pegatinas en las farolas,
lluvia en las aceras.
Bravías, zuritas,
torcaces y tórtolas,
en la orilla nos juntamos
para sentir el peso
de las olas.
No tenemos mar
porque somos oceánicas.
Extensivas, profundas, acuáticas.
Como las palomas
de los barrios,
enemigas periféricas
de la burguesía,
eternos adoquines,
infinitas alamedas,
Allendes presupuestas.
Cantamos y lloramos
en desbandada
para que el resto
acuda a la llamada
de preguntas sin respuestas
que sabemos con certeza
el mensaje que contiene
la botella que navega
a la deriva
para que lo encuentre
quien viva
en una isla desierta.
Diecinueve claveles
clavados en el pecho,
diecinueve rosas
punzadas en el corazón,
la siembra, el riego, la cosecha,
mis campos de trigo y almidón.
"Buena sea tu venida
buena sea mi llegada".
Mañana vamos a Burgos
comuneras de Castilla,
ven si te atreves,
estamos almorzando
en los chapiteles
de cuclillas,
rapaces, audaces.
Mañana vamos a Burgos,
venir si os atrevéis,
somos atalayas
del territorio virgen
por descubrir.
De Vallecas sale el agua,
de Embajadores la razón,
de Aldea del Fresno la tierra,
de Vicálvaro el fuego,
La Kuadrilla mi perdición.
Corazones que se riegan
al atardecer sensible
de las indemnes
con las fauces abiertas
para movilizar a las crías.
Mañana vamos a Burgos,
os esperamos
en nuestra tienda oficial
de merchand
con el uniforme morado
y el himno a todo trapo.
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