domingo, 30 de septiembre de 2018

(Con) sentido

Carraspeo
con la última
página en blanco
mientras
me esfuerzo
en poner
algo bonito,
algo (con) sentido.

De estas veces
que empiezas algo
sin un objetivo final
y te dejas llevar
improvisando
palabras,
rimas
y coherencias
hasta llegar,
quizás,
a un resultado
agradable.
Como la sensación
de perder algo
y al rato
encontrarlo.
Ese susto
que te pone
en alerta
y piensas
que no hay
nada que hacer
hasta que
encuentras
el modo,
y por fin
expiras
el aire
que te estaba
oprimiendo.

Las sorpresas
que te da
la vida
y la tranquilidad
con que caminas.

Merecen la pena.

Deconstruyo
para dejar
hueco
y aprender
todo lo que
me queda
por descubrir.


_Un cuaderno más, gracias_

jueves, 27 de septiembre de 2018

Limpieza de boca

Todos los años igual.
La misma clínica
de barrio. Cutre.
La sala de espera
de siempre
con las revistas
de contenido
dudoso.
Impuntuales
vayas cuando vayas.
La misma auxiliar
con una cara
invariable
desde hace
quince años.
Y cómo no,
el dentista
de siempre,
el puto flipado
que me hace
las mismas
preguntas
años tras años,
no fallo,
año tras año.
Qué pereza.
Le contento
inventándome
las respuestas
viendo su
irrelevancia.

Cada vez
duele más.
La sensibilidad
cada vez
es mayor.
La dichosa
limpieza de boca
para quitarme
el sarro
y las putas manchas
por el tabaco
y el café.

Termina.
Me enjuago
el dolor
y escupo
el odio
tintado de sangre.

- Tienes una pequeña caries
y hay que quitarte
las muelas de juicio
(lo mismo que el año
pasado, y que el otro...).
¿Para cuando te doy cita?.

-Cóbrame cabrón. Hasta el año que viene.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Pitis

Muchos pitis.
¿Cuántos pitis?
Los pitis.

Los pitis de después.
Los pitis del café.
Los pitis del insti.

Los pitis a escondidas.
Pitis industriales.
Pitis liados.
Los pitis y las musas.

Los pitis pisados.
Los pitis mal apagados.
Pitis y polvos.
Chustas de pitis.

Pitis en las orejas.
Pitis robados.
Pitis a los que te invitan.
El piti que te pide
el niño de trece años.

Que se te olviden los pitis.
Comprar pitis.
Pitis pequeños, largos,
finos, gordos, chepudos.
Pitis retomados.

Piti aliñado.
Pitis borrachos.
¡Me gusta fumar,
cojones!
pitis enganchados.

Adicto a los pitis.
Pitis incendiarios.
El humo dibujado de los pitis.
La cantidad de pitis
que tiene un texto.
Los pitis de los viajes.

Pitis ilegales.
Pitis incolventes.
Pitis en el extranjero.
Los pitis del 3 de Marzo.

Desde hace un tiempo,
por deber consumado,
pitis a la papelera
adecuadamente
apagados.

Nota de autor: Perdón por los pitis y por cuando el respeto os he faltado.

lunes, 24 de septiembre de 2018

La misma de siempre

La gente
de muchos
aspavientos,
poca clase
y más drama
que una película.
Esa gente
que se cree
única
y diosa;
el ombligo
del mundo
de un cordón
umbilical
mal cortado.

Esa gente.

A esa gente
os digo
sin gritar
que no merecéis
la pena 
ni mucho menos
la alegría,
que solo 
sois excusas
de un momento
cualquiera,
irrelevante.

Esa misma gente
de siempre,
doliente,
consciente
o
inconsciente,
pero gente,
la misma de siempre.

sábado, 22 de septiembre de 2018

Su ronroneo

Si que tiene
siete vidas.
Dos fracturas
y cuatro
agujas
le respaldan.

Se llama Clio.
No por homenaje
al motor
del coche
donde nació,
sino como
memoria 
histórica
de la primera
y única
faraona,
Cloe.

Así creció.
Se desenvuelve
como pez
en el agua
entre dos casas
que le vieron
arremeter
con furia
el valor
de su posesión.

Sillones deshilachados,
mosquiteras descolgadas,
duerme donde quiere,
donde elige,
a su altura,
la de los dioses.

"Ronroneante"
se apega
a los cuerpos
de día,
en la distancia
se activa
de noche
con el juego
expectante.

El más pequeño
hasta la fecha,
sus ojos,
desafiantes,
acechan ventanas
de movimientos
constantes.
En el trono,
en la atalaya,
sus trastadas.

Cuida
de su hermana
haciendo de 
almohada.
La lava
y la peina
si le interesa.
"Carantoñea"
aliviando
el ladrido,
la tira,
la araña,
la ama.

Protege
lo suyo,
cede su chuche,
cojea alegre
salta del susto.

^Te he llorado^
cien veces
por ser
y formar
parte.
Y lo haré
las que
haga falta,
la clave,
nuestro resorte,
tus rajas,
mi arte.




_A Clio_

viernes, 21 de septiembre de 2018

Regla escolar

- Es como tener un bicho dentro- dice.

Me acoplo
en su 
curva perfecta
posando
el oído
en su piel
y espero
sin esperar
nada 
a cambio.
Pese a la
contradicción
me mantengo
en silencio,
respetuoso,
melodía
de guitarra.

Y nada 
depende 
de mi
dependiendo
todo de él
porque su
tamaño de
"regla escolar"
impone más
que una ballena
en mar abierto.

Por eso espero
paciente
a que responda
mis preguntas,
no como imperativo,
sino con un
inmenso cariño.

jueves, 20 de septiembre de 2018

He llorado

Por suerte
o por desgracia,
según como se mire,
he llorado más
en un veterinario
que en un
entierro humano.

La posibilidad
de acariciar
a un ser vivo
con cuanto 
más vello mejor,
me tranquiliza
profundamente.

Los días dorados
están por encima
de las marchas
sin retorno,
eso,
no me lo quita nadie,
eso,
no está pagado.
Da igual la pena
y el sufrimiento
que conlleve,
el acompañamiento
que les proporciono
y el aprendizaje
que me suponen,
justifica
tomar la decisión
de tenerlos
y cuidarlos.

_A mis animales,
estén a mi nombre
o no_

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Instantes

El instante previo al orgasmo.
El instante en el que el pájaro cruza la carretera.
El instante de "la hoja al caer".
El instante del impacto, cuando todavía no has sentido el dolor.
El instante del primer contacto con la piel.
Los segundos del instante al despertar.
El instante de la buena noticia.
El instante de coincidir.
El instante del reencuentro.
El instante de la casualidad.
La llamada en el último instante,
El instante del brote de la flor.
El instante del brote psicótico.
El instante en el que cobras.
El instante de aparcar.
El instante de jugar.
El instante de la caída.
Levantarse al instante.
El instante de sentir vergüenza.
El instante del examen sin rellenar.
El instante en el que te cambia la vida.
Los motivos y causas del instante.
Aceptar el instante.
El latir del instante.
Mi vida llena de instantes.
Instantes por llegar.

lunes, 10 de septiembre de 2018

Patadas en Xátiva

L@s valencian@s
pronuncian Játiva.
Hablé de ella en 
"La balada del Levante"
pero ahondaré
un poquito más.

Tierra natal
de los dos
únicos Papas
españoles*
que ha habido
en la historia,
Calixto III
y Alejandro VI
fueron sus nombres
comerciales.
Relacionados
con la familia
Borgia,
corrupción,
sangre
y traición,
uno de ellos
hasta un hijo tuvo,
de eso va esto.
El primero anuló
el juicio por bruja
a Juana de Arco
y el segundo
reinó con el
descubrimiento
de América
por parte del
bando occidental.

El caso,
estando tumbadas
tras el estupor
de la comida
con una aire artificial
y una ausencia
de luz detenida
por las persianas,
de repente,
algo retumbó
dentro de ella.
Un movimiento
espontáneo,
brusco,
limpio,
una patada,
quizá dos,
la primera.

Sin duda
una sensación
solo maternal
para acordarse
de la fecha:
"Viernes 24 de Agosto del 2018".

Inmediatamente,
tras el asombro
y el aviso,
me acomodé
en su curva
perfecta
de ombligos
hacia dentro
y silencié
el mundo.
Lo silencié tanto
que ni yo
pude escucharlo,
solo su madre.

¿Y qué tiene que ver
esto con los Papas?
Pues nada
y todo
al mismo tiempo,
porque la idea
romántica
de que todo
está relacionado
me da motivos
de sobra
para acometer
lo contado.
Y es que un 
"2 de Abril del 2005"
empezó una historia.
Dos adolescentes
que llamaban
a la puerta
de la madurez
dadas las manos
sin saber tofo
lo que conseguirían
incluyendo
aquel 24 de Agosto,
donde por primera vez
sintieron
el movimiento
de su hijo.

Resulta que aquel
2 de Abril,
comenzaron
su reinado
coincidiendo
con la muerte
de Juan Pablo II,
y a mi la religión
me la suda,
pero de Papas
sé un rato,
sobretodo,
porque soy el siguiente.




Nota de autor: *En realidad ha habido cuatro Papas españoles, pero a dos de ellos no los incluyo en el texto por uno, Dámaso I, era de pamadres españoles pero no se sabe con seguridad dónde nació, se dice que Galicia. Y el otro, Benedicto XIII, hay quienes no lo consideran como tal, fue el denominado Papa Luna, el "antipapa". Y además no los incluyo porque me venía bien para la coherencia geográfica del texto.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Pinzas y migas

Mi madre jamás
tuvo que comprar
pinzas.
Todas aquellas
que se precipitaban
al vacío
más las desaparecidas
y abandonadas
por egoísmo,
las recogía yo
como el más 
preciado tesoro
de la infancia.
Casi nadie sabe
que la palabra
"destender"
no existe
y llevamos
toda la vida
usándola.
Igual que nadie
se da cuenta
al sacudir las migas
por las ventanas
que es una bonita
forma metafórica
de desechar
las penas
sin necesidad
de terapia.

A día de hoy
que ya no vivo
con mi madre,
sigo recogiendo
las pinzas
que me encuentro
y sigo sacudiendo
las migas
por la ventaba
sin que nadie 
me vea.

Casi tres años
y todavía
no he comprado
pinzas
ni me han llamado
la atención,

La balada del Levante

Otro año
de vacaciones
a lugares bonitos
(y húmedos),
más cargados
que nunca,
más pesados
que entonces.

Un sitio llamado
"Valentia",
sin tilde,
judíos,
templarios
y godos,
dos calles
que te llevan
a Roma
en línea recta
y una deuda
kilométrica.

La playa,
el paseo,
el puerto,
las promesas.

El acompañamiento.

Un piso para
cinco huéspedes
con una cuna vacía.
Barriga llena.
El Arte
y las Ciencias
con ciudad propia
y un río
ajardinado
que no lleva agua
sino parques.
Una familia que
vive en la huerta
valenciana
y nos acoge
en su cristalera
plegada
con vistas al mar
por un huequito
chiquito.

Primer festival
juntas,
las dos,
ella y yo;
l@s tres,
ella, él y yo,
no será el último.
Estamos muy de M.O.D.A.
Besos de Contrabando.

Tierra de Papas
(otra vez si tilde)
y fuentes
de veinticinco chorros.
Un calor que asfixia.
Las calles limpias.
Cama de dos por dos.
La paella en ejército
nos acorrala
y una siesta
de más de tres horas
nos avala.
El castillo imponente
en lo alto
de la montaña
vigila a su pueblo
de cuestas de hierro
y adornos del medievo.

Rumbo al abismo
la carretera
desaparece
en el hoyo
de una colina
que da sombra
a sus casas blancas
por la tarde
que esconden
más de lo que enseñan.
Entre cuevas,
caracoles
y vecinas
que se juntan
muy lejos
de sus hogares.
Mirando a través
de las rejas
aparece la hoz
de un río explotado
instantes antes
de casarse.
Un puente romano
y una botella
de vino
que nos tomarempos
el año que viene.

Casi mil kilómetros.
Otro viaje itinerante
a nuestra puta bola
("Tranqui por mi camino"
aunque no te mole).

Casas de unos
tal "Benítez",
barbacoa,
piscina de metal
y el entrenador
de mi vida.

Volvimos 
sin probar 
la horchata
sabiendo
que nuestra Casa
lo iba a seguir siendo.

Foto realizada en el Castillo de Xátiva.
"La Balada del Levante"

viernes, 7 de septiembre de 2018

La habitación

La habitación
reciclada
de muebles
opositores
que conocen
la guerra.

BLANCO,
GRIS,
VERDE.
Mis ganas de verte.

Una semana
de cuatro paredes,
huecos ventilados
y mucha pintura
inexperta.

Cuánta ilusión
derrochada
y cuánta imperfección.
La inexperiencia
de la voluntad
de intentarlo,
porque al intentarlo,
hacemos camino,
y aprendemos,
y creamos,
y pintamos.
La habitación.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Polvo de estrellas

De polvo
de estrellas,
al final,
somos eso,
polvo
sin barrer
deambulando
arbitrariamente
por el aire
que nos empuja.

Vinimos de
más lejos
que el cielo
visible
y hemos tocado
suelo,
porque el techo
nos resulta
inalcanzable.

Motas de polvo
de estrellas
diminutas
e insignificantes
en el contexto
donde se
nos influye,
el que nos
determina.
Pelusa
sin peso
ni fuerza
que se ve
arrastrada
por pulsiones
de la naturaleza.

Origen confuso
el nuestro
no con un final
más certero.
No es adónde
vamos
sino cómo
vamos.

Polvo
que forma
materia
y se alimenta
de emociones
para ser un pelín
más concluyentes.

¡Polvo,
polvo,
polvo!
del que no
me da alergia,
del astral,
del de las
preguntas
sin respuestas,
de la expansión,
del desconocimiento,
de la infinidad
eterna.

No hay nada que pueda abarcar más.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

La tormenta perfecta

De madrugada,
a pocas horas
de la vuelta al cole,
se levantaron
vientos huracanados
mientras el 
cielo oscuro
se encendía
sin aviso
con un ruido
atronador.

El advenimiento
de lo que vuelve
a empezar,
de lo que hay
que retomar,
la costumbre
de volverse
a acostumbrar.

En un abrir
y cerrar de ojos
el paisaje cambia
y el contexto también.
Ya tocaba.
La tormenta
llegó a los hogares
colándose
con fuerza
por las ventanas
abiertas.
Un respiro.
Un descanso.
Una oportunidad.

Quitamos la ropa
de la cuerda
conmocionadas
por el brusco
despertar,
cruzamos
alguna palabra,
nos recojemos
con la mirada
y vuelta
al letargo,
separadas,
sabiendo que será
la última noche
que el calor
no nos permita
dormir juntas.

La tormenta perfecta
puso el broche
al final de nuestras
vacaciones.

martes, 4 de septiembre de 2018

Autoescuela

Nunca me motivó
el tema del coche,
ni siquiera
en pleno apogeo
de la adolescencia.

Me apunté
por primera vez
con 19 años.
Acudí a clase
sin interés
ni perspectiva.
Así me pasó,
ocho fallos
en la primera
convocatoria...
...no hubo segunda.

Pasó el tiempo
acompañado
de la presión social
y con un poco
más de intención
me volví 
a apuntar
con 24 años.
Muchos factores
influyeron,
entre ellos
la soledad
que me ocupaba
en aquel momento.
El incentivo
no fue suficiente.
Batí el récord
de los gilipollas
y no me presenté
ni a la primera
convocatoria.
Se volvía a cumplir
la profecía
de no acabar
lo que empezaba.

Otra vez la presión
me acorralaba;
que si es necesario
para viajes,
que me vendría bien
para encontrar trabajo,
que es muy cómodo
para la vida en general...
nadie llegaba
a comprender
por más que
lo explicaba
que todos esos
argumentos resultaban
intrascendentales
para poder hacerlo.

Hasta que un día
encontré 
el motivo perfecto,
la conclusión pactada,
la decisión meditada,
el objetivo oportuno,
la única ilusión posible
que me iba a permitir
conseguirlo.

No sé si es cierto
el dicho
de que a la tercera
va la vencida
pero,
esta misma noche,
me apunto a 
la autoescuela.


Nota de autor: escrito el 3 de Mayo del 2018, por un motivo muy concreto.