viernes, 20 de marzo de 2020

Cuando no la valgo ni yo

Cuando no le valgo ni yo,
o mejor dicho,
cuando no la valgo ni yo,
feminizando la idea
que quiero transmitir.

Mi laismo
tiene que ver
con el género gramatical
femenino,
no con el puto término
inventado por la derecha:
"feminazi".

El caso es que
no siempre
resulto suficiente
para las personas
que quiero.
Y es legítimo,
pero duele.
Es comprensible,
pero cuesta aceptarlo.
Es duro, 
pero perfectamente
asumible
aunque se necesite
un tiempo.

Jodida vida 
que a veces
nos afecta tanto
como para no poder
soportarlo.
Transitar
con retos complejos
y poco amables
son algunas
de las dificultades
cotidianas.

Nuestra suerte
es llegar a casa,
cruzar el umbral
de la puerta
y cicatrizar
las heridas
con babas de bebé.
Qué importa
el mundo de afuera
si la vida
la tenemos dentro.
Por más mierda
que nos salpiquen
los trabajos,
la calle,
el transporte,
los indecentes...
...el desinfectante
lo tenemos
en el hogar y la familia.

"Hay que saber separar",
suelen decir.
Si, claro.
Pero no siempre es fácil
y que todas las partes
entiendan esto
es el mayor reto
que tenemos.

¿Es justo?
No.
¿Nos lo merecemos?
Pues tampoco.

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