en no ser fieles a
a la realidad,
yo insisto en consolidar
argumentos antiguos.
De verdad que lo entiendo.
De verdad que yo también
lo hacía así antes.
De verdad que sé
que se hace con toda
la buen intención
del mundo.
Pero hace tiempo
que me di cuenta
a través de hostias,
dramas y decepciones,
que cuánto más
objetiv@s intentemos ser,
más cerca estaremos
del concepto de verdad.
Nunca estaremos seguras
del todo,
pero nos habremos acercado
con el máximo respeto posible.
'Todo va a ir bien'
sólo es un deseo
que se cumple
o se difumina.
Un final al 50%
de las posibilidades.
Por eso lo deseché
en términos de uso
hace mucho tiempo.
No me hace mejor ni peor,
pero si creo
que me hace más auténtico
a la hora de preocuparme
por l@s demás.
Si creo
que me posiciono
atento y expectante
dados los acontecimientos.
Si que creo
que me permite
ser acompañante
resulten malas
o buenas noticias.
Por eso no pido
que cambiéis,
sólo quiero que
lo hagáis conmigo.
El 'no te preocupes,
todo va a ir bien'
es una banalidad
con buenos propósitos, si,
pero insustancial
a la hora de calar hondo.
Tranquilas,
no es un reproche,
faltaría más.
Vivo dentro
de una abrazo
constante,
no puedo exigir nada.
Sólo pido atención,
cuidado del detalle
y un ejercicio de asertividad
más amplio
del que estamos acostumbradas.
Por l@s que lo necesitan.
Por l@s que se tambalean
y precisan de agarres
bien pensados.
Por l@s que piden auxilio
y no pueden ser tratad@s
de cualquier manera.
Por muy conformes
que nos sintamos,
seguramente haya
una manera
que mejore la fórmula.
Por nosotras mismas,
pero sobre todo
por quiénes están en riesgo
y necesitan la excelencia
en nuestros cuidados.
Pensemos.
Vamos a darle una vuelta.
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