porque ni siquiera
había conseguido levantarme.
La carga de todo
lo que arrastramos
pesa tanto
que las rodillas ceden
y las fuerzas no responden.
Nada grave,
pero tan relevante
como para practicar
un descanso obligado
con el que no me siento
muy cómodo.
Pero es lo que hay.
Hace una semana juré
y perjuré
que las recomendaciones
sanitarias se convertirían
en un mantra a partir de ahora
y por azar o por gafe,
ya ha llegado la primera.
Cuando es el propio sistema
el que nos enferma
y recluirse en casa
es insuficiente,
porque ahora las enfermedades
duran por encima
de nuestras posibilidades.
He vuelto a caer
con la sensación de estar
fallando a mucha gente,
pero no soy imprescindible
para nadie,
eso lo he aprendido a base
de que me explotase el tímpano.
Incluso así,
no es plato de buen gusto,
para mí el primero,
sentir que no estás
incapacitado
pero darte el necesario descanso
del que hablé
en los anteriores textos.
El riesgo, los contagios,
las consecuencias
y las putas secuelas,
cada vez me quedan menos
sentidos intactos.
La preocupación, la memoria,
el miedo, el presente más inmediato
de los cuidados
que ofreces y recibes.
Nunca fui buen enfermo,
pero quién lo es
no encontrándose
en condiciones.
No me comparo con nadie
ni equiparo ninguna
situación con otra,
cada cual lidia
con sus experiencias
cono quiere, puede y sabe.
He vuelto a caer
no es motivo de traición,
ni se rendición,
ni siquiera de evasión.
He vuelto a caer
es uno de los síntomas
de estas sociedades modernistas
del mérito y el sobre esfuerzo.
En mi caso he caído
por una conjuntivitis bacteriana
que lleva conviviendo demasiado
tiempo en nuestra casa.
Cuando la luz que te da la vida
es la misma que no te permite
mantener los ojos abiertos.
Son rachas que etiquetamos
de malas y desagradable
cuando el análisis adecuado
es que son señales
que te están dando avisos
de relevancia.
Pero es tanta la presión social
que dejas que ejerza
sobre ti mismo,
que fluyea
por la inercia de la cotidianidad
hasta la explosión
de todo lo que te pedía
a gritos salir.
A cuidarse, que os cuiden
y a cuidar por encima
de todas las cosas.
Es una orden.
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