que viene a felicitarnos
las fiestas todos los años,
en este, ha decidido arrasarlo todo.
Riadas de agua, barro y fango
que arrastra vehículos, puentes
y cuerpos inertes.
Estas catástrofes medioambientales
tienen dos tipos de responsables:
primero, la humanidad en su conjunto
y su nulidad por sostener al planeta;
segundo, la gestión de prevención
y de las propias consecuencias
de los que hemos elegido
para representarnos
pública y democráticamente.
Después de eso, nada,
o más bien, circo 🎪.
Un espectáculo de desolación,
abandono y muerte;
gratuito y televisado
sin pudor con millones
de visualizaciones por Twitter
y por supuesto con ineptos
opinadores expertos
llenando las tertulias.
Yo entiendo que ante
una tragedia
nunca se pueda dar
una respuesta 100% adecuada,
pero hemos sufrido
experiencias de sobra
como para haber aprendido
un poquito.
A Mazón que le caiga un
monzón entero;
a Sánchez que le pase
factura su partidismo
y al rey y a la reina
pues un buen baño
de lodo y fango.
Y a la extrema derecha
pues vetos, cancelación
y cárcel, así de simple.
Mientras, el resto,
se pondrá las botas,
cogerá el cepillo y el cubo
y a achicar agua y retirar coches
porque las ayudas profesionales
van a tardar en llegar.
Es verdad que el pueblo
salvará al pueblo,
pero se refiere al pueblo
solidario movido
por la defensa de
los derechos humanos
y la protección del sistema
y recursos públicos,
payasos 🤡🤡.
Que nos habéis quitado
la bandera,
usurpado el concepto de libertad
y ahora queréis ser pueblo
cuando en realidad
sois un puñado de privilegiados.
¿Saldremos mejores de esta?
Permitirme que lo dude;
o no me lo permitáis,
pero mis dudas seguirán
siendo las mismas,
tenemos ejemplos de sobra.
Empezaremos a salir de esta
cuando exista una ley
que castigue fuertemente
los bulos y la información falsa;
cuando no sintamos
que somos mejores
que el que está a nuestro lado,
limpiando el mismo suelo,
y su origen sea extranjero;
cuando consigamos
no ponernos de perfil
contra los homófobos y los machistas.
Sigue siendo tarea y responsabilidad
moral de toda la izquierda
en su conjunto.
La propia idea conceptual
de que casi todos los bautizos
de catástrofes climáticas
sean nombres femeninos.
No es aleatorio.
Hace un par de semanas
la marea ciudadana valenciana
casi acampa en su lucha
a favor del derecho a la vivienda
y ahora ya no quedan viviendas.
Es absolutamente tremendo.
No sé si el motor de cambio
tiene que venir de la indignación,
de la rabia, de los sueños
o de una mezcla de todo,
pero desde cada casa,
exista o no,
desde cada familia,
sea cual sea,
tenemos el deber y el poder
de hacerlo.
Claro que vuelve a ser político,
no es un sentido de base
donde lo institucional
lo atraviese todo,
sino a través de la esencia
comunitaria, solidaria y de clase.
Nunca superamos la idea
de las de abajo contra los de arriba,
seguimos en ello.
_A todas las personas afectadas
por la DANA y a quienes
socialmente muestren
sensibilidad a la hora de arreglarlo_
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