domingo, 5 de diciembre de 2021

Semana 28

Las buenas noticias
hay que acogerlas
con cautela,
porque quien sabe
de esto,
nunca separa
los pies del suelo.

Y eso fue lo que pasó.
Entendimos,
no sin volver
a pasar miedo,
que el culo existe
para apoyarlo
y que las escaleras
son un tema delicado,
así que nos 
pusimos a ello
y construimos
una casita acolchada
sumando un puerco más
al cuento de "Los tres cerditos".
No hay nada
como verle
las orejas la lobo,
así que ahora jugamos
a las persecuciones
con el movimiento limitado
y la mirada bien puesta.

La complejidad
de lo estático
casa con un estado
anímico en decadencia,
por eso hacemos
todo lo posible
para que las tardes
sean circo,
sean el espectáculo íntimo
que te levante la moral
cuando estamos juntas.
No es nada fácil
ni lo será.
Cada una se esfuerza
en aportar
lo que está deseando
compartir,
porque sabemos
que aunque sea
en pequeñas dosis,
ayuda,
ayuda a que cada hora pasada
sea una hora de desarrollo,
juego y aprendizaje.

En casa estamos blindadas,
y es fuera de ella
donde sentimos
la ausencia de protección
y nos acabamos
mojando los pantalones.
Por eso es importantísimo
explicarle el contexto
a quiénes nos acompañan
y a quiénes elegimos
que nos cuiden,
para que entiendan
con humildad,
cuáles son nuestras condiciones
y requisitos.
Es justo
lo que necesitamos ahora.
Un despliegue inmenso
de empatía
donde tu función
pasa por ser almohada,
traer sonrisas de sobra
y una escucha bien planificada.

Desde que empezó la pandemia,
insisto,
estamos bien
porque estamos juntas
y estamos fuertes
porque no estamos solas.
Desde hace una semana
construimos un búnker
en el que se cuelan mariposas,
donde la conciliación
es sagrada
y donde el amor
sea tan colectivo
como una jornada
de puertas abiertas.

Como mínimo
serás sietemesina,
y antisistema, espero,
pero si fuera posible
preferimos
desenvolverte
para cuando papá
vaya a cumplir
los treinta y cuatro,
que es cuando te toca,
aunque de ti
ya hemos aprendido
que no hay que
basarse en expectativas,
sino en todas
las señales inequívocas
que nos mandas.


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