miércoles, 1 de diciembre de 2021

Sugerencias, ruegos, súplicas y réplicas

Pues ya es diciembre
otra vez,
un mes amable
con tintes hipócritas.
Si vienes,
compartirás mes
y matices
y deslices
y compases.

El mes de los ruegos
y las súplicas,
sin ápice de culpa
ni rastro de rezos.
Cuando ha de nacer
el innombrable,
el que todos conocen.
Pero no,
no me refiero a ese;
me refiero al nacimiento
del hijo anónimo,
del nieto cosecha,
del futuro hermano.
Ya elegirás
tus referentes,
mi camino está bien claro.

Te sugerimos
a través de las capas,
proyectando la voz lejana,
que te mantengas
amniótica,
que el espectáculo
de luces
lo llevas por dentro,
enchufada a tu madre,
suministrando a tu padre.

El terror de salir de casa
no es mayor que
el de quedarse
en reposo absoluto.
El términos absolutos,
es un concepto
que se equivoca,
es una palabra
a la que le faltan recursos.
Por eso me asusto
y te atuso
a que tú mejor que nadie,
a que nadie mejor que tú.
Porque no ha sido
tu irresponsabilidad,
ha sido la exigencia
de la adaptación al medio.
A ti te dicen,
a ti te mandan
y tú la llevas.
Lo llevas como puedes.

Diciembre nos aguarda
mientras respiramos
aliviadas cada día que pasa
con el estómago encogido.
Un entramado de cosas
que tienen que ser atendidas
para no descuidar
el ambiente.
Ya veremos el coste,
porque los habrá,
pero mientras no sea la muerte,
mi muerte,
no hay cosa que
no se pueda hacer.

Tus réplicas
en la escala uterina,
son los primeros cuestionamientos
que te haces,
tú pensamiento crítico
en funcionamiento,
tu pedagogía activa.
Es un mes apropiado
para los ensayos
y buscar el hueco
que todas andamos
buscando.
Sentimos el suelo
moverse
mientras perdemos
el equilibrio,
a ratos,
esperando la caída
con las manos
desplegadas
para amortiguar el golpe
y las articulaciones
a punto
para volver a levantarnos.

Diciembre no se define
en sí mismo
por el frío,
sino por las sorpresas
que deparan
a buen recaudo
o en saco vacío.
Te grito descarnado
por dentro y a solas.
Te escribo repetitivo
en el refugio
donde todo se cumple
esperando
que a base de contarlo,
sea posible, se haga real.
Te creo y te espero
en mi imaginario
y este es el modo
que escojo
para decirte
lo que siento.
Pero sobre todo
te ruego y te suplico,
te sugiero y te replico,
que mamá y tú
estáis en el mismo bando.

Si vienes,
ya es diciembre.
Y diciembre me mola,
diciembre me flipa,
no por la festividad,
sino por los que antes
que tú vinieron
y me cambiaron la vida.

_Escrito para Gala, dedicado a Noe_

No hay comentarios:

Publicar un comentario