y no sabes ni por
donde te vienen los tiros.
Pese a ser la más lista del lugar,
no es eso lo que más me gusta de ti.
En diciembre hay
muchísimas cosas
que celebrar
y tú no ibas a ser menos.
Así, aleatoriamente,
te homenajeo de nuevo
ya no solo por las molestias,
sino por el progreso
de crecer contigo
como la planta
que necesita agua, luz
y oxígeno
para seguir gritando en silencio
que existe
porque las condiciones
son las óptimas.
Lo mismo me pasa a mí
y ya nos hemos cobrado
casi el primer trimestre.
Cuando todo va bien
el tiempo pasa demasiado desprisa.
No me imagino
que pudiera ser de otra manera,
el mejor regalo
para el año más caluroso
de la historia.
Las malas noticias
se contrarestan
con las que resultan
valientes, humildes y transparentes.
Es esas estamos,
en la de no hacer
de una tercera parte
una parte del montón,
sino el colofón que
cierre la trilogía.
Por eso digo
que has perdido la cuenta,
porque ya no sabes
las veces que te he escrito
y me he refugiado en ti,
pese a la distancia,
pese a la ausencia de contacto,
pese a que el concepto compartir
no signifique todo
lo que nos gustaría
siempre.
Contigo me reinvento
y me invento los caminos
que los mediocres
dicen que están prefijados,
no solo por llevarles
la puta contraria,
sino por hacer de la humildad
nuestra única bandera.
La cuenta de la vieja
si quieres,
pero un día más
significa lo mismo
que un día menos,
porque mientras sientes
el sabor de la victoria
con el día transcurrido,
te embiste la nostalgia
con el día que no volverá.
Y sí, de recuerdos también se vive
y se sobrevive,
faltaría más,
historia viva
de lo que un día sentimos,
lo que nos gustaría sentir
ahora mismo,
y cómo nos gustaría sentir
de aquí en adelante.
A mí me que me maten
si quieren,
lo tengo todo.
A cuidar a las que quiero
no me gana ni dios,
y tú,
como retrato, idea y significado,
te vienes a la tumba conmigo.
_A mi Bewüi, otra vez y las que hagan falta_
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