del que muchos hablaban,
pero que nadie imaginó
excepto un testigo
cuando alcé
la vista alegre.
El secreto del chileno
consecuente,
el de las palabras
insurgentes.
Los cinco besos
que me marcan el día,
los cinco,
con los que lo termino.
Maestra de vida
levántate
y mira
de quien te rodeas
el día en el que naces
por trigésima vez.
No están todos los que son
ni somos todos los que estamos.
Noche sorpresa,
detalles
y matices del cambio
construyendo humildes
el cumplimiento de los sueños.
¡Que nunca nadie duerma solo!
Porque me lo he pasado
muy bien estos años
que nos han traído aquí,
pero sobretodo
porque pienso
en reventar a la vida
a besos,
de abrazos,
con palabras valientes,
si es contigo.
Porque nos da la gana
danzamos libres, en flor,
con café recién hecho
y miradas revolucionarias.
Cargas amable
con el peso de dos familias,
y una tercera,
por formar.
También con el de
La Kuadrilla,
fiel, sabia y consejera
de los días eternos
¡Nunca falla!
Y es que te llaman
dignidad,
pero también
se refieren a ti
como democracia,
y los más atrevidos,
te dicen ideología,
pero a mi,
lo que más
me conmueve
es cuando
te señalan
como inspiración.
Fuiste tú
quien enseñaste
a las generaciones antiguas
cómo se escribe
la historia
para que deje de doler
y se convierta
en la más épica
de las habidas
y por haber.
Este,
y no otro,
es el motivo
por el que nos reunimos
hoy en Asamblea:
para recitarte,
para recordarte,
para contarte
como un día dijo Neruda:
Y desde entonces soy
porque tú eres;
y desde entonces eres,
soy y somos;
y por amor seré,
serás, seremos.
Con estos acordes
de una guitarra
incendiaria,
te pregunto....
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