lunes, 2 de abril de 2018

Tregua

Tras varios días
intensos de lluvia,
decisión tras decisión
pasadas las semanas,
más dudas y miedos
en los meses anteriores
va
y llega la tregua.

Si me acosté
pasadas
las doce,
me levanto
antes de que den las seis
con el cuerpo
y la mente
en mil sitios
mientras
mi corazón galopa
por la fecha
señalada.

Me visto
sin voz,
tirantes,
pajarita,
la cara cortada
para que no
se me olviden
nunca
l@s importantes,
y unas ganas 
tremendas
por ver tus volantes
y la caída
del vestido
destino al paraíso.

Ese día
salió el sol
y el ramo de flores
que sujetabas
creció abonado
en tus manos.

Quién nos iba a decir que
"aquel beso adolescente"
casi trece años después,
se iba a convertir
en el beso oficial
consolidado.

Nuestro mar de gente,
ejército dispuesto
a dar su vida
a cambio
de nuestra
salvación,
cubrió los flancos
y las atalayas
para que todo
nos pillara
desprevenidas.

En el enésimo días
más feliz de mi vida,
me hice mito
y me deshice
en lágrimas
que subían,
ahora sí,
convertidas
en vapor de agua
hacia las nubes.

Y tú tan guapa
y tan honesta.
Tan humilde
tu sonrisa
como el foco
invisible
que te alumbra.

Vaya día 
de besos y abrazos,
nunca había visto tantos,
pensaba
que se me agotaban
hasta que
descubrí
que bienaventurados
somos
precisamente
porque existen
infinidad
de besos.

Me llevaron
al paraíso
que andaba
buscando
desde que tengo
uso de razón
y me dije
que ya me podía
morir tranquilo,
que nací
y conseguí
vencer
tras la pesadumbre
de algunas experiencias.
Que por fin
alcé el vuelo
y pude ver
desde Júpiter
a los dioses
y diosas
que conforman
mi fé.
Que no necesitaba
más
que cada
Sábado
se repitiera
en bucle
aquel 
3 de Marzo,
un regazo,
un refugio,
un abrigo.

No volvió
a llover
hasta que
terminó
todo,
y eso demuestra,
que aquel día, 
la lluvia,
también 
estuvo
de nuestra parte.



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