sábado, 17 de julio de 2021

Mi 17 de julio un año después

Un año después
de aquel clamoroso
17 de julio,
conmemoramos la hazaña
en sitios distintos
dando por finalizada
la travesía.
Un curso recompensa
donde no hemos
bajado la guardia
y el que no ha estado
exento de desgracias.

Hemos sido jardín,
pompa de jabón
y celadoras los domingos.
La vanguardia
de una acogida
nunca vista.
Precursoras combatientes
del frío y del agua.
Punta de lanza
de los acompañamientos
más extremos.

Cuando el drama
se hizo eco,
nuestras manos deshidratadas
y sin guantes,
siguieron ascendiendo
sin botellas de oxígenos.
Porque estábamos
preparadas
sin saberlo.
Porque nuestras miradas
se lo dijeron todo
sin mediar palabra.
Porque la confianza
necesaria
estaba blindada
sin pactos previos.
De forma natural,
como crecen
los tallos del arbusto;
espontáneas,
como el imperal cambio
de la hojas;
legendarias,
como la memoria
de la tierra
que ha sido pisada
con delicadeza.

Una carrera eterna
de salto de valla.
Unos gritos sin censura
aceptando el dolor
de las separaciones.
Una reimaginación constante
de un cuento necesitado
de actualizaciones.
Pero sobre todo
una humildad
en el trabajo
que cala mucho más
que los conocimientos
adquiridos.
Una pedagogía
sin artificios
y camaleónica
dadas las circunstancias.
Una epicidad
en cada decisión
perteneciente
a los detalles pequeños.

No escribo sobre
lo que había antes
ni sobre lo
qué vendrá después.
Ya le dedicaré
tiempo a eso.
Quiero decir
y sin menospreciar
a nadie,
que éste es mi más puro
homenaje del presente.
Que el pasado
y el futuro
no caben en este texto.
No porque no tengan
su importancia,
sino porque no son
pertinentes
en este momento.
No te pido
que lo comprendas,
sólo quiero que me leas
y aceptes un relato
cargado de emociones
etéreas.
La reverencia
del trabajo bien hecho
y el reconocimiento,
a solas,
de lo acontecido.
A nosotras no nos
lo va a contar nadie.
Da igual cómo suene
o cómo se vea
desde fuera.
La trascendencia
de una jornada a secas.
La correspondencia
de sentirse
como en casa.

No es cuestión
de comparaciones,
ésas son precarias
estrategias.
Me refiero a la equidad
entre las cosas 
que resultan pares
y el azar de las 
ideas impares.
Hablo del compromiso férreo
en relación con el equilibrio justo
y el desequilibrio
de volver a diseñar.
Escribo sobre
una relación de amistad
capaz de trabajar
sin desvirtuar el contexto,
es más,
dónde la simbiosis
de los ámbitos
se infiere exponencialmente
mejorada.
Es posible y es verdad.
No ha sido un ensayo,
ha sido una tesis.
Y por una vez
me lo digo:
'estoy muy orgulloso
de lo acontecido'.
Gracias por haberme
acogido.
Gracias por haberme
preparado.
Gracias por haberme
cuidado tanto.
Y gracias por haberme
acompañado
como toda persona
merece ser acompañada
al menos
una vez en su vida,
porque sin tí
no estaría dentro,
así que fíjate
todo lo que te debo.

_A Bea, A ByE_

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