martes, 21 de junio de 2022

Pupita

"Tengo pupita"
es una declaración de intenciones
en toda regla.
Guiño, guiño, ven
que te voy a dar lo tuyo,
lo de tu tía y lo de tu primo.
Porque en la más estricta
intimidad, es cuando 
más y mejor funcionan
aquellos códigos
que hemos ido pactando
en las experiencias previas
de los famosos preliminares.

Tengo pupita
es un eufemismo cómico
para decirse de
manera universal
que te tengo ganas,
que te voy a reventar
desde el legítimo respeto
del cariño,
desde la pasión
del cachondismo
y la máxima expresión
de la excitación humana.

Tengo pupita
es un encuentro entre 
uno, dos o más seres
para ejercer el derecho
de los cuidados
de una misma,
de los de la otra,
o de todas al mismo tiempo,
con unas reglas
consensuadas,
unas expectativas libertarias
y diversos finales de cuento.

Se denomine como se denomine
este concepto, esta idea,
esta metodología,
que se desarrollarán distintas
según la cultura,
la casa y la cama,
vienen a decir exactamente
lo mismo
con idénticos resultados.
La valentía y la honestidad
pasan por decírselo
a la cara,
para que cada gesto cuente,
para que cada poro
sea protagonista,
para que toda intención
no verbal
cumpla la función
de transmitir el mensaje
sin interferencias.

Tengo pupita
es un vamos a follarnos,
un verbo en desuso
que deberíamos reivindicar
y naturalizar.
Porque follar
también es follarse
los cerebros
mediante una conversación
con la que no contabas,
mediante una caricia
estratosférica
como si fuera un as en la manga,
mediante una mirada
pedagógica 
que pone a cualquiera
en el sitio que le corresponde.

Los términos que se usen
son determinantes,
pero más influyentes
son las formas
en las que utilizamos
este lenguaje a veces prohibido.
Por tanto,
sean cuáles sean,
los códigos, enfoques y formatos
seleccionados,
lo que en última instancia priman
son el goce y el disfrute,
la experiencia y y el recuerdo,
la posición de igualdad
en las relaciones
y el empoderamiento
de las cosas pendientes.

Follar no es pecado
independientemente de tus creencias
siempre que se materialicen
los sueños, los deseos
y las buenas voluntades.
Follar es justo y necesario
tendrían que rezar en las misas
siempre que sea
porque te lo pida el cuerpo,
y si fuera lo contrario,
que no sea por motivos coercitivos.

Follar, cauterizar la pupita,
echar un cohete,
un caliqueño, matarse a pajas...
es tener en cuenta
el verbo reír, disfrutar
e incluso amar.
Nos dimos cuenta
en aquel sofá a oscuras
dónde apenas se entreveían
nuestras caras
y sólo se escuchaba
el estruendo de las carcajadas.

Y que no os engañen.
Si nuestros niños y niñas
quieres utilizar la palabra pupita,
que la utilicen,
que para eso está
incluida en la RAE.

Cómete mi pupita.

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