lo que me parece justo,
mucho menos
por lo contrario.
Me encantaría
ser recordado
por los del otro bando,
como el hijo del gran puto
que no les permitió
dormir tranquilos.
He abandonado
cosas y materias,
personas nunca.
Fe en dios
nunca tuve
por lo que no me vi
en la obligación
de abandonarle.
Siempre me he permitido
el amor necesario
como para estar
bien rodeado
de fraternidad.
Conozco el amor
y su etimología,
por suerte
nunca me ha abandonado,
aquí se mantiene,
fuerte y con espinas
para quien se atreva
a rozarlo con
malas intenciones.
No voy a abandonar
ningún barco,
ni ningún tren,
ni a ninguna amiga,
ni a ningún animal,
ni a ninguna
buena hostia
que se me ponga
por delante.
No voy a abandonarme.
No voy a abandonar
el gusto por ser yo.
Me perfilaré
como lo hago
con la barba
para seguir creciendo
en emoción.
No voy a abandonar
los errores inocentes
que expanden
el aprendizaje.
No voy a abandonar
mis ideas
porque tengo
espacio de sobra
para hacerle hueco
a las nuevas.
No voy a abandonarte,
a tí que lees esto,
porque me queda
demasiado que darte.
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