sábado, 15 de mayo de 2021

El palo zamorano

Lo cojimos bajo
unos juncos
que crecían
en el río Tera,
al lado de un parque
de 1987,
en la localidad
El Puente,
al norte de Zamora.
Ninguna sabíamos
que allí se iba a hacer
una foto histórica.
Paseamos aireosas
combatiendo el verano
y a los fascistas.

Con el tiempo llegaron
el revelado en papel,
la impresión en camiseta
y el grabado en la piel.
Una edición de coleccionista.
También llegaron
el orgullo,
la vanidad
y la pérdida
de presunción de inocencia
por alusiones y agresiones.

Eligió a un simpático
venezolano por redes,
para ejercer la tinta,
el estilo
y el volumen.
Me llamaba 'mi rey'
mientras sonaban
rapers latinos
por el YouTube.
Le entregué
mi antebrazo izquierdo
como quien ofrece
su ayuda
para cargar con el peso.

Su estrategia consitió 
en ir
de abajo hacia arriba,
como 'las de abajo
contra los de arriba'.
Lo primero que hizo
fue marcar el rojo
de la bandera
de Acción Antifascista.
Escogí el modelo negro,
el del anarquismo
y antisistema,
el que pone
por encima de todo
el antirracismo.
Ser antifascista
es serlo todo.
Todas las cosas buenas
que existen
se recogen
en esa palabra.

Los zapatos,
las piernas,
el pantalón corto.
Su brazo izquierdo
sujetando
el palo zamorano.
Sentí cómo
se incrustaban en mi
todas las injusticias sociales,
de género y de clase.
Ya podía disponer
de un arma de madera
para combatir
el sistema.

Luego vino el torso,
los pliegues de la camiseta
y un cuello la descubierto
que defenderé
con todo mi cariño.
Quien ose agarrarlo
con crueles intenciones
se le anticipará
la muerte de frente.

Más tarde llegó
su brazo derecho
sujetando
su mano a la mía.
Ésta parte,
cerca de la axila,
fue la que más dolió,
porque desde el momento
que te dan la mano,
sufres al pensar
en cuánto va a durar
el sostén.
Yo te daré la mano siempre,
si quieres,
tengas dos,
doce
o sesenta años.
Que el reflejo de prensión,
con tu permiso,
nos dure toda la vida
y parte de la muerte.

Por último, 
casi llegando
a la hora
del dibujado,
quedaban los trazos
de la cabeza.
La que sujeta las ideas,
las creencias
y las convicciones.
Siempre erguida,
paralela
a tu columna,
con los ojos bien abiertos
y la mirada atenta.
Sonríe cuánto
y a quiénes
te apetezca,
aprieta los dientes
cuando sea necesario
y besa mucho
siempre que tengas
el consentimiento oportuno.

Con éstas líneas
finalizaba el tatuaje de
'El palo zamorano',
el antifascista que serás,
la silueta que me acompañará.
Todavía con sangre,
lo besé como se besa
a un recién nacido
saboreando
la victoria
de habernos conocido.

Nota de autor: escrito el domingo 21 de febrero de 2021.

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