miércoles, 25 de diciembre de 2024

herMANArse

Prepararon la colada
y tendieron nuestras manos
con pinzas de colores.
Escogieron cada prenda 
con tacto, sobrias,
dándoles la vuelta
y aplicándoles quitamanchas.

Aquel día no fuimos a psico 
a destruir el muro 🧱,
sino que impartieron 
una clase magistral 
de cómo tocarse
con el debido consentimiento.
¿Sabrías reconocer las manos
de tu madre a ciegas?
¿Podrías sentir las manos
de tu mejor amiga
sin saber que es ella?
¿Identificarías la de tus hij@s
tras una tela opaca?
Hicimos ese ejercicio.

Las manos son filosofía,
una canción, un poema.
Son un medio para
realizar el ejercicio
de hermanarse
a través de los gestos,
las arrugas, la memoria.
Es raro darle la mano
a alguien cuando
socialmente 
no existe una excusa 
para dársela.
Es tan íntimo como exclusivo.
Un acto que solo realizas 
con unas pocas 
desde que nacen
hasta que crecen
y comienzan a dar
las manos a otras 
que no eres tú.

Aprendimos una
valiosa lección.
Jugamos a identificarnos
a través de las manos,
reflexionamos en torno
a sus posibles implicaciones 
y nos hicimos las preguntas 
pertinentes respecto 
al consentimiento personal 
de cada una.
Yo lo viví 
como un punto de inflexión
por la apertura
que tuvieron algunas
para expresarse.
Dar la mano por primera vez
es como escuchar hablar
a alguien por primera vez
de sus más 
profundos sentimientos.

Ahora bien,
igual que te hermanas,
cabe la posibilidad 
de desermanarse.
¿Con cuántas personas
te tocaste y ya 
no lo volverás a hacer?
¿Qué nos quedan
de todas aquellas experiencias?
¿Cuánto aprendimos a respetar?
Como decía antes,
fue una valiosa lección.
Gracias, coordis.

lunes, 23 de diciembre de 2024

Año 6 Después de Enzo

Seis años,
dos dientes nuevos
y su primer trimestre
en Primaria.
Todas esas novedades
más todas las experiencias 
que le han ido desarrollando
en este 2024.

Es un niño 
que ya no parece 
ser tan niño.
La peña se sorprende 
por su altura,
por su cara redondita,
por la cresta heridataria 
que le corresponde.
Enzo vive sumergido
en una infancia feliz,
pronto podrá ser él 
quién saque 
esas conclusiones.
Juega en solitario
para el equipo
y juega en equipo
para l@s demás.

Sabe que es importante frenar,
parar cuando se le pide,
reflexionar a través de la humildad 
y pedir perdón 
cuando el de enfrente
ha quedado herido.
Es el mensaje principal
que le transmitimos 
todos los días.
A partir de ahí,
su abanico de posibilidades 
es inabarcable,
tanto o más 
como el batir de alas
de cualquier pájaro 
que esté buscando
su zona segura.

Con seis años cumplidos 
sabe cuál es su lugar
y conoce que hay más lugares 
por descubrir.
También hay otros
que conscientemente revisita 
para saborearlos de otra manera.
Hay épocas del año
que le saben a películas 
familiares de salón;
otras que le saben a viajes 
poco interesantes
en un principio
pero que los acaba
recordando toda la vida;
y hay otros que le sabrán 
a cómo le tocamos
aquel día,
a qué le dijimos 
y en qué términos 
se los transmitimos,
a qué miradas
pusimos en medio
del tablero de juego.

Enzo es pasión 
y esperanza.
Es pasión autónoma
e independiente
y es la esperanza ajena
de su padre.
Porque inevitablemente 
pongo expectativas en él 
para que se reconozca 
en las cosas que 
a mí me dan la vida,
huya de los terrores 
que me amilanan
y combata lo que universalmente 
necesita ser confrontado.

Enzo es un chapoteo en el agua,
una regla deportiva
que procura con todas sus fuerzas
ser cumplida,
una carrera infinita
que no le satisface
ninguna acera finita.
Enzo es animalista,
dueño y líder 
de sus propios deseos,
es un motor que ruge bien fuerte
y sensibilidad pura
para con sus emociones.
Es un torrente de agua
inagotable,
roca inquebratable
del océano profundo,
inabarcable con cualquiera
de los abrazos que quieras darle,
invencible desde su nacimiento.

Enzo es café 
y estrella nocturna,
felino que se activa,
tormenta que refresca.
Es una luz cegadora,
un disparo de nieve,
hacia lo salvaje.
Es Silvio y Amaral,
un pogo constante.
Es incontestable.

_A tus 6 años🕯️, hijo_

sábado, 21 de diciembre de 2024

Luna Petit

Todo esto ha ocurrido
porque salimos a fumar un cigarro,
así de simple.
Le daba el sol
pero se moría de frío,
y de hambre
y de miedo.
Quería pero no podía.
La noche anterior 
la habían abandonado
en una bolsa.
Eso nos contó Dolores,
la viejita que le estaba 
dando pollo mechado.

La descubrimos en familia
porque nuestr@s hij@s
nos ven fumar.
Esto le sorprende 
a algunas personas,
sin embargo a esas personas
no les importa mostrar
su fascismo a sus hij@s.
Da igual de qué hablemos,
en esta casa nos posicionamos 
siempre que nos sintamos 
preparadas para posicionarnos.
Os preguntaréis 
qué tiene que ver esto
con Luna Petit,
lo tiene que ver todo.

Es revolucionario imaginar
una familia en su conjunto
y conseguirlo pasado el tiempo.
Esto lo llevamos haciendo
toda la vida.
¿Cuándo es el momento?
¿Cómo vamos a hacerlo?
¿Qué hay que tener en cuenta?
¿Por qué lo queremos?
Son preguntas que zanjamos
aquel sábado de diciembre
en una residencia
visitando a las abuelas.
Por cierto,
abuelas que no estaban
cuando se produjeron 
los protocolos de la vergüenza,
por lo que no sumaron 
dígitos al 7291.
Insisto, siempre voy a posicionarme.

Estuve a punto de cogerla,
pero fueron finalmente 
las rescatistas las que
lo hicieron.
Si la noche anterior 
homenajeábamos
con gloria a la mujer del preso,
ahora fue una tal Gloria
la que iba a liberar
a otra presa de la muerte.
Otro ser vivo
abandonado 
por un ser humano.
¡Esto sigue pasando!
Y esto sigue definiendo
qué tipo de sociedad somos.

Luna 🌑 Petit 
llegó a casa 
el 11 de diciembre de 2024
y cada cual
la recibió a su manera.
Algunos necesitaron
su tiempo, pensar 
cuales iban a ser
los primeros movimientos,
atreverse a acercarse.
Otras fueron más impetuosas,
con las cosas más que claras 
y decisiones en firme.
La diversidad también 
inunda nuestra casa.

Así que estamos en 
tiempo de acogida.
Otra bebé 
que juega por las noches
y reposa por las mañanas.
Otra felina
que está llamada 
a marcar nuestras vidas,
todos los años posibles,
por el amor persé
que sentimos 
por los animales.
Otra integrante
de La Mariana,
por las que ya no están,
por las que seguimos,
por las que serán.

Le sacaremos mil nombres,
nos aprenderemos 
su tipo de ronroneo,
sus maneras de jugar,
sus preferencias,
sus trastadas 
(siempre me encantó 
esta palabra).
Estaremos ahí 
para dar forma
a sus anécdotas,
a sus días raros,
a la construcción 
de la posición 
que ocupará en esta familia.

Bienvenida Luna Petit,
llegara el día 
en qué me marques la cara,
como tu hermano,
Clio,
el felino antifa.

viernes, 13 de diciembre de 2024

¿Me rascas la espalda?

- Papá ¿me rascas las espalda?

Siempre le ha gustado
que le rascásemos la espalda.
Me recuerda a mi Tito,
el bombero, seguramente él responsable 
de mi interés repentino 
por las izquierdas,
las diversas y enriquecedoras
izquierdas.
Él siempre nos pedía 
que le rascásemos la espalda,
de cualquier manera,
imagino para sentir el tacto
de cualquier ser querido.

Mientras le acaricio
más que rascarle 
le observo la cara
y no tiene nada de niño,
o eso me parece a mí.
Solo seis años 
y sus tres primeros 
me parecen tres planetas 
inalcanzables.
Saboreo el momento
y me apena el pensar
cuando ya no nos 
toquemos así.
Yo no recuerdo
haberme tocado así con
mi padre,
insisto,
no lo recuerdo
aunque sí pasase.
En todo caso me parece 
una mierda no acordarse
de estas cosas
siempre que hayan sucedido.
Yo nunca he querido 
ser como mi padre,
pero sí espero 
que el quiera ser como yo
en algún sentido.

Mientras recorro 
su piel con la yema de mis dedos,
siento que aprieta la tripa 
para tirarse un pedo.
Y no le sale,
pero nos reímos 
un buen rato.
Es él quien me recuerda ahora 
que yo no puedo oler,
pero sí que podría escuchar
el mar de la playa con mis oídos.
Es él quien me descubre
que yo no puedo oler un caracaol,
pero sí que podría ver al niño
que está gritando 
que ahí hay un caracol
con mis ojos.
Para acabar su reflexión 
me dice
que yo sí que podría ver 
cómo se aleja un globo 
y cada vez se hace más pequeño 
mientras él ahueca sus manos
en la cuenca de los ojos
haciendo como si fueran
unos prismáticos.

Yo no contaba con escribir
este texto,
pero una vez más 
me paré a escuchar 
y me dice enseñaron 
algo nuevo,
otra vez mi hijo,
otra vez que mi legado
se construye gracias 
a sus pensamientos.

Le quité restos de la cena
de la comisura de sus labios 
con mi dedo húmedo de saliva 
y reconocí 
que no podría parecerse más 
a su abuelo y bisabuela materna.
Que la afonía 
la lleva de serie 
y que los movimientos 
de su boca están 
más que determinados.
Pensé otra vez
que ya no cabe entre
mis brazos,
que ya no es el niño
del que me enamoré,
sino que ya estoy enamorado
de otro niño más mayor.

Y da un pelín de vértigo,
pero también mucho orgullo
al detectar que has captado
un momento único 
que ya no borrarás
de tu memoria 
como tantos otros cientos.
Rascarle la espalda
es una especie de contrato 
no escrito
que tenemos con
nuestro hijo
y aunque se pierda,
el contrato,
no dejará de haber contacto.

sábado, 7 de diciembre de 2024

Y nos volvimos a ver

Y nos volvimos a ver
como nos veíamos antes,
sin tanta responsabilidad 
ni cargos máximos
de nuestros cuidados.
Nos pintamos las uñas,
comimos sin interferencias,
vimos una peli entera,
nos echamos una siesta,
elegimos la ropa por turnos
y nos fuimos tan adolescentes 
como hace veinte años.

Con amigas, siempre con amigas
tan dispares como nuestras
personalidades.
Volví os a tener
un objetivo 🎯 común 
sin la preocupación 
de tener que defenderse 
de nada, absolutamente de nada.
Por lo que el planeta
sigue girando,
pero por una vez
nos despojamos 
del compromiso 
que una vez elegimos 
y nos dejamos llevar
enraizadas por donde
quiso la semilla.

Y nos volvimos a ver
atentas,
pero desde otros lugares
tan necesarios y deseables
que ojalá pudieran
repetirse con mayor frecuencia.
Darse la mano
sin la posibilidad de alertas,
agarrarse las piernas fuertes
para sentirnos segura,
conversar sobre algunos temas
que llevaban años aparcados,
beber sin hora y sin filtro,
hasta donde lleguemos,
hasta donde podamos,
porque seguimos pensando
que tenéis derecho
a llegar borrachas,
y solas, si se diese el caso.

La cuenta atrás se nos 
echó encima,
así que nos colamos
en lugares no correspondos
buscando la sombra de la sierra.
Una vez situadas,
ya en la balconada,
corrimos peligro de muerte
por precipitación emocionante
de los corazones,
pero nos sujetamos tan fuerte
y tan sinceras
las que allí estábamos,
que nadie cayó al vacío.
Acabó con entre poetas y presos
proclamando la gloria
hacia las mujeres y todas
las personas que se posicionan
desde el feminismo.

Regresamos y nos volvimos a ver
en casa a solas,
sudorosas y aventadas 
las gargantas.
Volví al palacio en aquel 2017
y me dormí tranquilo,
orgullo y digno 
por habernos visto volver.
Desde La Raíz 🫚 
de mis entrañas,
hasta la próxima,
porque está no ha sido la última 
ni por supuesto 
fue la primera.
Son más de veinte años, joder.

viernes, 6 de diciembre de 2024

Nos volveremos a ver

Lo prometieron en 2017
y lo han cumplido.
Las bandas saben perfectamente 
la huella que dejan
en sus seguidoras porque
ellas también son seguidoras
de otras bandas.
En aquel Vistalegre 
hicieron historia
y ahora la van a volver a hacer
en el Wizink.
Hicieron historia 
porque nosotras
formamos parte de aquello.
y aquello, fue absolutamente 
emocionante.

Todavía recuerdo la previa,
los aledaños, el botellón,
las meadas, las risas,
el subidón, los porros,
el circo de l@s rebeldes,
parte de mi Kuadrilla,
mi persona favorita,
Castañita,
gente en común, 
fusión, mestizaje, clandestinas.
Entrar la recinto corriendo
como si fuera la primera vez,
huir del baño porque
empezaba a sonar el poema,
la inmensidad del pogo,
los puños bien altos
recogiendo toda la rabia y los sueños.

Ya lo vivimos en varias
Penélopes, en unas 
cuantas Rivieras,
en las fiestas de Vicálvaro,
en Tres cantos,
en la plaza de toros de Toledo 
y en algún festival que otro.
Somos viejas conocidas
del directo más apasionantes.
Esta vez será 
en el gran recinto,
por los pelos,
pero no la última.

Por una vez jugueteamos
con las expectativas,
con la ilusión intacta,
con la emoción de la sorpresa.
No será una noche más 
aunque sí será 
con las de siempre,
más mayores,
más maduras 
y sin ninguna calma.
Una parte más 
del autoconcepto 
qué llevamos construyendo 
veinte años,
spoiler,
veinte años.

Escribí hace años
que mantener
y por lo tanto cuidar
la capacidad de emocionarse,
es de las cosas más importantes
por las que vale la pena luchar.
Este concierto es eso,
una forma de ver y sentir
el mundo que habitamos
y un deseo más un anhelo 
de lo que nos gustaría 
que fuese.
Es una oportunidad más 
y yo ya estoy dentro del pogo.

lunes, 2 de diciembre de 2024

¿Dónde está mi psicóloga?

"Respecto a lo que te pasa 
¿qué es lo que no estoy
siendo capaz de ver?"

Ojalá tuviera una psicóloga,
de hecho,
ojalá todas tuviéramos una
por la seguridad social 
y bien remunerada.
¿Qué es lo que necesitas de mi?
habría que preguntarles.
¿Qué es lo que necesito de ti?
desde lo que me gustaría recibir,
habría que preguntarse
a una misma.
Nadie dijo que fuera fácil,
pero es absolutamente 
necesario hacerlo de esta manera.

También escuché 
lo de las sociedades polarizantes 
como si los extremos
en sus posiciones
tuvieran equivalencias:
mentira cochina,
fallo orgánico del sistema.
¿Dónde están? ¡No se ven!
Esas relaciones interpersonales
bien cuidadas.
Ayuda externa ¡Sí!
Pero no todo vale
para echar balones fuera.

Mira que me he llevado
toques de atención 
con todas las razones posibles,
pero ese nunca ha sido mi estilo,
sino que aguardo paciente
y consciente
el momento perfecto 
y máximamente respetuoso 
para ejecutarlo.
Hay mil maneras
y cada una con las suyas,
no hay problema,
pero por favor,
empatía,
que casi todo nazca de la empatía.

Son tantísimas cosas
las que se nos escapan
que deberíamos 
despojarnos de las togas
y los mazos
cada vez que sentimos
que podemos intervenir.
De verdad que solo sé 
que no sabemos nada,
así que tranquilidad,
con alter ego 
y disponibilidad persé
para con las demás.

Si solo escribiésemos
un poquito,
si nos escribiéramos 
con los mismo datos 
en el remite que en el remitente,
si mirásemos un poquito
hacia dentro,
las terapias que no hacen falta
estarían mejor configuradas.
Abrazar el silencio,
practicar la escucha
y escoger el momento adecuado
para abrir la boca,
son tres asignaturas
que echo en falta,
que muy poquita gente
aprobó en su día.

La clave o las claves
no te las voy a dar yo,
no tengo nada de presuntuoso
ni ególatra 
aunque ciertamente 
produzaca el sentido contrario
al manifestarlo yo mismo.
La clave está 
en buscarse la vida
para encontrar tus claves,
como si fuera la banda sonora 
que anhela tu vida;
como si fuera el sabor
incontestable 
que nadie pudiera discutirte;
como si la imagen 
que vence a las mil palabras
estuviera enmarcada 
en el cabecero de la cama.

Ni me canso ni desisto 
en contarlo 
aunque de mil rodeos 
porque como dije
hace poquito
defiendo y detesto,
defiendo lo que me parece justo 
y detesto todo lo que me parece
que sobra.
Puede que se entienda 
algo se lo que relato
o puede que te parezca
una basura,
en todo caso
aquí lo dejo escrito 
para seguir legitimando
lo que pienso, lo que quiero
y en lo que insisto.

¿Dónde está mi psicóloga?
Pero antes necesito trabajarme.
Esos son los pasos que elijo.

sábado, 30 de noviembre de 2024

A un día de diciembre

A un día de diciembre
es lo mejor que le podría
pasar a cualquiera
sean cuales sean sus circunstancias.
Estamos más cerca del frío 
que nos merecemos 
sin quitar los pies
de las hojas 
que tapan el suelo.
Van a hacer 6 años
que diciembre pasó 
a la historia 
y van a hacer 3 años
que el mes de febrero 
me sentenció.

Toca pensar en regalos,
hacer balance
y abrazar unos días 
de descanso
que cada curso
se tornan más necesarios.
Diciembre son amigas,
encuentros deseables
y calefacciones impagables.
También son heladas
de noche,
planes sorpresa 
y café solo caliente.

A un día de diciembre
todavía nos quedan
muchas cosas por cerrar
y seguramente algunas
que no den tiempo nunca.
Las decepciones, cuando llegan,
vienen para quedarse
a vivir impregnadas 
en una piel cada vez más seca
y malherida.
Pero cuando ya sea diciembre,
el vaho nos despierta
la sensibilidad 
que teníamos oculta.

Todos los meses anteriores 
nos han enseñado lentamente,
a veces intensamente,
cómo afrontar el mes
que cierra el año.
Yo suelo aprovechar 
para pedir perdón,
desechar lo que me ha hecho daño
y lanzar nuevas propuestas 
con el ánimo de seguir mejorando.
Por si acaso, sigo escribiendo
para comprarme
y confrontarme
si hiciera falta
con lo que escribí en el pasado.
Un ejercicio de 
memoria histórica 
para no perder el rumbo
ni el plano del horizonte.

A un paso de diciembre
mañana ya lo habremos dado,
y seremos las mismas,
pero a lo mejor surgirán
ganas de cambio,
para que al próximo diciembre 
se vuelva a repetir el proceso,
y sigamos juntas, pero aún mejores.

viernes, 29 de noviembre de 2024

¿Qué es un facha?

Me pregunta un pequeño amigo...

Me alegro que lo preguntes,
seguramente sea de 
las preguntas más inteligentes 
que un@ pueda hacerse en la vida.
La historia ha estado 
llena de fachas;
nuestro día a día 
rebosa fachas;
y por desgracia, en un futuro,
todo indica que nos
gobernarán los fachas.

Un puto facha se define
como aquella persona 
sin atisbo de humanidad
que va en contra 
de los derechos humanos,
de la identidad ajena
y del origen 
si no es el mismo que el suyo.
No es nada más que eso,
pero es verdad que provoca 
discriminación, violencia
y asesinatos.

Un facha puede ser tu padre,
tu amigo, tu vecino, tu tendero,
tu jefe y por supuesto 
todos los ricos que se posionan
desde la autoridad y el poder 
del privilegio.
Los únicos que se libran
de ser fachas 
son los niños y las niñas,
pero su momento de
vulnerabilidad llegará,
por eso el tipo de acompañamiento 
que reciban será fundamental 
para desechar, llegado el momento,
ser facha.

En los colegios se debería tratar
de responder a dicha pregunta.
Pero también en casa,
en cada ritual para irse a dormir,
en cada desayuno,
en cada celebración.
Y sobre todo
no callar,
no guardar silencio
pese al miedo, pese al riesgo,
pese al dolor.
Hay personas que no podrán,
pero si tú puedes,
defiéndelas
para cambiar
por una vez la historia.

Lo que está claro
es que un facha 
siempre será enemigo 
dada su rígida configuración 
para resetearse a sí mismo.
Los podrás reconocer 
porque no saben diferenciar 
entre una nube y otra 
ya que su dedo impune 
anula cualquier visión de progreso.
Sabrás quiénes son
por cómo miran
de arriba hacia abajo,
por ese olor represivo 
de nostalgia rancia.
Entenderás cómo son
cuando comiences a sentir 
peligro en las aceras,
en cada esquina,
en cada vez que salgas
por la noche
y en cada conversación 
de colegas impunes.

¿Qué es un facha?
no tardas mucho tiempo 
en descifrarlo,
pero te tiras toda la vida
padeciéndolos.
Piedras, bates 
y parada en la boca.

jueves, 28 de noviembre de 2024

¿Cómo se lo cuento a mis hij@s?

De forma natural,
sin medias tintas,
eligiendo las palabras
ajustadas y pertinentes.
Puedo empezar diciendo:
"Estamos aquí para intentar
eliminar las distintas tipos de violencia 
que ejercen los hombres 
contra las mujeres
por el hecho de serlo".
Así, sin sacarina ni calzadores.
Con honestidad, confianza y amor,
mucho amor por l@s sujetos
del futuro.
Acudir,
visibilizar,
estar presente,
sentir que participas 
de una manera o de otra
deja poso por muy
pequeñ@s que los veas.
Palabras,
un montón y diversas palabras 
que configuran todas
las explicaciones 
que te parecen adecuadas darles.
Contarles, relatarles, mostrarles 
realidades sangrantes, miserables
y aberrantes,
es proporcionarles contextos
y las primeras estrategias 
para luchar por la erradicación 
de dichas injusticias.
Leemos en alto
el nombre conocido o no,
su edad y el lugar de origen 
de mujeres asesinadas por hombres.
Se queda inmóvil sin decir nada,
sin gesto no verbal
pero con unas emociones internas
que seguro no paran de preguntarse 
los motivos.
Más adelante vendrá 
la verbalización 
y tendremos que estar 
preparadas para las respuestas.
Tenemos la obligación 
de posicionarnos,
de escoger bando
por mucho que duela,
de no guardar silencio
más que cuando tengamos
que guardarlas 
en nuestra memoria
y homenajearlas.
No es un minuto de silencio,
son cientos;
no son pocas mujeres,
son todas;
no somos todos los hombres,
pero como si lo fuéramos.
Por primera vez
sentimos el frío en la calle
a estas alturas de noviembre,
pero no es por el otoño, 
es por la sensación 
de peligro y muerte todo el rato.
Mamá se emocionó 
con empatía y por miedo,
por saberse víctima 
desde el principio 
y por reconocer
que nuestra hija 
sufrirá violencias no escritas
pero manifiestamente 
más que demostradas.
Contarles a vuestras hijas,
hijos o hijes 
es una obligación ética y moral.

martes, 26 de noviembre de 2024

Palos en las ruedas

Un análisis subjetivo 
dadas las circunstancias.
¿Es determinante
la parte proporcional 
que nos quitan en
una jornada de huelga?
Entiendo que sí.
¿Es una trampa 
o una consecuencia
que a veces sirve para excusarnos?
Quizá las dos cosas,
pero igualmente lícitas.
La clave está en nuestro sueldo que,
siendo muy precario,
no nos da margen de maniobra.

Hace tiempo me dijeron
que era importante,
pero no fundamental.
Le dije que se equivocaba,
que nuestra mayor reclamación 
era y es una nómina digna,
que por ahí empieza todo 
y que luego viene lo demás.
Agradecí el esfuerzo de cobrar 
por encima del convenio:
es de bien nacidos
ser agradecidos.
Pero también hay que ser justas,
no se desprende un apoyo real
a nuestras reivindicaciones 
desde hace varios años
por motivos que desconozco.
También muy lícito, por cierto.

Es difícil movilizarse
con estas condiciones,
con la obviedad de
que necesitamos y merecemos
mucho más,
con el reconocimiento y la fuerza
de nuestro empuje, en bloque.
En todo caso, como personas
únicas e individuales, físicas
y con plenas facultades,
cada cual toma sus decisiones.
Todos estos procesos son más 
que legítimos 
aunque a mí me parezcan 
más que mejorables 
y ciertamente incoherentes.

Somos muchas,
aunque quizás
no las suficientes,
como para darnos cuentas
que en uno de los sectores 
por excelencia basado en los cuidados
hacia otras personas,
la voz cantante,
el músculo,
el liderazgo,
vuelve a no ser manejado 
por las mujeres.
Llevo nueve años
padeciendo el término
de mi mochila
y resulta que la mochila
del convenio todavía 
no se ha revisado.
Contarme otra.

Los servicios mínimos 
fijados por el ayuntamiento,
abusivos y malintencionados,
garantizan más que de sobra
la calidad del servicio.
Otra cuestión diferente 
es la posición que se elige
para justificarse en ellos.
Aquí reina la asertividad
y la empatía 
menos cuando no reina
la asertividad y la empatía.
Me parece reprochable 
que nos metamos palos
en nuestras propias ruedas.
Pero es una lucha más,
un combate para el que siempre
salimos derrotadas
antes de que empiece.

En la gran mayoría de los casos
falta conciencia de clase,
cultura de la reivindicación 
y compromiso con la resolución 
de nuestros malestares.
No puedo decir que es tarde,
pero una de las conclusiones 
es que siempre resulta insuficiente.
No solo es el desgaste 
que te produce el sistema,
es la impotencia 
ante nuestras propias
mediocridades,
a las cuáles,
cada una,
dota de significados muy diversos,
una vez más,
tan lícitos como 
los que fueran sus contrarios.

Insisto en que es una
reflexión totalmente subjetiva;
si alguien no está de acuerdo 
que conteste,
se abra un BLOG 
o tire la mochila 
que le han impuesto.
Y sí,
somos trabajadoras,
compañeras y amigas,
por tanto en una cuestión feminista.
Lo escribo desde 
la parte privilegiada,
la de ser un hombre,
pero también desde la parte 
sensible, consciente
y comprometida.
No fui yo quien dijo:
"¿y para cuándo un día del hombre?"
Esto es gravísimo.
Resistimos y venceremos.

martes, 19 de noviembre de 2024

En esta nuestra guerra

Por las que libramos
de adolescentes 
en un bachillerato privado 
de niñatas y niñatos 
incluidas tú y yo,
sin duda más ellos y ellas
porque si no
nunca hubiéramos sido 
tú y yo.
Todas esas guerras
por encajar,
por el autoconocimiento,
por la madurez de un etapa
en la que sientes
que nadie espera nada de ti.

Aquellas guerras
por coincidir en el último 
vagón del Metro 🚇,
por verse entre tanto abrigo 
y mp3 de 28 canciones.
La guerra entre las modalidades
de humanidades y ciencias,
¿pero qué mierda era esa?
Ni un docente grabado
en mi memoria.
Cuatro loc@s a la interperie 
de una carnicería 
de notas medias
y relaciones sociales.

La primera guerra sexual 
de mayo con flauta india 
y pijama de verano.
Borracheras, pellas
y falsificaciones
porque era tiempo 
de vivir el momento.
En aquellas nuestras guerras
salimos malheridas en todas,
pero no perdimos ni una.
Ni perdón ni olvido para algunas.

Arroparse con ideología 
y follarse con inspiración.
No quedó ningún charco sin pisar.
Empapadas de batallas 
sin paraguas,
comenzamos a escribir
el relato de la historia
más épica de las habidas
y por haber.
La guerra de los diecisiete 
y dieciocho años,
con ropa de los dos mil
y una barba por definir.

Todas sus guerras
mis guerras,
a la sombra de la sierra,
revolucionariamente históricas 
enraizadas como la simiente
que germinó hace 20 años.
Todas mis guerras
sus guerras,
emblemáticas y eternamente 
compartidas,
habiendo nacido para vencer.
En estas nuestras guerras 
no haremos prisioneros.

lunes, 18 de noviembre de 2024

Defiendo y detesto

Seguimos dándonos 
muy pocas posibilidades.
Nuestras reacciones 
son tan impulsivas 
que cortan de raíz 
cualquier margen de mejora.
Si va a ser verdad
que la tendencia 
corre por cuenta del 
individualismo
y del más absoluto aislamiento.
No pasa nada,
admito el circo y la pena.

De perfil nunca,
con l@s amig@s mucho menos.
No hace falta contar nada
que no quieras
para recibir
un poquito de empatía,
del mismo modo
que no necesitas 
saber nada
para estar a la altura
de las circunstancias.
Menos infantilizaciones
y ningún reproche,
que estoy harto de rencores.

Acérrimo enemigo
de la ignorancia 
y el pleno desconocimiento.
Buen amigo del tiempo,
la paciencia, las dudas
y las oportunidades.
Sujetenos la puerta
de la humildad
y esperemos tranquilas 
el momento 
que escapa al control
unitarelal de la situación.
Estilo y elegancia.
Inteligencia.
Mirada consciente y cauta.

Amigo del tiempo 
pero en contra del tiempo
mal desaprovechado,
doble adjetivo efervescente.
Combatir la mediocridad 
desde dentro hacia fuera,
desde lo analítico 
a lo imaginario,
desde lo conceptual
a lo simbólico.
Y muchos golpes en la mesa
para ir de frente 
y situarse a una misma
y situar a la peña sin rumbo.

Estamos demasiado acostumbradas
a los juicios sin tener 
las competencias.
Las habilidades no solo
nunca las adquirimos,
sino que fuimos
conscientemente inútiles 
a la hora de adquirirlas.
Defiendo la soledad,
la pereza y las mariposas 🦋.
Detesto la romantización,
la idealización y la globalización.

Callen y escuchen,
es una orden,
escuchar a través del silencio,
es una demanda
social y solidaria.
Yo creo que ya está bien
de jugar a ser niñ@s
sin saber lo que es ser un niñ@
y sin haber jugado durante años.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Todas las mismas cosas de siempre

Siempre pasan las mismas cosas,
todas y cada una de ellas
desde el momento 
en que ponemos 
los pies en el barrio.
Me gusta contar 
que ha crecido
en los autobuses,
pero su evolución trasciende 
al transporte público 
para mostrarnos 
cómo se desenvuelve autónoma,
independiente y libre
por el espacio público.

Bajamos del E3
pegando un salto,
con manos o sin ellas,
depende del día.
Nos abrigamos si hace falta
y corremos hacia
el escaparate
de la tienda de chuches y regalos.
"Yo quiero esto,
yo quiero lo otro"
"¿Me lo compras otro día?"
"Claro que sí, hija".
Todavía no está 
en ese momento 
en el que se enfada
si le digo
que no voy a comprarle algo,
pero llegará pronto.
Y no es malo que llegue,
seremos las adultas
quiénes pongamos normas
y demos sentido 
a la regulación 
de esa posesión compulsiva.
Me quedo en el umbral
y entra en la tienda de Xu
con una moneda en sus manos.
Sus coletas parecieran 
que fueran más rápido 
que ella
por la emoción inocente 
de encargarse de comprar el pan.
Una situación que ha experimentado 
mil veces
y que ahora es ella
quien se atreve a coliderarlo.
Vuelve con la barra
y me pide un cacho
bajando el escalón 
en el que antes
tenía que apoyar 
todo su cuerpo 
en el suelo 
para superarlo
y que ahora domina 
por intuición.
Arranca alguna hoja
de los arbustos
y me las da indicando
para quién son.
Pasamos por el pasadizo secreto
al que solo se atreve entrar
si va acompañada del Tate,
si no, pasa de largo
casi con desprecio
sabiendo que es 
un lugar compartido.
Comienza el primer tramo
de equilibrio,
una barandilla que afronta
por la parte de fuera
habiendo casi medio metro
de vacío.
Lo recorre porque 
ya se sabe mayor,
antes se limitaba a mirar
cómo lo hacían el resto.
Tarda mucho
porque va despacio
pero segura,
sin detenerse
y con un control 
de la situación exquisita.
Somos las mayores
las que le metemos prisa
porque la paciencia
de un camino a pie
se desgasta poco a poco.
Un carrerón
para ahuyentar
a las palomas y gorriones
que buscan migas y restos
en la misma zona de siempre
para llegar al taller 
y saludar a Alfredo,
un vecino del que se ha hecho amiga
por su insistencia en saludar
día a día tras la vuelta.
Orgullosa, separa su camino 
del mío para escoger 
el desvío donde ella
va por la izquierda 
y yo por la derecha.
Sabe que tiene que tener 
cuidado con las cacas de perro
que sus dueños irresponsables 
no han recogido con anterioridad.
La espero en el paso de cebra
para que me dé la mano 🫱;
me la da y cruzamos colmadas 
para retirarme la suya 
con fuerza a escasos centímetros 
de llegar de nuevo a la acera,
no lo puede evitar.
Comienza el segundo tramo
de equilibrio 
en el que ahora,
por ya no llevar carro,
la puedo acompañar.
Sigue los mismos pasos del Tate
y hace exactamente las mismas cosas
que hizo su Tate en el pasado.
Sé que es la última vez
que acompañaré estos rituales,
por eso no desespero.
Empalma con el tercer
tramo de equilibrio,
un bordillo alto
que no tiene peligro
en ninguno de sus márgenes.
Un pie 👣 delante del otro,
desafiantes.
Ya no quiere ayuda,
solo que la miremos.
Las viejas vecinas del banco
la están esperando
para arengarla en su tarea;
siempre pasa de largo
entre orgullosa y avergonzada.
Llegamos a la media luna
y sabemos que ya queda poco.
Nos paramos en la segunda ventana
para ver si está el gato,
el primo de Clio,
un europeo común 
que nos mira con recelo 
cuando está a través 
de la ventana.
Si no nos está esperando
siempre pensamos
que estará durmiendo.
Recorremos la media luna,
generalmente corriendo,
y solo nos detenemos 
a coger alguna pinza 
y a observar una bici
anclada a una farola
que no tiene sillín.
Cruzamos la esquina,
sorteamos el último bordillo 
y llegamos al portal,
×UnRefugioEnTuPortal×.
Se sube a la estructura 
de la puerta 🚪,
meto la llave y la abro
y ya solo nos quedan
67 escalones
para llegar a meta:
La Mariana.

Un trayecto de cinco minutos
se convierte en otro
de media horas o tres cuartos
siempre y cuando hagamos
todas las mismas cosas de siempre.
Todas las posibilidades 
que son invisibles 
bajo la mirada adulta,
son redescubiertas 
al observar a una niña 
de dos años y medio.

_A las vueltas a casa 🏠_

lunes, 11 de noviembre de 2024

Mis manos

Miro mis manos
y descubro que han envejecido.
Yo no me siento
en plena juventud 
aunque mis pasos
sigan siendo cortos, muchos y veloces.
Mis manos,
con heridas, cicatrices y puntos,
me siguen gustando.
He ido aprendiendo a tocar 
suave y con mayor sensibilidad 
y no al revés,
agresivo y distanciado.

Mis manos acompañan,
abrigan y expresan.
Dicen las cosas claras,
directas y con respeto.
Mis manos no tienen
casi fuerza,
pero se compensan 
a sí mismas 
con un estilo genuino 
y una autopercepción sana.
Mis manos fuman,
no conducen 
y son soberanas.
Completamente autónomas 
como para posicionarse
extendidas y abiertas
para indicar 
que el de enfrente 
tiene que parar 🫷

Mis manos pasean,
acogen y refugian 
como este modesto Blog.
Abanican si hace falta
y son de algodón 
al tacto delicado.
Pero también son rudas,
ásperas y deshidratadas 
si llegado el momento,
tuvieran que dar un 
golpe en la mesa.

La asertividad de mis manos,
que descansan sobre
el manto solidario
de toda la diversidad
que existe.
Tiemblan y duelen
jugando al escondite
con la impunidad reinante.
Pulsan botones,
escriben inspiradas
y se cierran excelsas
inundadas de ideología.
Mis manos pasan páginas 📄,
arropan sin cesar 
y se mojan sin miedo al frío.

Las manos que tengo
no sirven para tocar
ningún instrumento musical,
ya me gustaría.
Pero sí que se atreven
a señalar a los intocables,
sí que producen amor
a los que desafortunadamente 
sienten que han perdido algo,
si que hacen las veces 
de motor de cambio,
oportunidad y aprendizaje.

Una especie de suerte sensorial
o de arma blanca sin punta
para hacer de mís días 
y por tanto de los suyos,
un cuento literario
con temática sobre los cuidados
para llegar a un desenlace inolvidable.
Si tuviera que perder algo,
ptefieroy que sea algún pie 
y ninguna de mis manos.

miércoles, 6 de noviembre de 2024

La DANA

Como si fuera una vecina 
que viene a felicitarnos 
las fiestas todos los años,
en este, ha decidido arrasarlo todo.
Riadas de agua, barro y fango
que arrastra vehículos, puentes 
y cuerpos inertes.
Estas catástrofes medioambientales
tienen dos tipos de responsables:
primero, la humanidad en su conjunto 
y su nulidad por sostener al planeta;
segundo, la gestión de prevención 
y de las propias consecuencias 
de los que hemos elegido 
para representarnos
pública y democráticamente.

Después de eso, nada,
o más bien, circo 🎪.
Un espectáculo de desolación,
abandono y muerte;
gratuito y televisado
sin pudor con millones
de visualizaciones por Twitter 
y por supuesto con ineptos 
opinadores expertos 
llenando las tertulias.
Yo entiendo que ante
una tragedia 
nunca se pueda dar
una respuesta 100% adecuada,
pero hemos sufrido
experiencias de sobra 
como para haber aprendido
un poquito.

A Mazón que le caiga un 
monzón entero;
a Sánchez que le pase
factura su partidismo 
y al rey y a la reina
pues un buen baño 
de lodo y fango.
Y a la extrema derecha
pues vetos, cancelación 
y cárcel, así de simple.
Mientras, el resto,
se pondrá las botas,
cogerá el cepillo y el cubo
y a achicar agua y retirar coches 
porque las ayudas profesionales 
van a tardar en llegar.

Es verdad que el pueblo 
salvará al pueblo,
pero se refiere al pueblo
solidario movido 
por la defensa de
los derechos humanos
y la protección del sistema 
y recursos públicos,
payasos 🤡🤡.
Que nos habéis quitado
la bandera,
usurpado el concepto de libertad
y ahora queréis ser pueblo 
cuando en realidad
sois un puñado de privilegiados.

¿Saldremos mejores de esta?
Permitirme que lo dude;
o no me lo permitáis,
pero mis dudas seguirán 
siendo las mismas,
tenemos ejemplos de sobra.
Empezaremos a salir de esta
cuando exista una ley
que castigue fuertemente 
los bulos y la información falsa;
cuando no sintamos 
que somos mejores
que el que está a nuestro lado,
limpiando el mismo suelo,
y su origen sea extranjero;
cuando consigamos
no ponernos de perfil 
contra los homófobos y los machistas.
Sigue siendo tarea y responsabilidad 
moral de toda la izquierda 
en su conjunto.

La propia idea conceptual
de que casi todos los bautizos
de catástrofes climáticas 
sean nombres femeninos.
No es aleatorio.
Hace un par de semanas
la marea ciudadana valenciana 
casi acampa en su lucha
a favor del derecho a la vivienda
y ahora ya no quedan viviendas.
Es absolutamente tremendo.
No sé si el motor de cambio 
tiene que venir de la indignación,
de la rabia, de los sueños 
o de una mezcla de todo,
pero desde cada casa,
exista o no,
desde cada familia,
sea cual sea,
tenemos el deber y el poder 
de hacerlo.

Claro que vuelve a ser político,
no es un sentido de base
donde lo institucional 
lo atraviese todo,
sino a través de la esencia
comunitaria, solidaria y de clase.
Nunca superamos la idea
de las de abajo contra los de arriba,
seguimos en ello.

_A todas las personas afectadas
por la DANA y a quienes 
socialmente muestren
sensibilidad a la hora de arreglarlo_

martes, 5 de noviembre de 2024

Halloween

Sin duda uno de los peores 
Halloween 🎃 que recuerdo.
Con un aumento 
de las temperaturas
sin precendentes,
pero con muchas
evidencias científicas 
de las futuras catástrofes
medioambientales,
seguimos haciendo
más bien poco,
por supuesto obviando
a los negacionistas
los cuales tienen sillones
en las instituciones 
y ya deciden sobre 
la política o más bien
sobre la apolítica.

El uso inadecuado
del espacio público 
está normalizado 
y extendido 
como si eso no
produjese situaciones 
de violencia, desigualdad y derroche.
Cuando caminas
por las zonas pudientes,
protegidas y más limpias,
te puedes dar cuenta
que hay más hueco
para los contenedores 
de sus residentes
que para l@s visitantes
de la periferia 
que venimos a producir
mano de obra barata
y precarizada.

No puede ser
que por sus callen anchotas
y bien cuidadas
el 50 % del espacio
lo dominen los restos
sin separar ni reciclar 
del pijerío incipiente 
que vive dentro 
del cordón de la M-30.
Te los encuentras
al bajar del autobús,
al salir del metro 
o al intentar cruzar
un paso de cebra 🦓.

La cachorra y yo
empezamos a jugar
desde bien temprano
por la mañana,
a retirar dichos contenedores 
hacia los garajes
y los portales
que producen 
cantidades industriales 
de mierda.
Es un juego entre clases,
entre la clase trabajadora 
contra los continentes 
que acogen los residuos
de gente sin clase
y sin pudor.

Como para que encima
nos metamos palos
en nuestras propias ruedas.
Menudo ejemplo más tonto 
y a la vez tan llamativo.
No solo nos quitan derecho
los privilegiados,
sino que también 
nos van quitando el
espacio público 
para privatizarlo 
con sus sobras.
Es tremendo.

No es ninguna broma
el que nos meen 
y nos digan que está lloviendo.
Acatamos y asumimos 
sin rechistar,
pero las consecuencias 
están, existen y nos afectan.
En las listas personales
además de plantar 
un árbol o escribir un libro 📖,
deberíamos añadir:
quemar ❤️‍🔥 un contenedor 🗑️.

miércoles, 30 de octubre de 2024

No quiero ser aliado

El caso del agresor sexual
de izquierdas me ha afectado
demasiado,
como si fuera la primera vez
qué ocurre o como si estos
personajes nunca hubieran existido.
Esto pone de manifiesto varias cosas 
y siento que a veces 
tenga que haber un golpe de efecto 
para darme cuenta,
pero lo aprovecho y lo recojo 
para intentar asumir
mis precariedades.

Una de los aspectos 
que se ponen de relieve 
(no voy a seguir un orden
por importancia 
de mayor a menor,
sino como me va saliendo)
no es el hecho de que sea 
de izquierdas,
sino que todavía
no estasmos preparados
para asumir
que por cultura, historia
y evolución,
somos potencialmente
no solo agresores,
sino violadores 
por el hecho de ser hombres.
Ahora lo he visto claro,
Ahora lo he entendido 
a modo de garrotazo.

Otra de las cosas 
que quiero analizar 
es cómo he consentido
y normalizado 
leer o escuchar 
que al cabo de un día 
existen miles y miles de agresiones
a mujeres y de cómo 
una vez por semana
se produce al menos
un asesinato,
que sepamos 
o que quede demostrado.
Me asusta pensar y sentir 
sin apenas cambiar
el gesto de mi cara 
este tipo de titulares 
aunque por supuesto 
me parezcan una tragedia.
Ni una muerte más,
ni una mujer menos.
No miento al decir
que me produce asco,
rabia y dolor,
pero no sé hasta qué punto
estoy concientizado
para demostrar 
que aporto algo
en cambiar este drama.

No sé si estoy logrando
comprender en esencia
lo que reivindican tantas 
voces diversas.
Nunca le he preguntado
a mi madre 
si alguna vez
la han agredido,
o a mi mujer si se 
ha sentido intimidada
por mi culpa.
Son preguntas
que me avergüenzan
pero son sus respuestas
las que me acojonan.
Creo que voy a empezar por ahí.

Me considero feminista
pero no sé hasta qué punto
soy un feminista de verdad.
Me siento un intruso,
un tramposo, me declaro
culpable en no estar 
sabiendo estar a la altura
de lo que gran parte de
la sociedad está pidiendo
a gritos, con sangre y llantos y pérdidas.
Ya no es que busque ser aliado,
es que quiero formar parte 
de las soluciones 
y arrancarme de cuajo 
toda actitud o comportamiento 
machista que implique 
discriminación, abuso de poder 
o agresión de cualquier índole.
No tengo ninguna 
enfermad mental 
aunque no sé cuánto 
de sana está mi salud mental;
me dedico a los cuidados
primero en casa y después
en el trabajo,
pero me surgen serias dudas 
de si lo estoy haciendo bien,
de si construyo y acompaño 
con los mismos objetivos
que ellas.

Me aturde tanta opinión 
y tanto argumento
y sentir al fin y al cabo
que ningún relato
nace de uno mismo
y que no hacemos más 
que repetir patrones 
y usurpar discursos.
Creo que no tengo complejos,
pero al mismo me tiempo 
me martiriza 
no ser lo suficientemente bueno
y sensible con los problemas
de la gente, especialmente 
en lo que se refiere
a las violencias
contra las mujeres 
por el hecho de serlo.

Me autopercibo extraño 
y no me gustaría 
que este texto sirviese
para valorar mis actos,
mi mirada o mi pensamiento crítico;
sino todo lo contrario 
amiga, vecina, compañera, familiar,
quiero que me digas
en qué te parece que fallo
y cómo podría hacerlo mejor.
Quiero creer que 
me equivoco más inconscientemente 
y por ignorancia, desconocimiento 
o por no haber logrado
poner el foco en las claves.
Quiero cambiarlo, quiero que me ayudes.
Lo anterior no excluye 
mi responsabilidad ciudadana 
para con mi sociedad en general,
la mujer en particular 
y los derechos humanos en lo universal.

Sé que tienes suficiente
con lo tuyo 
como para encima 
acompañarme a mí,
que soy hombre 
y en cualquier momento 
puedo dar 'la otra cara',
aunque esté muy oculta
en lo más profundo,
pero algo flota,
por lo tanto existe.
Necesito saber
si mi mirada intimida,
si mis palabras amenazan,
si mi manera de tocar humilla.
Sin el ánimo de hiperbolizarlo,
sé que en los matices sutiles 
también está la posible agresión.

Lo que sí creía 
que había entendido bien
era el concepto y la base
del consentimiento;
y un día, bromeando 
con una colega,
le dí la mano
entrelazando los dedos 
y me dijo amablemente
que se había sentido
violentada.
Qué fuerte, joder, qué fuerte.
Y claro que tenía razón.
¿Veis a lo que me refiero?
Inmediatamente pedí perdón 
y me justifiqué 
aclarando que no había sido
mi intención.
Pero por muy sincero que fuera,
a mí, jamás, por ser hombre,
me ha pasado algo parecido,
ni con gigantescos 
ni con pequeños detalles.

Mi intención no es dar pena,
ni seducir, ni agradar
con mis comentarios.
De verdad que solo quiero
comprender y acompañar,
cuidar siempre que fuera necesario
con el permiso pertinente
y dar la cara cuando haya que darla.
No quiero protagonismo,
ni espacios que 
no me correspondan,
ni cuotas de poder
por tener un determinado estilo.
Quiero despojarme 
de cualquier mierda
que implique lo contrario 
a lo descrito anteriormente
para poder posicionarme
dese lugares conscientes,
comprometidos y respetuosos,
nada más.

Me sorprendo pensando
en cómo lo estará 
pasando el agresor intelectual
en su casa
cuando no sé si he hecho
lo propio alguna vez
con las víctimas.
Otro síntoma del recorrido
que me queda.
Lo único que sí me queda
hasta que consiga ser
mejor hombre es partir
siempre del consentimiento 
y del yo sí te creo, hermana.
No quiero más opciones.

Si alguna vez te he dañado
con mis comportamientos
machistas y por tanto 
inaceptables,
te pido perdón públicamente 
aunque valga de poco
y te animo a que me expliques,
a que nos cuentes,
qué fue lo que te hice
para que nunca jamás,
consciente o peligrosamente 
inconsciente, se vuelva a repetir.
No quiero ser aliado,
quiero que el feminismo
atraviese todos y cada uno
de los ámbitos y actitudes
de mi vida.

martes, 29 de octubre de 2024

Zidanes, Pavones y Errejones

¡Buuuuuuuuuuuuum!
Ricos y pobres,
futbolistas y políticos,
en casa y en la calle,
TODOS HOMBRES.
Galácticos,
anónimos,
hiper famosos,
obreros,
vecinos,
familiares,
TODOS HOMBRES.

El concepto de "La caja de Pandora"
lo explica todo fidedignamente.
Pandora, la primera mujer
creada por Hefesto
por mandato de Zeus,
es quien abre la caja
que contiene
todos los males del planeta.
De esta manera,
los hombres nos quitamos
la culpa
porque ha sido una mujer
quien los ha dejado libres,
en ultima instancia,
quién ha provocado todos 
los problemas terrenales.

Otro planteamiento machista 
para explicar y justificar
cómo funcionan los males
de este mundo.
Entonces ¿Quiénes son
las denominadas víctimas?
¿Las que padecen el dolor,
el abuso y la agresión?
¿Las que denuncian 
pública y/o judicialmente?
¿Las que callan anónimas 
por miedo 'a'
o por sentirse incapaces 'de'?

Nooooo, hombre 
(otra vez hombre).
En nuestra sociedad 
españolita,
desde el rango de la extrema derecha 
hasta la izquierda más rancia,
pareciera que,
por motivos muy distintos
dependiendo el origen 
de la opinión,
la víctima fuera
la cabeza pensante 
de una corriente ideológica
e intelectual;
la víctima pareciera
quien se ha emancipado
del modelo de los cuidados 
porque le ha corrompido
el patriarcado;
la víctima sería 
el que se esconde 
tras la adicción,
tras el poder embriagado 
y tras las pancartas 
que buscan conquistas sociales.

El linchamiento público
del que se habla
no es más que un debate social 
con información accesible
que se mantiene
dentro de una empresa privada
con ingresos multimillonarios
cuyo CEO es un anormal
con el ego desbordado,
X o Twitter o la marca
del puto pajarito feo.
Lo mismo que Errejón,
cuya persona y personaje 
han cometido delitos
contra los cuerpos 
de las mujeres
por no haber tenido en cuenta
la falta de consentimiento,
y no, el silencio más absoluto 
no implica que quien 
calla otorga,
otra expresión machista
y fascista para seguir
oprimiendo a quienes 
en un momento de vulnerabilidad 
no tienen fuerza
ni para sacar una palabra
de su boca.

No hay ni una sola
duda razonable
cuando la frase 
de Yo Sí Te Creo
atraviesa nuestros corazones 
por la ínfima posibilidad 
de que pudiera 
ser una denuncia
o un testimonio falso.
Que ya está bien, joder.
Que no necesitamos 
mas pruebas físicas,
psicológicas o sociales
para poner de manifiesto 
la discriminación y el horror
de las actitudes de los hombres
contra las mujeres.

Que la periodista 
que da cobijo
y proporciona 
un lugar seguro y de protección 
a la identidad 
de las víctimas, 
no está fabricando
un producto con el que enriquecerse,
sino que da soporte, voz
y visibilización 
a las millones de injusticia,
agresiones y desgracias
de las víctimas,
TODAS MUJERES.
Que las víctimas 
tienen el mismo derecho
y los mismos derechos
denuncien o callen para siempre.

Siempre he recomendado,
a modo terapéutico 
que la peña escriba y se exprese.
Si el agresor lo hace
con una carta llena de elementos
mágicos  para su dimisión,
porque no van a escribir 
la suyas las mujeres víctimas
aunque sea con faltas de ortografía
como la mías,
no te jode.
Ya solo faltaba 
que ahora a todo el mundo 
hagamos de jueces 
y de Reales Académicos Españoles
para lanzar sentencias 
a nuestro gusto.

¿Y las víctimas qué?
¿Y las agredidas cómo?
¿Y las asesinadas cuándo?
¿Qué o quiénes 
piensan reparar
las secuelas de por vida?
¿Qué o quiénes 
van a proteger la dignidad
de las damnificadas?
¿Qué o quiénes 
vas a hacer Justicia 
ante la Injusticia?
¿Qué o quiénes 
van a poner el feminismo
encima de la mesa
para que lo albergue todo?

Zidanes, Pavones y Errejones
televisados constantemente 
con impunidad, equidistancia
y complicidad.
¿Aliados de qué?
¿Representantes de quiénes?
¿Referentes hasta cuándo?
Cárcel, marginación y lanzallamas,
sin prisioneros.
Creo que se ha demostrado 
que los objetivos rehabilitantes
no funcionan.
Hay que defenderse.

Nota de autor: siento si algo de
lo que manifiesto va en contra
o desvirtúa algunas de 
las implicaciones o significantes 
del movimiento feminista.
Quiero aprender y construir 
en estos términos.
Me pongo detrás vuestra
para hacer camino
tras vuestros pasos.

viernes, 25 de octubre de 2024

Me pisa la sombra

No es que haya descubierto
su propia sombra,
sino que insiste en pisar la mía 
con el ánimo inconfundible
de caminar desafiante.
Si te sirviera
como las miguitas
que te llevan de vuelta a casa,
ADELANTE.

Tú no tienes la presión 
ni la prisa por llegar
a ningún sitio;
tú solo avanzas,
generalmente por detrás mía,
pisando las baldosas 
que yo piso.
No es armarse de paciencia,
sino comprender y aceptar 
tantos los deseos 
como las expectativas ajenas.
No es hacerlo despacio,
es hacerlo a su ritmo 
que seguramente 
y por inercia,
siempre esté revolucionado.

Zancadas cortas
y vista periférica 
como los barrios
de donde venimos.
Asaltando los cielos
y conquistando 
los suelos necesitados
de reformas.
Mirada desde arriba
hacia abajo
sin subordinaciones 
pero con las normas
suficientes como
para estructurar
el entorno más inmediato.

Desesperar es tan inútil
como esperar algo a cambio
para sentir que ya puedes
dar respuesta.
Insisto en mi primer
acompañamiento profesional
a quella casa de Navacerrada.
Desde entonces nunca
volví a ser el mismo 
y he seguido acompañando 
como la madre pájaro 🐦 
qué nunca abandona su nido.
A mi hija 
no la acompaño 
desde la profesionalidad,
pero sí desde la pedagogía 
que a todas nos hace falta.

Por eso nuestra sombras
son la misma 
alargando el cordón umbilical
hasta que ella quiera cortarlo.
Mientras tanto,
"la preparo"
para cualquier tipo de 
hostilidad a la que tenga
que enfrentarse,
ya sea para escapar 
de una cacería,
defenderse de una agresión 
o calcular el tiempo 
que dura el semáforo.

Cuando nuestras sombras 
ya no caminen juntas,
la suya tendrá tanto de la mía 
que la confluencia 
jamás podrá ser disuelta.

jueves, 24 de octubre de 2024

¡Qué buen papá eres!

Me lo dice una vecina
de otro portal
al verme acompañar 
a mi hija de noche
camino a la escuela.
No era la primera vez
que nos veía 
y tampoco la primera vez
que me halagaba.

Me pregunté si
para ella,
con lo poco que había visto,
era verdad que eso
significaba ser un buen papá
o fue solo por ser amable.
En todo caso,
la realidad es que 
no es suficiente
con hacer la compra
el fin de semana,
llevarles a las extraescolares
o elegirles la ropa una vez al mes.

Veo a su madre,
es decir mi mujer,
y siento que me da mil vueltas
en todo,
no en un sentido competitivo,
pero sí en un sentido
consciente y cultural,
cargando con responsabilidades 
que tiene que ser compartidas.
Cada día pienso 
qué me corresponde 
y adónde más podría llegar,
no solo por mi mujer,
sino especialmente 
por la crianza de mis hij@s.

No me etiqueto en ningún lugar
pero sí que me considero activo 
a la hora
no solo de rellenar huecos,
sino de crearlos de nuevas
y darles todo el soporte posible.
No creo que debamos
recibir felicitaciones 
cuando de ellas
no se valora nunca nada;
considero que deberíamos 
de ser confrontados 
mucho todo el rato.

No debiera de ser sorpresa,
ni excepción,
ni reforzado en ningún caso.
Que estoy mejor posicionado 
y mejor valorado 
por el hecho de tener pene
es tan objetivo
como que todo
lo que se invisibiliza
consciente e inconscientemente 
anula la realidad objetiva más absoluta.

Siento vergüenza y pudor,
injusticia y rabia,
asco y miedo.
Pero todo resulta
tan insignificante
al compararlo con
lo que deben de sentir ellas,
que me da hasta cosa reconocerlo.
Claro que soy un buen papá,
pero no porque me lo diga
una vecina random,
sino porque todos los días 
combato mis contradicciones
y contento mi posición 
de poder cultural heredada
por visibilizar la labor de otras.

Tenemos un problema
muy gordo, demasiado.
Y demasiada veces 
se me escapa de la manos.
Por eso escribo tanto,
para elegir bando 
haciendo propósito de enmienda
de todos mis horrores,
no los que padezco,
sino todos los que reproduzco.
Lo siento, estoy en ello.