porque un repartidor
en su furgoneta de Amazon,
celebra
el pase o la eliminación
con su claxon,
surrealista todo,
pero no puedo evitar sonreír.
Decían por ahí
que mucha banderita
de Palestina
pero ninguna del Sáhara,
yo que sé.
Ahora bien, me pregunto
cuántos niños y niñas
habrán escuchado
a sus padres
desde el salón de su casa
tras el último penalti:
"Putos moros de mierda".
Esto es muy grave.
Fútbol, países y racismo.
En estos días
también vi un vídeo
donde le preguntaban
a gente joven españolita
que qué preferían,
"si que España
ya no tuviese paro
o si ganar el mundial".
Imaginaros las respuestas.
Al mismo tiempo,
era inevitable pensar,
ante un España versus Marruecos,
en aquel 24 de junio
donde se produjo
la masacre de Melilla,
con al menos 23 muertos,
gran parte de ellos de Sudán,
y uno en suelo español
pese a Marlaska.
En fin, que para España
se ha acabado el mundial.
Vuelven a casa esa panda
de chicos jóvenes y multimillonarios.
Pero no han sido
pocas cosas
las que han transcendido de ello.
El debate social, ético y moral
siempre será interesante
aunque insuficiente,
siempre que esté presente.
Tiene y debe que haber crítica
y análisis.
A partir de ahí,
la pelota estará en tu tejado,
más o menos.
Yo no he visto
ningún partido del mundial,
ya no solo a modo de boicot,
sino sobre todo,
porque no me interesaba nada.
Si a esto le añades
todas las incoherencias
y contradicciones
en el sistema de valores deportivos,
pues ya tenemos
otro tema
del que escarbar
en el fondo del barril.
No es que me alegre
la eliminación de España,
es que me la puto suda,
y esta también es
una posición legítima.
Discutible y controvertida
entre amig@s, claro que sí,
pero al día siguiente
seguirá contando más
tu precariedad laboral
y la falta de accesibilidad
a derechos universales.
Por tanto y como casi siempre,
que cada un@
haga lo que le plazca
siempre que no pase
por pisotear al resto
(a no ser que sea un puto nazi),
pero sobre todo,
vamos a intentar esforzarnos
en respetar las contra argumentaciones
aunque sean marginales
y minoritarias,
principalmente porque no vienen
definidas por lo que nos dice
el poder mediático.
Para terminar,
el gran intelectual Sergio Ramos
dijo en un tuit
tras la eliminación de su ex equipo:
España no pierde. España avanza.
Pues no subnormal,
los españoles y españolas
llevamos muchos años perdiendo
todos los días muchas cosas.
Demasiados años ya.
Demasiadas cosas ya.
Y ojalá no hubieran
muerto más de 6000 trabajores
en la construcción de los estadios
en los que ahora se grita y se sonríe,
por cierto, muertes de las que se
consideraron sólo tres,
como accidente laboral mortal.
Para mear y no echar gota.
Nos vemos en cuatro años
para escribir sobre
el próximo mundial.
Quizá y solo quizá,
hayan cambiado
algunas cosas.
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