ya que eran
mínimas
las ventanas
que estaban 
ocupadas 
por personas.

No podemos
justificarlo
en que el
confinamiento
no has hecho perder fuelle,
más bien,
pienso,
en que una vez más,
nos acogimos colectivamente
a una moda,
y como toda moda,
resultan pasajeras.
La moda de aplaudir
a unas sanitarias
que siempre
nos han importado
una mierda.
Qué fachada.
Sigue habiendo
trapos sucios
bicolor
colgados de los balcones;
eso sí,
le han añadido
un lazo negro
por el duelo
de las personas fallecidas.
Iros a la mierda
hipócritas,
no hacéis más
que poner por Facebook
lazos rosas
para contarle
al mundo
cómo lucháis
contra el cáncer
¡payasos!
que no engañáis
a nadie más
que al que 
pide a gritos
ser engañado.

Efectivamente,
lo más importante
para el ejército
de poderosos y 
sus secuaces
es poner banderas
a media asta
y el minuto 
de silencio a las 12.00
del medio día.
Sin embargo,
gran parte
de un gobierno
decente,
que actúa,
con sus errores
y sus aciertos,
pero que actúa
por y para la gente,
es un gobierno
de comunistas
con cuernos
y rabo entre
las piernas.

Cuando todo esto acabe
saldremos a los balcones
a sacudir las migas,
el polvo
y nuestra miseria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario