jueves, 13 de junio de 2024

La graduación 🎓

Se gradúa después de tres
años de infantil,
segundo ciclo,
el segundo más importante después
del primer ciclo de 0-3,
no hay duda.

Cuatro maestras después 
habiendo sido 
muy significativas para él 
las cuatro,
para nosotras solo una,
pasa a Primaria 
con más ilusión que consciencia.
Porque las que
nos incluimos 
en el ámbito, en el gremio,
en el contexto,
sabemos que hay más mediocridad 
que brillantez,
más rigidez que
momentos extraordinariamente
importantes,
más excelencia y bilingüismo 
que comprensión 
de los derechos humanos.

El sistema y sus vasallos,
tanto las novatas 
como las dinosaurias.
No es cuestión de años
ni experiencia,
es cuestión de actitud,
ética y compromiso.
De conocer lo que significa
un niñ@ de 3 a 6 años
y partir de sus necesidades,
deseos y demandas,
sus intereses, curiosidades
y regulaciones.

Se gradúa contento,
con sus amigos y amigas,
con amigues, eso lo sabremos
con el tiempo, quizá él o ella
o como coño se quiera autodenominar.
Acompañando por sus seres querid@s,
por sus referencias 
más extremas 
determinadas por 
lo mejor y por lo peor,
pero sabiendo
pedir perdón,
con la humildad suficiente 
para el análisis y la reflexión 
y la asertividad necesaria 
como para no situarse
delante de nadie,
y cuando digo nadie es nadie.

Se va a mostrar feliz
aunque vayamos a celebrarlo
en una parroquia 
que altruistamente,
paréntesis, guiño, guiño,
cede su espacio 
subvencionado 
por las instituciones 
por la voluntad de 
unos 50 a 100 euros.
Son corruptos y opresores
hasta para eso,
pero ya nos hemos encargado
de que a partir del curso 
que viene no vuelva a suceder.
Derribando muros
y desactivado 
pilotos automáticos.

Cómo me gustaría 
subir a la tarima
y leer esto en alto,
para sonrojar un 
poquito a las docentes 
que se creen que 
solo existen dos o tres formas
de hacer una cosa.
Que equivocadas estáis,
seguro que Enzo 
y tod@s sus amig@s
os han dado muchas lecciones 
que jamás nos habéis 
reconocido en las reuniones.
Por cierto, reuniones hechas 
para vuestro protagonismo
en lugar de poner en foco
en las familias y su hij@s,
porque claro,
si de lo educativo
vais faltas, desfasadas y 
desactualizadas,
de lo social y lo comunitario
como que ya os suda el coño.

Él se gradúa y no quería 
que se conviertiese en un ataque,
pero sois compañeras, joder,
autocrítica, cuestionamiento,
y propuestas de mejora.
Ha convivido, despierto,
seguramente las mismas horas
con vosotras que conmigo 
y de su crecimiento
hemos participado todas,
pero solo cada una
sabe lo que realmente ha aportado.
Él es el más pequeño 
de la clase,
pero por supuesto para mí 
es el más grande del planeta;
no solo lo dice su estatura 
y tallas de zapatos,
sino que en este refugio 
se ha hecho un estudio exhaustivo
de todos sus cambios,
conquistas y dificultades 
en lo que se refiere a
ser mirado con amor,
fidelidad e ideología.

Está aprendiendo a leer
y a escribir 
y a un porrón de cosas 
interesantes que marca
el currículo,
pero también ha aprendido 
a expresar sus emociones,
a ser respetuoso 
con todas las partes
y a tener en cuenta,
precisamente,
a todas esas partes 
que a la vez le están construyendo.
Eso no sé si está 
en el currículo 
técnicamente explicado,
pero que te lean cuentos,
que te canten canciones
o que te preparen 
un espacio de juego bien planificado 
para desarrollarse libremente,
si que debería de estar
en vuestros planes.

Se gradúa a marchas forzadas 
porque alguien o algo,
como si fuera un dios
de la meritocracia,
del esfuerzo 
o del emprendimiento,
nos ha contado el bulo
como lo haría Alvise,
de que hay que darse prisa 
y no atender los ritmos 
y etapas del desarrollo
que vivencian.
Que es más importante 
saber sumar 
que aprender a dar la mano;
que hay que hacer tarea
en fin de semana
en lugar de hablar
del concepto de consentimiento;
o que si lo que toca 
son lentejas porque patatas,
tú eres un puto mocoso
que no vas a tener
la oportunidad 
de alzar más la voz 
que quien ejerce de enseñante.

Te gradúas, hijo,
con la alegría y satisfacción 
de tener la misma sangre que tod@s
pero con la sensación eterna
de que no existe continuidad 
en nada, ni tiempos de reposo en todo.
Aquí sí que escribiré 
la frase de que NO PASA NADA.
Ya estamos en casa,
no por ser mejores ni expertas,
sino por haber sido capaces 
de comprender los desafíos 
que supone la infancia,
los cuidados y el acompañamiento.
De casa te vas servido 
y vuelve si quieres con hambre
que tenemos para darte
las mejores raciones;
y de fuera
saca lo que puedas,
lo que te dejen,
lo que te parezca justo y de recibo,
siempre con permiso,
venga de donde venga,
con el máximo respeto
hasta el mismísimo límite,
porque cuando se rebose
ese límite 
habremos llegado
a la conclusión de siempre,
con distintos nombres 
pero iguales significados:
extinguir nazis.

Siento todas tus 
malas experiencias, 
pero agradezco haberlas
podido acompañar 
y combatir entre bambalinas.
Me maravillan las buenas,
las comparto y felicito 
a todo aquel, pero sobre todo,
a toda aquella que
te haya sacado una sonrisa.
He aprendido muchísimo 
aunque también 
me haya desilusionado.
He vuelto a pelear
por cosas que desconocía 
y por cosas que siempre
me han tocado el higadillo.
Me he sorprendido 
y emocionado 
por tu evolución,
por tus historias,
por tus anécdotas.
He llorado contigo
y he llorado a solas,
porque yo también tengo la culpa,
porque yo también soy responsable.

Pero resulta que te gradúas 
y ayer estabas entrando
al tiempo de acogida de tres días
en el que tú madre te acompañó 
media hora 
mientras te frotaban
las manos con gel
hidro alcohólico 
por si querías 
suplir la ausencia de siesta
desmayándote en el plato de sopa.
No me extraña que la tendencia
sea la exigencia
si lleváis toda 
vuestra puta corta existencia 
siendo exigid@s.

Te gradúas y estaré 
allí para verte,
con mi cámara y camiseta negra,
acuérdate que te he avisado 
esta mañana.
Mis pamadres 
no pudieron o no supieron 
estar presentes en este
tipo de acontecimientos.
Mi estrategia de fallarte
lo menos posible 
nunca duerme, siempre alerta.
Te veré con mis ojos cansados,
pero con el orgullo 
y la dignidad de tener enfrente
una persona extraordinaria
de cinco añitos.

En este caso
lo que importa no es el qué,
sino el cómo y con quién.
Allí estaremos, presentes,
comandando tu graduación 
para que sientas
que nada puede salir mal
y que si fallra algo
estamos allí para 
intentar arreglarlo juntas.
Aguarda, que ya vamos.

_A mi hijo Enzo _

No hay comentarios:

Publicar un comentario