con el pitido final del partido.
El barrio empieza a rugir
por todos lados.
Lo sabemos porque es verano
y tenemos las ventanas
abiertas buscando
algo de alivio,
es cuestión de clase.
Pitidos, gritos y vítores
de ¡Viva España!
menos mal que no hay "arribas".
Cierro las ventanas
para que mi familia
no se despierte
por el júbilo de la multitud nocturna.
No nos hace más chulis
no haber visto
ni un solo partido de la Eurocopa,
cada una con sus intenciones.
Hace tiempo que ninguna
selección nacional
me quita el sueño
y menos la española.
En Francia no hubiera sido
muy distinto,
pero allí al menos
corean el ¡No pasarán!
aunque ni siquiera
sea suyo el lema.
No hay mal que
por bien no venga.
Se ha vuelto a hablar
de antirracismo,
de diversidad,
de la procedencia de barrio
y para eso
sí que me subí al carro
de la celebración.
No eres de clase media
cuando tu vecina del cuarto
te dice que tiene goteras
y una humedad que le
a acompaña desde hace
una década.
Es verdad que defienden
unos valores,
pero no es menos verdad
que son ricos,
generalmente equidistantes
y de derechas.
Ellos no se acordaron
de su homónimo femenino,
ni siquiera las defendieron
o se posicionaron,
pero tiene lógica,
ellos no tienen miedo
de ser agredidos sexualmente
mientras levantan la copa.
Claro que es cuestión de género,
claro que es cuestión de clase,
claro que es una cuestión
ideológica.
Pero comprendo
la emoción y la alegría
aunque no la comparta.
Ojalá esos sentimientos
motiven para que al
día siguiente
vayan a exigirles a sus jefes
mejoras en sus condiciones laborales,
o para manifestarse
junto a la dignidadad
de las sanitarias,
o para atreverse a gritar
que NO A LAS GUERRAS.
La alegría de un país
se desvanecerá a los dos días,
porque seguiremos siendo
igual de pobres,
igual de mediocres
y las mismas víctimas de siempre.
Anestesia para el pueblo
con vía libre para los ultras.
Durante el finde
de la final de la Eurocopa
ha habido cinco
asesinatos machistas
en el Estado,
nada más que añadir, Señoría.
Enhorabuena, España,
mañana seguiremos
siendo la misma mierda
como sociedad individualista,
anticlimática y negacionista
mientras nuestros jugadores
cierran contratos
multimillonarios en países
que no respetan
los derechos humanos más básicos.
Todo bien ¡Harriva Ejhspanya!
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