domingo, 31 de diciembre de 2023

Chao 2023

El balanceo más bonito
de este curso
ha sido el de mis hij@s
en los columpios.
Defiendo los parques
como quien en contraposición
defiende los tanques.
Cada vez más guerras
televisadas
y menos sobresaltos
en los salones de casa.
Cuidado con normalizar
la miseria, la injusticia
y el maltrato.

Celebro las relaciones,
todas aquellas que nos
hacen sentir seguras.
Los casamientos, los embarazos
e incluso alguna muerte
abriendo una lata de mejillones,
Hipocresía cero,
políticamente correcto
en entornos opresores nunca.
Homenajeo las partidas
de algunas personas,
como siempre,
e inauguro nuevas bienvenidas
a otras.
Mi refugio sigue siendo eso,
un BLOG con esencia de herencia
para cuando ya no sea más
que polvo de hueso,
un recuerdo.

Mis hij@s crecen y maduran
y yo no tengo la vista puesta
más lejos que de eso.
Su madre,
mi mujer y mi amiga,
envuelta en el enésimo
proyecto vital de su vida,
dando ejemplo.
Y yo, más contento que
unas castañuelas,
cierro el año con las defensas bajas.
El cachorro grande también,
colocado de medicamentos
pero con un estáis de ánimo
digno de los que curan
la depresión.
Y la pequeña, ay la pequeña,
tan fuerte como un roble,
tan fuerte como su madre
proporcionándonos la lección
de nuestra vida,
la de la solidaridad
de ponerse a un lado
cuando l@s más necesitad@s
nos requieren.

Despedimos a 2023
con niebla por la mañana
y frío durante todo el día,
aunque menos del que debería.
Nos acordaremos de este año,
entre otras cosas,
por ser el más caluroso
de la historia,
y eso no es una buena noticia.
El planeta avanza
pero involuciona
proporcionalmente.
Lo llevamos diciendo un tiempo,
en el momento en que te piensas
si activar la calefacción
o poner el horno
para hacer un bizcocho,
entras dentro de la categoría
de pobreza energética.

A mí, por suerte,
no me ha faltado de nada
en este 2023.
Sigo con las fuerzas suficientes
para valorar más y mejor
lo positivo que lo negativo,
lo cual,
gana por goleada a lo indeseable.
Cuando más me resiento
es en el balance
como padre,
en cómo he sido capaz
de estar al lado de mis hij@s,
en dónde les he fallado,
que lo he hecho y mucho,
y en cómo he podido o sabido
salir del paso.
Porque no soy experta en crianza,
pero a compromiso
no me gana nadie.

Estamos apunto de dejar atrás
uno de los años, cuyo número,
atraviesa nuestras vidas
por muchos motivos:
el veintitrés.
Insisto en dar las gracias
a las personas 
que me acompañan
y me dan el permiso necesario
para que las acompañe.
Gracias a las personas
que me piensan y me cuidan,
cada una a su manera,
faltaría más,
con todas sus peculiaridades
y méritos.
Gracias también,
a las que conscientemente
ya no forman parte
de mi día a día,
por algo será,
toxicidades fuera.
Gracias a las ideas,
palabras y conceptos
que me han seguido
construyendo como el que soy,
de arriba a abajo,
vestido o desnudo.

Pido perdón
a los lugares donde
no he sido capaz de llegar
y a las personas
que hayan sentido
que no he estado a la altura.
Sigo caminando, no me detengo.
Deseo paz, justicia y humildad,
no en términos sagrados,
sino en los comunitarios,
sociales y vecinales.
Celebro mi casa, La Mariana,
qué después de 8 años
sigue siendo
uno de los amores
más influyentes de mi vida,
se dice pronto,
pese a todas las adversidades
y cosas y personas en contra.

Así que me piro, 2023.
Te dejo atrás
en mi forma física
y me acordaré de ti
a través de las fotos,
los textos
y algún que otro sueño.
No te echaré de menos
porque sigo afincado
en el inmediato presente
con vistas al futuro.
Desde que cachorreo en casa
solo me interesa exprimir
cada detalle y sensibilidad
que pueda surgir
de cada momento.

Chao 2023, gracias por todo
y que te vaya bonito,
nosotras estamos preparadas
para ponerte los cuernos
con 2024,
sin actitud ni asperezas,
deseando que cada cual
encuentre
lo que anda buscando.

_ A mis 129 textos
durante 2023_

viernes, 29 de diciembre de 2023

H4N

Cuando tu entidad física
y tu identidad
pasan a denominarse
con un código
alfanumérico,
quiere decir
que no son buenas noticias
o que cuanto menos,
te ubicas en una sala de espera
donde esperar se convierte
en un tiempo demasiado indefinido.
Era la cuarta vez 
que acudíamos
a Urgencias y sabíamos
que iba a ser la última.

Desde 1887, es el mejor
hospital pediátrico
de todo el país,
donde se incluyen todas
y cada una de las especialidades
necesarias.
Me acordé de mi escuelita,
la cual tiene muchas homónimas
pero ninguna como la mía,
especializada en un tipo
de acompañamiento
que debería de ser universal.
Quien se gana una fama,
positiva o negativa,
será por algo.
Y quien marca la diferencia,
en este caso para bien,
también es por méritos propios.

Casi después de dos horas
de espera con muchas 
preguntas curiosas por medio
y unas ganas indirectas
de zanjar el proceso,
nos atiende Rosa,
a la cual le preguntamos
su nombre en primera instancia
por si queremos dirigirnos a ella.
Por eso y porque tenemos derecho
a conocer los nombres
de quiénes nos van a atender.
Vuelve a ser recomendable
el uso de mascarilla
por eso del resurgimiento
de COVID y Gripe,
pero pudimos entrever
su gesto amable 
y su sonrisa abierta.

La única preocupación del cachorro,
como casi siempre,
era la de si le iban a hacer daño.
La mía, como siempre,
la de que le humanizaran
como persona que es
y contasen con su consentimiento
para todo.
El relato de estos últimos años,
por suerte, va de eso,
la de establecer un relato
donde preguntar es obligatorio
y aceptar las posibles respuestas
también.
El sí es sí
o el no es no,
es uno de los mayores avances
sociales de este país.

Me aseguro que se dirijan
a él por su nombre,
y Rosa,
tan buena observadora
como profesional,
se da cuenta de que le cuento
a mi hijo todo
lo que está ocurriendo,
le describo todo lo que
se incluye en el ambiente,
le lleno de amor y confianza
para que intente sentirse
un poco más seguro.
Sin saber si Rosa
lo hubiera hecho
por iniciativa propia,
me aseguro,
a partir de mi modelo,
que ella se tome en serio
la actitud de acompañar debidamente.
Y lo hace,
lo hace tan bien,
que casi pareciera
que estuviéramos
en un entorno deseado.

Cuenta con él,
le pregunta,
le pide permiso para tocarle,
le ofrece confort
con sus palabras
e incluso le da la posibilidad
de decidir ciertas cosas,
por ejemplo cuando le ofrece
volver a ponerse los calzoncillos
durante la exploración
de su cuerpo
para que se sienta 
menos invadido.
Eso no lo hace todo el mundo,
cuidar hasta el más
mínimo detalle
y que cada movimiento
y/o acción estuviera
tan bien planificada
que no daría lugar a dudas
ni miedos.
Por eso me recordó
tanto a mi escuela,
porque lo que hacemos
en mi escuela
no lo hace casi nadie
pese a pertenecer a
un mismo gremio de miles,
de miles de profesionales
que al fin y al cabo
nos dedicamos a acompañar
a la infancia.

Mientras Rosa
redactaba el informe final
y yo intentaba resolver todas
las dudas que nos habían
carcomido durantes 
estos días atrás,
el cachorro inspeccionaba
el box número dos
con una actitud casi científica.
Sentía tanto bienestar,
que se atrevió a recorrer la sala
con independencia
de lo que le dijéramos,
tocando los tubos,
arrancando el papel
de la camilla,
mirando por las cristaleras...

Rosa acababa el turno
al día siguiente
y darían comienzo
sus, seguras,
merecidas vacaciones.
Me alegré tanto
como si fuera yo
el que las fuera a coger.
Empaticé tanto,
que mis mejores deseos de estas fiestas
los deposité enteros en ella.
Nos despedimos
como si hubiéramos
salido de un maravilloso
espectáculo de circo
donde no se maltratan animales,
sino que con el propio poder humano,
se hace una magia incorruptible.

Salimos tan contentos
que en lugar
de que viniese el abuelo
a recogernos,
decidimos emprender
el camino de vuelta a casa
en autobús,
tal y como acostumbramos
en nuestro día a día.
El resultado fue
que sin cambiar
el diagnóstico previo
de las visitas anteriores
a urgencias en otro hospital,
esta vez nos dieron acceso
a nueva información,
a establecer una conversación
donde desquitarnos
y preguntar todo
lo que necesitábamos
preguntar por muy tonto
que pareciera.

Por tanto,
el derecho a la información
y a la expresión libre y personal
de todos nuestros miedos
fueron atendidos
con matrícula de honor
y esto es algo,
que por desgracia,
no debiera de ser excepcional
sino la norma y el modus operandi
de cómo ofrecer un servicio
de acompañamiento a la infancia.
Así que gracias Rosa,
no te bendigo 
porque no soy creyente,
ahora bien,
le hablaré a mi hijo
de tu práctica siempre
que pueda,
como una clase magistral
de interesarse por la infancia.

_A Rosa,
porque ella sí que salió mejor
de la pandemia
o quizá ya lo era,
en todo caso,
mis más humanizados agradecimientos_

jueves, 28 de diciembre de 2023

Amoxicilina

La amoxicilina lo mismo te vale
para curarte,
que para casarte,
para tatuártelo
o para una posible
reacción alérgica del copón.
La amoxicilina
no es ninguna inocentada
por mucho que esto
se publique el día 28.

Días raros para acabar
el año.
Las vacaciones no saben 
a vacaciones
y las celebraciones
tienen olor a alerta.
Nos ha venido dado
y sin hacernos las víctimas,
nos gustaría
que fuese de otra manera,
no por egoísmo,
sino por salud:
el gran tema del 2023
junto al cambio climático.

Salud mental
y salud física.
El sistema sanitario público.
Las intenciones perversas
de poco menos
que la mitad de un país.
Es social y político.
Y por supuesto personal.
Estamos jodidas
y no hay atisbos de mejora.
Eso unido
al miedo y sufrimiento
que sientes por otro ser
que no está en su 
mejor momento,
pues preocupa,
preocupa y mucho.

Por eso voy a hacer alarde
de cuando sonó
Amoxicilina
en el intercambio de anillos,
en dos partes,
cada una con su protagonismo
para fundirnos
en un beso final
a modo de broche.
O a cada vez que
nos agarramos 
por la espalda
para cantar la canción
que consideramos
se escribió para nosotras.
Imaginaros estar rodeadas
de miles de personas
y al mismo tiempo
sentir que el foco
solo te alumbra a ti.
O aquella vez
que fuimos a un local
de Lavapiés a tatuarte
la composición de Amoxicilina
entre la ingle y la cadera.

Pese a ser personas
históricamente sanas,
estamos unidas a un medicamento
que salva vidas diariamente
aunque menos de las que debiera.
Porque no todo el mundo
tiene acceso y oportunidad.
Depende de dónde seas,
depende de cómo seas,
depende de lo que hagas,
depende del dinero que tengas,
al fin y al cabo,
depende de quién seas
y de dónde vengas.

Hemos cubierto el cupo anual
de Urgencias en apenas dos días.
Una vez más,
me duele más el 
padecimiento ajeno
que mi propia
otitis equina.
Una vez más
que me cambiaría
por él
sin pensármelo dos veces
para que no sufriera
una brizna de dolor
hasta que por lo menos
cumpla noventa.
Una vez más
que el amor duele tanto
y da tanto miedo,
que hace que te tambalees
y dudes con cada movimiento,
con cada sensación,
con cada decisión
que debes de tomar.

Amoxicilina me recuerda 
a lo mejor de mi vida
y a momentos duros
de incertidumbre
pura y sin cortar.
Una dicotomía
con la que convivir 
y transitar
llena de incoherencias
y contradicciones
pero de las que sin duda
salgo más fuerte.

miércoles, 27 de diciembre de 2023

Lo hacen lo mejor que saben

Si bien me creo la frase,
considero que está incompleta.
Y lo hago porque también
soy familia,
soy otra de las partes
de la comunidad educativa
y sé que somos muy mejorables.
Principalmente,
porque haciendo balance
todas las noches,
colecciono una cantidad
ingente de errores
que me alejan de las posiciones
de respeto y compromiso
que merecen mis hij@s.
Por tanto,
lo hacemos lo mejor que sabemos,
pero somos más que mejorables,
pese a lo que indique
la sistémica.

Despojar a cualquiera de las partes
de su porción de responsabilidad
no me parece acertado.
Dar por hecho las cosas
como si todo origen viniese
del amor, del alma o de la bondad,
lo dejo para los lugares sagrados.
Eso sí,
coincido en lo de evitar el juicio
a toda costa
porque siempre puede
haber consecuencias
por mucho que sintamos
que lo tengamos controlado.
Lo de los tipos de caracteres,
que si agua, fuego, tierra
y demás equidistancias
también se lo dejo
a las pseudociencias.

Reconocer el error
a través del análisis
y sentir la necesidad
de ser perdonado
no es una creencia religiosa,
es una obligatoriedad constructiva
dentro de la crianza.
No voy a entrar a valorar
mi parte profesional,
eso para los clasutros
o para los ratos que quiera
llorar a solas,
entro a valorar
mi compromiso como padre
que forma parte
de la composición
de una familia en concreto.

Pues claro que lo hago
lo mejor que sé,
pero eso no me exhime
de seguir estando atento,
de escuchar lo que se me propone
y de estar preparado
para incorporar cambios.
Claro que es importante
saber de dónde vengo,
pero eso no determina 
el camino o los caminos
que día a día escojo transitar.
Claro que sé dónde quiero ir
o a dónde quiero llegar,
pero eso no justifica mis equivocaciones
ni mis perturbaciones.

Guiarse por l@s expert@s está
muy bien,
pero elegir bien 
l@s expert@s por los que guiarse
es una decisión compleja.
Este BLOG
es un manuscrito
en toda regla
de toda la pedagogía
que me atraviesa
desde antes de tener hij@s.
Una especie de borrador
modificable
donde acudir siempre que quiera
para estudiar la evolución
de mi acompañamiento
que en todo caso,
esta sujeto a mejorar
constantemente.

Yo no os pasaré los datos
para hacer la factura,
pero siempre exigiré
los requisitos de transparencia,
humildad y compromiso
en relación a seguir mejorando.

lunes, 25 de diciembre de 2023

Vacaciones anticipadas

Teníamos que reventar
por algún lado
porque por mucho 
que intentes cuidarte,
nunca va a ser suficiente.
Pese a la confianza
y las buenas voluntades,
fuerzas la máquina
por seguir aportando
al máximo,
por tender una mano
cuando crees que te necesitan,
porque cuidarse es cuidar al resto.

Pero llega un momento
que sin programarlo
y creyéndote invencible,
que no imprescindible,
detona la bomba
que llevas dentro
y hasta luego.
Son cosas que podrían
evitarse o no,
pero que pasan
porque quieres estar 
a la altura
o cuanto menos
agotar todas las posibilidades,
no es recriminable.
El caso es que explotas
y tienes que marcharte
de madrugada
con un dolor
tan insoportable
como desconocido
para que gente profesional
y curada de espanto
te cuenten lo que te pasa.

Llamas al taxi
y lo coges con capucha
porque quieres sentir
algo de alivio
tapando la oreja
por el ruido de ambiente.
El conductor es tu vecino
de la calle de atrás,
San Filemón,
que te recuerda
el nombre de tu hijo
cuando le sacabas 
por la ventana para aplaudir
en pleno confinamiento.
De aquella máxima
de salir mejores
ya no se acuerda nadie
y casi nadie salió mejor,
ni siquiera l@s desgastad@s
sanitari@s que van a atenderte
en pocos minutos.

Era la madrugada del
miércoles y al jueves
y yo todavía confiaba
en poder acudir al trabajo.
Mientras, en casa,
todas juntas y revueltas
con toses, mocos y una pizca de fiebre.
Recorro los pasillos de urgencias
tras el triaje
con una otitis de caballo.
Ojalá hubiera sido
un caballo para repartir
coches y mordiscos.
Es uno de los pocos
sitios donde nadie sonríe,
nadie padece sonrisas
sino todo lo contrario,
mientras que el trato suele
ser aséptico, estéril y exento de cariño.

Un par de inyecciones
y varias horas después,
me marcho derrotado
y con el mismo dolor
para volver en un autobús
que ya ha comenzado su itinerario.
Cuando llego al portal
miro al quinto
y las luces están apagadas,
todo el mundo duerme
tras una noche festiva
en el peor de los sentidos.
Subo las escaleras
muerto de dolor
sabiendo que nadie
va a ir al trabajo, ni al cole,
ni a la escuela, ni a estudiar.
Nos quedaremos en casa
lo más arrimaditas posible.

De repente
comienza a supurar sangre,
pus y fascismo.
La presión se libera
y voy notando algo de alivio
porque aquí nadie se atrevió
a meter en vena antibiótico.
Dejo de sentir el pitido
para coger la frecuencia
del ruido blanco,
pero ya es distinto,
ya me tranquilizo
con el mismo chándal
de la jornada anterior
que se ha convertido en la actual.

L@s cachorr@s se levantan
con su energía de siempre
pese a los desvelos, las deshoras
y el cansancio acumulado.
Solo les cuento dos cosas:
la primera que no suban 
mucho el volumen;
la segunda,
que aquí todo el mundo
comienza sus vacaciones
de manera anticipada.
Después de reventar
algo bueno teníamos
que sacar.

sábado, 23 de diciembre de 2023

Año 5 Después de Enzo

Cumple los dedos
de una mano
como los gestos
universales de saludarse
y despedirse,
siendo seguramente
el primer símbolo
de la relación de tu vida.
Cuando naciste
te cogí como si fuera
la primera vez
que soportara un peso,
te miré sabiendo
que era la primera vez
que me ubicaba en mi vida
y te dije: ¡Hola, hijo!
Ese fue el comiendo de todo.

Cumples cinco
como mi número favorito.
Cumples cinco
como el piso
en el que vivimos,
como el piso en el
que siempre viví.
Cumples cinco
como el número de la lista
que me tocó
durante toda primaria 
gracias a mi apellido,
que es el mismo que el tuyo.
Cumples cinco
como el ritual de besos
que completo
todas las mañanas.

Siento tu gusto y tu deseo
por seguir haciéndote mayor,
cada vez más independiente,
cada vez más inteligente.
La cantidad de palabras
que utilizas
ha crecido exponencialmente
con el paso de los meses.
Tus conversaciones
son tan complejas
que espero ansioso
la creación
de tu primer texto,
si yo hice miles
tú harás decenas de miles.

Eres niño por mil motivos,
pero yo soy tu padre 
por motivos que desconozco,
pero que son los más
importantes de mi vida.
Una mano entera, colega.
La misma mano de siempre
pero cambiante en tamaño,
en formas y en gestualidad.
La mano que te cogeré
hasta que me dejes cogerla,
sin pudor ni vergüenza,
con honor y compromiso,
con orgullo y clase,
hasta que me muera.

Y después de mi muerte,
tus palabras sumadas
a las mías,
para seguir con el legado
que un día de niebla
pactamos llevar a cabo.
No estamos distanciados,
tú te estás diferenciando
de lo que te parece
importante estar espaciados
para llegarnos desde otros lugares,
con diversos sabores,
inauditos olores
y genuinas miradas.
No conozco nada más
auténtico
que tu persona
de carne y hueso,
que tu esencia 
repleta de dignidad,
que tu voz
proyectada en el
vasto océano
de las cosas que esperan
ser encontradas.

Ahora que estás aprendiendo a leer
descubrirás un nuevo mundo
de rincones imposibles
y palabras pendientes
que estaban esperándote.
Me quedaría a vivir
en cualquiera de tus manos,
con cualquiera de tus dedos vecinos,
para tumbarme en tu palma
y que me arroparas con tu puño.
Las grietas y las heridas,
la memoria conjunta
de un papa y su hijo
o de un hijo y su papá,
transcendiendo a la ceniza
para reposar en el recuerdo.

_A tu mano entera, canalla_



martes, 12 de diciembre de 2023

Estuvimos hablando

Estuvimos hablando
sin el rabillo del ojo,
sin la alerta necesaria
cuando acompañas cachorr@s,
sin mirar el reloj
de manera rutinaria,
sin esperar un grito
desde el salón 
a modo de llamada,
en definitiva, sin interrupciones.

El saneamiento necesario
sin pagar 80 pavos la sesión.
Temas como el curro,
la oposición,
o la situación social actual
fueron nuestros focos
de ventilación.
En realidad,
dando igual el qué,
nos desgranamos en el cómo
como cuando de adolescentes
nos veíamos a solas
rodeadas de gente
pero sentíamos esa intimidad
irrenunciable
de un amor-volcán
al que le daba igual
qué o quiénes llevarse
por delante.

Estuvimos hablando
para hacer memoria
de cómo se habla
cuando a priori
solo estás centrada en una cosa:
en estar.
También cabía
la posibilidad
de haber perdido la capacidad
de hacerlo,
pero nuestra cantidad
de tiempo
es a la vez nuestro legado,
nuestra caja de herramientas,
nuestra habilidad mejor valorada.

Caminábamos, fumábamos
y nos dábamos las manos
con el foco
la una en la otra
sin intromisiones
de todo lo que estaba
ocurriendo alrededor.
Nuestra baza bien aprovechada
hasta la ultima gota
porque nunca sabes
cuando vendrá
la siguiente oportunidad.
Sin ápice de culpabilidad
porque consideramos
qué estamos en nuestro derecho,
sin grandes alardes,
solo convencidas
y obstinadas en complacer
una necesidad humana
que muchas veces
se ve limitada
o ni siquiera
contemplada.

Estuvimos hablando
con cafés en los bolsillos
y transbordos
en transporte público
sin mirar a nadie
por encima del hombro
porque solo teníamos
ojos para una cosa,
para la boca que teníamos
en frente
con la única buena voluntad
de besar con permiso
esperando a que nos llegase
el turno.

lunes, 4 de diciembre de 2023

Has perdido la cuenta

Has perdido la cuenta
y no sabes ni por
donde te vienen los tiros.
Pese a ser la más lista del lugar,
no es eso lo que más me gusta de ti.
En diciembre hay
muchísimas cosas
que celebrar
y tú no ibas a ser menos.
Así, aleatoriamente,
te homenajeo de nuevo
ya no solo por las molestias,
sino por el progreso
de crecer contigo
como la planta
que necesita agua, luz
y oxígeno
para seguir gritando en silencio
que existe
porque las condiciones
son las óptimas.

Lo mismo me pasa a mí
y ya nos hemos cobrado
casi el primer trimestre.
Cuando todo va bien
el tiempo pasa demasiado desprisa.
No me imagino
que pudiera ser de otra manera,
el mejor regalo
para el año más caluroso
de la historia.
Las malas noticias 
se contrarestan
con las que resultan
valientes, humildes y transparentes.
Es esas estamos,
en la de no hacer
de una tercera parte
una parte del montón,
sino el colofón que 
cierre la trilogía.

Por eso digo
que has perdido la cuenta,
porque ya no sabes
las veces que te he escrito
y me he refugiado en ti,
pese a la distancia,
pese a la ausencia de contacto,
pese a que el concepto compartir
no signifique todo
lo que nos gustaría
siempre.
Contigo me reinvento
y me invento los caminos
que los mediocres
dicen que están prefijados,
no solo por llevarles
la puta contraria,
sino por hacer de la humildad
nuestra única bandera.

La cuenta de la vieja
si quieres,
pero un día más
significa lo mismo
que un día menos,
porque mientras sientes
el sabor de la victoria
con el día transcurrido,
te embiste la nostalgia
con el día que no volverá.
Y sí, de recuerdos también se vive
y se sobrevive,
faltaría más,
historia viva
de lo que un día sentimos,
lo que nos gustaría sentir
ahora mismo,
y cómo nos gustaría sentir
de aquí en adelante.


A mí me que me maten
si quieren,
lo tengo todo.
A cuidar a las que quiero
no me gana ni dios,
y tú, 
como retrato, idea y significado,
te vienes a la tumba conmigo.

_A mi Bewüi, otra vez y las que hagan falta_

jueves, 30 de noviembre de 2023

Día 95 de oposición

Vamos tirando que no es poco
y la cosa avanza
con una rutina mas o menos
establecida.
Me gusta fantasear
en cómo nos veremos
meses después
justo en el punto
en el que nos encontramos
ahora mismo.
Y la historia marcha
y evoluciona,
me atrevo a decir,
favorablemente.

Despacito, todas vamos
viendo resultados
de nuestros esfuerzos
y nuestra organización
consciente y bien pensada.
Siguen estando los días buenos
y los que no lo son tanto,
pero entendemos
que no hay nada lineal
en el proceso.
Ahora bien,
los frutos sí que los vemos
y los sentimos.
Un reconocimiento
al mérito de todas las partes,
especialmente la más compleja,
la de una mamá multitarea
intentando estar 
en todos los sitios
al mismo tiempo.

Pero sabemos que 
no es posible
y jamás te echaremos
la culpa de nada,
suficiente tienes tú
con reducir la que ya arrastras.
Estamos bien
y te esperamos
a que estés disponibles,
porque mientras tanto
nos cuidamos entre nosotr@s
y nos arropamos sin reproches.
Fíjate bien dónde estabas
el día 1
y en qué posición
te encuentras en el día 95.
Y también puedes fijarte
en cómo te echamos
de menos desde el día 1
y las formas que se
nos han ocurrido
para hacerte el camino
algo más amable hasta el día 95.

Somos más que un equipo,
somos felices
por pertenecer a lo mismo,
a nosotras mismas.
Gracias mamá,
llega hasta donde puedas,
yo les sigo poniendo
palabras a lo que veo
en nuestr@s hij@s.

lunes, 27 de noviembre de 2023

El primero de cientos

Era un día emocionante
para mamá y papá;
también para ti,
pero a tu manera.
Llevábamos casi un año
esperando el que iba a ser
el primer concierto de tu vida.
Grábatelo a fuego:
Sábado, 25 de noviembre de 2024,
Wizink Center Madrid, La M.O.D.A.

Así que fuimos
con la siesta bien echada,
en transporte público
y con comida y agua
bajo el abrigo.
Qué bonito lo de desatar
pasiones y que tu hijo
te vea tal y como eres
cuando las cosas te hacen
sentir de una manera tan desaforada
que no hay explicación posible.
Lo hicimos.
Lo hicimos juntas
porque no sabemos
hacerlo de otra manera.
Tampoco queremos hacerlo
de otra manera.

Un aprendizaje-axioma
de una experiencia
y un recuerdo para la posteridad.
De eso uno
no se olvida nunca.
Yo recuerdo perfectamente
que mi primer concierto
fue Maná en las Ventas
y Estopa en el teatro
Lope de Vega,
ambos con doce años,
así que fíjate
la ventaja que me llevas,
cachorro.

La primera música
que escuchas
suele ser la que te ponen en casa,
y tú ya fuiste a varios concis
estando en la tripa,
concretamente a tres,
y tus poros lo saben,
tus venas fluyen 
con piedad de los acordes
que te acompañaron siempre.
Para mí ha sido
uno de los días
mas importantes contigo
y con mamá.
Compartir un evento
de este tipo,
con los que mamá y papá 
hemos crecido
y nos hemos hecho
tal y como somos ahora,
no hay entrada cara
que se me disuada.

Las miles de personas
fueron a verte a ti,
sintieron cada salto,
cada gota de sudor derramada,
cada cerrar de ojos
esperando que el tiempo
se parase en lo que durase
el aterrizaje.
Ni cascos respetuosos
ni hostias,
todo los agujeros disponibles
hasta la afonía.
Y agradecimiento,
agradecimiento y reconocimiento
puros y duros
por criarte de esta manera,
la que elegimos,
pese a todas las equivocaciones.

Lógico que se te hiciese largo,
lógico que las tres butacas
se convirtieran
en tu tumbona de playa,
lógico que ir al baño
fuera una excursión
y lógico que las carreras
entre seguratas
se convirtieran,
seguramente,
en algo inolvidable.
Por si algún día
te conviertes en fan,
dejo por escrito
que compartimos mirada
y sonrisa con Rozalén,
que ella te conoció
antes de que tú la descubrieses.

Qué decir de la vieja banda,
la que nos ha hecho vibrar
a mamá y a mí
una decena de veces en directo.
La que por fin
nos hemos podido comer
por dentro y por fuera
junt@s,
en familia,
marcando en el calendario
esta fecha tan especial
con subrayador amarillo.
No quepo en mi 
de cada bote que daba
pensando en ti,
en que acertases
a ver mi felicidad y orgullo
por algo que me encantaría
tú reprodujeses 
en tu propia carne
según sigas creciendo.

Estos es parte de la historia
de tu familia
y te hemos invitado
a que entres de lleno,
a que reconozcas 1932,
a que identifiques a tu hermana
con Miraflores,
a que aprendas otros idiomas
con PRMVR,
a que te sientas parte
de una Kuadrilla con
Los héroes del sábado
o a que finalices los conciertos
con Mañana voy a Burgos.
Esto también es el legado
que te dejamos.

La salchicha enrollada
en pan de molde,
las palomitas recubiertas
de chocolate,
la historia del villancico rumano
en el E3,
las paredes que escalabas
en la Plaza de Felipe Segundo,
la Tita Margui,
los cascos que nos prestaron,
la fuerza con la que te cogía
en cada canción,
son otras de las cosas
de las que te acordarás
toda tu MODA vida.

El primero de cientos,
lo prometo.

jueves, 23 de noviembre de 2023

El oscuro pasajero. Parte II

Quién no lleva un
hijo de puto dentro de sí.
Pero que el propio vacío existencial
es sentir que la carga
puede contigo.
La idea insoportable
de no encontrar consuelo
ni salida
a un túnel oscuro y eterno.

Otra vez el oscuro pasajero
y cualquiera de sus personalidades
que ataca desde dentro 
hacia afuera
con todas las entrañas derramadas.
Eso, como otras ciertas cosas,
hay que vivirlo
compo para empezárselo
a imaginar.
Incluso así,
no hay empatía que valga
ni empatía suficiente
como para llegar
a comprender una mínima
parte de todo el dolor
que se importa y que se exporta.

Pero eso tú y yo
ya lo sabíamos,
son demasiado años
y unos cuantos
padecimientos,
unos cuantos episódicos
y otros perennes
como las hojas de 
algunos árboles.
Todos los textos
y todas las conversaciones
están atravesadas
de alguna manera
por la salud mental,
puta ausencia de salud mental.

No es solo el malestar
que te genera el hij@ de puto
que llevas dentro,
es también la imagen
que se proyecta en el resto
y que inevitablemente
arrasa con cualquier ápice
de oportunidad que creyeras tener.
Es peor que el cáncer,
porque lo que sabes de dónde viene,
intuyes a dónde puede llegar;
lo contrario es ansiedad, miedo
e incertidumbre
que nubla cualquier posibilidad
a la vista.

Es estar muerto en vida
porque aunque tu corazón
parezca que lata,
tú sientes la absoluta ausencia
de todo lo que previamente
creías conocer,
por lo que le camino
ni siquiera
es considerado un camino,
sino un letargo inducido
en el que no puedes saborear
ni un poquito
las victorias que,
desde fuera,
parecieran que arrojan
un poco de luz.

El oscuro pasajero
es un hijo del grandísimo puto
y el tal Ángel Martín,
flaco favor nos hace,
pero claro,
cada uno como puede y sabe.
El problema no es
cuando quieres arrasar con 
todo y a tod@s,
sino cuando quieres eliminarte
a ti mismo.

¡Seguimos!
Y al hijo de puto que llevo dentro,
te digo
que voy a acabar contigo.

sábado, 18 de noviembre de 2023

179

Me alegra saber
que tendremos a 179
representantes plurinacionales,
cada un@ con sus más y su menos,
los próximos cuatros años.
Y lo celebro a 1200 kilómetros
de velocidad,
los textos que llevo.
Es un alivio haber desbancado
a l@s otr@s 171,
que estarán al otro lado
de la tribuna
como trozos de carne para las hienas.

Las cosas irán despacio,
como siempre,
y nos seguirán 
resultando insuficientes,
como casi siempre,
pero esto va de reducir daños,
y lo hemos contrarestado
en las urnas
aunque la otra mitad
quiera salirse de los
márgenes constitucionales.
Es una cifra,
ciento setenta y nueve,
que nunca olvidaré,
y por la que ciertamente
me sentiré representado
y algo más tranquilo.

En el circo seguirá 
habiendo animales
aunque esté terminantemente
prohibido.
En la tienda de mascotas
seguirán vendiendo cachorr@s
por la puerta de atrás
aunque esté considerado ilegal.
Y en las protectoras
seguirán sacrificando
animales abandonados
aunque ya haya otro reglamento
que regule lo contrario.

Sí, la derecha
ahora aunada
como extrema derecha,
seguirá envenenando
nuestras aguas,
continuarán contaminando 
nuestros alimentos
y producirán gases nocivos
hasta el final de los días.
Pero lo harán desde posiciones
insuficientes de poder
de acción y ejecución
y no hay mejor noticia que esa,
recuerden,
reducir daños.

Seguirán sumando adept@s
a costa de familiares,
amig@s y conocid@s
y cobrará fuerza la polarización
de un país con tantas
cuentas y cunetas pendientes.
Seguirán a nivel local,
provincial y comunitario
restando derechos
y avances sociales,
seguirán discriminando,
criminalizando y marginado
a los colectivos vulnerables,
y seguirán matando civiles
sin apretar el gatillo.

Seguirán guionizando
las líneas editoriales de los medios,
dirigiendo bancos
y explotando con grandes multinacionales.
Pero hemos aprendido una cosa,
ni son mayoría,
ni son capaces de conformarlas.
Son así de inútiles
y de inservibles.
Por eso están tan agitad@s,
debido a sus propias
mediocridades y debilidades.
Porque les hemos superado
en porcentaje, votos y humanidad.

Si antes fuimos 26 millones
hijos de puta que debíamos
de ser fusilad@s,
ahora estamos en manos
de 179 hijos de puta
que tiene la tarea
de mejorar la vida de la gente.
Insisto que,
aunque sea por reducir daños,
yo me siento mucho más tranquilo.

martes, 14 de noviembre de 2023

Es importante pero no lo fundamental

Es una de la devoluciones
que obtuve después
de una subida de sueldo.
Como si ir a trabajar
fuese algo elegido y voluntario,
sabéis a lo que me refiero.
Independientemente de que te guste,
sientas y ejerzas la vocación
o consideres que es tu lugar,
no, si pudiera elegir
no iría a trabajar 
por un puñado de euros
que no cubren ni por asomo
los altos costes de la calidad de vida.

Es importante estar agusto,
sentir que te desarrollas profesionalmente,
crecer como persona
en varios ámbitos,
compartir y madurar,
lograr los objetivos,
descubrir y aprender.
Todo eso no es solo importante,
sino que es importantísimo
para poder llegar a sentir
que ir a trabajar merece la pena
no solo por el incentivo económico.
Pero para mí, lo fundamental
es entender que nos es justo
desempeñar toda una práctica
profesional sustentada
en una pedagogía maravillosa
por poco más que 1300 al mes
con las pagas prorrateadas.

No pretendo depurar responsabilidades,
sé muy bien quiénes hacen
los convenios
y quiénes diseñan los pliegos:
el enemigo que no hace justicia nunca
a la clase trabajadora.
Y el sistema,
que reconoce y valora
en función de lo que significamos
que unos cobren en tres meses
lo que ganarían algunas en un año.
Por eso yo no confronto
con mis compañeras ni amigas
sean jefas o contratadas,
faltaría más,
convivo casi tanto con ellas
como con mi propia familia,
de ahí, que en cierta manera,
las considere casi familia.
Confronto con la idea
de que querer cobrar
más y mejor
no nos hace ser
peores profesionales,
ni más materialistas,
sino que sería uno de los modos
en que nuestras funciones
se viesen mejor y más reconocidas,
ya no solo por la importancia
y la trascendencia
de lo que en un futuro
dará sus frutos,
sino por el inmediatísimo
presente de lo que nos merecemos.

Es fundamental la emancipación
económica de nuestr@a mayores
para seguir dando los pasos
que consideremos con la
libertad y autonomía suficientes
que nos permitan crecer y desarrollarnos.
Así son las reglas del juego
y el tablero poco podremos
modificarlo,
pero la dignificación de sus normas,
están en nuestra mano,
porque incluso para acudir 
a ti puesto de trabajo
tienes que pagar el abono,
repostar el coche
o comprarte jnos zapatos
que te permitan
aliviar la crueldad del suelo.

Ya ni siquiera hablo
de poder acceder a una vivienda,
pagar las facturas de los suministros
o llenar la cesta de la compra.
Ya ni siquiera menciono
lo de mantener personas a cargos
o incluso conseguir ahorrar
para las vacaciones.
Ya ni si siquiera me refiero
a tener un detalle a modo de regalo
o consumir un poquito de ocio.

Está guay distinguir
entre lo importante y lo fundamental,
y además entiendo
qué es algo muy personal,
pero lo primero
es lo primero para todo el mundo.

viernes, 10 de noviembre de 2023

Barricadas de los fachas

Ya nos avisaron
en plena Pandemia,
cuando cacerola en mano
y palo de golf entre las piernas,
salieron con sus bugas
por aceras que no necesitaban
ser asfaltadas.
Les estaban coartando la libertad
y España les sabía a menos España,
claro payasos,
una de las secuelas del COVID
era perder el olfato.
Vaya panda con mocasines,
camisa y chaleco,
que pena que no os hubiera
faltado respiradores artificiales.

La clase priviligeada y acomodada
sale a las calles
y no es para salir de fiesta.
Es para exigir que su España 
no se rompa,
la privada y externalizada,
la que vulnera sistemáticamente
derechos humanos
y derechos sociales,
la que criminaliza y asesina
a personas que forman parte
de colectivos que no es el suyo.
Su España facha
hereditaria del franquismo.
La del bigote,
la de la mujer en su sitio
y los maricones en cunetas.
La de l@s negr@s
mejor en el fondo del Mediterráneo,
l@s pobres en la periferia
y la transexual en la clínica.

Salen cada noche hacia 
la Calle Ferraz
aseaditos, con perfumes
pero las pollas sudadas.
Se visten de súper héroes
con la rojigualda
y gritan que los patriotas
son ellos,
con dos cojones.
Fascismo del bueno
retransmitido y blanqueado
por casi todos los medios
de comunicación,
para que si cabe posibilidad,
empatices con su amargura,
la de que perdure
la madre patria, católica
y ultraconservadora.

Y funciona, claro que funciona,
veréis que cenas
nos esperan en diciembre.
Parace que avanzan
menos en votos,
por eso no van a ganar,
por eso están agotados.
De lo más antidemocrático
que he visto últimamente.
La élite rogando
y los cachorros
con el mazo dando. 
Pobre infancia
la que le toque
ser acompañada
por semejantes machirulos.
Heterosexuales bien vestid@s
que se van de la mami
para cenar calentit@s,
sin miedo a que las facturas
les pasen factura.

Anda que piden por alguien
más que por ell@s,
pero qué hij@s del gran puto,
también sus dioses.
Por eso el día
que nos encontremos
no habrá tiempo
para ponerse de perfil.
Habrá que decirles
que si quieren nuestra desaparición,
puede que suceda antes
la suya,
porque equidistancia ninguna,
miedos todos los posibles.
Imaginaros su España,
la que ya hemos sufrido tantos años
y aquí seguimos,
pero con qué secuelas
y a costa de tanto.

La agitación de una clase
que se desmorona
tras haber perdido
en unas elecciones.
Por eso claman venganza
con rencor,
buscan el pucherazo
entre tanta anormalidad democrática
porque se creen únicos e impunes.
No seré yo quien defienda
a los sociatas neoliberales,
pero sí seré yo quien defienda
a cualquiera que quiera
se ofrezca a liderar desde 
posiciones antifascistas,
aunque el resto solo sirvamos
para garantizar los mínimos exigibles.

Nos equivocamos en ridiculizarles
por el hecho de que no estén
acostumbrados a protestar en las calles,
ni que la calle hubiera sido nunca nuestra.
Hay mucha más gente
que voya en contra
y que no ha pisado la calle
en su vida
de la que nos imaginamos.
Esa también es nuestra derrota.
Lo que no van a venir
a enseñarnos
son los términos en los que pensar,
la manera de entender a las sociedades
y el análisis humano 
de todas las dificultades.

Ellos no hacen barricadas,
ellos levantan muros
y corean al unísono
que van a ir a por nosotros.
Si de verdad no hay mal
que por bien no venga,
a lo mejor es el momento
de asumir que también
tenemos que ir a por ellos.
O ellos o nosotros,
es cuestión de supervivencia.

Es insoportable

El hombre acabará con el hombre.

Otra guerra más
que lleva siendo guerra
durante decenas de años.
La ocupación ilegal,
los desplazamientos forzados,
las bombas en la franja
con objetivos deliberadamente civiles,
niños, niñas, familias enteras.
Víctimas con categoría y de clase,
daños colaterales, dicen,
un genocidio televisado
y justificado por la gran mayoría
de Estados,
incluso los que se preveen
más democráticos.
No hay Derechos Humanos que valgan,
ni empatía ante una matanza,
primera, segunda, tercera intifada
y las que vengan,
hasta que desaparezcan
ante la mirada inmóvil
y la más demoníaca de las inacciones.
¿Pero qué cojones nos pasa?
Sociedades polarizadas
e impasibles,
la equidistancia política,
el discurso de tu cuñado,
es demasiado, joder.
Terroristas cuando nos interesa
y destrucción masiva
de la vida humana,
también del medio ambiente.
Te preguntas si valen
de algo las movilizaciones sociales,
los tuits descarnados,
las conversaciones entre pasillos.
Es verdaderamente insoportable
pararse a pensar en ello,
informarte o ver vídeos
de personas inertes.
Es absolutamente insoportable
encontrar siempre
una opinión contraria 
que justifique las atrocidades,
vengan de donde vengan,
solo que casi siempre suelen
venir del mismo sitio.
Es realmente insoportable
intentar dar una explicación a tus hij@s,
¿por dónde empezar?
¿por dónde seguir?
¿cuándo acabará?
El bucle del planeta Tierra
con sus guerras,
con sus paraísos de paz,
con sus vueltas a las masacres.
Y claro que tenemos
que posicionarnos,
no porque eso vaya a ayudar
en el conflicto,
sino para que por lo menos,
en tu casa,
se pueda respirar algo de justicia,
algo de humanidad,
algo de futuro.
Miles de muert@s
en pocas semanas
siendo la mitad infancia,
parte de la infancia
que ya no tendrá un porvenir,
ni un desarrollo, ni una madurez.
No tendrán posibilidad
de crecer y evolucionar
porque ya no existen,
y porque jamás conoceremos
sus nombres
y por tanto
les olvidaremos sin haberles conocido.
Como si no hubieran 
existido nunca,
ahora mismo les están aniquilando
y yo solo puedo escribir
esta mierda de texto,
insuficiente en todo caso.

La conclusión es que 
es insoportable
y el remedio,
si es que existe,
no pasa por tus manos.

jueves, 9 de noviembre de 2023

El Pirulí

Cuando bajamos del autobús
y encaramos el paso de cebra,
ella gira su rostro a la derecha
para encontrarse con
el imponente Pirulí:
"Uuuli, uuuli, uuuli"
canta con soniquete
al anticipar el vislumbramiento.
Está en esa época
en la que se expresa
con melodía, ritmo y volumen.

Un choque de monumentos
de lunes a viernes
donde me debato
entre lo social, cultural y lo político.
Que no nos engañen,
la crianza también es ideológica.
La perspectiva del Pirulí
cambia según bajamos
con nuestro segundo autobús
por la Calle Doctor Esquerdo,
siempre mirando hacia arriba
y haciendo como si quisiéramos
alcanzar la luna.

Cada vez que lo ve,
se asombra como si se tratase
de la primera vez que lo descubre.
Qué capacidad la dejarse sorprender
y emocionar sin compromiso
con nadie,
la de llamar a las cosas
y a las personas por su nombre
y la de escudriñar un simple detalle
como si fuera un trabajo de fin de grado.
También es una especie de juego
que nos hemos inventado,
una norma no escrita
y una rutina necesaria.
Un tip, un toc, un tick
que manejamos con libertad
entre las dos,
a nuestro antojo,
sin tener en cuenta a nadie más,
como cuando pasamos por un túnel
o compramos churros los viernes.

Nuestros códigos,
nuestras normas,
a solas y con intimidad
entre este mar de gente.
Me gusta la composición
de tu cara al verlo,
tu estilosa y delicada
anticipación sabiendo
hacia dónde tienes que mirar,
la comprensión de un padre
hacia su hija
sin que nadie se percate
de lo que está ocurriendo
es algo tan mágico
y extraordinario,
que si me lo pidieras,
te llevaría el Pirulí a casa.

Siempre formará parte
de nuestros primeros itinerarios,
de tus jornadas equiparables
a las mías,
del transporte público
que no gratuito,
que tanto tiempo
potencialmente aprovechable
me ha regalado.
Por los sitios comunes
y los lugares amables
que siempre nos recordarán
algo digno de ser recordado.

domingo, 5 de noviembre de 2023

La Hora En Que Te Lo Cuento. Parte II

La cachorra que viene detrás.
Un legado de historias y cuentos
que se repiten
como las películas
que veíamos de pequeñ@s.
Una tradición de instituto
donde contar cuentos
tumbado y del revés,
liberaba las cadenas
del elefante encadenado.
Eso solo lo saben unas pocas,
pero desde entonces,
comenzó mi amor
por la literatura infantil.

El ritual de la noche
que a veces se ve empañado
por un televisor que atonta
las neuronas,
y pido perdón por ello,
por adoptar la posición fácil
y accesible de seguir avanzando
en las tareas
que ni os van
y que ni os vienen,
pero así son los ritmos
y las comodidades
del mundo adulto.
Pido perdón por ello.

Cuando la complejidad
de los cuentos pasa
por intereses distintos
según la edad,
porque ahora sois dos
l@s que reclamáis contenido
para llenar vuestros huecos.
Son leyes no escritas
que no deberían ser incumplidas
nunca.
Y no es que yo lo haga mejor,
es que llevo muchos cuentos
a la espalda
y entendí hace tiempo
la obligatoriedad,
por salud mental,
derechos humanos
y aprendizaje social,
de que exista el momento
de ojear, escuchar e imaginar.

Insisto en que no es excusa
que por ser una de
mis herramientas de trabajo,
luego llegue a casa
y la deseche por agotamiento.
No sería justo ni conveniente que,
tras cambiar de contexto
al pasar del secundario
al principal,
yo me haya desnudado entero
en la institución
y luego no haga el esfuerzo
de hacerlo en casa.
Eso nunca.

La historia interminable
de decidir qué y cuántos cuentos,
para afrontar una noche
donde la consciencia
se deja llevar por sueño y sueños.
¿Cuál tocará hoy?
¿Qué elementos perdurarán
y cuáles serán los nuevos?
¿Cómo compaginar el estar en medio
y tener que compensar
al que tienes en la izquierda
y a la que sujetas con la derecha?
Todo el arte y las aptitudes
llevadas al máximo exponente
con el ánimo de que
lo recuerden toda su vida.

Soñar con abrir una librería
o trabajar en la que tantas
veces has estado,
en tu barrio,
con personas tan extraordinarias
como las lecturas que te recomiendan.
Saltar de estantería en estantería,
cambiar de sección
con los ojos cerrados
porque te sabes de memoria
cada giro, cada altura,
cada perspectiva.
Consumir gratis
como si estuvieras
en una biblioteca pública
sin miedo a romper el silencio
para finalmente comprar,
porque deberíamos comprar
a las artesanas y no a las multinacionales,
las obras que completarán
el armario de tu casa.

'LHEQTLC'
es la denominación,
por siglas,
por los siglos de los siglos,
FIN 

viernes, 3 de noviembre de 2023

¿Cómo te llamas?

¿Cómo te llamas?

Le preguntó una chica
de unos diez años a Gala 
en el autobús.
Es una pregunta perfecta,
la de acercarte a una desconocida
y preguntar su nombre
como comienzo a una conversación.
Hay que saber cómo dirigirse
a las personas y muchas veces,
la infancia, lo tiene más claro
que nosotras.
Nosotras directamente
increpamos, avasallamos
o nos pasamos de guays.

Es tan sencillo como empezar
desde el principio,
por el primer derecho
que tenemos como sujetos
que existen,
el de tener un nombre.
Gala la miraba
con ojos como planetas
y una sonrisa
entre vergüenza y curiosidad.
Así se acerca una 
a un bebé, a una niña
que se está haciendo
por la mirada que recibe
de l@s otr@s.

No solo me pareció tierno,
sino educado, empático y estiloso.
Un claro ejemplo
de comunicación verbal directa
desde la buena voluntad
y el compromiso de hacer las cosas bien,
con orden y estrategia.
Porque no siempre tenemos
las herramientas,
pero a veces solo bastaría
con la actitud necesaria
de haber pensado el cómo.
La vida no son solo cálculos
y mecánicas difíciles de integrar,
con una buena planificación
de los actos, suele resultar suficiente.

Pero claro,
no tenemos tiempo o ganas,
no valoramos la importancia
de los detalles,
las palabras seleccionadas
o la forma en que se expresan.
Vamos a degüello
porque solemos sentirnos
por encima de cualquier
situación o persona.
Y nos equivocamos.
Es mucho más fácil
y accesible,
otra cosa es que nos
apetezca ir por la vida
solo mirando hacia delante,
con orejeras, cédula
por apretar fuerte la mandíbula
y el ano blanqueado
(esta no te la esperabas).

Yo también suelo
preguntar por el nombre,
no se me ocurre algo
que humanice más
que llamar a las personas
por el nombre que van a tener
toda su vida.
Recuerdo cientoa de nombres,
de personas buenas y malas,
cercanas y lejanas,
queridas o anónimas,
sea como sea
siempre suelo
empezar por preguntar el nombre.

Y tú, ¿cómo te llamas?

martes, 31 de octubre de 2023

A la huelga

Mañana, si te parece bien,
no vas a ir al cole,
papá va a hacer huelga
y me gustaría que me acompañases.

¡Bieeeeeeen, no hay cole!
Papá, ¿qué es la huelga?

Una especia de sensación
entre lo festivo y lo mágico
recorre mi cuerpo.
No hay nada de celebración
en el asunto,
todo lo contrario,
hay tanto que reivindicar
y exigerles,
que solo de pensarlo
da miedo.
Pero es de las poquitas
opciones que tenemos
como opción de lucha,
aunque esté rodeada
de inconvenientes,
es el mercado, amigo.

Siempre y de alguna manera,
se criminalizará la huelga
y a sus huelguistas
por el hecho de dejar
de producir
o de desatender su servicio.
Siempre se señalará
a nivel social,
que la culpa y la responsabilidad
viene de base,
y puede que razón
no les falte,
pero nunca en una huelga.

En nuestro caso, una figura
de cuidados y acompañamiento
de la infancia, totalmente precarizada
e infravalorada. 
Tiene que ver
con el valor de la etapa del 0-3,
hasta las compañeras
de segundo ciclo
nos denominan guardesas
de guarderías.
Que no se nos olvide
que el enemigo
también está en casa.

Claro que hay que empezar
por el sueldo;
como decía una compañera:
"solemos tener vocación
pero no trabajamos gratis".
Cuantas cosas en el mundo
se arreglarían si cobrásemos más;
y no es una cuestión capitalista
(un poco sí y aquí está la trampa),
es de justicia.
Por supuesto también está
la dignificación de nuestras funciones,
de nuestra práctica;
la visibilización de nuestra tarea
y la sensibilización por la infancia.
Somos esenciales
aunque desvirtuadas,
para que puedas conciliar
con tu empresa.

Puede que seamos una
herramienta de conciliación,
pero también somos 
comunitaria y de barrio,
educativa y pedagógica,
compensatoria y social.
Puede que el inicio
de todo sea que tú
me veas con otros ojos,
empezando por combatir
la mediocridad profesional
y continuando por concienciar
a nivel de familias.
Y si eso pasa por hacer huelga,
por mi perfecto.
Le contaré a mis hij@s
qué es una huelga
y en qué consiste
y la vivirán conmigo
y a mi lado,
para que empiecen a entender
desde ya,
con casi cinco años
y un año y medio pasado,
por donde pueden coger las riendas.

Efectivamente cuanto 
más organizadas estemos mejor.
Hay compañeras 
que siempre tienen
en la boca ideas maravillosas,
informaciones varias
o propuestas de mejora.
Da igual la convulsión
de la época,
siempre están ahí,
conscientes y comprometidas.
Gracias.

En todo caso, y aunque la hagas sola,
la huelga está determinada
por tu propia coherencia,
pese al nulo impacto
y la pérdida de sueldo
que no todas pueden asumir.
Pero no es cierto,
lo del dinero sí, lo del impacto,
siempre se es ejemplo
cuando das los pasos
que intenten ser justos 
con todas las partes.
Menos con las patronales
y las empresas malas,
a esas piquetes, boicot al trabajo 
y violencia a la vuelta de la esquina.

Hagas lo que hagas
yo no te juzgo,
suficiente tengo
con no desarmarme cada día
y con intentar mostrar 
a l@s cachorr@s,
las mejores y más buenas opciones
de todas las que barajo.
No eres mi enemiga
en esta batalla,
aunque lo podamos ser
en otros contextos.
La huelga solo es
un punto en común
donde confluir
hacia unos mismos intereses
más justos, igualitarios y compensadores.

Hijo, la huelga es un elemento
que podemos ejercer
como trabajadoras,
para reivindicar mejoras
en nuestras condiciones
de trabajo,
sé que no estás preparado
para entenderlo,
pero sí para sentirlo
de la manera en que esté
preparado tu cuerpo
y tu inteligencia.
¿Me quieres acompañar?

Siiiiiiiii, papi.

Este es el principio de todo.
¿Adoctrinamiento?
Pues no.
Se llama posicionamiento
y educar en valores y en emociones.
Es lícito no tenerlo claro,
pero sobre todo y aquí 
está la diferencia,
es legítimo si tenerlo.

viernes, 27 de octubre de 2023

La balada fugaz de Córdoba

Volvemos a la ciudad
en la que un día
soñamos casarnos.
La de la fotografía eterna
donde encajan todas
las piezas menos una
porque se la comió
nuestra perrita.
La que ya conocen
y heredaron nuestr@s hij@s
por el compromiso firme
de enseñarles todo lo bueno.
Ay mi Córdoba bonita,
la que tanto duele en verano
y la única que calma
en el resto de estaciones.

Un finde exprés
para ir de boda
cuatrocientos kilómetros
para abajo,
cuatrocientos kilómetros
para arriba.
Ni veinticuatro horas enteras
pasamos en la Calle Alfaros,
muy cerquita del
Palacio de Viana
y a nueve minutos
de la Plaza de la Corredera.
Plaza donde se juntaron
Sevilla Este, Málaga, 
Móstoles y Vicálvaro
entre flamenquiness,
berenjenas
y pulseritas de España.

El califato de Anguita
donde todo es menos amable
desde que no existe su presencia.
Torrija al sol,
cafés para llevar
y un desayuno industrial
para la mañana siguiente.
Nunca fue tan peligroso
afrontar la bajada de un parking
con curva cerrada hacia la izquierda,
porque bajar de nivel, de planta
o de clase,
nunca ofrece ningún
tipo de privilegios.

Duchitas, maquillaje
y peinados
para intentar estar a la altura
aunque dependiendo
del tipo de altura,
a veces nos de vértigo.
Salimos a la calle
camino a la Iglesia de Santa Marina
del Siglo XII,
mientras enmendamos
los errores de la semana.
Los primos, las primas,
los titos, las titas
de un pueblo campesino y ganadero
golpeado por la guerra.
También desconocid@s,
gente de alta cuna,
patillas, barbas perfiladas,
rayas en medio,
rayas en baños,
y más banderitas,
que no falten las banderitas.

Me tomé la primera 
y última copa
entre paisanos borrach@s
y ajen@s a la boda
que se amontonaban curios@s
en la salida de la iglesia,
donde había un bar con terraza
que enmarcaba una foto
donde un día les visitó Franco,
uno de los seres más repugnantes
de la historia viva y patriótica
del país,
que ahora pretende ser emulado
por otra banda de fantoches
que tienen más votos 
de los que se merecen.

Me alegró muchísimo
ver a mi familia de la infancia,
de los veranos en el pueblo,
de personas que siempre
me acogieron y me trataron
con cariño.
También a mi familia de pura sangre,
como si fuéramos caballos de raza
reunidos en una caballeriza,
cada una con su cuadra.
El resto ya se puede imaginar,
una boda que excede a la del
tres de marzo,
superando en comida y bebida
pero nunca en emociones,
pero cada una tiene la suya
y la propia es la más importante.

Así que en medio del baile
y la barra libre
nos fuimos a dar un paseo
al patio de naranjos
de la hacienda de la Albadia,
donde nos mezclamos con
la oscuridad más absoluta
y el frio de la madrugada
para experimentar adolescentes
la soledad entre tanta gente.
Un autocar de vuelta 
a la ciudad maravillas,
donde mi madre negoció
con el conductor las paradas
obligatorias.
Me vi reflejado e identificado
en la inercia, el empuje y la iniciativa,
al fin y al cabo, venimos
de donde venimos.

Regresando a Madrid
hicimos terapia a 150 km/h.
Pensábamos en nuestr@s cachorr@s,
en nuestras figuras de referencia
y en un futuro tan incierto
como poco halagüeño.
Cuando llegábamos,
la lluvia nos rozó de soslayo
y supimos que la sensación
de volver a casa
no tiene que ver con las ciudades,
sino con las personas
que te vas a reencontrar de nuevo.
Mi Córdoba, espéranos pacientes
a que te follemos
en la próxima visita.

viernes, 20 de octubre de 2023

Florenci@

Florencia y Seseña
no tienen nada que ver.
Italia y Toledo
tampoco tienen relación
entre sí.
Pero lo mismo podríamos
decir entre Valdebernardo
y Dos hermanas y aquí estamos,
pasando por Valdemoro.
Nunca me gustó
la asignatura de Geografía,
imagino que por su contenido
poco amable y adaptado
para un adolescente
y porque el profesor era del Opus.
Me quedó para septiembre junto
a inglés
y solo entonces pude
presentarme a selectividad.

Sin embargo me gusta
concoer sitios y lugares nuevos,
situarlos en el mapa
y acordarme de la fecha
en que los transité.
Nunca había pensado
en visitar Florencia,
pero desde que me dijeron
que allí se enteraron,
con sabor a mie,
que estaba embarazada,
no puedo dejar de pensar
en ella, o en él,
en una ciudad que era tan ajena para mí,
cómo que ahora explica
en cierta manera
el origen de otra
de las personitas
más importantes
de mi vida.

Le dije,
como un día me dijo
otra amiga,
que no era cuestión de dividirse
sino de multiplicarse,
porque de estas estamos hartas,
preferimos las sumas
y todo lo que aporte.
Volver a empezar
es una frase llena de miedos,
incertidumbres e incluso pereza;
pero también está llena de ilusión,
nervios, sospresas y amor,
mucho amor.

La inevitable llegada
de alguien nuev@
siempre resultará
la mejor portada del día.
Una especie de nueva oportunidad
para enmendar los errores
y seguir construyéndonos
mejores de lo que éramos;
no por meritocracia,
sino por justicia social y humanitaria.
Desconozco completamente
qué cosas hay que ver
en Florencia,
pero se me ocurre,
si voy algún día,
en visitar la farmacia
donde comprasteis el test
e imaginar con gozo
lo que sentisteis
cuando dio positivo.
Ese sería el motivo de mi viaje,
porque conocer,
me gustaría conocer antes
otros miles de sitios,
pero sentir el origen
y la punzada de las grandes noticias,
bien merece una parada,
una foto, y un recuerdo 
a los que aferrarse.

Por eso y hasta que tenga
si nombre oficial
como primer derecho
legítimo dado,
le llamaré Florenci@,
de un modo cariñoso
y en homenaje al día,
al momento y a las personas
que allí estabais.
Esa es mi única asignatura
de Geografía completa,
la que nunca suspenderé
porque os he estudiado tanto,
que por muy nervioso
qué afronte el examen,
estaré tan preparado
de conocimientos, estrategias
y memoria,
que sacaré otro de los pocos
sobresalientes de mi vida,
el de vuestro hijo o hija,
el de otro cachorr@
que sumar a mi manada,
a mis cuidados y al mis mejores deseos.

Si Florenci@ ha de nacer en mayo,
prepararé la primavera
para que todas y cada una 
de sus condiciones
le acojan como se merece,
y yo estaré detrás de un árbol,
a la sombra y cantar del pájaro,
esperando mi momento,
el de mirarte a los ojos
y saber que es para siempre.

_A mis amig@s_