lunes, 21 de febrero de 2022

Saliendo de cuentas

Saliendo de cuentas
en 3, 2, 1...

La misión a Marte
de la madre con su hija,
con una barriga
más grande que el casco
y una piel de rinoceronte
para que los restos
de asteroide
no hagan daño
tras el impacto.

Arreando que es gerundio,
porque el infinitivo
siempre me sonó
más mecánico.
Saliendo de cuentas
es como aquel día
en el Albatros;
o como aquel
en la cuesta de La Antigua
por tu trigésimo cumpleaños;
o como aquel
en la finca de Las Abuelas
en un 3 de marzo.

Llevamos saliendo de cuentas
toda la vida,
día arriba día abajo.
Otro lunes para la historia
donde me iré al trabajo
como una mariposa,
volando.
Y cuando vuelva
seré loba,
con mis fauces
lamiendo a l@s cachorr@s.
Jugaremos al escondite,
al pilla pilla
y a seguir transformando
un salón que requiere espacio.

Tranquila guerrera,
todavía hay tiempo,
el homenaje te está esperando,
"el de morir en tus brazos".
Las expectativas desatadas
de un parto-cosmos
"Clavel y rosa clavadas".
- ¡Hola cariiiiiiii!
gritaba tu hermano
entre risas y juego
para dormir la siesta
el pasado fin de semana.
Te estaba llamando.
Te estamos llamando.
Te susurramos al oído
vocales abiertas.

Suenan los tambores
de fondo
por la cuesta del pueblo.
La gente en las puertas
latiendo deprisa
con fuerza pagana
esperando su himno
que alberga una familia
sin comas
recogida en ovillo
para guardarte la luna,
la niebla, la lluvia
y un cachito de sol
para cuando quieras
abrir los ojos.

Sólo me queda un texto
en la recámara
si quieres seguir
estando dentro.
Se me acaba la munición.
Ojalá el próximo
lo escriba contigo
en brazos,
de madrugada
y a solas.

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