lunes, 6 de junio de 2022

Su primera carcajada

Un domingo, 
con el aturdimiento de junio
y el sopor de una fabada casera.
Él remarca que estamos
en junnnnnnnio, con N,
imagino que así le habrán
enseñado en el cole
para diferenciarlo de julio,
con L.
Los judiones de La Granja
los pusimos en remojo
12 horas antes,
a dos euros el medio kilo,
junto con el compango.

El caso es que terminamos
de comer
y el cachorro se puso
a reproducir bailes tribales
encima del sofá.
En calzoncillos,
pegaba saltos estratosféricos
y emulaba una risa aprendida
aliñada de gritos agudos.
Tuvo que darse cuenta
que su juego
estaba causando una reacción
en su hermana
porque hizo de ello
un ritual en bucle,
un espectáculo inesperado,
un éxito sin parangón.

Yo sujetaba a la cachorra
de las axilas, en vertical,
más interesada en la distancia
que en la cercanía de lo
que yo le ofrecía.
Miraba absorta
con ojos como planetas,
sin pestañear
y conteniendo la sonrisa.
Hasta que no pudo más.
Con cada salto, con cada grito,
con cada risa forzada de su hermano,
ella emitía su quejío
atravesado con media carcajada.
Flipaba como flipan
l@s niñ@s con los cuentos,
como se flipan l@s adolescentes
con su temprana independencia,
como me flipo yo
con mis musas.

Una admiración digna
de exposición en un museo.
Nunca había mostrado
el gesto tan abierto,
tan pletórico,
tan natural y puro
como el disfrute
sin prejuicios
de algo que te están regalando.
Porque lo bonito de todo esto
fue la interacción 
que pactaron
sin mediar palabra.
Una comunicación privada
entre dos herman@s
que tienen plena confianza
en sus pamadres;
por eso se expresan libres
atribuyendo significados
al entorno más íntimo.
Una relación
que les viene dada,
pero que serán ell@s,
en un futuro (espero) lejano,
quiénes determinen las condiciones.

Que aquí quede reflejado
el momento
en que os atrevisteis
a hacerlo público.
Antes se había basado
en una relación desigual
entre hermano mayor
y hermana pequeña.
O en esas investigaciones
científicas
que la pequeña ejercía
cuando observaba al mayor.
Ahora ya habéis roto el hielo
porque estáis por encima
de cualquier elemento natural;
incluso así,
sed humildes,
cuidaros y respetaros
entre vosotr@s,
y asegurarle la planeta
una vida más longeva
de lo que se espera.

Vuestra risa
Mi patria,
Que empiece la fiesta.


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