martes, 28 de junio de 2022

E.Q.U.I.P.O

Ayer fue 27 de junio.
El 27 de junio
de hace cinco años,
la Sociedad Cooperativa
No Me Bajo De Las Nubes
volvió a ganar la gestión
de la Escuela Infantil.
El Equipo de aquel
entonces era distinto,
ni mejor ni peor,
distinto.
Igual de distinto
que el actual,
tan diverso y rico
como cualquier elemento humano
que se nutra de transparencia,
igualdad y humildad.

Una Escuela no es pública
porque lo diga
el cartelito de su fachada.
Una Escuela será pública,
universal, gratuita, inclusiva
y transformadora
si las personas que la conforman
desatan sus pasiones por la infancia.
Por tanto,
en primera instancia,
será el equipo
quién cimiente las bases
de una práctica, una mirada
y unos valores
capaces de hacer justicia al relato.
Y se hará
desde las compañeras
de cocina y limpieza,
hasta la última de las educadoras
que haya llegado,
hasta la propia figura de directora.

Un equipo humano democrático,
asambleario,
tan horizontal
como la línea 
por la que se esconde el sol.
Con sus matices
y sus deslices,
con sus aciertos
y sus errores,
con sus conquistas
y sus fracasos.
Porque no somos
algo mecánico,
somos simientes
que florecen
cuando sentimos
que cada poro 
de la escuela nos representa.

Tal y como yo lo veo,
se trata de esto;
de sentirte identificada
con la tarea,
de comprometerte
con tus funciones
y de un acompañamiento
con matrícula de honor.
Pero sin equidistancias.
Reconocer que no vivo
para mi trabajo
pero que me desvivo
por él dentro
del marco de los derechos
de las trabajadoras,
es honesto y necesario.
No te hace de menos
querer cobrar más
y conciliar mejor.
No es improcedente
desear mejores condiciones
y tener más recursos.
No es baladí discutir
sobre solidaridad,
amor y respeto.

El equipo es un Camino de Machado.
El equipo es la Militancia de La Pasionaria.
El equipo es un Somos de Neruda.
El equipo es el Arroyo de Concepción Arenal.
El equipo es el Rayo que no cesa
de Miguel Hernández.
El equipo es una Rima de Gloria Fuertes.
El equipo es el Hijo 
que nunca tuvo Lorca.

El equipo somos todas
sin el concepto prejuicioso
de mochila.
Pues claro que somos
nuestras experiencias,
pues claro que tenemos
expectativas,
pues claro que influyen 
nuestras trayectorias
y pues claro que hacemos
mella y dejamos huella
en nuestras compañeras,
pero eso no quiere decir
que se tenga que resumir todo
en un término vacío de contenido.

El equipo fue, somos
y seremos,
siempre que partamos
de puntos en común
hacia lugares amables.
El equipo tuvo
su punto de inflexión,
la pandemia,
y nosotras,
sí que hemos salido mejores.
Es innegable
que tendremos nuestras rachas,
que atravesaremos etapas complejas,
que no siempre todas
estaremos al mismo nivel,
pero lo que también es
indiscutible,
es que hemos llegado
hasta aquí juntas,
en colectivo,
haciendo músculo
desde lo comunitario.
Por nuestros niños y nuestras niñas,
por sus familias,
por la nuestras,
y por nosotras mismas, 
como cuando jugábamos
la escondite
con el único objetivo
de salvar a todo el mundo,
incluso al que la ligaba.

Si tuviera que definir
la palabra equipo,
en esencia y escrito en mayúsculas,
diría que es MI EQUIPO.
Ojalá el 27 de junio
del curso que viene,
estemos las mismas.

viernes, 24 de junio de 2022

Al descubierto

A su lado
el volcán de La Palma
parecería
un pequeño hormiguero,
pero no vengo 
a hablar sobre
accidentes geográficos
ni eventos insólitos
del Siglo XXI.
Sino que vengo
a desabrochar
algunos botones
para hacer justicia
a un bronceado
que debería ser reivindicado.

Un juego de luces
desde un jardín
que sigue en alza,
para dejar Al descubierto,
como ese digital de izquierdas
que tanto me gusta,
lo que me parece
imprescindible homenajear.
Es esa persona,
compañera y amiga
por orden cronológico,
pero inversamente proporcional
en lo emocional.

Empezaré por pedirte perdón,
en primera persona
del singular,
por los acercamientos
torpes del pasado,
para que todo
el hilo conductor
tenga concordancia.
Y empiezo así,
porque me pareces
una de las personas
más honorables
que he conocido.
Si, el honor,
un concepto medieval
casi de tierras mágicas
y películas de ficción
que hoy día seguís
albergando algunas.

Así que me gustaría
partir de aquí,
de tu honor
y fragancia impoluta.
Te miro como creo
que no te gusta
que te miren,
escudriñándote,
desengranándote,
deshaciéndote
en mil partes
para intervenirlas
individualmente.
Pero lo hago desde
el respeto y la admiración
de figuras que resultan
inalcanzables,
sin idealizarre demasiado,
pero racionalizándote
como poc@s habrán hecho.

La entusiasta por bandera
y el ojo clínico por delante.
Con tantas cosas en común
como puntos y aparte
que nos diferencian.
Una investigación sin parangón
de aquellas cosas
que jamás pensaste
que pudieran ser estudiadas.
Otra que echa tierra por aire
para adueñarse
de todos los mares.
Y me alegro de
las causalidades,
me colmo con 
las coincidencias
y exprimo al máximo
cada una de las oportunidades.

Por tanto
queda Al descubierto
otro de mis descubrimientos
más significativos
de los últimos años;
he perdido la cuenta
de todo lo que me llevo.
Qué suerte...
y qué privilegio
el de vivir creciendo
profesionalmente
sin notar el denivel
de todas las adversidades.

Si pudiera elegir
una ponente
que me formara
en 'observación',
te elegiría a ti
para subir a la palestra
con los ojos cerrados.
Sería incluso capaz
de organizar mis apuntes
y esforzarme en no
dejarlo todo
para el último momento.

Como ya me ha
pasado otras veces,
debo rectificar públicamente;
creyendo que había
alcanzado el techo,
he tenido que destruir
los cimientos
para seguir aupándome
en tus brazos,
desde donde ahora veo
cosas inimaginables.

Por eso no me centro
en tus cualidades,
aptitudes y peculiaridades,
sino desde un enfoque
un poco egoísta,
en todo lo que
me has aportado,
que al final,
viene a decir lo mismo.
Sé que no te gusta
el protagonismo
ni ser el foco
por las posibles consecuencias,
pero es de una obligatoriedad
categórica
sacar a relucir
tu lista de méritos,
reconocimientos,
conquistas y éxitos.

Cuántas veces
nos habremos salido
del terreno de lo profesional
para atajar el reto
desde la más estricta
intimidad de lo personal
y viceversa.
Un nuevo enfoque
pedagógico
para seguir vaciando
"la mochila"
y abastecer
mucho y mejor
los tirantes
y los cinturones.

Un año fugaz
con sus idas y venidas,
con sus partidas y llegadas,
con unas reflexiones
más que profesionalizadas
y unas ejecuciones dignas
para marcar la diferencia
entre las cosas bien hechas
y la mediocridad del conformismo.
Porque sentadas
nos hemos quedado bien poco,
¿cómo vas a alcanzar
los objetivos
mirando desde la distancia?

No te digo nada nuevo
de todo lo que
te he contado ya.
El matiz 
es hacerlo público
y vitalicio
en mi refugio.
Porque esconderme
nunca ha sido mi estilo,
tampoco el tuyo,
y quizá,
ese haya sido el motivo
que nos ha unido tanto.
Así lo siento
y así lo transmito,
sin equidistancias
ni blanqueamiento
del pasado.

Como dije antes,
te reconozco en todos tus cachos.
En cada cambio de turno
para conciliar
con nuestr@s hij@s;
en cada martes
que me llevas a casa
y curamos un
poquito el mundo;
en cada sofá
que compartamos
con las persianas bajadas 
y sigamos rellenando
informes verbales;
en cada devolución
escrupulosamente
bien hecha;
en cada comunicación
que resalte
algo significativo
como excusa
para iniciar
la necesaria conversación;
en cada maquillaje
que utilices para verte
más guapa y reforzada;
en cada arreglo
que haces del contexto;
en cada risa tuya
que inunda el espacio
de esperanza;
en cada movimiento
bien planificado
para llegar después
a lo analítico y reflexivo;
en cada pregunta
que busca incesante
una o varias respuestas;
en cada merienda
con sus correspondientes
vítores;
en cada detalle, énfasis
o pormenorización
susceptible de ser atendida;
en definitiva,
en cada uno de los días
y momentos de este curso
que nos han conformado
como algo más que una 
pareja educativa.

Tú puedes seguir
llamándome compi,
pero conmigo no te 
hacen falta mecanismos de defensa.
Espero haber estado a la altura,
y si no,
por suerte,
todavía estoy a tiempo.
Gracias por el acompañamiento,
la guía y el modelo.
Y gracias por los cuidados
que trascienden a Pikler,
porque si no nos cuidamos
entre nosotras,
¿quién nos va a salvar?

- A Marta V.


martes, 21 de junio de 2022

Pupita

"Tengo pupita"
es una declaración de intenciones
en toda regla.
Guiño, guiño, ven
que te voy a dar lo tuyo,
lo de tu tía y lo de tu primo.
Porque en la más estricta
intimidad, es cuando 
más y mejor funcionan
aquellos códigos
que hemos ido pactando
en las experiencias previas
de los famosos preliminares.

Tengo pupita
es un eufemismo cómico
para decirse de
manera universal
que te tengo ganas,
que te voy a reventar
desde el legítimo respeto
del cariño,
desde la pasión
del cachondismo
y la máxima expresión
de la excitación humana.

Tengo pupita
es un encuentro entre 
uno, dos o más seres
para ejercer el derecho
de los cuidados
de una misma,
de los de la otra,
o de todas al mismo tiempo,
con unas reglas
consensuadas,
unas expectativas libertarias
y diversos finales de cuento.

Se denomine como se denomine
este concepto, esta idea,
esta metodología,
que se desarrollarán distintas
según la cultura,
la casa y la cama,
vienen a decir exactamente
lo mismo
con idénticos resultados.
La valentía y la honestidad
pasan por decírselo
a la cara,
para que cada gesto cuente,
para que cada poro
sea protagonista,
para que toda intención
no verbal
cumpla la función
de transmitir el mensaje
sin interferencias.

Tengo pupita
es un vamos a follarnos,
un verbo en desuso
que deberíamos reivindicar
y naturalizar.
Porque follar
también es follarse
los cerebros
mediante una conversación
con la que no contabas,
mediante una caricia
estratosférica
como si fuera un as en la manga,
mediante una mirada
pedagógica 
que pone a cualquiera
en el sitio que le corresponde.

Los términos que se usen
son determinantes,
pero más influyentes
son las formas
en las que utilizamos
este lenguaje a veces prohibido.
Por tanto,
sean cuáles sean,
los códigos, enfoques y formatos
seleccionados,
lo que en última instancia priman
son el goce y el disfrute,
la experiencia y y el recuerdo,
la posición de igualdad
en las relaciones
y el empoderamiento
de las cosas pendientes.

Follar no es pecado
independientemente de tus creencias
siempre que se materialicen
los sueños, los deseos
y las buenas voluntades.
Follar es justo y necesario
tendrían que rezar en las misas
siempre que sea
porque te lo pida el cuerpo,
y si fuera lo contrario,
que no sea por motivos coercitivos.

Follar, cauterizar la pupita,
echar un cohete,
un caliqueño, matarse a pajas...
es tener en cuenta
el verbo reír, disfrutar
e incluso amar.
Nos dimos cuenta
en aquel sofá a oscuras
dónde apenas se entreveían
nuestras caras
y sólo se escuchaba
el estruendo de las carcajadas.

Y que no os engañen.
Si nuestros niños y niñas
quieres utilizar la palabra pupita,
que la utilicen,
que para eso está
incluida en la RAE.

Cómete mi pupita.

viernes, 17 de junio de 2022

Espérame hijo

"Tengo que verte siempre"
es una afirmación correcta
sólo
durante los primeros años.
Cuando corre muchos metros
delante tuya
y de repente
desaparece al torcer la esquina
me pongo en alerta,
como en alerta
todavía me pongo
cuando me quedo
en medio de la oscuridad
tras apagar la luz.

Su exquisito dominio
y comprensión
de cada situación
a la que se enfrenta,
no es suficiente para mí
y para mis miedos
cuando dejo de verle
en cualquier circunstancia.
La frase de "puedes alejarte
pero siempre tienes que verme",
es desde un planteamiento literal,
sin fisuras ni ambajes,
tienes que verme
y tengo que verte
y punto.

Dicha frase
con el paso de los años,
evolucionará
a lo metafórico
a la simbología y atribuciones
de nuestras elaboraciones.
Se convertirá
en algo más ambiguo 
con respuestas abiertas.
Y creo que sentiré
el mismo miedo
cuando mis ojos no te vean,
pero seguramente
estaré algo más preparado
de lo que lo estoy ahora.
Así que por si acaso
me lo voy trabajando
pars cuando quieras y puedas
alejarte tanto
que ya no me alcance tu voz
desde la distancia.

Sé que ocurrirá
más temprano que tarde,
pero antes quiero
que llegues a ser
ese tipo de persona,
no ese tipo de hombre,
que decidas libremente sus pasos
teniendo siempre en cuenta
a quien te acompaña
y te desea.
Porque desde el
mismo instante que naces
ya no volverás a estar solo
y eso se lo debes al resto
y a ti mismo.

Seguimos practicando
en nuestros paseos
la mejor forma
de sentirnos los dos conformes.
Una negociación
de igual a igual,
sin pretender subordinarte
aunque con la intención
de orientarte.
Un mano a mano
y mejor si están dadas,
para que te sueltes
cuando quieras caminar
sin agarres,
pero siendo consciente
de los apoyos que tienes
sin que resulten físicos
ni improvisados.

Todavía no te corresponde
pero,
¿qué crees que es la crianza si no?
Cuando trates de
responder esta pregunta,
sin necesariamente
tener que ser padre,
acuérdate
que ya eres acompañante
de personas
que nunca dejarán de estarlo.

Pienso en todo ello
mientras me pides
que te espere
porque estás recorriendo
el borde de una valla
e implícitamente
me estás contando
lo que justamente
ahora te escribo.
Qué ganas de que me leas
para saber
si en todo momento
he llegado a comprenderte.

Río

El Río se desliza
ladera abajo por la montaña
sintiendo el calor de junio,
atravesando a su madre,
para llegar al campo
que nos reune a todas.

Vallecas y su legendaria
luchas de clases,
potabiliza su empresa del agua
con la llegada del último
Minikuadrillero.
Mi vigésimo campo
al amparo de dos maestras
y de un hermano mayor
por la vía pública.
Escuelas, coles y oposiciones
en detrimento de la segregación,
el catolicismo y los chiringuitos.
Ya basta de privilegios
para las élites,
ahora nuestros cauces
serán nuestras fauces.

Un cachorro de 40 grados
con estrella materna
y pedagogía paterna.
Vienes con el planeta
en deshielo
y las sociedades en desuso.
Ojalá que sirvas de recta
azulada en el mapa
para regar el relieve
desgastado de todo
lo que llevamos acumulado.
Caudal y capacidad
de ríos y pantanos
abandonados,
pero cuando 
"el Río suena, el Río suena".

Con sus márgenes erosionados
de todos los abrazos
que te albergan;
el chapoteo
de todos los seres vivos
y su supervivencia;
la temperatura justa
y necesaria
para la preservación 
de la naturaleza;
los humedales que abren
cada poro de la piel.

Desenbocas en nuestras bocas
para regar las flores
que nos mantienen atentas
a las clemencias de tu corriente,
a tramos delicada
exigente de cuidados,
a tramos salvaje
para no ceder un centímetro
de todo lo que te corresponde.
Un recorrido por las profundidades
para llegar a conocerte
y una camino no exento de piedras
para llegar a aprehenderte.
Embalse para relajarse
y charca para divertirse.
Lo que ya nos ofreces,
tardaremos miles de ríos
en devolvértelo.

Así que déjame
que me moje,
que me empape,
que bucee en tu líquido
sin apenas coger aire.
Saborearte cristalino y fresco,
como ese aire que renueva
el ambiente con las ventanas abiertas.
Me tiro de cabeza
para incrustarme en tu mente
y me hago el muerto
en medio de tu lago
para sedimentarme
en tus partes,
en cualquiera de ellas,
para que pueda recrearme
en todos tus significantes.

En esta especie
de contrato verbal
que te propongo,
prometo cuidarte 
física y literalmente,
simbólica y expresamente,
en tus rápidos y en tus estanques,
desde el Sol del que naces,
hasta el final
en la espalda de tu padre.
No solo eres
un elemento vivo,
sino que formas parte
de un verbo,
del que sin él,
daría igual
toda la abundancia de agua.

_A Río, mi vigésimo campo, a sus pamadres
y especialmente a su hermano mayor Romeo_

jueves, 16 de junio de 2022

Gracias por la comida

En mi casa
no se dan las gracias a Dios,
pero sí que lo hacemos
con la comida.
Cuando nos sentamos
juntas en el sofá
para comer en una 
de estas mesas 
que se levantan,
nos decimos
"que aproveche y
gracias por la comida".

Lo hemos hecho así
desde el principio
sin que todavía
estuvieran ell@s.
Ayer, el mayor de los cachorros,
nos dio las gracias por la comida
sin habérselo exigido nunca.
Simplemente reprodujo
una frase y una actitud 
que ha visto y escuchado
miles de veces.
Sin ensayos
ni entrenamientos,
desde la espontaneidad
de lo que le pareció
que tenía que hacer o decir.

Los modelos no solo
son importantes,
sino que queda demostrado
que funcionan.
Su madre y yo nos miramos
sin mediar palabra
con una sonrisa de sorpresa
y orgullo.
Lo mismo le ha pasado
con el gracias y el por favor,
frases que ya se reiteran
en contextos con un uso
adecuado.
Nunca hemos insistido
en la coletilla,
con el reflejo
le ha bastado.

Dicho esto
podemos inferir
por dónde van a ir los tiros;
irán por los cauces
del río por el que ejerzamos
nuestra corriente.
Así que sí, 
las cosas empiezan 
y terminan en casa.
Casi todo pasará
por las influencias
y compensaciones de casa.
El resto son injerencias
que tendrán que pasar
nuestro filtro.

El respeto por la otra persona,
los valores democráticos,
el enriquecimiento de lo diverso,
el lenguaje inclusivo,
la libertad de expresión,
la superioridad moral
de la izquierda
porque lo contario
es basura
parafraseando a Bardem,
son algunos de los elementos
más significativos
por los que le vamos a hacer
atravesar sus experiencias.
Con amor y cariño,
con la confianza que se merece
por el mero hecho de existir,
con la transparencia
de un ser incorrupto
y con la humildad
de lo que significa ser
buena persona.

De nada hijo,
gracias a ti 
por ser cómo eres
y por ser una clase magistral
continua de buena ética
y civismo.

viernes, 10 de junio de 2022

No, no dependió de ti

No dependió de ti
que se inundaran las calles,
ni que muriese aquel
anciano de la residencia,
ni que los buenos
fueran desfilando
por donde habían venido.

No dependió de ti
que aquella puerta
estuviera cerrada,
ni que el asfalto esté levantado.
Ni siquiera dependen de ti
las oportunidades
que te darán
a nivel laboral.
No dependió de ti
el precio de los alimentos,
ni el contenido del examen
de bachillerato,
ni el asesinato de aquella mujer
por ese hombre.
No dependerán de ti sus hij@s.

No dependió de ti
ninguna de las guerras activas
o pasadas,
ni el acoso que sufrió
aquel joven
al salir de clase,
ni el largo tiempo de espera
en la lista de operaciones.
No dependió de ti
que tu madre cobrase menos
que tu padre
teniendo el mismo puesto de trabajo,
ni la fuga de cerebros
a países remotos,
ni la brutal agresión
de aquellos nazis en el metro 

No dependió de ti
no haber obtenido
plaza en la Escuela Pública,
ni la factura desorbitada de luz,
ni los incendios provocados
de cientos de hectáreas.
No dependió de ti
que cerrasen el Centro de Salud
de tu barrio,
ni la estafa del carburante,
ni el desahucio de aquella madre
con tres hijos y un ex
con orden de alejamiento.

No dependió de ti
que todo esté envasado
en los supermercados,
ni que en los parques 
haya colillas.
No dependió de ti
que ese niño
llamase maricón
a ese otro niño,
ni que tu vecina
se cambie de acera
cuando vea un grupo
de personas sudamericanas,
ni que las conversaciones de ascensor
resulten estériles y asépticas.

Pensándolo bien,
a lo mejor
sí que dependió
un poquito de ti
y otro poquito de mí
y otro poquito del resto.

A lo mejor depende de tod@s.

jueves, 9 de junio de 2022

Cuando se acaba

Cuando se acaba,
porque nada nace
con la vocación de eterno.
En el día
en que mi suegro
cogió el COVID
e hice croquetas caseras
por primera vez,
no tengo nada de
comedia que añadir,
sólo recursos estilísticos
tramposos
que reduzcan un poco los daños.

Nadie se imagina
muriendo en un accidente de tráfico,
ni en la posible traición
de tu mejor amigo,
ni en el fin de una relación
en la que se han sostenido
gran parte de tus años.

Aquí no hay culpables.
Aquí sólo hay responsabilidad
distribuida entre dos partes;
entre dos partes
que no pueden darle
más continuidad
a la chispa,
por la sencilla razón
de que los restos de mecha
ya no les conducen
a ninguna parte.

Toca reinventarse,
reiniciarse,
poner el contador a cero
y lidiar con los recuerdos
y la nostalgia,
sin anestesia,
con un tiempo
que por lo menos la principio
no correrá a favor.
Y el resto
sólo lo saben ellas,
las partes implicadas,
los padecimientos,
las posibles certezas
y los miedos,
el pavor a la soledad
y a las nuevas rutinas
que ya no serán compartidas.
Una nueva realidad
casi insultante,
con la que no contabas.
Una especia de travesía
por el desierto
donde te cruzarás
con quien quieras cruzarte,
pero la poca agua
no colmará la sed
y la poca sombra
no te proporcionará consuelo.

Cuando se acaba,
da la sensación
que el mundo se para,
o por el contrario
correrá tan deprisa
que con un solo pestañeo
habrás perdido
decenas de nuevas oportunidades.
Sentirás tanta presión
bienintencionada
pero malavenida,
que te entrarán ganas
de chapar la puerta
y tirar la llave por el retrete.
Y a veces,
ojalá me equivoque,
puede que sientas
tal vacío existencial,
que el resto de dolencias
te parecerán una broma.

A partir de ahora
los desayunos serán
tan distintos a los anteriores
que la hostia
que te vas a llevar
por la noche
al calentar un solo plato
en el microondas,
se quedará en poca cosa.

Dicen que cuando algo se acaba,
algo nuevo está
por comenzar.
Y pienso que es cierto,
procuro no perder
el optimismo
entre tanto nubarrón
y exceso de fango.
La cuestión es cuánto
nos dejamos en el camino,
y cuánto de lo que perdemos
nos acabará determinando
a cosas
que un día
juramos no probar.

Cuando se acaba
por los motivos que sean
y con la consecuencias
que devengan,
toca pasar página,
cuando puedas,
tómate tu tiempo,
rodéate de lo que te pida el cuerpo
y protege la mente y el corazón
como si fuera
el último estandarte
de un reinado que está abocado
a reencarnarse en otras carnes.

Os acompaño.

martes, 7 de junio de 2022

¿Conciliamos o qué?

Tenemos la suerte
de contar con
una amplia red de apoyo
de cuidados.
Además,
por nuestros horarios,
yo cubro la mañana y 
parte pequeña de la tarde,
y ella cubre la tarde
y pequeña parte de 
la mañana.
Por tanto,
más o menos nos cuadra
para encargarnos 
de nuest@s hij@s
cuando así sea necesario
por alguna enfermedad,
dolencia y/o miedos.

Pero...
¿y la gente que no?
¿y esas familias
que se lo guisan
y se lo comen solas?
¿Y esas personas,
generalmente madres
y por tanto mujeres,
que encima cargan a su espalda
la culpa, la ansiedad y el reproche?
¿Qué cojones estamos haciendo
por la conciliación real-familiar
en nuestro país?
Una vez más: NADA.

¿Por qué tienen/tenemos
que dejar a nuestr@s hij@s
al cuidado de acompañantes
no principales cuando
más nos necesitan?
¿Por qué se nos cae
la cara de vergüenza
cuando pedimos permiso
en nuestros trabajos, 
casi mendigando
y prometiendo
que más tarde
lo compensaremos
limpiandoles los zapatos
de rodillas?
¿Por qué no existen
unas leyes que amparen
el cuidado del y la menor
por parte de sus pamadres
o figuras primarias?
¿Y por qué las empresas,
sean cuales sean,
todas,
incluyendo la mía,
nos tienen que poner
la cara colorada
cuando no hemos encontrado
un plan B
para "abandonar"
a nuestr@s hij@s a su suerte?

Pero qué cojones nos pasa.
Si hasta el más fascista
tendría que verlo claro.
Si hasta el más sociópata
tendría que reaccionar
ante tal injusticia.
Repito.
Pero qué cojones nos pasa.

Ahora bien.
Te digo que a las duras
y a las maduras.
Quiénes se van acordar
de los cuidados son tus hij@s,
no tu jefe, ni tu jefa,
ni el Papa ni el
Espíritu Santo.
Si a alguien te debes,
es a ell@s, y si alguien 
tuviera que echarte en cara algo,
que también sean ell@s.
Porque son precisamente ell@s
l@s que llevarán razón
cuando te reprochen
que no estuviste.

¿De verdad vamos
a esperar a una legislación
que ni se la ve ni se la espera?
Creemos entidades, proyectos
y organizaciones sociales
y comprometidas
DE VERDAD,
con la conciliación personal
y familiar,
sean cuales sean tus
circunstancias personales,
y sea cual sea
tu configuración familiar.
En mayor o en menor medida
todas tenemos
aunque sea
una poca de familia.
Así que a ti también
te atañe.
A ti que te acabas
de independizar
con el amor de tu vida.
A ti que tienes a cargo
una persona enferma y dependiente.
A ti que tienes
animales domésticos
a los que acariciar
y cambiar el agua.
A ti,
que aunque no tengas cargas,
con la tuya propia te basta,
por tu bienestar y salud mental.

Que nadie me hable
de mochilas
porque voy con el tanque
por delante
y arrasaré con todo
lo que quiera deshumanizarme.
¿El trabajo?
Muy bien gracias.
Está entre mis prioridades
de menor calado.
Y si, trabajo
porque estoy dentro
de un sistema
que me obliga a producir
para ser remunerado,
con todas sus consecuencias
catastróficas para el planeta.

Que nadie me malinterprete
y que yo consiga explicarme
adecuadamente.
Amo mi curro, lo disfruto,
me esfuerzo, me comprometo,
y en muchas ocasiones
me sobrexploto
por la tradición errónea
de que es lo que hay que hacer.
Una polla como una olla
con cebolla.
Soy de l@s que piensan
que ningún curro te respetará
nunca al cien por cien.
Es más, tú cumples y respetas 
más y mejor
que cualquier contrato laboral
que firmes 
a lo largo de tu vida.

Yo gano poco
más de 1200
con el IRPF al mínimo
y las pagas prorrateadas
a jornada completa
acompañando a la infancia.
Si esto no es miseria
que venga vuestro Dios
y me lo explique.
Se lo debemos a 
nuestros convenios de mierda
y a nuestras empresas
que si bien juegan
legalmente con las reglas del juego
existentes,
se conforman y posicionan fácil
ante cualquier reivindicación
de sus trabajadoras.
En tu curro también pasa,
a ti que me lees.

En mi caso
la punta de lanza 
son mis hij@s
y no hay nada por encima de eso.
No somos imprescindibles en los curros.
Acuérdate cuando
te quedes en casa
pensando que el mundo
se desmorona
si no pisas la calle.
Tenemos derecho,
pero necesitamos el doble,
el triple,
infinidad más de los que tenemos
para estar realmente protegidas.

Y si te llaman al orden,
pues al orden se le cuestiona,
se le discute, se le combate
como al nazi,
y se le mira a la cara
y desde la misma altura.
Cuando perdamos el miedo
ya no tendrán
nada valioso que robarnos.
Es ahí
cuando tendremos
que estar preparadas.
para reivindicar
todo los que nos falta
y ejercer lo que ya poseemos.

¿Agravios comparativos?
Mis cojones de nuevo.
Los mismos derechos para todas;
derechos fuertes, constructivos
y conciliadores.
Protectores de todas 
nuestras debilidades
por nuestra posición
de subordinación.
Blindados hasta la muerte
por los cuidados
que ofrecemos a otras personas.
Gratuitos e incluso remunerados,
que estamos hasta el coño
de que siempre 
nos salga a deber.
Que ya está bien,
que se acabe la broma
de una puta vez.

Que no somos las malas
ni las inútiles
que no saben organizarse.
Que somos las que somos,
las que sostenemos
el sistema y a sus individuos.
Que menos bochornos
y más aplausos
y reconocimientos.
No es meritocracia,
es justicia social
y solidaridad entre compañeras.
Autodefensa , lucha colectiva
y comunidades diginifcadas
y sostenibles.
De eso queremos formar parte
para que el día de mañana,
nuestr@s hij@s,
no tengan que sufrir 
lo mismo que sufrieron
sus pamadres y sus abuel@s.

Cachorr@s, tened paciencia,
vamos de camino
y no pensamos regresar 
con las manos vacías.
Por ti.
Por mi.
Por todas.
Por ellas.

lunes, 6 de junio de 2022

Su primera carcajada

Un domingo, 
con el aturdimiento de junio
y el sopor de una fabada casera.
Él remarca que estamos
en junnnnnnnio, con N,
imagino que así le habrán
enseñado en el cole
para diferenciarlo de julio,
con L.
Los judiones de La Granja
los pusimos en remojo
12 horas antes,
a dos euros el medio kilo,
junto con el compango.

El caso es que terminamos
de comer
y el cachorro se puso
a reproducir bailes tribales
encima del sofá.
En calzoncillos,
pegaba saltos estratosféricos
y emulaba una risa aprendida
aliñada de gritos agudos.
Tuvo que darse cuenta
que su juego
estaba causando una reacción
en su hermana
porque hizo de ello
un ritual en bucle,
un espectáculo inesperado,
un éxito sin parangón.

Yo sujetaba a la cachorra
de las axilas, en vertical,
más interesada en la distancia
que en la cercanía de lo
que yo le ofrecía.
Miraba absorta
con ojos como planetas,
sin pestañear
y conteniendo la sonrisa.
Hasta que no pudo más.
Con cada salto, con cada grito,
con cada risa forzada de su hermano,
ella emitía su quejío
atravesado con media carcajada.
Flipaba como flipan
l@s niñ@s con los cuentos,
como se flipan l@s adolescentes
con su temprana independencia,
como me flipo yo
con mis musas.

Una admiración digna
de exposición en un museo.
Nunca había mostrado
el gesto tan abierto,
tan pletórico,
tan natural y puro
como el disfrute
sin prejuicios
de algo que te están regalando.
Porque lo bonito de todo esto
fue la interacción 
que pactaron
sin mediar palabra.
Una comunicación privada
entre dos herman@s
que tienen plena confianza
en sus pamadres;
por eso se expresan libres
atribuyendo significados
al entorno más íntimo.
Una relación
que les viene dada,
pero que serán ell@s,
en un futuro (espero) lejano,
quiénes determinen las condiciones.

Que aquí quede reflejado
el momento
en que os atrevisteis
a hacerlo público.
Antes se había basado
en una relación desigual
entre hermano mayor
y hermana pequeña.
O en esas investigaciones
científicas
que la pequeña ejercía
cuando observaba al mayor.
Ahora ya habéis roto el hielo
porque estáis por encima
de cualquier elemento natural;
incluso así,
sed humildes,
cuidaros y respetaros
entre vosotr@s,
y asegurarle la planeta
una vida más longeva
de lo que se espera.

Vuestra risa
Mi patria,
Que empiece la fiesta.


viernes, 3 de junio de 2022

Ha vuelto a tocarse el pelo

Había dejado de hacerlo
con eso de hacerse mayor
y llevar el pelo cortito,
pero hay cosas 
que no se olvidan,
hay cosas que
seguimos necesitando
tengamos los años
que tengamos.
La cuestión es reconocerlo
y no avergonzarse de ello.

Con cualquiera de sus manos,
a la hora de acostarse,
se hace los rulos
como se los hacía
tu madre a tu abuela.
Un enredo neoclásico
para favorecer el remolino
del cabello
con el que los reyes magos
te decían que habías
sido travieso.
Es su forma de afrontar el sueño;
de bajar un tono
que siempre está por las nubes
jugando entre partículas
de agua y algodón.

Con la largura de sus
casi tres años y medio,
emula un ritual
que inició
cuando se emancipó a su cama.
No pocas veces
había que ayudarle
a desenganchar
alguno de sus dedos
de la genuina trampa de su pelo.
Hay quienes se 
exploran la oreja,
quienes necesitan
que les des la mano
o quienes juegan
con su capilar
como si estuvieran
en una sesión de estética.

Me enternece hasta el dolor
verle tan mayor 
y tan pequeño 
al mismo tiempo.
Y me flipan todas
sus decisiones,
ya sean conscientes o inconscientes.
Todo lo que le caracteriza,
lo que se ha inventado,
lo que ha construido
como propio.
Pedazo de ser
que trasciende
al cielo y al infierno.

Me imagino siendo su vello,
enroscado entre sus dedos,
sintiendo toda la imprimación
de sus yemas
hasta el desfallecimiento.
Porque en este caso
una imagen
sí que vale más
que mil palabras.
Toda una definición
universal
de lo que me gustaría
haber sido
y una propuesta en firme
de lo que me gustaría ser.
Cuánto aprendo.
Cuánto disfruto.
Tu cuerpo obra de arte
y tu mente palpante
de lo que nos quedará por ver.

Nunca dejes de tocarte el pelo
como lo haces.
Regocíjanos de tus deseos,
de los cuáles,
ninguno,
caerán en saco roto
ni en pozo iracundo.

jueves, 2 de junio de 2022

Siento que me desmorono

Yo nunca he sentido tal cosa.
Quiere sonarme
que durante la adolescencia
estuve cerca,
pero no puedo sentirme
identificado en ningún caso.
Ahora bien,
sí que lo he podido ver
en otras personas a las que amo,
a decenas,
quizá con otras palabras,
pero que vienen
a significar lo mismo.
Por vosotras.

Desmoronarse.
Sentir que se han roto
por dentro
y luchar a muerte
por las apariencias,
por lo que se ve desde fuera,
como si no tuvieran ya suficiente.
Qué duro y qué injusto
para con una misma.
Tener que lidiar
con tus propios vacíos
y con las contradicciones
a lo que te expone lo ajeno.
Caerse con todo el equipaje.
Las mochilas para l@s coachs.

Siento que me desmorono 
debe ser como
la última pisada
donde sientes tierra firme,
alguna certeza
y toda la experiencia previa.
Pero cuando das
ese último paso
entre el malestar que sufres
y los miedos de la colisión
que todavía no se ha producido,
debe ser justo ahí,
cuando más duele.
En la ambigüedad
de lo inevitablemente
malo.
Porque sabes que no hay escapatoria 
y que estás a punto de entrar
en una espiral 
de hostias que no podrás esquivar.

Pero como esto va
de derechos, emociones y sensaciones,
te diré o te diría,
que si sientes que vas a desmoronarte,
que lo hagas,
con todas las de la ley,
porque tenemos un límite
y un contador de "bastas".
Que te la pegues bien dada
si es lo que te pide el cuerpo
y que ojalá no sea
lo suficientemente grave
como para luego conseguir
salir del pozo.
Que te desmorones y punto
si no puedes más.
Que ya está bien forzar
algo que no puedes mantener.
Que seguramente haya tiempo
y nuevas oportunidades
para cambiar,
pero que si realmente
tienes que tocar fondo,
hazlo, déjate caer
como si fueras un peso muerto.
Porque a veces
somos eso,
muertos vivientes
que no encuentran la salida
y a lo mejor,
en la más mísera mierda,
cuando ya no puedes caer más bajo,
tocará mirar 
justo hacia el lado contrario,
hacia arriba,
cuando tengas fuerza
para impulsarte,
cuando quieras y puedas sanarte
para contrarestar el hundimiento
en las arenas movedizas.

Sentir que no puedes más
por los motivos que tú tengas
es constitucional y humano,
que no te vendan lo contrario
los gurús de autoayuda
y disciplina positiva.
No nos hacen peores personas 
la apatía, la depresión
o los brotes psicóticos.
Nos hacen frágiles,
no miserables.
Cuando sientes que no puedes más
lo gritas a los cuatro vientos
o te lo callas para tus adentros,
pero tus sentimientos
o la ausencia de ellos
te pertenecen a ti sola,
tu código de barras,
tu huella dactilar,
tus ovarios intransferibles.

Me tomo el
"siento que me desmorono",
como todas las personas
que he perdido por el camino
por diversos motivos
y de una manera o de otra
no supe estar a la altura,
por exceso y receso,
por no encontrar la perspectiva,
por haberte fallado
si en algún momento
me necesitataste.
Si alguna vez me desmorono,
me gustaría contar contigo.

miércoles, 1 de junio de 2022

Como una roca

Recupero
el papel y el boli
para hacerme fuerte, 
para intentar equipararme
a lo que voy a describir.
Como una roca oceánica,
como una roca de volcánica 
como una roca de asfalto.
Una roca emocionante.
Así es como le veo
siempre,
pero especialmente
cuando padece fiebre.

Con todo lo que sufrimos
las que acompañamos
cuando están malit@s,
ell@s parecen liebres
que corretean y saltan
por el salón.
Los síntomas
que escupe su cuerpo
no son más que el reflejo
de los miedos
que llevamos con pegamento.
Porque querer no duele,
que no nos confundan
los machistas;
querer significa
que te preocupes
y que te lidere
la capacidad de empatía.

Como una roca,
más mimosa
de lo que ya acostumbra,
busca un piel con piel
histórico,
que come poco,
pero qué juega
como siempre.
Como una roca,
combate todo lo malo,
férrea, hermética, maciza,
y aprovecha su tiempo extra
para dar un pequeño estirón.

Es como una puta roca
aunque tenga
40° de fiebre.
Se te sigue cayendo la baba
cuando le miras
y te gustaría ser
la mitad de lo que es él.
Envidia sana
y orgullo fraterno
mientras le observa
su hermana
que todavía no sabe dotar
de significados.
Un esquema al que
quedarse a vivir.

Incluso aunque sea una roca,
la conciliación siempre 
resulta precaria
y con demasiada culpa
como para obviarlo,
por lo menos
para quien se lo tome en serio.
Así que solo queda
aceptar que no todo
lo tienes bajo control,
pero que quienes te rodean
te hacen el tránsito más llevadero.

Eres la roca
que siempre me llevaba
de las playas
a las que alguna vez
me llevaron mis pamadres
de infante.
Si quieres,
puedes continuar
con el ritual.