martes, 31 de marzo de 2020

Salvado por un saludo

Bajo a mi perra
en plena cuarentena.
Casi nadie por la calle
y yo no sé
si me arrastra mi perra
o la arrastro yo a ella.
Al parque de enfrente de casa.
Solo nos separa
un paso de cebra.

A lo lejos diviso
a un chico apoyado
en una verja.
Me devuelve la mirada
a decenas de metros.
Voy hacia él
porque está justo
en el camino
que suelo hacer,
le describo
de arriba a abajo:
pelo de Skándalo,
gafas de malote,
sudadera a cuadros,
pantalón ancho de chándal,
zapatillas...
...no llegué...
...imagino que Nike y negras
por eso de los prejuicios.

A todas estas
ya estamos próximos
y nos hemos cruzado
las miradas varias veces,
como un baile
perfectamente
coreografiado
en el que cuando me mira
yo bajo la mirada
y en el que cuando le miro
él me mantiene la mirada.
Me acuerdo de mi adolescencia
y lo mal que lo pasaba yo
con estas cosas.

Saco mi móvil del bolsillo
para disimular
mientras él inicia
su marcha hacia mi.
Son unos segundos tensos
en los que me mantengo firme.
Mi perra se pone a cagar
y él está a escasos metros.
El corazón late deprisa
y pienso en las posibles
reacciones y en las opciones
que me quedan.

Estamos demasiado cerca
como para no hacer algo,
así que lo hago.
Saco mi mano agarrotada
del bolsillo,
la levanto al mismo
tiempo que la abro
y digo -¡Hola!-.
Su árido semblante cambia
de modo repentino,
sonríe apurado 
y dice -¡Ey!-.

Dejó de mirarme
y se alejó
con paso taciturno.
"Tus ganas payaso", pensé.

Hay que demostrar
ser más listos que ellos.
Con eso basta.

lunes, 30 de marzo de 2020

El chupete en la manga del abrigo

En los últimos meses
hemos aprendido mucho
con nuestro cachorro 
en expansión.

La capacidad de transformar
el ambiente
en escasos segundos
de ordenado
a esparcido,
al revés,
todavía no.
El torbellino habitacional
de las cosas por lanzar.

Visto desde fuera
y desde arriba
no le vemos el sentido,
pero el caos que reproduce
también nos representa.
Una reorganización continua
para volver a empezar.
Nuestros días.
Menos por las noches,
donde la fuerza
se traslada
a las sábanas
que abrazan el colchón.

La cantidad de chupetes
que se pierden
y se encuentran
pasados tres días
es exponencialmente
proporcional
al aumento de admiración
que sentimos.
Rincones secretos
donde no llegan
ni las pelusas.
Precipicios que no
habías visto nunca
en tu salón.
Espectáculo
de acrobacias y equilibrios
entre la habitación y la cocina.
Una planta de reciclaje
en medio del baño.

Las escaleras
a La Mariana,
las escaleras
a un templo;
y la cocina
el sitio más calentito
de día
y el paraje
más frío de noche,
pero incluso así,
hacemos vida todas
porque todas cabemos.

Ya no hay 
huecos vírgenes
que no hayan sido
descubiertos
porque aparte
de ser ateas,
no hay resquicios
que se nos resistan.

Me acabo de encontrar
un chupete en la manga del abrigo,
de ahí este texto,
de aquí
estas verdades.

domingo, 29 de marzo de 2020

700 portadas

Setecientas portadas
sin imprenta
ni editorial;
sin financiación
ni abogado.
Un poco de promoción si.

Solo tengo 6 fuentes
para elegir,
letra grande
y en negrita.
Ni cursiva
ni pequeña,
no tengo tanto estilo.

Cada vez más imágenes
para completar la historia
sin objetivos monetarios.
Llevo un tiempo
llegando a 100
en menos de 365 días;
no es tanto por el número
sino por los palos que toco
y las puertas que se me abren.

Un blog gratuito
delicadamente tratado,
sin ornamentos 
ni artificios,
transparente como el agua
con deseos de lienzo.
Político hasta las trancas,
emocionante con las personas,
puramente descriptivo
con lo anónimo y lo desconocido.

No es un trabajo,
ni hobby ni ocio,
es un compromiso 
autoimpuesto
que dejó de autoimponerse
cuando se hizo
necesidad extrema
de los sentimientos,
de la expresión justa 
de los conceptos
y los sueños.

Setecientas portadas
como setecientas arqueras
para seguir relatando
la vida.

sábado, 28 de marzo de 2020

Avenida de las Trece Rosas

Tu primera vez
en un cementerio
con aires rojizos,
hierbas amarillentas
y camisetas moradas.

Acudimos al homenaje
de l@s poetas
y l@s tristemente
fusilad@s,

Hectáreas de losas
y cemento
transitadas los Domingos
para renovar las flores.
Un campo de tumbas 
y amargura
donde nadie va
de buen agrado.
Campa la nostalgia,
ancha la pena
por l@s que ya no están,
impotencia
de l@s que aquí seguimos
sin saber muy bien
los motivos.
Uno de los pocos sitios
que no hace falta
que te inviten
para estar presentes
porque la inexorable llamada
acaba llegando
antes o después.

Y luego está 
el Ayuntamiento
de tu ciudad
y su malhechora memoria.
La que te quieren corromper
y manipular por
los restos de la historia.
El que intenta defenestrar
conceptos,
ideas
y personas 
en las que crees
devolviéndote la patada
por exhumar
a su venerado monigote.

Restos franquistas
que borran de la piedra
los nombres
de l@s vilmente 
"ajusticiados",
entre comillas
porque eso
no fue justicia,
fueron asesinatos.

Dicen que para
curar las heridas
hay que olvidar
y pasar página.
No señorías,
eso es una treta fascista.
La herida nunca
se va a curar,
pero exigimos
documentación,
verdad y reparación.

El memorial
que clausura
el Ayuntamiento
con vallas verdes
de obra barata
es un cicatriz gigante
y la vergüenza
de la tristeza
por no poder soportarlo.
Fuimos a eso hijo.
A dar voz a los que menos voz tienen,
y para hacerlo más llevadero
sacamos una pelota
para jugar entre tumbas
de muertos y cientos
de personas vivas,
hasta que llegó
un precioso perro
de feroz mandíbula
y te arrebató el balón
sin muestras de empatía
para que entiendas
a la perfección
que lo que pasó hace
más de ochenta años,
se repite ahora
con otras personas
que comparten apellido,
utilizan distintas ropas
y dicen las cosas
de otra manera
que en última instancia
significan lo mismo que entonces.
Son los fachas hijo,
los hijos de puta de los fachas que,
sintiéndolo mucho por sus madres,
espero que sean ellas
las que lloren 
en lugar de las nuestras.

Callamos absortos
antes lo versos
del Poeta del Pueblo,
del pastor del campo,
del preso de la cárcel,
de Miguel Hernández de Alicante.
De Orihuela vienen 
apretando fuerte las muelas.
Las huellas.

Domingo 1 de Marzo del 2020

viernes, 27 de marzo de 2020

El árbol solitario

Un árbol centralizado
en una alameda
de adoquines,
Perennemente solitario
entre dos fachadas
por donde nadie mira.
Desolado parque
que no encuentra
más sombra
más que la de un árbol derrotado.
Ni siquiera hay niñ@s
que lo jueguen
porque las aceras
están deshabitadas;
papeleras vacías
y cristales esparcidos.

Siempre que puedo
paseo con mi perra
para pasar a su lado
y darle algo
de importancia.
No me esforzaré en hacer
una analogía
del concepto humano de soledad.
Solo pienso en él
y en sus hojas.
En su tronco recio
y desgastado.
Su forma inverosímil
y desubicada.
El porte de la altura
que lo sujeta
y la intención
del peso que ejerce.
No consigo imaginar
su raíz agónica
en el subsuelo.
Y el agua que debe clamar
al cielo sin respuesta.
Quizá algún pájaro
que anide,
o alguna oruga pachorra
o incluso un gato que trepe
serán sus posibles
únicos aliados.

Pobre del árbol
que nace solo,
vive intacto
decenas de años
y cae en el olvido
antes que en
la podredumbre.

Había un libro que rezaba
a "la soledad de los números primos"
pero
¿y la de los árboles en las ciudades?


jueves, 26 de marzo de 2020

No tiene importancia

Qué dioses,
qué medios
o qué tiranos
te dicen a ti
lo que tiene importancia 
o lo que no.
La teoría de la relatividad
de "andar por casa".

No tener importancia
o no dársela,
¿cómo se juega 
en estos términos?

Vas tranquilo,
limpio de conciencia
y de repente 
te acusan
de lo contrario;
o al revés.
El ácido te corroe
el estómago,
el corazón cabalga
sin jinete
descontrolado
y te dicen
que no era para tanto.
¿Dónde ponemos el énfasis?
¿Dónde la tilde?
¿Tiene importancia
tender la ropa
de una manera
o de otra?

Preguntas de múltiples
respuestas
según quien las emita
y quienes
las reciban.
Así es la vida.
Una macedonia
de cosas y colores
con la que es difícil acertar
pero por si 
las moscas
nos lo tragamos todo...
...venga ya.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Lo que me ha dicho...

No es decir lo que va a hacer
sino hacer lo que se ha dicho.

Basta de autoegaños
y periplos,
las excusas
que las ponga la iglesia.
Los líderes inservibles,
los papanatas,
los validos del rey,
sin ser del mismo gremio
van todos al mismo saco.

Un poco de autenticidad
en vuestra cotidianidad 
no estaría mal
aunque no comulguemos
con sus preceptos.
Ser un aventajado de palabra
no te hace fiel a la acción,
ni siquiera te hace
verdadero u honesto.

Las líneas rojas de los políticos.
Las líneas de detención 
para los coches en los semáforos.
Las líneas imaginarias
del precipicio.
Todas ellas se ven superadas
en mayor o menor medida.
La única que nadie
ha sobrepasado
es la línea del horizonte
que,
según Galeano,
nos sirve para seguir caminando
y alcanzar la utopía.

Todo el mundo clama
a la esperanza
pero pronto se cansa
de esperar.
Luego están 
los que directamente
ni la nombramos
por el intento 
de ser algo
más convincentes.

Dicen que
"del dicho al hecho hay un trecho";
nada más lejos de la realidad.

Cómo nos cuesta...

martes, 24 de marzo de 2020

33 en cuarentena

No me refiero a los días,
ni al grado de discapacidad,
ni al número de muert@s.
De este que me ocupa hoy
no saldrá nada negativo.

En medio de todo y de nadie
al mismo tiempo,
rompes la equidad de Marzo
que tanto nos gusta.
Te toca soplar velas
en circunstancias excepcionales
sin salir de la cocina.
Míralo por este lado,
nos fumamos ese claustro
tan poco conciliador.
O míralo por este otro,
calles vacías
porque tod@s estarán
celebrándote en sus casas.

Los aplausos de hoy,
el aliento de mañana.

Lo haremos juntas
y sin interrupciones
en 50 metros cuadrados.
Lo que nos quede
no es suficiente
para todo lo que nos queda
por demostrar.

Si yo cumplí años
con un terremoto,
tú lo haces 
con una pandemia y un ERTE,
de momento,
de regalo.

Podrás ver desde la ventana
la lluvia y las sirenas azules;
quedarte en pijama
con un moño de mercadillo
acordándote
de todo lo que podrías haber hecho
y de todo lo que harás al salir,
porque las únicas criaturas que salen son
las palomas,
las cotorras argentinas
y los conejos urbanos.

Pedimos solidaridad
con un bizcocho casero
y exigimos a la monarquía
que de un paso atrás
y tú seas la reina de nuestros días.
La supuesta edad de Cristo
no la celebraremos 
con muñecos de madera,
ni de plástico,
ni de cartón;
lo haremos con la carne,
mediante los huesos,
alguna lágrima
y muchísima emoción.
Por la sangre de nuestra sangre
te lo juro yo.


lunes, 23 de marzo de 2020

Mezcla de olores

Ese olor a mezcla
de café torrefacto
y tabaco.
A eso huelo yo.
A Canela y limonero
como Machado.
Mi barba
a hierba
recién cortada
y mi antebrazo
a babas incorruptas.
Huelo a nubes de algodón
y asfalto mojado.
A sudor de concierto y sexo.
Huelo a metal y sangre
los días pares
y a libro viejo y sueños rotos
los impares.
Huelo a niño
cuando sostengo
a un niño.
Huelo a ella cuando
consigo abarcarla.
Cuando huelo a hombre
no me gusta como huelo.
Mi despeinado cabello
huele a serrín desperdiciado
por el aire
y me boca a menta carcelaria.
Las orejas a concha de mar
y la nariz a musgo húmedo.
Los ojos a polvo de estrellas,
estrellas que ya no existen
pero que siguen 
expandiendo su luz.
Huelo a retales de plátano,
a ajo seco
y cristal rayado.

Huelo a miles de formas
con cientos de modos.

Huelo a vapor y gas,
me propago, 
me contagio,
te infecto.

domingo, 22 de marzo de 2020

Te llevo siempre VII

Termino el séptimo.
El séptimo arte
de mi atrevida
insolencia
a la hora
de escribir
lo que siento.
Desde Tailandia
me lo trajo 
mi hermano:
"El Testigo".
¿Sabíais que fue
el único no-familiar
que pasó 
el día entero
en el hospital
cuando nació
mi hijo?
No, no lo sabe nadie,
solo yo
porque él 
no presume
de sus hazañas.
Pero esto
lo dejamos
para otro día.

Tengo el hueco
preparado en
el estante.
Cierro otro capítulo
en el que he cantado
más al resto
(de carne y hueso)
que al humo
contaminado
de los dioses.

Mi hijo de nuevo
el protagonista
de estas páginas
amarillentas;
no sé cómo
lo voy a hacer
cuando 
"esté en camino
la segunda"
(con nombre de jefa).

Ha habido nacimientos,
varias muertes,
aniversarios,
virus,
fechas,
una boda (5 de Octubre),
críticas,
algún reproche
y muchos homenajes
que, al fin y al cabo,
es de lo que se trata,
de homenajear
la vida y sus seres,
al menos,
los que me llaman la atención.

Sigo coleccionando
palabras y disparos.
Escribo sobre todo
a primera hora
de la mañana
cuando todavía
es de noche
y solo me he tomado
un café.

Podría resumir
mi historia
con este Cuaderno
como un roto
para un descosido;
no sé cuántas veces
he ordenado
las páginas rotas
que mi retoño
descolocaba,
a sabiendas,
o eso creo yo,
del impulso
que necesitaba
para seguir mojando
la pluma en tinta.

Ya van siete
desde 2013.
A por el octavo pasajero.

sábado, 21 de marzo de 2020

Coronavirus

La histeria internacional.
Cortina de humo
de una nación.
Levanta un hospital
en diez días
para tapar
la pobreza de siglos
en sus regiones.
De la celebración
del año lunar
a la cuarentena
del virus.
Otro país
que oculta
las cunetas
primando los intereses
de las empresas.

Coronavirus borbónico.

Mascarillas sanitarias.
Mascarillas de pintores.
Mascarillas alcantarillas.

Otra forma 
de fascismo
negaconista.
Matan más
los malos humos
que los laboratorios.
Ovejas de hojalata
rodeando las fábricas
(no se me olvida esa foto)

Chinoc y chinas
encerrad@s
y sus bazares españoles.

CoronaVOX.

Eludir el problema social
con la bajada 
de precio del barril.
Regímenes opacos.
Potencia mundial
que aprende a contar
para pasar  
de decenas a miles
pero
¿qué podemos reprocharles
si somos una 
península cancerígena
con islas desarraigadas?

CoronaSpanish.

Otro drama
demográfico
de millones
de kilómetros cuadrados
que pasará a la historia
cuando llegue el siguiente.

Coronacéuticas.
Coronabancos.
Coronaernos.

Farmacéuticas,
bancos
y corruptos gobiernos.

Nota de autor: escrito el 14 de Febrero del 2020

viernes, 20 de marzo de 2020

Cuando no la valgo ni yo

Cuando no le valgo ni yo,
o mejor dicho,
cuando no la valgo ni yo,
feminizando la idea
que quiero transmitir.

Mi laismo
tiene que ver
con el género gramatical
femenino,
no con el puto término
inventado por la derecha:
"feminazi".

El caso es que
no siempre
resulto suficiente
para las personas
que quiero.
Y es legítimo,
pero duele.
Es comprensible,
pero cuesta aceptarlo.
Es duro, 
pero perfectamente
asumible
aunque se necesite
un tiempo.

Jodida vida 
que a veces
nos afecta tanto
como para no poder
soportarlo.
Transitar
con retos complejos
y poco amables
son algunas
de las dificultades
cotidianas.

Nuestra suerte
es llegar a casa,
cruzar el umbral
de la puerta
y cicatrizar
las heridas
con babas de bebé.
Qué importa
el mundo de afuera
si la vida
la tenemos dentro.
Por más mierda
que nos salpiquen
los trabajos,
la calle,
el transporte,
los indecentes...
...el desinfectante
lo tenemos
en el hogar y la familia.

"Hay que saber separar",
suelen decir.
Si, claro.
Pero no siempre es fácil
y que todas las partes
entiendan esto
es el mayor reto
que tenemos.

¿Es justo?
No.
¿Nos lo merecemos?
Pues tampoco.

jueves, 19 de marzo de 2020

Paso de cebra

Te enfrentas a tu primer
paso de cebra
de manera erguida.
A tu edad y tamaño
debe ser parecido
a montar en una montaña rusa.

La inmensidad 
también tiene límites,
lo dicen las rayas
blanquinegras.
Con paso decidido,
orgulloso y recto
atraviesas el vacío,
los monstruos
y el cielo.
Como si lo hubieras
hecho toda la vida.
No quieres mi mano
porque te basta
con tenerme al lado
medio agachado,
confiado de tu hazaña.

Máquinas a los lados
que te hacen de pasillo,
de guía
en esta vía ferrata.
Hasta que se te escapa
la sonrisilla
y la emoción contenida
para darte la vuelta
a mitad del sendero
y demostrarme
que da igual
lo insignificante
que parezcamos
porque somos
potencialmente capaces
de ir a la contra
si creemos que 
la causa es justa.

Los molinos de aire
movilizan sus aspas
para dedicarte
un gesto amable
y Papá te sigue 
como la sombra
que todavía
no has descubierto
para ser el soporte
que todo niñ@ necesita.

La pareja de muñequitos 
verde del semáforo,
presenciando el reto, 
alargan su paseo
hasta que el niño
consigue cruzar el umbral.

miércoles, 18 de marzo de 2020

Tuvimos nuestro momento

Tuvimos nuestro momento
es la reflexión empírica
de lo que no fue y no es,
o de lo que fue
y no puede ser ahora.

Habla de la frustración
en las relaciones
sean del tipo que sean.
Del gol en el último minuto
con el que soñábamos
y no llegó.
De perder el autobús
por no haber esprintado.
De caerse antes de la meta
cuando ya parecía
todo hecho.

Nos habla de la cima
que nunca tocamos
y del techo que quedó
por cubrir.
Del objeto preciado
que se cayó al río
desde lo alto del puente.
De la llave que ni apareció
y de lo que nunca descubrimos
al otro lado de la puerta.

Tuvimos nuestro momento
es el gatillazo
de los que son muy hombres
y de la gente normal
que se quedó estancada
en la normalidad.
Nos habla de las cosas
que solo conseguimos en sueños
y al despertar te sumes
en un estado de depresión abrasivo.
De los buenos inicios
y la ausencia de finales;
o de finales mal avenidos.

Nos hablan de equivocaciones
que in situ
resultaron satisfactorias
pero que más tarde
se convirtieron
en arrepentimiento y culpa.

Yo he pasado
por algunos
de estos momentos,
pero solo me quedo con uno:
el de seguir compartiendo el tuyo.

martes, 17 de marzo de 2020

Te vas a quedar ciego (de tanto Cuerda)

- Te vas a quedar ciego-.
me increpa una mujer
mientras leo
"Memorias fritas",
la autobiografía de 
José Luis Cuerda
recientemente
fallecido
el 4 de Febrero
por una embolia.

Solo me podía pasar
leyéndole a él.
Una situación surrealista
en que una mujer
desconocida
se preocupa
por mi salud
ya que a su primo
le salió un glaucoma
(jamás imaginé
escribir esta palabra)
de forzar la vista.

La susodicha 
iba al hospital 
para hacerse
una analítica
con la esperanza
de obtener
buenos resultados
y que eso
le diese salud
a su familia
-que le hace falta-
me dijo.

Esa necesidad humana
de desahogarse
aunque sea
con extraños.
Por educación
le sonreí
y di alas
a la conversación,
pero he de reconocer
que me molestó
un poco
que me interrumpiese
la lectura.
Me despedí de ella
y la deseé suerte
acelerando el paso.
Cincuenta metros
más adelante
miré para atrás
y vi que me seguía
con la mirada.
Me vino de repente
un ánimo suspicaz
y aceleré más
el paso todavía.
Cuando constaté
que ya no me tenía
a la vista,
volví a abrir
el libro
con la sensación
de estar haciendo
algo malo,
hay que joderse.

Así empezó
aquel Miércoles
a las 6.30
de la mañana
cuando yo
no buscaba amigos
y pienso:
no es para tanto
y además
conseguí ser correcto
pero me dio
por culo.

Eso si,
me ha dado
para otro texto
sabiendo
que lo que me dure
este libro,
la vida 
me puede ofrecer
diversas contingencias.


_A José Luis Cuerda,
fallecido casi
a los 73 años_

Para el resto
nos sigue 
amaneciendo,
que no es poco.