por quien de llama Gala,
que se lo digan
a la experta en infancia.
Además tengo dos amigas
que la contienen
en su apellido,
junto a sus dos cachorras
y sus dos cachorros
respectivamente.
Galanes con galones.
Tiene el pelito negro
como lo tenía su hermano
y unos ojos enigmáticos.
No sabemos el color,
pero ojalá sean
los de su abuela.
Los abre con delicadeza
como se pasan
las páginas de un cuento,
con el tacto suficiente
como para sentir
la importancia del acto.
Y busca no sabemos qué;
lo que sí sabemos
es que sus cinco sentidos
trabajan incansables
por conocer a quienes
le rodeamos
aunque todavía
no sepa que existe.
Su piel,
tan fértil como
la de un campo
bien tratado,
se deja tocar sensible
con la fuerza de las yemas
de nuestros deseos.
Porque la deseamos y mucho.
Su vello bello
repartido
por tofo su mapa
se eriza
cuando su madre se acerca,
se acopla sin huecos
a la pureza de los acontecimientos.
Hasta sus laceraciones
van y vienen
como la marea
que se busca en verano.
Esas partes
de las superficies
de color rojizo
como el banco
en el que te sientas
a tomar el sol
en invierno.
Arrugados todos sus dedos
en homenaje
a l@s que son muy mayores.
La analogía de nacer y morir
con similitudes incontestables.
Los mueve como
quién toca un arpa
en un espectáculo
de luces y aguas.
De su más adentro
salen sonidos de
No a la guerra,
vírgenes
como el lugar
más inhóspito
por conocer.
Se comunica en danza
y revoluciona
todo el espacio que ocupa,
porque su materia
es tiempo y peso,
tiempo para descubrirla,
el peso del regazo en el refugio.
Una vulva volcán
y unos pliegues oceánicos
tan profundos
como la fosa de las Marianas.
Sabe a leche materna
y huele a polvo de estrellas
por eso de venir
desde otro planeta.
Tiene un culo
como para hacerse
un sándwich
para merendar
al salir del cole,
porque eso quiere decir
que te han recogido
quiénes te tienen que recoger,
justo con l@s que tienes que estar.
Por eso tiene un regusto
a Victoria y Campoamor,
a Kent y Clara,
a Gala social,
publica y comunitaria.
Lo decía por segunda vez
mi camiseta:
Nacida Para Vencer.
Porque sí,
esto va de victorias y de derrotas.
La enfermera nos decía que no.
Pero ella estaba inundada
de conformismo, mediocridad
y blanqueamiento.
Nosotras no señora.
Nosotras hemos venido
a este mundo
para marcar la diferencia,
para hacer camino
con las poetas
y para cambiar
lo que nos parece
que debe ser cambiado.
Así que sí señora.
Nacimos para vencer
no para ser vencidas.
Qué decir de ese
angioma en el ojo izquierdo
como si fuera
un parche pirata
para abordar
a las piratas actitudes.
Con catalejo para mirar
bien lejos,
garfio para defenderse
de las agresiones
y pata de palo
para ser resilientes.
Todo eso llevas acumulado
en cinco días.
Un cumpleaños
compartido de por vida
en el que siempre
daré un paso atrás,
y un hermano mayor chuli,
gigante, referente, competente,
hasta los dientes y de frente.
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