martes, 14 de noviembre de 2023

Es importante pero no lo fundamental

Es una de la devoluciones
que obtuve después
de una subida de sueldo.
Como si ir a trabajar
fuese algo elegido y voluntario,
sabéis a lo que me refiero.
Independientemente de que te guste,
sientas y ejerzas la vocación
o consideres que es tu lugar,
no, si pudiera elegir
no iría a trabajar 
por un puñado de euros
que no cubren ni por asomo
los altos costes de la calidad de vida.

Es importante estar agusto,
sentir que te desarrollas profesionalmente,
crecer como persona
en varios ámbitos,
compartir y madurar,
lograr los objetivos,
descubrir y aprender.
Todo eso no es solo importante,
sino que es importantísimo
para poder llegar a sentir
que ir a trabajar merece la pena
no solo por el incentivo económico.
Pero para mí, lo fundamental
es entender que nos es justo
desempeñar toda una práctica
profesional sustentada
en una pedagogía maravillosa
por poco más que 1300 al mes
con las pagas prorrateadas.

No pretendo depurar responsabilidades,
sé muy bien quiénes hacen
los convenios
y quiénes diseñan los pliegos:
el enemigo que no hace justicia nunca
a la clase trabajadora.
Y el sistema,
que reconoce y valora
en función de lo que significamos
que unos cobren en tres meses
lo que ganarían algunas en un año.
Por eso yo no confronto
con mis compañeras ni amigas
sean jefas o contratadas,
faltaría más,
convivo casi tanto con ellas
como con mi propia familia,
de ahí, que en cierta manera,
las considere casi familia.
Confronto con la idea
de que querer cobrar
más y mejor
no nos hace ser
peores profesionales,
ni más materialistas,
sino que sería uno de los modos
en que nuestras funciones
se viesen mejor y más reconocidas,
ya no solo por la importancia
y la trascendencia
de lo que en un futuro
dará sus frutos,
sino por el inmediatísimo
presente de lo que nos merecemos.

Es fundamental la emancipación
económica de nuestr@a mayores
para seguir dando los pasos
que consideremos con la
libertad y autonomía suficientes
que nos permitan crecer y desarrollarnos.
Así son las reglas del juego
y el tablero poco podremos
modificarlo,
pero la dignificación de sus normas,
están en nuestra mano,
porque incluso para acudir 
a ti puesto de trabajo
tienes que pagar el abono,
repostar el coche
o comprarte jnos zapatos
que te permitan
aliviar la crueldad del suelo.

Ya ni siquiera hablo
de poder acceder a una vivienda,
pagar las facturas de los suministros
o llenar la cesta de la compra.
Ya ni siquiera menciono
lo de mantener personas a cargos
o incluso conseguir ahorrar
para las vacaciones.
Ya ni si siquiera me refiero
a tener un detalle a modo de regalo
o consumir un poquito de ocio.

Está guay distinguir
entre lo importante y lo fundamental,
y además entiendo
qué es algo muy personal,
pero lo primero
es lo primero para todo el mundo.

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