es la reflexión empírica
de lo que no fue y no es,
o de lo que fue
y no puede ser ahora.
Habla de la frustración
en las relaciones
sean del tipo que sean.
Del gol en el último minuto
con el que soñábamos
y no llegó.
De perder el autobús
por no haber esprintado.
De caerse antes de la meta
cuando ya parecía
todo hecho.
Nos habla de la cima
que nunca tocamos
y del techo que quedó
por cubrir.
Del objeto preciado
que se cayó al río
desde lo alto del puente.
De la llave que ni apareció
y de lo que nunca descubrimos
al otro lado de la puerta.
Tuvimos nuestro momento
es el gatillazo
de los que son muy hombres
y de la gente normal
que se quedó estancada
en la normalidad.
Nos habla de las cosas
que solo conseguimos en sueños
y al despertar te sumes
en un estado de depresión abrasivo.
De los buenos inicios
y la ausencia de finales;
o de finales mal avenidos.
Nos hablan de equivocaciones
que in situ
resultaron satisfactorias
pero que más tarde
se convirtieron
en arrepentimiento y culpa.
Yo he pasado
por algunos
de estos momentos,
pero solo me quedo con uno:
el de seguir compartiendo el tuyo.
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