sido lo contrario.
Coleccionar y sumar
siempre han tenido
las mismas implicaciones,
acoger, guardar, mantener
y esperar humilde a la siguiente,
porque llegará,
eso se sabe,
eso se huele,
eso se escucha,
eso se ve,
eso se siente,
tengas o no
los sentidos operativos.
La gran Historia del encuentro,
sin ni un solo desencuentro.
Quién no se querría
quedar a vivir allí.
¿Tropezar con la misma piedra?
Estamos lejos de tropezar
con la primera.
Suma y sigue
canta Estopa desde el 99.
Es como llegar
a un sitio de nuevas
e inmediamente comprender
que habías querido eso
toda tu vida.
Desde pequeñas
aprendemos casi sin querer
a contar,
pero no solo números,
sino vivencias significativas
que nos marcan
para bien o para mal.
A partir de ahí,
cada cuál cuenta
a su manera,
con sus códigos y sus fuentes,
con sus líneas rojas y
con sus significantes.
Yo llevo tanto tiempo
CONTANDO
con un estilo tan personal,
que con una sola palabra
o un solo número
quedo al descubierto
sin tapujos.
No solo hay que seguir
contando cosas,
sino que tenemos
que conseguir
contar con las personas,
con esas mismas
que te hacen ser como eres,
con esas, especialmente,
con las que solo sumas.
Aquí no valen
las restas ni los dividendos,
ni siquiera las raíces cuadradas
que no hacen más
que simplificarlo todo,
aquí a multiplicar,
a lo grande,
para acercarnos
tanto como podamos
al infinito.
No es ahora,
lo fue siempre
y lo será después,
porque lo de contar
es lo nuestro,
digan lo que digan
le pese a quien le pese.
Si todavía no se entiende,
ya va siendo hora.
Cuenten conmigo
¿puedo contar con contigo?
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