si tienes que poner
la calefacción o no,
es una forma de violencia
de las grandes empresas
contra la ciudadanía.
Aunque claro,
gente como la de La Cañada
no puede plantearse
resolver esa pregunta
porque no tienen suministros.
Estas empresas multimillonarias
marcan la agenda politica
y los presupuestos
generales del Estado,
mientras se llevan
más de un tercio
de promedio
de nuestras nóminas.
Beneficios caídos del cielo
mientras tú desciendes
a los infiernos.
Suena injusto,
pero el último responsable
seguirá siendo el titular
del suministro.
Así que si tienes hij@s
como es nuestro caso,
no te piensas dos veces
en girar la rueda
'de apagado a encendido'
en máxima potencia
porque no puedes permitirte
la ausencia de un calor
que haga más confortable
nuestros hogares de
alquileres inasumibles.
Pero es que si no los tienes,
l@s hij@s,
a lo mejor te resulta insoportable
que dentro de cuatro paredes
con fotos enmarcadas en tu salón,
emitas vahos
dignos de las mejores heladas.
Es tremendo,
tan tremendo
como que todavía
no nos hayamos puesto
a poner bombas.
No es solo pobreza energética,
también es violencia energética,
mientras te criminalizan a ti
en los telediarios.
Y nos señalamos entre vecinas.
Y nos increpamos entre pobres
por ver quien vota mejor.
Y les damos la razón continuamente
porque quien calla otorga.
La miseria de nuestro día a día,
justificada, ahora,
por una guerra
que han decidio
que es la que define
nuestra vida
y las consecuencias a pagar.
Siempre pagamos nosotras
aunque no nos toque,
aunque no seamos
las responsables de las atrocidades
a las que nos vemos sometidas,
porque siempre seremos
el último escalafón
al que le salpicará toda la mierda
mientras utilizan una canción viral
para que te posiciones
de un lado de una
o del lado del otro,
ambos ricos
y sin la necesidad de hacerse
la pregunta
de si puede o debe
poner la calefacción.
Unas empresas energéticas
que nos abastecen
con promociones que presumen ser
las más económicas y ecológicas.
Pero qué tipo de broma es esta.
Unas empresas energéticas
que claman al cielo
mientras les siguen cayendo
beneficiosos escandalosos
si se dice
que sus precios tienen
que ser regulados
para que no sea la gente corriente
la que pague las indecencias
de los países.
Políticos que se ponen de perfil,
que serán los mismo políticos
que ocupen más tarde
los sillones de
los consejos de administración
y juntas directivas.
Y no, no son todos los políticos.
Son las 06.30
y acabo de encender la calefacción
después de haberla tenida encendida
todo el día anterior
hasta las 21.00 de la noche,
para que mis hij@s,
cuando se despierten,
sientan algo de alivio
en sus pies, en sus orejas, en sus manos,
y puedan moverse sin dificultades.
Si, yo soy una entre millones
que se piensa dos veces
cuándo y porqué
poner la calefacción.
Incluso así,
escurrirán el bulto diciendo
que soy una privilegiada
por poder hacerlo.
Siempre habrá ligas y categorías.
Siempre seremos las mismas
las que suframos
aunque sea de maneras distintas,
pero al fin y al cabo,
estamos en el mismo bando,
en el del que sufre,
en el vulebrable,
el que se culpabiliza
en todas sus partes.
Habría que apagarles,
habría que anularles,
habría que encerrarles,
a ellos, a los mandamases,
a los únicos responsables.
No te lo pienses dos veces,
a por ellos.
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