Pasan los días
y se me olvidan
las formas de los parques.
Ahí fuera solo
crece la hierba
y ya nadie da
al botón
de "Pulse peatón".
Las aceras están
llenas de pinzas
que no han soportado
la situación
lanzándose al vacío
como mejor opción.
Los días pasan
y l@s niñ@s crecen
mientras l@s adult@s decrecen;
ell@s le mantienen el pulso
al estado de alarma
mientras el adulto
busca excusas
porque siempre tiene
que haberlas.
Esta quietud
de museo de cera
me acongoja
y pasan los días
y no acabo
de acostumbrarme.
Las licencias en casa
respecto a l@s niñ@s
están a la orden del día:
casa-selva
donde el mobiliario
cambia de uso
y significado.
Pasan los días
y no veo mejor oportunidad
para hacer de
"hacer el amor"
una rutina salvable
pese a todas
las que no hemos
conseguido mantener.
Pasan los días sin fútbol
y no nos pasa nada,
había que llegar
a esta situación
para darse cuenta.
También sin conciertos,
procesiones y demás eventos
a los que estábamos
suscritos
dando un golpe en la mesa
de que verdaderamente
importaba.
Pasan los días
y brotan las pasiones,
las tensiones,
los rencores,
los perdones.
Pasan los días
y no encuentro
mejor redención
que esta.
Pasan los días
y las cosas cambian
ahí afuera
y cambian también
aquí adentro;
son noticias
que no veremos en la tele
pero que nos cambiarán
para siempre de manera
irremediable.
Pasan los días
y no preparamos
para cuando los días
vuelvan a pasar
de la otra manera
a la que estábamos
acostumbradas,
solo espero
que hayamos aprendido
la lección.
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