no parte, ni se favorece
desde las empresas
para las que curramos,
¿por qué no proponer
que sean esas mismas empresas
las que paguen las extraescolares
o los horarios ampliados
de nuestr@s hij@s?
Si el coste humano
cae a fondo vacío
deliberadamente,
por lo menos
que no lo notemos
en los bolsillos.
Reducir daños,
llevo años llamándolo.
Sería injusto para las empresas,
dirían algun@s.
Claro,
porque la injusticia de tu horario,
las horas de más
no remuneradas,
el sobre esfuerzo
en el que nos vemos
sometidas en nuestros
puestos de trabajo,
los sueldos míseros y
cubrir las vacaciones
de l@s compañer@s,
o las bajas incapacitantes
un puñado de días
entre otras causas,
no resultan tan injustas ¿no?
¡A la mierda!
Empresas de ocio
que gestionan actividades
extracurriculares
de dudosa calidad,
empresas de comedor
cuyas trabajadoras
acompañan como pueden o saben,
ludotecas gratuitas desde
las juntas municipales
sin fondo ni contenido.
Efectivamente esto es
lo que se merecen
nuestr@s hij@s,
no te jode.
El punto de mira
siempre puesto
en la trabajadora,
casi siempre mujer,
en cómo de bien o mal
se organiza la logística.
En ese encaje de bolillos
al que se ve sometida
con una fuerte presión social.
En cobrar la nómina
en los últimos días
de la legalidad,
porque siempre será ella
la máxima responsable
de su economía doméstica.
Todo muy facilitador,
no sé de qué nos quejamos.
Luego que si la peña
no quiere trabajar,
pero qué panda de vag@s
y maleantes.
Si en muchos casos
les sale más caro,
me cago en la puta.
Una oferta laboral
no es un comodín
en la que todo vale,
sean cuales sean las condiciones,
no, perdone.
Por lo general,
seguimos cumpliendo
con nuestras obligaciones
y competencias
como las mejores que somos;
por tanto,
proporcionalmente,
nos gustarían
más y mejores derechos
que nos protejan y nos reconozcan.
Siguen sin entrarme en la cabeza
estas jornadas cotidianas
a las que forzamos
a nuestra infancia.
Me parecen sobrehumanas
y luego queremos
que al recogerles
nos sonrían y nos cuenten
qué tal su día.
Sería razonable pensar
en otros modelos,
en otras vías
que nos permitan
cambiar de paradigma.
Insisto en que
porque una cosa
se haya hecho de una
determinada manera
toda la vida,
no quiere decir
que esté bien hecha.
Yo creo que la mayoría
estamos de acuerdo
en estos términos,
pero nos tienen cogid@s
por donde más nos duele,
por lo que más nos asusta:
por curros generalmente precarios
con sueldos en su totalidad
indecentes.
Vamos a darle una vuelta a esto
y vamos a arrimar el hombro
como se nos ocurra,
con votos,
con participación,
con lucha obrera.
Que las extraescolares existan
porque tenemos gustos,
no necesidades laborales.
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