"Este es el último día que..."
o "Esta es la última vez que...",
pero no planteo este relato
en esos términos.
El último día de vacaciones.
Cuando llega el primer
día de vacaciones en familia,
Enzo empieza a llamarnos
mami y papi
en lugar de mamá y papá.
Automáticamente cambia
de terminación y de actitud.
Una especie de emoción
desbordada
que no necesita ser sostenida
por nada y por nadie,
porque quiere decir
que ha llegado el momento
de crecer juntas
veinticuatro/siete.
La tranquilidad que ofrece el contexto
como para llegar a levantarse de día;
una regulación inaudita
durante el resto del curso,
aquí comienzan
los primeros beneficios
de las vacaciones.
Rutinas y dinámicas nuevas
de las que solo esperamos
descubrimientos y conquistas.
De mayor quiero ser pintor
o de mayor quiero ser
cuidador de animales,
solo puede suceder
en agosto,
en época vacacional.
Por eso no me cansaré de pedir
mejor sueldo y más vacaciones,
no por capricho,
sino por la necesidad imperante
de una mayor conciliación.
Una de las cosas que más disfruto
es empezar el día 1
exiliado en el sofá,
y volver los días finales del mes
a la cama,
con la sensación
de haber vencido tropecientas veces.
Rememorar los viajes,
los lugares, las anécdotas...
... quién puede decir
que le ha mordido un caballo
o que se ha caído desde metro y medio
dentro de una fuente.
El último día
es otro de los múltiples balances
que realizamos
en los que solemos
salir ganando.
Siempre hay pereza de volver,
pena de que se acabe
lo que más te gusta,
nostalgia de todos los
recuerdos acumulados
y culpa por no poder
seguir manteniéndote
a su lado.
Pero el último día
significa
que el primer día
de otra cosa
va a llegar,
y es mejor llegar ilusionada
que ilusa.
Siempre pienso
que en un simple pestañeo
pasan demasiadas cosas
que escapan a tu control
y al tiempo,
por eso procuro darlo
con todas mis fuerzas
y con toda la intensidad
de mis sentidos
para que se me quede
por lo menos algo.
El último día
es la guinda del pastel,
el colofón de todo lo acontecido,
cuando hay que dar las gracias
y pedir perdón
si fuera necesario.
El último día es
dar un carpetazo
para comprarse un nuevo
archivador
y acumular hojas
en blanco o con cuadrícula,
pero todas con agujeros
para ser guardadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario