domingo, 30 de enero de 2022

Semana 36. Parte II

Tapón mucoso fuera
y una contracciones reveladoras
a principios de semana.
Cuando sientes que todo
va a precipitarse
y luego huele a agua
de lago estancada.
El niño confinado,
las aulas desatadas
y un estrés del malo
que se conoce
el camino de vuelta.

Bueno, habéis dado
con una jabata
con más cojones
que cualquier patriota
con megáfono,
y con unos ovarios
que a todos
nos hacen faltan. 
¡Payasos!
que estáis confundid@s
en esto de las fortalezas
y las debilidades;
se llaman sensibilidades,
sin roles,
ni historia,
ni tradiciones.

Ha sido la primera vez
que he tenido en cuenta
la posibilidad de no estar
en el parto
por tener el Covid;
o peor aún,
que el expulsivo
se realice con fiebre.
Un abanico de opciones
nada halagüeñas
que me causan pavor,
pero cada una con las suyas ¿no?
Todo suena lógico
cuando vemos al reo
mirar entre los barrotes
pero
¿qué hostias sabremos nosotros
de reos, barrotes y miradas?

Chúpate esa
semana 26.
Te ha sumado 10 semanas
y no te has enterado.
Nos vestimos de flores
en pleno invierno
a espera de la lluvia
que calme nuestra sed
de ser empapadas.
Una catarata de fuego
sobre tierra
en la que crece la hierba
para tumbarnos
a contar estrellas
Semana a constelacion
en un viaje 
de siete días
haciendo el resumen
en domingo.
Cómo me gustan los domingos
desde la resaca del 3 de marzo
y desde la niebla
del 23 de diciembre.

Mujeres embarazadas
abandonadas sanitariamente
poniendo en riesgo
su salud mental.
Aquí también
ha habido triaje.
Lo que pasa es que
la infancia y las mujeres
son Expósitos históricos
del sistema.
Normal que busquen
otras vías que encima
serán tratadas
como piratas.
Si aguantas
un poquito más hija,
serás de febrero
como tú padre;
el mes más corto
del padre más bajo,
pero del mes más amable
y del papá más majo.

Hoy tampoco 
iremos a misa,
pero nos levantaremos temprano
para despejar las aceras
a las vecinas
que quieran hacerlo.
Porque somos
algo superior
a los dogmas,
a las leyes,
a las normas.
Somos puro amor
y la envidia de la carroña.

viernes, 28 de enero de 2022

He cogido el bicho

Esto es un estudio
sociológico,
casi antropológico.
¿Hasta qué punto
has pinchado en el enlace
por lo que dice el título?

No, todavía no
he cogido el Covid,
pero acabo de demostrarte
el morbo y el conformismo
que nos mueve.
Acabo de hacer del bulo
una inercia que 
nos determina.
Y no sólo eso,
sino que además lo
utilizaremos como
argumento inequívoco
en nuestros círculos
de confianza.
Así se propaga el virus,
así difundimos
la mentira a través
del titulares sensacionalistas.

Una fake news
la hace cualquiera.
El análisis y la reflexión
sólo la gente buena.
Porque sí,
esto también va
de malas personas
y personas buenas,
de gente interesada
en el bien común
o de gente interesada
en dinamitar y/o difamar
alguna cosa y/o persona.

Qué fácil es caer
en la trampa.
Pero a su vez
no es nada difícil
zafarse de ella.
Busca la fuente del barrio
con agua potable
y encontrarás la verdad
de lo neutro,
la importancia de los hechos,
la objetividad que se requiere.

"He cogido el bicho"
es una falacia
como tantas que leemos
y nos creemos
al cabo del día.
Por eso te cruzaba la cara
de una hostia,
por defenderte con armas
que ni siquiera son tuyas.
Y por hacerlo
con una solemnidad
del mejor impostor
que se ha visto nunca.
Qué falta de empatía
y solidaridad.
Vaya pozo sin fondo
donde no deja 
de caer miseria.

El bulo es una burda
burla a nuestra inteligencia,
y nosotros, subnornales,
creemos que es suficiente
con saber contar hasta cinco.
El enemigo está cerca;
en casa,
en el trabajo,
en el gimnasio.
No descansa
y ejerce más influencia
que tú.
No confíes en quien
no te mires a los ojos
cuando te cuente algo.
No te fíes de los
que te hablan
con la boca pequeña.

"He cogido el bicho"
es la prueba fehaciente
de que Pedro
se merecía
ser devorado 
por el lobo
y de que todos
llevamos un Pedro dentro.
La cuestión es qué
hacemos para combatirlo.
Si Pedro es iglesia,
Pedro también es
la primera piedra
con la que mataron
a un lobo.

Que te jodan
porque todavía
no he cogido el bicho,
y sinceramente
espero no cogerlo.

miércoles, 26 de enero de 2022

Chequeando tareas pendientes

"Yo quiero ser pequeño".

Nos lo dijo con
contundencia.
Firme y convencido
de no querer
seguir creciendo.
No son pocas las veces
que nos gustaría
que este postulado
fuese cierto.

Echando la vista atrás,
desde que nacen
no hacemos más
que exigirles cosas,
cambios, conquistas.
Nada tiene que ver
con cómo
se hacía antes.
Ahora sabemos más
y hay más respeto
por medio,
pero sigue preponderando
la larga lista
de tareas pendientes
que les exigimos
las adultas.

A los 8 meses
comenzó la Escuela
en un nivel que se
le venía grande,
aunque luego acabase
ganando el trofeo a la garra.
Pese a las bajas de mapaternidad
y la excedencia,
no pudimos alargar más
nuestro acompañamiento,
porque nuestras leyes
y nuestros trabajos
nos obligan a una
separación prematura.
Aquí aprendí
que mi condición
de imprescindible 
era solo para con mi hijo.

Al poquito tiempo
le sentaron en silla
sin estar preparado
físicamente para ello
en el momento de la comida,
mientras que en casa
le garantizábamos
el regazo que tanto
les aporta durante
los primeros meses.
Esto tiene que ver
con el vínculo
y el esquema coporal.

Coincidiendo con
el inicio de su marcha,
un 14 de diciembre
a una semana de
cumplir el año,
le propusimos
la emancipación habitacional.
Sin rechistar
se fue a su nuevo espacio
para aprender a dormir
en soledad.
Nosotras no optamos
nunca por el colecho,
pero nos encantaba
cuando atravesaba el salón
para escalar nuestra cama
y acoplarse en medio.

Antes que eso,
en un verano infernal,
le echamos una colchoneta
al suelo para
que fuera familiarizándose
con el modo en que
se echan la siesta
en Los Juncos,
a la orilla del río.

También sobre su
primer aniversario
le quitamos la toma
de biberón
de la madrugada
por eso de considerar
que su alimentación
ya estaba más
que complementada.
Esas vigilias nocturnas
supusieron un acompañamiento
extremo hasta llegar
a superar ese momento
íntimo a deshoras.
Lo que hicimos bien
fue hacerlo 
durante las vacaciones,
para contar con
el tiempo suficiente
que hace que se consoliden
el hábito y la rutina.

Poquito a poco
fuimos eliminando el carro,
hasta que a los dos años
y un trimestre
despareció
por completo
en un maletero-desván.
¿Me coges?
nos decía cada pocos metros
que conseguíamos
avanzar andando
el kilómetro y trescientos metros
desde casa de l@s abuel@s
hasta La Mariana.
La última vez
que lo utilizamos
fue en las largas
excursiones de las
vacaciones del Norte.

A los dos años y medio
fuera pañal.
En este ocasión
por increíble
que parezca
para l@s que no tenéis
conocimientos
y/o interés
en estos temas,
fue él quién
tomó la decisión.
Llevaba desde
el confinamiento
dando las señales
pertinentes para
controlar los esfínteres.
Todavía recuerdo
su primera caca
en el orinal rosa,
si, esto también
os hará ilusión.
Desde el día
que se lo quitó
no volvió a pedirlo.
El proceso 
no estuvo exento
de fugas y negociaciones.
Teníanos el punto de mira
puesto en el cole de mayores,
el máximo exponente
de institución
que no transiciona
con el debido respeto
los cambios que acontecen,
sino que exige y prohíbe
con dureza
para que te vayas
acostumbrando a la
corrupción adulta.

A la vuelta de nuestras
terceras vacaciones
estivales siempre
con rumbo al norte,
puso el chupete
en la estantería
y desde entonces
ahí sigue, esperando
sin esperanza
ser succionado.
Conciliar el sueño
pasó por algo más
de movimiento,
angustia y desolación,
pero al tercer día
de no utilizarlo
no volvió
a pedirlo nunca.
No hubo resurrección.
Cuando juega con sus bebés,
nunca le he visto
ponerles chupetes,
imagino por el miedo
de la nostalgia y la recaída.
Cómo alguna vez he dicho,
pocas cosas me gustan tanto
como un niño con chupete.

Bueno, estas son
algunas de las cosas
que le hemos exigido
directa o indirectamente
cumplir.
Una lista de checkings
demasiado larga
para la edad que tiene,
pero que bien por
presiones del sistema
o por nuestras santas
mediocridades,
le hemos forzado
a conquistar.

Y sin rechistar
aquí está él.
No sabemos si habrá
algún tipo de consecuencia
en el futuro.
Seguimos esperando
y somos conscientes
de las contradicciones.
Lo hemos hecho
como mejor hemos podido
siempre teniéndole 
en el foco de nuestro objeto.
Por desgracia,
eso no quiere decir
que se haya hecho
de la forma más adecuada.

La última exigencia
ha sido quitarle
la bañera
de plástico roja
y ducharle de pie,
por una cuestión de comodidad
y ahorro de agua
por nuestra parte.
Lo que todavía
no hemos conseguido
chequear
ha sido la retirada
del biberón
de cuando se levanta.
Esa especie de teta,
sin serlo,
que le damos al levantarse
en forma de momento
exclusivo, íntimo,
NUESTRO.
No os atreváis a juzgarlo
porque yo no juzgo
las vuestras,
y recordad
que mi hijo
y la que será mi hija,
siempre estarán
por encima de cualquier
cosa o persona
que no nos aporte
beneficios.

Rompo la cuarta pared
para pedirte perdón, hijo,
por todas las exigencias
a las que te has visto sometido.


lunes, 24 de enero de 2022

Tienes unos ojos preciosos

Es algo que sólo
me habían dicho
mi mamá y mi mujer.
El otro día me lo dijo
la madre de una
buena amiga.
Y halaga,
halaga tanto como
una sesión de aplausos.

Me hizo recordar
que siempre quise
cambiar el color
de mis ojos
en la adolescencia.
Si algún aspecto
físico me obsesionó,
fue el matiz de los iris.

Ahora le miro a él,
directamente a sus ojos,
y la veo a ella, 
a su mamá,
porque de ella los tiene,
tanto la forma,
como la prominencia,
como la expresión
de todo el potencial
de su sentido de la vista.

Es como mirarse
al espejo
y reconocerse
sin irregularidades.
Jugar con la memoria
y sus recuerdos
y ver imágenes
de lugares conocidos
donde he encontrado
el bienestar.
Un patrimonio gráfico
donde me centro 
la mayor parte del tiempo;
porque si mi mirada
es atenta y cuidadora
es cuando le observo.

Y el color que tiene él.
Mejor dicho,
los colores
que tiene él.
Son lo que me recuerda
a mi mismo.
Ese marrón de raíz,
suave y decoroso,
con retales de postre
y tierra húmeda.
Con ese color
de piel bronceada,
casi étnico.

Sus ojos son suyos.
Pero también son
los de su madre.
Pero también
son los míos.
Estamos dentro
del mismo globo,
con las mismas venas
y con la diltacion
oportuna para poder
caber todas.

Otro día escribiré
sobre su boca,
que es de su madre
y también es mía.

domingo, 23 de enero de 2022

Semana 35. Parte II

Por aquí seguimos,
en la cresta de la sexta ola,
esquivando, por un vez,
que resultemos positiv@s.

Últimos preparativos,
regalitos artesanos,
muebles que están
en un sitio
por la mañana
y por la tarde 
se han mudado a otro.
Y al día siguiente
vuelta a empezar.
¿La prioridad está clara no?
La prioridad la lleva ella.

Esta semana
el mayor de los cachorr@s
la ha llevado peor.
No sabemos por qué
porque ni siquiera 
hemos dado con las
preguntas adecuadas.
Pero sí que sabemos
que tiene derecho
a sentirse mal,
triste, enfadado, nervioso.
La clave está
en cómo se le acompaña.
Y pese a todos los errores
que cometemos,
al final del día
hacemos balance
y nos damos cuenta
que acertamos 
en otro porrón de cosas.
Es como pasar
del año viejo
al año nuevo
continuamente.

Cuando escribo sobre
las semanas de su embarazo,
hablo de todas,
de las que ya estamos
y de la que está por venir.
Por ejemplo,
esta semana,
en uno de sus días,
se ha sentido sobrepasada.
Sin motivo ni causa
aparente,
pero con una sensación
de angustia
que te hace explotar
con el llanto
que te acerca
a tu niña de la infancia.

Aquí se está para todo
y para todas.
A las duras y a las maduras.
Se tienen en cuenta
las individualidades,
pero si en el colectivo
no seríamos l@s individuos
que hemos llegado a ser.
Como en aquel
campamento de verano
en que te enamoraste
por primera vez.
Pues igual, pero todo el rato.

Tenemos tantas ganas
como miedos
nos aplacan.
Ya no somos primerizas,
pero nos situamos
desde cero
para partir incorruptas
en la tarea de la crianza.
Tú sí que nacerás
en pandemia,
pero intentaremos darte
las mismas oportunidades.
La de abalanzarte
sobre el mundo
y todas sus cosas
que merecen la pena
ser exploradas.
Un poco a tientas,
pero con el foco
puesto en la salida.
Porque la hay
y estamos a medio camino.
Lo haremos juntas,
tú y las que te acompañamos.
Para no sentirnos solas,
para compartir
el peso de las derrotas,
que las habrá,
y bien tochas.
Pero sabemos
a qué nos enfrentamos
y nosotras ya somos
mejores de lo que éramos.
Es nuestra ventaja.
Nuestro aprendizaje
puesto en manos
de gente extraordinaria.
Porque recuerda,
sólo seremos imprescindibles
para ti,
pero seguimos echando
una mano comunitaria.
Por si ayuda,
por si sirve.
Hasta que ya no lo seamos,
pero para eso quedan
demasiados años
como para explicártelo ahora.

Una vez más,
esto forma parte
del legado que os dejo.
Yo no soy materialista,
soy la holística de la memoria.
No todo puede ser explicado,
pero la suma de mis pasos,
os dejarán bien encaminados.

viernes, 21 de enero de 2022

Caminando por la Calle Ayala

L@s fascistas también
pueden tener hij@s.
Esos hij@s serán
l@s fascistas del mañana.

El contraste brutal
entre los obreros
sudamericanos
y subsaharianos
y los pijos con ropa cara.
'Los de fuera' 
arreglando las calles
a 'los de dentro',
patriotas de pulseritas
del chino, corbata
y perfume del Mercadona.
Con sus barbas perfiladas
y sus peinados pomposos
de señoras de buena cuna.
Más sindicalismo
de los setenta
y menos percha
de posguerra.

Caminaba con un
asco inaudito
a lo que acostumbro.
Escaparates de lujo minimalistas
con su fachada limpia
supremacista.
En alguna esquina,
castillos de cartón y mantas
esperando la paliza
de su vida,
por algún grupo
de 'gintoners'
con sed de sangre.
El taconeo taladrante
que me reventaban los oídos.
Las miradas altivas
con sabor a golpismo.

Vi chicas con cofias
caminar apresuradas.
Pijas vestidas de runners
a 200 pavos
la indumentaria,
con gafas de sol
de Gucci
y peinados de boda.
Cicuentones canosos
con chalecos
y halos de puteros.
Niñ@s de uniforme
religioso
repeinad@s con la raya 
a la derecha o en el centro
con meriendas
que no eran suyas.
Y algún que otro
sujeto, intruso,
sospechoso, ajeno
y extranjero
como yo.

Calles con fragancia
a exclusión,
banderas bien tendidas
de los majestuosos balcones
y ruidos de coches
de alta gama
que no pasan las noches
en las calles,
con polvo blanco y químico
en las guanteras.
No tienen palomas
porque no tienen parques.
No tienen ratas
porque se las han comido
de madrugada.
Y bebés en carros
de miles de euros
que cuarenta años después
explotarán a sus trabajadoras,
como mínimo.

Mucha más gente
sin mascarilla
de la que nunca
he visto en mi barrio.
Porque claro,
ell@s están
por encima
de la salud pública,
principalmente
por su dinero
y seguros privados.
Porque para ell@s
una PCR
es como para el pobre
comprarse la barra
de pan diaria.

Sentí tanto asco
y odio y miedo
que se me aceleró
el pulso y los nervios
y la fatiga.
La impotencia, el dolor
y la rabia.
Lo de siempre.
Los de arriba
y las de abajo.
Porque en la zona rica
también mandan los hombres,
ahí no hay diferencias sociales,
sólo matices sutiles
que hace que la violencia
sufra transformaciones continuas
hacia la mujer
por el hecho de ser mujer.

Fui a recoger
la cesta de Navidad
de mi mujer.
Un conglomerado 
de productos gourmet
con denominación de origen
y sello español.
Del aspecto
del comercio justo y sostenible
ya para la próxima.
Una ristra de tardofranquistas
que se alimentan
de elitismos y privilegios
heredados.
También lo de siempre.

Lo que pasa es que no son más,
ya lo dijeron Pablo y Yolanda
entre otras,
pero siempre acaban ganando.
Y no sólo eso,
sino que además
convencen al pobre
para que les limpien
los zapatos castellanos,
sin garantías ni ápices
de mejoras laborales
mientras los campos,
también castellanos,
arden para ser urbanizados.

Núñez de Balboa,
el barrio Salamanca
y un ejército de idiotas.
Majaras.
Maharajás que odian
a l@s indues
por el hecho de tener
otro tono de piel
y otro idioma.
Y si es homosexual
peor aún.
Y si es mujer
apaga y vámonos.

Todo eso se respira
en esas calles
que no dejan ver el cielo
en el que dicen creer,
pero sólo los domingos.
Posturetas de pandereta.
El resto de días
son esbirros,
malos bichos,
que si pudieran
hacerlo sin consecuencias,
ta harían desaparecer a tí
y a tu periferia.
Pero a mí me pasa lo mismo.
El miedo que me da
es que algún día
me den igual
las consecuencias.

Estará el que diga
que son prejuicios.
Los habrá que digan
que es poesía.
Os equivocais todas.
Son balas muertas de risa,
cansadas de esperar a oscuras,
dispuestas a cambiar
nuestras vidas.

Menos calles Ayalas
y más bibliotecas Francisco Ayala.

jueves, 20 de enero de 2022

"El gran hospital"

"El gran hospital
de Madrid
está en los domicilios
madrileños".

Así.
Más ancha que larga,
la larva.
Sin tapujos ni remilgos,
el jilguero.
Porque nunca
hay consecuencias,
cucarachas.
Lejos de estar loca,
ésta terrorista de estado
rige y gobierna
en las políticas
que principalmente
afectan a las pobres,
a la mayoría,
a nosotras.

Porque sí.
El tonto obrero
que la vota.
El familiar tonto
que la vota.
El amigo que la vota
y sientes que
te traiciona,
todos ellos también son pobres.

Esta etarra neoliberal
dice ahora
que somos sanitarias,
que sabemos y
podemos cuidarnos
a solas,
que da igual
lo que pagues de impuestos
porque al final
todo el sistema
te falla,
y eres tú,
tonto y pobre,
el que debe
obrar milagros 

Y
Aquí
No
Pasa
Nada.
No estalla una guerra,
ni hay violencia
en las calles,
ni siquiera
somos capaces
de encender una cerilla.
Porque quemar contenedores
está mal visto.
Pero que te autodiagnostiques
haciéndote cargo
de los costes
y pedirte vacaciones
porque al niño
le han confinado el aula,
Eso
Es
De
Puta
Madre.

Se ríe en nuestra
puta cara,
en la de las pobres,
y le reímos la gracia
con nuestro voto
aunque después
la abuela muera
asesinada en la residencia.

No os creáis
a los izquierdistas
que dicen que hay
que combatir el odio.
Precisamente estamos
tan jodidas
por ser tan buenistas,
Me
Cago
En 
Dios.
¿Qué más nos hace falta
para mover aunque sea
un poquito el dedo?

Increpar
a este ser
del averno
ya sería un
acto revolucionario.
Aunque tu padre
o tu cuñado
la hayan votado,
siguen siendo
los mismos miserables.
Y tú no lo eres,
pero compartes 
la miseria
en la que ha degenerado.

No sé si tenéis
personal suficiente
en vuestro hospital
domiciliario.
Si contáis
con todos los recursos
que hacen falta.
Si existen celadoras
y seguratas
que os guarden las llaves.
Si os llegan las proveedoras.
Si permitís visitas.
Si tenéis las
urgencias abiertas.
Si contáis con
las mejores.
O si tenéis un mínimo
de vergüenza
como para que
os alarmen
estás declaraciones.

Decir que el gran hospital
está en los domicilios,
es gritar sin filtros
un 'gora ETA'
en el entierro
de una víctima.
Y sí,
nosotras somos
las víctimas.
No me canso
¿Hasta cuándo?

PD: Community me cago
en tu puta estampa.


miércoles, 19 de enero de 2022

"Miraflores"

El último texto a Mi Kuadrilla,
a mi segunda hija,
sin leyes sálicas que lo impidan,
lo sobrevenido de la herencia,
el legado de nuestros días.

"¿Cómo quieres que 
te quieraaaaaaaaa?
¡Cómo quieres que te quiera!",
me repito hasta la afonía
todas las formas que existen
de conjugar el verbo amar.

Es tu mano
la que descorre la cortina
cuando vienen a vernos
las flores del campo
que tantos años
llevamos regando.
Nuestros ojos se buscan
en un laberinto maldito
mientras late
un único corazón
justo en el centro del páramo.

La sentencia de nacer
en medio de un
grupo de amigas
con leyes propias,
donde no existen murallas
y cuidamos las miradas.
Tenemos maestras,
juezas
y seres tan sociales
que nos nos hacen falta
ejército,
ni iglesias,
ni casas de apuestas.
Sólo arboledas,
parques
y sierras asilvestradas.

El día que nos entierren,
lo harán
en una fosa colectiva
para confundirnos
las unas con las otras,
porque somos lo mismo,
sin rangos, jerarquías
ni extraños,
sólo memoria y epílogo
de una amistad sempiterna.
Por eso después 
de nosotras no hay nada,
sentimos deciros
que el prólogo
que yo mismo escribí,
es el auténtico principio.

"Si todo el mundo lo sabe..."
desde el día en que nacimos,
no nacimos para perder,
ni nacimos para ser vencidos.

"Ojitos como los tuyos..."
estuvieron en
las protestas vecinales
de Gamonal,
dónde por una vez
la policía no salió victoriosa,
ni las obras,
ni la patronal.
Somos un linaje
sin Cortes,
venimos delinquiendo
de la Ventilla,
gitanas infravaloradas
venidas de toda la capital
con una fuerza sobrehumana,
potencialmente descomunal.

Mi reina de las revoluciones,
mi bellísima Kuadrilla,
si soy patriota de algo
es de su clítoris,
de sus ovarios,
de todo su retén
de estrellas
que guardan a buen recaudo
para que nadie se quede sin ellas.

Cuando digo que es
el último texto de La Kuadrilla,
me refiero a que es 
el último que he escrito hasta ahora,
porque el último texto
a La Kuadrilla,
lo escribiré el día de antes
del que me muera.

martes, 18 de enero de 2022

Contacto estrecho

Llevamos casi dos años
evitando los contactos estrechos.
La criminalización
del vínculo.
Un toma y daca
que no permite
dar privilegio
a las relaciones.

¿Contacto estrecho?
Pues confinamiento.
Y de lo marginal
pasamos a la aventura
del hacinamiento
en el transporte público.
¿Quieres relacionarte?
Pues toma enlatados
y encurtidos
de unos servicios
en decandecia.

Ahora somos ratas
si decidimos vernos.
No se dan cuenta
que las ratas
son las primeras
en abandonar el barco,
y aquí casi nadie
ha abandonado
pese a la zozobra
y al naufragio.

Contacto estrecho
del complemento indirecto
por no conocer la extensión
del complemento circunstancial
de tiempo,
mientras los verbos
ya no se conjugan
en colectividad
sino que agonizan
lentamente
en cuarentenas
que no sostienen
el sistema de bienestar.
Por eso siempre
es una cuestión 
de riqueza
o de ausencia de ella.

Si no fuera por el miedo,
el desconocimiento
y el poco sentido común
que tengo,
os iba comiendo la boca 
de las ganas que os tengo.
Mientras tanto,
seguimos protocolizadno
vidas que hoy funcionan
y mañana ya veremos.

El día que esto acabe,
pienso coser
mi abdomen al tuyo
si quiero que seas
contacto estrecho,
y quemarte vivo 
si te considero
contacto de desecho.
Andaros con ojo.
Eso si,
siempre seremos
de las pobres.

lunes, 17 de enero de 2022

"Mañana voy a Burgos"

La Kuadrilla burgalesa,
pegatinas en las farolas,
lluvia en las aceras.
Bravías, zuritas,
torcaces y tórtolas,
en la orilla nos juntamos
para sentir el peso
de las olas.

No tenemos mar
porque somos oceánicas.
Extensivas, profundas, acuáticas.
Como las palomas
de los barrios,
enemigas periféricas
de la burguesía,
eternos adoquines,
infinitas alamedas,
Allendes presupuestas.

Cantamos y lloramos
en desbandada
para que el resto
acuda a la llamada
de preguntas sin respuestas
que sabemos con certeza
el mensaje que contiene
la botella que navega
a la deriva
para que lo encuentre
quien viva
en una isla desierta.

Diecinueve claveles
clavados en el pecho,
diecinueve rosas
punzadas en el corazón,
la siembra, el riego, la cosecha,
mis campos de trigo y almidón.
"Buena sea tu venida
buena sea mi llegada".

Mañana vamos a Burgos
comuneras de Castilla,
ven si te atreves,
estamos almorzando
en los chapiteles
de cuclillas,
rapaces, audaces.
Mañana vamos a Burgos,
venir si os atrevéis,
somos atalayas
del territorio virgen
por descubrir.

De Vallecas sale el agua,
de Embajadores la razón,
de Aldea del Fresno la tierra,
de Vicálvaro el fuego,
La Kuadrilla mi perdición.
Corazones que se riegan
al atardecer sensible
de las indemnes
con las fauces abiertas
para movilizar a las crías.

Mañana vamos a Burgos,
os esperamos
en nuestra tienda oficial
de merchand
con el uniforme morado
y el himno a todo trapo.

domingo, 16 de enero de 2022

Semana 34. Parte II

Dos kilos cuatrocientos
y con la dirección del viento.
Encajada haciendo el pino
con las piernas entrelazadas
para que mamá
sientas tus pisadas.

A partir de ahora
puedes nacer
cuando quieras,
nadie te va a poner
barreras, ni muros, ni puertas.
No combatirán tu fuerza,
ni tus ganas,
ni tu inercia.
Te esperamos
en tu Mariana
con todas las cosas
que son ciertas.
Las reyertas,
los cometas,
las expertas se recogen el pelo
para ejercer con coletas.
La ciencia
de toda tu imprenta,
cornamenta,
la reina de un pueblo
sin lideresas.
Te encomiendas,
te convoco,
nuestro regocijo
sin pozo,
te despiertas,
te desperezas,
están listas las fieras.

Me alegro,
me sonrojo,
me acomodo.
Espero tu llegada
como el inicio
del nuevo cosmos.
Mi chiquilla,
mi cachorra,
nos hemos aprendido
todos los tipos de palomas
para nombrarte
de madrugada,
en las migraciones,
para que si quieres
te poses en todos
los balcones.
Mi almohada,
mi café,
mi latido,
las palabras,
los verbos,
mi fiel amiga compañía,
mi actitud parida
de la pedagogía.

Te lo cuento,
te lo presto,
te lo cedo.
Tú lo heredas,
lo retocas,
lo mejoras.
Me acongojas,
me fascinas,
procrastinas.
Las estrellas ya titilan
para el día en que te vea
esa carilla.
Contaré tus dedos,
te tocaré el pelo,
me agacharé enano
para recibirte
en la vitrina,
en la cornisa,
tu sonrisa.

Cuando lo hagas
no me quedarán excusas
para hallarme perdido
en medio del camino.
Con tu boca,
tus orejas,
seré tu Marlon Brandom
en El Padrino.
La mafia de tu risa,
la celda de tus costillas,
por tus piernas escalo 
de memoria
hasta tus cimas.
Yo delinco,
tú protestas,
manifestaciones certeras
de la lucha callejera.
Y me honras
con tu sola presencia
combativa, altruista, artesana,
recojo la cosecha
de tanta sala de espera.

Yo te rimo,
te porteo,
yo te abrigo
con mi estilo.
La métrica de la técnica,
metralleta hasta las tetas,
tu papá te escribe poesía
desde antes de que
fueras noticia.
La revolución 
de nuestros días,
piquetes, barricadas,
esquiroles de la mina,
de camino está Gala
tapando las fosas,
germinando la tierra,
con la insignia
de la que será
nuestra última bala.
La estructura de tu cuerpo,
melodía, sinfonía,
directora de orquesta,
a sus pies los instrumentos.
Trigésima cuarta semana,
te arrodillas, tú te callas,
los malvados 
corren despavoridos,
sin aliento, con anillos,
ya viene el ángel
que nunca ha caído,
las tierras,
las guerras,
las batallas,
ha empezado la reconquista
de las antiguas criadas.

Desde el útero,
epicentro,
barlovento,
mi sargento,
acostúmbrate
al cambio de género,
perspectiva,
enfoque,
alternativa,
la galaxia es inclusiva
y el futuro menos incierto.


sábado, 15 de enero de 2022

Tras vacunarme. Tercera dosis. 2 de enero de 2022

Tercera dosis.
Pauta completa.
De momento
dos Astra Zénecas
más una Moderna
con sus correspondientes lotes.

Fui al hospital
de Santa Cristina,
enfrente de Maternidad,
por eso de sentirme
como en casa.
Éramos much@s,
pero la cola
iba rápida,
fluida, ágil,
como los contagios.

La sanitaria
que me vacunó
me preguntó
en qué brazo la quería.
Le dije
que el en izquierdo,
que ahí es
donde me protege
mi hijo
y donde soporto
el peso de las cargas.
Le agradecí la labor
y me fui con el informe
pensando en l@s
que todavía
no se han vacunado.

Volviendo en el bus
vi el Ahorramás abierto.
Era domingo
así que me cagué
en sus muertos.
Hacía un tienpo
al que denominamos bueno,
pero en ningún caso
el que se merece
un mes de invierno.
Es paradójico
qu la gente
busque el solecito
cuando en realidad
es el elemento
más potente
que consigue distanciarnos.

Aquel día
mi mujer rompió
en cuestión de
tres minutos
dos platos
y un vaso
para celebrarlo 
a la segoviana.
Y poco a poco
yo también
me fui rompiendo
por dentro
por los efectos
de la vacuna.
Con cada molestia
me acordaba
de esos famosos
que iban muriendo
de Covid
sin haberse vacunado
por decisión propia
con tintes negacionistas.
Bueno, pues uno menos
qué queréis que os diga.

Tras haber completado
la pauta en apenas
nueve meses,
el mundo gira
igual del mal,
sólo que morimos menos
por este motivo.
Pero siguen estando
los otros motivos
por los que sigue
muriendo demasiada gente,
y cada persona
que engrosa
el marcador,
es otra derrota
de la sociedad.

La tercera dosis
es una excusa
para tocar varios palos,
menos el zamorano,
que es el que sujeta
el cachorro
y es el que llevo
en el brazo izquierdo:
el intocable.

viernes, 14 de enero de 2022

"Tiempo de despedirse"

Trabajadoras municipales
del tabaco.
Porque aquí
todo el mundo fuma
o se echa sus caladitas
indirectas.

Somos cigarreras
que van a la guerra
mientras los soldados
se quedan en casa
con las crías.
Y lo hacemos
por buenos motivos,
los de ir a la guerra
para volver a vernos.

Así que damos
las manos 
a nuestros soldados,
que muertos de pena
se marchan enamorados.
Las cigarreras
les robamos su querer
y lo guardamos
para cuando sea
pertinente sacarlo
al frío más inhóspito.

Aseguramos
el amor vitalicio
por las cosas,
las personas
y las ideas.
Solas nos quedamos
ante el abismo
de lo desconocido
y lo desconcertante,
como lo hicieron
nuestras bisabuelas,
abuelas, madres
y todas las mujeres
del este mundo.

Le echamos el humo
a la cara del soldado enemigo.
La fragancia
y la elegancia
de las cosas
que tienen
que ser cambiadas.
La Kuadrilla mi perdición
por encima de cualquier
causa que implique
la muerte.

"Sol y luna,
luna y cielo,
¿dónde estuviste anoche?
que mis ojos no te vieron.
Aunque le ponga al puente
cañones de artillería..."
...pienso pasar a verte
sea de noche o sea de día,
porque a mi Kuadrilla
no se la confina,
ni se la restringe,
es la salvaguarda
de mis cuatros esquinas.

martes, 11 de enero de 2022

"Canción de cuna"

Suena el acordeón
en la habitación
donde el niño llora,
donde la niña crece.
Brota la tierra
cien veces
que ha quemado el sol.
No hay nada más animal
que el verbo criar,
la simbiosis en guerra
entre el dinero y el amor.

Puede la tierra
vencer al sol
que muere 
por el dinero
en busca del amor.
Todo lo puede
La Kuadrilla
que vencida
no será vista.

Los campos amarillos
de Machado
que aguantan,
resisten el embiste
de la deshumanización.
Los niños lloran,
las niñas crecen,
mientras sus madres,
carpinteras kuadrilleras,
les hacen una cuna
"que a los pies tienes la luna
y a la cabecera el sol,
que a los pies tienes la luna
y a la cabecera el sol".

El clarinete
suena en la habitación
mientras el llanto
y el platillo
se difuminan
rota la voz.
¿Quién nos va a salvar?

lunes, 10 de enero de 2022

"Un lunes"

Estaban los 19 campos
dando cobijo
al señor pastor
un lunes por la mañana.
Estaba el señor pastor
tomando el sol
un lunes por la mañana,
vio venir 19 lobit@s
y en medio
una Kuadrilla parda.

Remendando la zamarra
estaba el señor pastor
albergando sus corderitos,
cuando se acercaron
los lobit@s
al señor pastor.
La Kuadrilla parda
miraba de lejos
el esplendor,
olía a sangre,
rabia y temor.

Señor pastor deja
 a esos lobit@s
"que a ti no te deben nada,
que a ti no te deben nada".
Los corderitos
se aliniaron
con los 19 lobit@s
para ver de frente
la señor pastor
que guardaba
bajo la faja
el puñal de sus entrañas.

Lo que no sabía
el señor pastor
es que la manada
le había robado la navaja,
que sin sacarla
ni amenazas
aullentaron la señor pastor
que ningún campo
le guardaba.

¿De qué te sirve
señor pastor
llevar el puñal entre la faja,
si nosotras sin navaja
te vencemos
puestas las faldas?

Un lunes bajo el sol
de la mañana,
los campos
se hicieron lobas
y las lobas
una cosa parda.

Con el tiempo volvió
el señor pastor
sin zamarra,
ni puñales,
ni navajas. 
Vino con las manos desnudas
para que se las lamiera
la manada.
La manada agazapada
entre la hierba,
vio cómo los corderitos
mataban al señor pastor.

Y así, 
entre lo suave y lo áspero
de las mezclas,
fuimos yendo
hacia lo salvaje.

domingo, 9 de enero de 2022

Semana 33. Parte II

Has llegado
en semanas
a los años 
que tiene papá.

Mamá cuenta
que cuando
se acerca tu hermano
a verte,
tú te mueves
con rapidez
como si jugases
la escondite.
Si ya juegas
desde dentro,
no puedo imaginarme
el espectáculo
que serás fuera.

Te esperamos
ociosas y divertidas
porque cada día
que pasa
aprendemos
algo nuevo.
Te imaginamos
en el suelo
apoyada
la espalda
mientras observas
todo lo que te supera
en altura
y todo lo que en su día
tú superarás
con creces.

El tiempo pasa 
tan rápido
que pareciera
algo anecdótico,
y es peligroso
no tomárselo
en serio.
Por eso
semana a semana
compilo los hechos
como si de una
investigación policial
se tratase,
para no dejarme nada,
para no olvidarme de nada
cuando guste repasar
todo lo acontecido
Para contártelo,
por supuesto,
sin reproches;
para que conozcas
el origen, las raíces;
para que no choques
con lo sistémico
como una teoría
desconocida..

Seguimos desechando
los males
no contaminantes
pero dañinos,
en las Fosas de las Marianas,
el lugar más
profundo conocido
del planeta.
A nosotras nos basta
con La Mariana,
la cual incluye
y tiene en cuenta
la perspectiva de género
como algo natural
y necesario.

Tanto la 32
como la 33,
han sido semanas
vacacionales,
justas y pertinentes
donde hemos 
sido ovillo y manta,
calor y juego,
sorpresa y emoción.

Parece que entre
otras barreras,
también superamos
la del peligro.
La incertidumbre
se mantendrá
y la ambigüedad
de nuestras incoherencias
también.
Pero no decaemos
en el amor,
el respeto y la lucha,
porque si bien
no somos 
ejemplo de nada,
en casa nos sentimos
sobradas y más que preparadas.

Feliz vuelta
a las rutinas callejeras.

martes, 4 de enero de 2022

"Mes de mayo"

Cada una tiene
su guerra personal,
la que nos mueve
a no conformarnos.
Luego está la colectiva,
la de cualquier mes
y estación del año,
la que nos hace bloque,
casi secta,
cuando nos vamos
a contar estrellas.

La avanzadilla suicida
que hará vencer
al grupo,
van con pena
y con miedo,
pero vuelve
sacando pecho.
Es el código
de la Kuadrilla,
si no tienes una
es porque sólo hay una.

Le pregunta el capitán
a la soldado
que va en medio,
que se llama Kuadrillera,
se subleva guerrillera,
"¿Por qué llevas tanta pena?"
No hay altos mandos,
ni rangos, ni estratos.
Son Asamblea horizontal,
elevada comunidad,
exclusiva vanguardia.

La soldado responde
al capitán:
"No es por padre
ni es por madre
ni es por venir a la guerra.
Es por mi Kuadrilla querida,
es por mi Kuadrilla querida,
que me muero por no verla".

La soldado
que va en medio
desparece caminante
escribiendo unos versos
en papel antiguo
para que la Kuadrilla sepa
a dónde va,
y cuánto le queda
para volver a verla.

lunes, 3 de enero de 2022

"No canto yo"

Aunque me veis
que escribo,
no escribo yo,
escribe la leyenda
abrigada con la razón.
La mezcla de una lengua
empapada con lágrimas
derramadas del corazón.

Los pañuelos blancos
de las madres
de la Plaza de Mayo;
los pañuelos negros
de mujeres antifranquistas
llorando la pie de las cunetas.
Aunque me veis
que escribo,
en otra parte suspiro,
el anhelo,
la pena,
el pozo de mi Kuadrilla.

La palabra que me diste
la guardo
con llave y cajón;
dentro del clarinete
la melodía,
el viento,
la emoción.

Si la quiero
es porque la quiero,
si la amo
es porque la amo,
si me olvida yo me muero,
siempre las mismas manos.

"No me mires que me muero,
con esos ojos tan tristes,
con esos ojos tan tristes"
"Es begiratu hiltzen nauzula,
hain begi tristeekin,
hain begi tristeekin".

La flaca.
Depende.
Agua.
Cenizas.
Aunque me veis
que escribo,
no me mires
que me muero
con esos luceros
de la mañana.

domingo, 2 de enero de 2022

Semana 32. Parte II

La tripa está
de vacaciones
y se palpa 
en el ambiente.

El mayor de
los lobeznos
dibuja un círculo
para atrapar
a su familia
de carne y hueso
en conceptos abstractos
a los que tendrá
que dotar de sentido
más adelante.

La casa cambiante
y ambulante
que acoge
objetos antiguos
que huelen a 
leche materna,
ropa en miniatura
para compartir
con los ratones
y con las ratonas
y una herencia alejada
de los clasismos.

Las molestias
se han ido
al fondo del océano
aunque algunas
de sus burbujas
lleguen a la superficie
para expirar el miedo.
Cuando existe
el drama
hay que desahogarse,
pero cuando 
respiramos en calma,
también lo expresamos
en el boletín de noticias
que son positivas.

Dicen de las
nochebuenas
y las nocheviejas
y del riesgo máximo
de contagios,
pero estemos
con quien estemos
aquí solo celebramos
la conquista semanal
de los domingos
sin confesarnos
antes de ir a misa,
principalmente
porque no vamos.

Una lista 
de tareas pendientes
que vamos tachando
con el alivio
de realizar
una cosa al día
por lo menos.
Nos seguimos
levantando temprano,
de noche,
para despedir 
a las estrellas
que nuestros sueños
habían albergado.

La metamorfosis
de su cuerpo al revés,
de mariposa 
a oruga
con las alas plegadas
para dosificar
la fuerza
y la autoestima
de un caballo salvaje,
de los que todavía nadie,
ningún humano,
ha maltratado.

Pasamos las horas
hablando del concepto
de familia,
de lo que ya
hemos construido
y de los matices
del nuevo rumbo.
Le observamos
como se observa
a los pájaros,
con quietud,
atentas y reflexivas.
Nos emociona
cada uno de sus éxitos
y le apoyamos
en todas sus frustraciones.
Aprendemos
a aprehenderle
de nuevo
y concluimos
que está preparado,
y preparado
para conocer a Galita,
que es como
inequívocamente
la llama desde hace
semanas,
desde hace meses.

La certeza de cruzar
el umbral del año
y saber
que sea cómo sea,
será de las mayores,
y eso nos posibilita
la perspectiva
de nuevas experiencias.
Y nos gusta la idea,
también la de género
y el enfoque
que le daremos.
Es como un reto,
una prueba,
es empezar de cero
adaptando todo
lo que ya sabemos.

A un día
para la semana 33
y felicitarnos por ello,
si miramos hacia atrás,
te digo que
has conseguido
lo más difícil.
Ahora,
pase lo que pase
y como siempre 
he procurado,
me mantengo 
a tu lado
para que me utilices
a tu antojo.

"La molinera"

Lleva la kuadrillera
a todas
en su espalda,
arrastrando
sus ropajes
agasajados
de buenas intenciones.

Artesana
la harina
que espolvorea
para que a nadie
le falte nieve,
se congela mientras
mueve la rueda
con todas sus fuerzas.

Lleva la kuadrillera
a cargo
su manada
los costales
de semilla y grano.
Roba las emociones
para que no
te quedes
sin la tuya.

El molino abandonado
que siempre visitamos
para que se 
mantenga vivo
en la memoria.
Aspas de Quijano
y golondrinas,
luchamos contra
los gigantes
de nuestros días
para salvar 
el campo,
los árboles,
los pájaros,
como cantaba
Marcos Ana
desde los barrotes
de su celda.

Por eso llevamos
collares
que nos aprietan
el cuello,
para sentir libres
la fuerza del viento,
la raíz del pueblo.

Ay kuadrillera mía,
muele que muele,
dale que dale,
aire y más aire.

"Te vi en la ventana,
como era de día
no te dije nada.
Te vi en el balcón,
como era de noche
no te dije adiós".

Ni contigo
ni sin ti
kuadrillera mía.
Contigo muero
de amor
y sin ti
muero de dolor.
Sin remedio 
ni solución,
sabemos que somos
los campos
que se merecen
nuestras viejas tierras.

Nota de autor: canción del nuevo disco de La M.O.D.A, 'Nuevo Cancionero Burgalés'.