que escribo,
no escribo yo,
escribe la leyenda
abrigada con la razón.
La mezcla de una lengua
empapada con lágrimas
derramadas del corazón.
Los pañuelos blancos
de las madres
de la Plaza de Mayo;
los pañuelos negros
de mujeres antifranquistas
llorando la pie de las cunetas.
Aunque me veis
que escribo,
en otra parte suspiro,
el anhelo,
la pena,
el pozo de mi Kuadrilla.
La palabra que me diste
la guardo
con llave y cajón;
dentro del clarinete
la melodía,
el viento,
la emoción.
Si la quiero
es porque la quiero,
si la amo
es porque la amo,
si me olvida yo me muero,
siempre las mismas manos.
"No me mires que me muero,
con esos ojos tan tristes,
con esos ojos tan tristes"
"Es begiratu hiltzen nauzula,
hain begi tristeekin,
hain begi tristeekin".
La flaca.
Depende.
Agua.
Cenizas.
Aunque me veis
que escribo,
no me mires
que me muero
con esos luceros
de la mañana.
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