a la figura materna,
sea quien sea
que se atreva a asumir
las competencias y las funciones.
Uno de los elementos necesarios
para la vida
al mismo nivel que el CO2 y el agua.
Y las nubes son como interferencias,
o interrupciones
que según a quien le preguntes,
están a favor o no.
Pero el Sol siempre acaba venciendo
y cada vez ataca con más fuerzas
por eso de que el planeta
ha descuidado sus capas defensivas.
Es cultural, biológica o física,
la metáfora de cuando tienes
un día de mierda,
necesitar el sol
para aplacar las angustias.
Lo entiendo aunque
no lo comparta,
pero puedo llegar a comprender
que sentir el calor en la cara
y mirar hacia arriba
como despojándote de todo lo malo,
ayude.
No son mis estrategias,
pero me alegro que a ti te valga.
Imaginar al Sol
con todo su imperio reunido
en el perímetro de su contorno
buscando el hueco por la grieta
de la nube opaca,
me parece heróico.
Como aquellos titanes
enterrados por los dioses griegos,
que de vez en cuando reunían
la fuerza necesaria
para un siguiente enfrentamiento.
Si el Sol es un titán,
las personas nos creemos
erróneamente diosas
capaces de dominar
las fuerzas naturales.
Así nos va.
Pero pongamos el foco
en el Sol,
como si fuera el que alumbra
toda la habitación
donde dos personas hacen el amor
sin miedo a que se acabe el mundo
ahí fuera.
Si l@s propi@s vasc@s y asturian@s
bajan al norte de León
para subirse a sus montañas
más altas
y por tanto estar más cerca del Sol,
es que llevan razón.
Porque incluso cuando estemos
en el punto de la órbita
más alejada del Sol,
no estamos dispuestas a olvidar,
sino a todo lo contrario.
Hablo de reparar, de rememorar,
de recordar con rabia y dolor
todo lo injusto o todo lo anhelado.
Nadie nos puede quitar el Sol
excepto nosotr@s mism@s,
y por desgracia,
lo estamos consiguiendo.
Las nubes solo son
unas compañeras de viaje
que alivian a algunas
y minan el estado de ánimo
del resto.
Dan igual cuáles
de los elementos
sean para ti reaccionarios,
la clave es que deben existir
los contra-elementos para combatir
a todo lo excluyente.
El Sol siempre
acabará por abrirse paso,
aunque las rendijas de las nubes
estuviesen como una persiana
bien cerrada.
El coste ya lo estamos sufriendo
aunque lo peor esté
aún por llegar.
Mientras tanto,
si el Sol te da la vida,
dispara desde el suelo
con tu cerbatana
para hacer agujeros en el cielo
por el que pueda asomarse.
Escoge bando y toma partido,
nos va la vida en ello.
Los esfuerzos titánicos del sol
para abrirse paso entre las nubes,
es como un parto
en el que todo sale bien,
es decir,
un momento genéticamente diseñado
para que así suceda,
en el que debemos estar
preparadas para acompañar
con todo el respeto del mundo.
Lo lógico es que salga bien,
pero si no fuera así,
tranquila, no estás sola,
me pongo a tu lado
y esperamos a que ocurra.
_A Hakam_
Nota de autor: Un texto de cuyo título no puedo apropiarme XXXI
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