No es decir lo que va a hacer
sino hacer lo que se ha dicho.
Basta de autoegaños
y periplos,
las excusas
que las ponga la iglesia.
Los líderes inservibles,
los papanatas,
los validos del rey,
sin ser del mismo gremio
van todos al mismo saco.
Un poco de autenticidad
en vuestra cotidianidad
no estaría mal
aunque no comulguemos
con sus preceptos.
Ser un aventajado de palabra
no te hace fiel a la acción,
ni siquiera te hace
verdadero u honesto.
Las líneas rojas de los políticos.
Las líneas de detención
para los coches en los semáforos.
Las líneas imaginarias
del precipicio.
Todas ellas se ven superadas
en mayor o menor medida.
La única que nadie
ha sobrepasado
es la línea del horizonte
que,
según Galeano,
nos sirve para seguir caminando
y alcanzar la utopía.
Todo el mundo clama
a la esperanza
pero pronto se cansa
de esperar.
Luego están
los que directamente
ni la nombramos
por el intento
de ser algo
más convincentes.
Dicen que
"del dicho al hecho hay un trecho";
nada más lejos de la realidad.
Cómo nos cuesta...
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