miércoles, 1 de septiembre de 2021

Su cama de 90

Su cama de 90 por 1,93
porque su cuerpo
nos iba pidiendo
más espacio.
Lo de hacerse mayor
no va despacio,
como rápido conquista
los cambios
que se le exigen.

Gana altura y dimensión.
Una perspectiva acantilado 
que requiere de una valla
de seguridad
por el riesgo de caída.
'Silencio Bruno'
es el mantra que se repite
para quitarse el miedo
tras la sensación de vacío.

Almohadas, cojines
y sábanas comerciales.
Peluches, muñecos
y cada noche
objetos inverosímiles
con los que poder
conciliar el sueño.
Y debajo cajones.
Cajones para guardar
tesoros,
trastos en desuso
y zonas susceptibles
de ser jugadas
para el escondite.

Una cama que simboliza
el hecho de hacerse mayor.
Porque ya lo es
aunque siga pareciendo
tan pequeño.
Porque ahora 
parece más pequeño
en un espacio
que se extiende,
mientras resta hueco
a la habitación.
Porque ya nada
volverá a ser como antes.
Abruma la sensación
de perder dependencia.
Más a mí que a él.
Son pequeños cachitos
que se desprenden
del control adulto.
Es lo que le toca
para que su crianza
siga siendo sana
por mucho que nos apene.

Su cama de mayores
coincide con la última
conquista de retirarse
el pañal nocturno.
Una decisión
que le hemos empujado
a tomar
para cerrarnos la boca,
otra vez.

Ojalá se quedara
con el chupete toda la vida,
y con el bibi
de las mañanas,
pero es inminente,
crece y madura
a sus anchas,
es cuestión de tiempo
y de voluntades.
Hacer de las resistencias
un juego de privilegios
en las relaciones.
Un estrecho conocimiento
de las necesidades del otro.
Un respeto mutuo y sagrado.
Un tiempo que nos damos
conociendo de sobra
el resultado.

Una cama de mayores que,
si hace como sus pamadres,
compartirá con su pareja
a los diecisiete años
mientras todas dormimos
bajo el mismo techo.
Porque la nuestra,
nuestra historia,
comenzó en una cama de 90,
la misma que tienes
tú ahora.

A soñar.

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