viernes, 30 de abril de 2021

Yo, idealista

Cuando éramos
adolescentes
y movíamos el mundo
con nuestros ideales
por la mañana,
mientras que 
por la noche
inundábamos la cama
de lágrimas.
Nos metíamos
en las carreras
pensando en que
lo íbamos
a cambiar todo
hasta que llegaba
el segundo cuatrimestre.
Llegábamos a nuestros
primeros trabajos cualificados
con determinación
para paliar sus carencias
hasta que a base
de disgustos
nos arraigábamos
como parásitos.

Yo, idealista,
es casi una
etapa biológica que,
como toda etapa,
se acaba.
La cuestión es
si salimos mejores
o previsiblemente
alienados.
Del idealismo mágico
pasamos
al realismo lúgubre,
y es justo ahí,
donde una serie
de mecanismos
luchando a muerte,
concluirán
hacia dónde vamos
y quiénes seremos.

Partir del Yo
para diferenciarnos
de Ellos
sin tener en cuenta
el Nosotras...
mal asunto.
Ya desde casa,
generalmente,
te sesgarán
los términos
de tus ideas
con la rigidez
con la que recibes
el mensaje
de que dibujas mal.
Por eso el idealismo
surge en la adolescencia,
porque te crees invencible
fuera de los márgenes
de tod@s l@s que te rodean
y al mismo tiempo
te callas
que necesitas
a alguien a tu lado.

El concepto romántico
de materializar
todas tus ideas,
conlleva mucha
frustración debido
a la facilidad
para el fracaso.
Pese a ello,
seguir intentándolo
mientras madura
el adjetivo
que te acompaña,
es de una coherencia
máxima al alcance
de muy pocas.

Estar en la treintena
y defender
tus viejos sueños
como quien protege
a sus cachorr@s
de ser devorad@s
por los carroñeros,
sigue siendo ley
en esto
de la memoria histórica.

Yo, idealista,
no es una web
donde buscar piso,
yo, idealista,
es evocar
los recuerdos
que conseguían
levantarme de la cama
con catorce años,
para ahora
con treinta y pico,
tocarlos con 
con las puntas de mis dedos.

_A Gala_

Nota de autor: Un texto de cuyo título no puedo apropiarme XIX

jueves, 29 de abril de 2021

Vacunadas contra el fascismo

Hubo otra época,
cuando no existían
las vacunas,
que la sociedad,
tan polarizada como ahora,
gran parte estaba
inmunizada gracias
al antídoto
del antifascismo.
Tampoco había dosis,
sólo había claves
y compromiso.
Una forma de afrontar
tu vida y un modo
de entender las sociedades
a través de la lucha
y la justicia social.

La única vacuna
contra este producto
neoliberal
es el antifascismo.
En este sentido,
no hay patentes
ni citas en el centro de salud.

Este virus trasciende
al Covid.
Aquí l@s niñ@s también
son colectivo de riesgo,
las abuelas no se
mueres entubadas
porque han vivido
ya muertas
y los pobres...
los pobres 'emosido engañados'.

Escucha con atención
las historias de las anónimas,
ésas, no las estudiaste
en bachillerato.
Aprende y argumenta
con/de
tus colegas del barrio.
Lee hasta desfallecer.
Ensúciate las manos
limpiando las pintadas nazis.
Patada en la espalda
al opresor del Metro.
Fóllate sus mentes
con la dialéctica.
Interioriza muchas palabras
y utiliza todas las que puedas,
hay palabras que también
son antifascistas.
Dile a tu padre
y a tu cuñado
que no se dirijan
en esos términos
a tus hij@s
hasta que no consigan
reciclar los discursos.
Déjate sorprender
por el poder
de lo comunitario
y participa aunque
sólo sea un poquito.
Duerme tranquila y sueña
que ya no habrá marichulos,
ni andamios para
obreros de derechas.
Juega como jugaría
un niñ@ que no
ha sido reprimid@.
Desnúdate con tod@s
l@s buen@s
y abrígate de l@s mal@s
porque los habrá,
estarán la acecho.
Pasa la peor
de tus fiebres
estafando a las eléctricas,
robando a los bancos,
desmintiendo a las iglesias,
también son fascismo.
Infórmate de los orígenes,
del significado
de los apellidos compuestos,
de los que deambulan
en puertas giratorias.

Aunque te lo hayan
puesto difícil,
empieza por donde
se tiene que empezar:
vota entre diario
y cuando vuelvas al curro,
desmonta al facha.
Y el finde, si quieres,
apúntate a la cacería.

Dicen de su odio,
pero yo también
tengo el mío
aunque pueda ser
utilizado en mi contra 
Porque yo también
tengo derecho a sentirlo.
Porque mi obligación
es acabar con el eufemismo
de la extrema derecha.
Porque nos va la vida en ello.
Porque puede que no tengas
la vacuna contra el Covid,
pero para la del fascismo,
no hay que esperar
a que te llamen.

_A Hakam_


Nota de autor: Un texto de cuyo título no puedo apropiarme XVIII

miércoles, 28 de abril de 2021

Marcas en la piel

El dolor y el amor
se recogen en una piel
holística
como eje cronológico
de lo que te va
a pasar en la vida.

Marcarnos
lo que será
nuestro orgullo
a través del sufrimiento,
es como la expiación
de la religión
que nunca tuvimos.
Pensar estratégicamente
la zona,
cada una por sus motivos,
para que al ponernos
el pijama no pierda
ninguno de sus significados.

También están
las cicatrices
que emergieron
de las crisálidas
de las heridas.
Las que más dolieron
y las que más vergüenza
te producen
al cabo de los años.
Pero que se lo digan
al corazón,
lleno de cortes y de tiritas
sin la posibilidad
de exhibirse en público.
Estas heridas o pupas,
por cierto,
ésta última aceptada
en la RAE,
que de niñ@s
son tan significativas
porque aprendemos
que expresando
nuestro dolor,
pueden respondernos
con empatía, comprensión
y respeto.
Esos cierres quirúrgicos
de la piel
que puede
que te recuerden 
que alguna vez
ganaste la batalla.

Y por último están
las marcas de nacimiento
como señas inequívocas
de identidad.
Una especie de símbolos
que responden,
sin articular palabra,
a la pregunta
de dónde vienes.
Marcas únicas
que defenderás
como máximo exponente
hasta que te decepcionen
y quieras 
desprenderte de ellas.
Porque esto pasará.
Si no me crees
acuérdate
de tu adolescencia.
En todo caso,
marcas en la piel,
son de los primeros 'objetos'
de estudio de tus Pamadres,
los que memorizarán
para siempre
como un dato científico
personal e intransferible.

Marcas en la piel
son todas esas cosas
que nos recuerdan
de qué estamos hechas
y por qué y cómo
hemos llegado hasta aquí.
Es la idea romántica
de lo que implica
respetar la intimidad
de una misma.
Son huellas
que nunca desaparecen
pese al clima,
sino todo lo contrario,
ya que las sientes
exacerbadamente
con el cambio 
de temperatura.

Las marcas en la piel
te vienen de serie,
surgen por accidente,
o las eliges
como se eligen
las ideologías.

_A Noe_


Nota de autor: Un texto de cuyo título no puedo apropiarme XVII

martes, 27 de abril de 2021

Enrabietado y feliz a partes iguales

La dicotomía entre
la rabia y los sueños.
Una balanza equilibrada
imposible de decantarse.
Tiene que ser
complicado caminar
dando un paso
de enfado y otro
de alegría.
¿Adónde nos conduce eso?

Cuando los contrarios
confluyen
somos un hervidero
impredecible.
Incluso así,
partir de la premisa
de la rabia
para desembocar
en ciertas cuotas
de felicidad,
no sólo me parece válido,
en ocasiones,
sino necesario.

Construir imaginarios
superficiales,
comprar discursos
al mejor postor
y decorar la fachada
con trapos sucios,
se lo dejaremos a
Vargas Llosa,
Iker Jiménez
y Pérez Reverte.
Nosotras partiremos
desde el espíritu crítico,
el ojo clínico
y la actitud científica.

'Mal de muchos
consuelo de tontos'
nunca estuvo
tan en lo cierto
como ahora.
Aprieta tus dientes,
imprime fuerza
en tu mano
y lleva el ritmo
con los pies.
Sólo sabemos
lo que llevamos,
no lo que nos queda.
La vida es suficientemente
"suficiente"
como para lograrlo.
Como cuando
nos gritábamos
que no íbamos
a morir nunca.
Como cuando
deseamos
quedarnos a vivir
para siempre en aquel
verano platónico.
O como aquel
día tan especial
que pasarás
toda la vida
celebrando.
Algo en lo que creer.
Jodido y contento
a la vez,
y no es fácil,
pero qué más quieres.

Tú la llevas.
Yo te sigo.
Estoy contigo.
No estás sola.
Nos quedan
la rabia y los sueños
a partes iguales.

_A Javi_

Nota de autor: Un texto de cuyo título no puedo apropiarme XVI

lunes, 26 de abril de 2021

La libertad no se pide, se lucha

La libertad no se pide
en los paneles del Metro,
ni como eslogan
estratégico electoral,
ni en ningún caso
con la 'A' de Ayuso.
Eso sólo son máscaras
de un carnaval cutre.
La libertad no 
se pide por correo,
ni en programas 
de máxima audiencia,
ni con bots
en las redes sociales.
Eso sólo son artimañas
de dudosas intenciones.
La libertad no se pide
con galas benéficas
de toros,
ni con monjas voluntarias
que induzcan el voto,
ni con un hospital
publicitario.

La libertad se lucha
diciéndole a tu padre
que algo no te ha gustado.
Se lucha metiéndote
en medio de las agresiones.
Se lucha diciéndole
a tu jefe empresario
del barrio Salamanca
que te debe las extras
y los días libres.
La libertad se lucha
en medio de clase
de Historia
cuando levantas
la mano para
darle una hostia
a la equidistancia educativa.
La libertad se lucha
relegando a los privilegiados
al lugar de la mayoría,
se lucha para que a nadie
le falte el plato de comida,
o la luz,
o el calor,
se lucha para que
ningún niño o niña
sea criminalizada
por venir de otro lugar.
La libertad se lucha
en casa asumiendo
los cuidados,
las tareas,
la crianza
como algo propio.
Se lucha en piquetes,
en manis,
y en las 'plazas rojas'
de los barrios.

La libertad,
con todos sus matices,
también se lucha
recogiendo las mierdas
de tu perro,
sujetando la puerta
para que sean otros
los que pasen primero,
siendo amable,
mirando a la cara al nazi
mientras le das un guantazo.

Porque la libertad
también se lucha
contando cuentos
que reflejen
realidades sociales,
hablando en público 
con amor,
no matando
a la araña
que tanto miedo te da.
La libertad se lucha
consumiendo en los barrios,
rompiendo precintos
inverosímiles,
llamando a las abuelas.

La libertad
se puede luchar
sin que salga ninguna
palabra de tu boca,
leyendo a las referentes,
besando al saludar.
La libertad se lucha
escribiendo,
cantando en la ducha,
escuchando sin interrumpir.
La libertad se lucha
sin típicas utopías
y teniendo a tu lado
a las de siempre.
La libertad se lucha
con la música bien alta
cuando parece
que el corazón
se te va a salir del pecho.

La libertad la pide
cualquiera,
pero sólo la luchan
las antifascistas.
Tenemos que contárselo
a nuestr@s hij@s.

_A Regi_

Nota de autor: Un texto de cuyo título no puedo apropiarme XV

viernes, 23 de abril de 2021

Hasta el coño/polla de no tocarnos

No lo digo yo,
lo dicen las expertas.
Aquel que no sea tocado,
no será visto,
ni escuchado,
no habrá existido.
Todo el mundo
habrá estudiado
que somos seres sociales
y que nos hacemos
a nosotras mismas
precisamente
por el reflejo del espejo
con los otros.

Los niños están hasta la polla.
Las niñas están hasta el coño.
Y quienes no hayan
decidido su género
están hasta
el mismísimo concepto
de lo que quieran ser.

En tiempos coronavíricos
hay abrazos,
caricias y besos
que no podremos
recuperar jamás.
Por eso,
cuando todo esto pase,
acuérdate 
de lo que hacía sentir
la ausencia de contacto
y no dejes de tocar
(con permiso),
por más enfadado que estés,
por más rencor que te inunde,
por más orgullo que desprendas.

De la mano sin miedo
a las represalia;
retira la pestaña caída
apoyada en el
moflete del otro
y ofrécele
pedir un deseo;
moldea el pelo
del que tienes enfrente
como si fueras
el primer peine
de la mañana;
tócale el culo
a tu pareja
o a alguien de confianza
como si tuvierais
dieciséis años.

No tengo claro
si es bueno o malo
dejar de tocarnos
los genitales
según nos vamos
haciendo mayores.
Lo que sí tengo claro
es que los utilizamos
como primera opción
cuando queremos
clamar al cielo
que 'estamos hartas'.
Que queremos sentirnos
con las yemas
de los dedos,
con la corteza áspera
de nuestras rodillas,
con los pies descalzos
sean bonitos o feos.
Porque tocarnos
es como tocar el piano,
es como arrancar con pasión
una pegatina nazi,
es como la lengua
de tu perra en la cara
para quitarte las legañas,
es como ver un cuento
siendo capaz
de anticipar el final.
Es irrenunciable.

Cuando se liberalicen
las quedadas,
sólo quedaremos
para tocarnos,
y luego,
ya si eso,
nos contamos.

_A Sol_

Nota de autor: Un texto de cuyo título no puedo apropiarme XIV.

jueves, 22 de abril de 2021

Luz al final del túnel

Nos llegan vientos frescos
desde la Sierra Oeste
porque ese es el mensaje.

Después de un año
de ficción
y depositar
todas nuestras fuerzas
en intentar hacerlo bien
pese a las pérdidas,
los sacrificios,
las secuelas aseguradas,
parece, 
ahora sí,
que nos va a dar
la luz en toda la cara.

Nos hemos echado
tantísimo de menos
que ya no nos queda
tiempo que perder.
No es momento
para quedarse
sin gasolina
después de todo
lo que hemos superado.

Luz al final del túnel
no significa que podamos
volver a ser l@s de antes,
pero al menos,
si ha habido suerte,
sí que servirá para volver
a estar con l@s de siempre.
Por el camino nos hemos
dejado algunas cosas.
Hemos aprendido otras.
Y aquí estamos,
intentando averiguar
cuál es nuestro sitio,
qué cosas podemos hacer
y cuáles no.

El caso es que el trecho
ha sido muy ancho,
demasiado para
lo que nunca
hubiéramos imaginado.
Si los reencuentros
nos sirven
como recompensas
y los cuidados
son blindados
como el bien
más preciado,
algo de esto
habrá merecido la pena.

Luz al final del túnel
es materializar
los propósitos
de aquellas llamadas
dónde nos decíamos
que pronto pasaría todo.
Parece ayer y ya
ha pasado un año.
Hemos pasado tanto
y sólo ha sido un año.
La contradicción
del tiempo y sus percepciones.
Lo que estamos tardando
en cruzar el túnel.
Los destellos de luz
que se atisban
es una suerte
de distancia
todavía dilatada.
Pero de algo
tenemos que vivir,
o morir,
pero esto último
no será hoy.

_A Rober_

Nota de autor: Un texto de cuyo título no puedo apropiarme XIII.

miércoles, 21 de abril de 2021

Anonadada día sí y día también

No es para menos
con todo lo que
esta ocurriendo,
pero no van
por ahí los tiros.
Los tiros van
por el impacto de
la cotidianeidad.
Por saber valorar
los pequeños detalles
como lo mejor
que te ha pasado
en el día.
Como barrer tu casa
como si estuvieras
en un concierto
de rock and roll.
Por dejarte vestir
como si fueras
un niñ@.
Por escuchar el timbre
del telefonillo
con ilusión,
como cuando
te llamaban
para que bajases
a jugar.

Estamos cansadas 
de estar anonadadas
por cosas de mierda.
Cansadas de bloquearnos
por cosas que escapan
a nuestro control.
Cansadas de esperar
el cambio para
que no cambie nada.

Estar anonadada pasa
por estudiar la sonrisa
de tu hija,
por calcular el número
de veces que 
te has reído ese día,
por darte el permiso
de sorprenderte
y engancharte
a algo nuevo.
Anonadarte
por aquella
historia de la abuela,
anonadarse por
la tormenta perfecta,
anonadarte por haber salido
contenta del curro.

Anodino es normalizar
la pena y la alegría.
Anodino es 
desvirtuar el concepto.
Anodino es no anodadarse.

En estos días
en los que cuesta
anonadarse
en términos positivos,
es un ejemplo,
que una persona,
tú, 
vivas anonadada
día sí y día también.
Gracias.

_A Faty_

Nota de autor: un texto de cuyo título no puedo apropiarme XII.

martes, 20 de abril de 2021

El tiempo es el único polígrafo

El tiempo mentiroso
y pendenciero,
el perfecto
chivo expiatorio
para sentirnos
menos culpables.
Dicen que el tiempo
pone a cada una
en su lugar,
otro ejemplo más
de echar balones fuera.

Lo único que no podemos
hacer con el tiempo
es atrasarlo,
detenerlo
o adelantarlo,
pero la humanidad
ha sido capaz
de corromperlo.
El tiempo es un concepto
que no se puede tocar
y que sigue pasando
mientras pensamos en él.
Desde que nacemos
empezamos a morir,
eso es el tiempo.
Lo de después
son creencias,
hipótesis
y deseos
no empíricos.

En términos personales
el tiempo también
se nos escapa
como la mariposa
que se escabulle elegante
con su aleteo
de nuestra mano.
¿Cuántas veces hemos
perdido el tiempo
durante esas reuniones,
viendo la tele
o esperando ese tren?

Efectivamente
el tiempo marcará
la verdad o la mentira
de la calidad del mismo
que pasamos con nuestr@s
seres querid@s.
Cuántos errores pudieron
ser subsanados
y por dejar 
pasar el tiempo
perdimos la oportunidad
de hacerlo.
Postergar 'un perdón'
o un 'te quiero',
es jugar en contra
del tiempo
y tenemos todas
las de perder.
El tiempo,
a veces,
es un sacrificio,
un coste de oportunidades,
una tesitura
donde eliges
abrazar una opción
y tomar distancia de otra.
Es un problema 
matemático irresoluble
porque no podemos
estar en dos sitios a la vez,
pero lo verdaderamente grave
es no saber estar
ni siquiera en uno.

Siempre es tarde
cuando nos da
por pensar 
en el tiempo.
Esa especie de duelo
mal curado
que nos carcome.
Igual que pensar
en un tiempo futuro,
suelen ser expectativas
que se difuminan
demasiado pronto.
Intenta recordar
cuántos segundos
duró tu último beso,
a qué cosas
dedicaste el tiempo
aquella tarde a solas,
que le hubieras dicho
a esa persona,
ya desaparecida,
en los últimos minutos.

Cada vez más,
intento asumir el tiempo
como un niño 
que sufre una caída
y lo único
que quiere en el mundo
es ser atendido
y consolado
en lo más puramente
INMEDIATO.

_A Posi_

Nota de autor: Un texto de cuyo título no puedo apropiarme XI

domingo, 18 de abril de 2021

Reducir daños

Hubo una época
de mi vida,
hace mucho,
que estaba
en el plano
de reducir daños.
Me explico.
Ante un abanico amplio
de frentes abiertos
y con la emoción
a flor de piel,
mi estrategia pasaba
por abarcarlo todo
en pequeñas dosis
y rangos menores.
Complacer todas
las incertidumbres,
al menos en parte,
con todo el coste
que supusiera.

Ahora,
un poco más maduro
y racionalmente más humano,
escojo y me posiciono,
priorizo lo que me parece
más urgentemente atajable,
elijo y desecho
pese al riesgo
de perderlo todo.
Me parece 
más práctico,
más coherente
y más honesto.
Me demuestro
sin descanso
lo que me resulta
más importante,
lo que verdaderamente
me hace sentir bien
más allá de lo
que piensen los demás.
Esto no quiere decir
que pase 
por encima del resto
cuyo control
no poseo.
Quiero decir
que me valoro,
que me cuido
y que lo tengo claro.

Reducir daños
ya me suena
a algo incompleto,
falso en su enfoque
y tóxico en sus resultados.
Voy de frente
con ciertas barreras
y resistencias
que me ayuden
a blindar
la perspectiva
que siempre
me ha hecho falta,
porque sin ella,
estoy perdido.

viernes, 16 de abril de 2021

Una pregunta que nunca te has hecho

Os preguntaré algo,
seré breve:
¿Cuántas palabras
de media utilizáis 
en un día?
Una vez que lo calculéis,
que sepáis,
que os sobran 500.
De nada.

Esas dos últimas palabras
puede que me sobren,
las cambio por un
lo siento.

_A Bea_


miércoles, 14 de abril de 2021

Uñas de colores

Aquel día
el abuelo se levantó
aturdido, confuso, raro.
Se sorprendió
al ver las uñas de colores
de su nieto
y dudó de cómo
podría "afectarle"
en un futuro.
Hablo de mi padre, si.
Si no le blanqueo a él,
imaginaos la resto.

Papá, tu labor
es estar presente,
tocar sus dedos
como quien manipula
un material frágil,
repasar los colores
en alto
si quieres,
pero en ningún caso
tu labor pasa
por reproducir
el fanatismo
de la intransigencia.

Entiendo el choque generacional
y el arraigo de
las convenciones sociales,
pero eso no justifica
tener carta blanca.
Te debes a él
como él en algún momento,
si lo haces bien,
se deberá a ti.
Lo cíclico del querer
nunca termina.

Estás para él,
no para complacerle
en caprichos
que todavía 
no sabe gestionar,
sino para jugar,
subirle alto
y consolarle ante
cualquier accidente.
Estás para escucharle
y darle 
repuestas honestas
que le permitan
la posibilidad de decidir
siempre que
no ponga en peligro
su integridad.
Estás para ponerle
límites y proporcionarle
una explicación del contexto
que produzca en él
una sensación
de seguridad y bienestar.

Quiero que sepas
que todo esto
ya lo haces,
y que además
lo haces genial.
Por eso no tiene sentido
que juzgues
ninguna parte 
de su cuerpo,
porque él solo juega,
sólo imita,
sólo descubre
sin decirte a ti
qué ropa debes ponerte.
Él sólo 
comparte contigo
una cosa
que le llama la atención,
que le gusta,
que es importante
para él
por el simple hecho
de que lo haga su madre.
Tú sólo ábrete
en todas tus formas
y acógele
como si fuera
la primera muestra
de amor
que has recibido en tu día.

Cuando te enseñe
sus uñas,
intenta pensar
en lo que está
tratando de decirte,
todavía sin lenguaje,
con el gesto inocente
de su cuerpo.
Deja a un lado
las ideas retrógradas
y homofóbicas
que sólo te van a conducir
al rechazo.
Tolera y aprende
de las distintas formas
de acompañar
a las de hace 30 años.
Cállate la boca
por muchas contradicciones
que te inunden,
si no te corresponden
a ti decirle algunas cosas.
Piensa en el fascismo
que nos rodea
y cuánto 
tenéis en común.

Por encima
de ser tu nieto,
es un niño
que empieza
a ser consciente
de los significados
y significantes,
del contenido
y los continentes.
Acéptale como alguien
que no te pertenece,
pero que te necesita
como al que más.
Sé su escalera,
su muleta,
su maleta
y su brújula,
sus prismáticos
si mantienes
el alcance necesario
de todo lo que tienes
que ofrecerle.

En mi curro te dirían
que te revisases la mochila,
pero esa frase
es tan mierda
y prejuiciosa 
como la tuya.

¡Ponte las pilas!
Te queremos.

lunes, 12 de abril de 2021

Boletín de notas

Madres, padres,
tutoras, tutores,
tengan en cuenta
cuando sus retoños
os entreguen
el boletín de notas,
que el padre del niño
que se sienta
al lado del tuyo
a lo mejor es un nazi.
Que la maestra
que les acompaña
puede que nunca
se haya sentido
acompañada.
Que las editoriales
son generadoras de opiniones
hegemónicas
ocultando la verdad
del resto de visiones.
Que el sistema
califica a todos,
pero generalmente
refuerza
a los que más tienen,
a los que no presentan
dificultades.
Que las extraescolares
no suelen ser pedagógicas,
sino una herramienta
para conciliar
tus debilidades.
Que el bilingüismo
es importante, si,
pero que lo es más
saber dar la mano,
defender con respeto
tus argumentos
y la solidaridad
en los patios.

Cuando os entregan
el boletín de notas
es como cuándo
te diagnostican
en dos minutos
en Atención Primaria.
Números o letras inconclusas
que no valen nada
más que para pasar de curso
o mantenerse en él.
En el boletín de notas
no se describen
sus sentimientos,
ni sus decretos,
ni las decepciones
que les hemos provocado.
En el boletín de notas
no se detalla el nombre
de su mejor amiga,
ni el día en que
el profesor
le dejó en evidencia,
ni los motivos
por lo que ése día
no hizo los deberes.
El boletín de notas
tiene una casilla reducida
de "observaciones"
que se completa
con una frase generalista
e impersonalizada
como quien blanquea
el fascismo
en un titular de prensa.

Cuando os entreguen
el boletín de notas,
acuérdate
de todo el tiempo
que has estado ausente,
de la pereza que te daba
sentarte a su lado
porque estás cansado,
de tu falta de interés
en los cuidados
y de la distancia que tomas
cuando no haces
las preguntas adecuadas
ni respondes honesto
a sus demandas.
Ten en cuenta
los conflictos,
los enamoramientos,
los deseos,
los descubrimientos,
los significados
que tú olvidaste
porque ahora 
les toca a otr@s
aprehenderlos.

Ten en cuenta
las ratios,
los medios,
la falta de recursos,
la mediocridad
y la incompetencia,
y sobre todo, 
hazte cargo
de lo que te corresponde:
compensar en casa
los fallos del sistema
y paliar tus cadencias
como adulto.

¡Enséñale tus notas!
y luego,
si te atreves
sin que se te caiga
la cara de vergüenza,
le reprendes
"sus resultados".

viernes, 9 de abril de 2021

¿A qué huele una casa?

Cuando tu casa
es inundada por
olor a comida.
Cuando huele
a humedad de mascota
recién levantada.
Cuando la cocina
se regocija con
el humillo cafetero.
Cuando huele
a frío de la noche
y se condensa
con el movimiento.
Cuando huele a cuerpo
bien soñado.
Cuando huele
a ese perfume
que te hace estornudar.
Cuando la habitación
del niño huele a niño
entendiendo ese olor
como agradable.
Los olores bajo las sábanas.
El olor fatigable
de la despedida
y el olor sorpresa
del reencuentro.
El olor seco del verano
es el mismo
que el olor seco
del invierno.
El olor artificial
del ambientador.
Cuando tu casa
huele a silencio
y lo corrompes
con un pero.
Cuando tu casa
huele a pasos rápidos
y acolchados
en la soledad
de la madrugada.
El taconeo de mamá.
El aroma de los árboles
que se filtra
por las mosquiteras.
Cuando se te cuela
el olor de la casa vecina
se parece a la sensación
a la sensación de tener
desconocidos en casa.
Cuando huele a un baño
recién ejecutado
y a la espuma 
que se desvanece.
El sudor y su diversidad
en olores.
El olor
del último recuerdo
antes de dormise.
Cuando tu casa
huele justo
a lo que se ti te gusta
e inhalas fuerte
para abarcarlo todo
y tener suficiente
para todo el tiempo
que pases fuera de ella.

Es un privilegio
entendido
como la ausencia de culpa
por la comparación
con los otros,
pero con la responsabilidad
de la solidaridad
y el apoyo mutuo
de todos los olores
que te permitas
aportar
al resto de casas ajenas.

miércoles, 7 de abril de 2021

Normalidad democrática

El problema no es
que los aparatos afines
se levanten a defender
la existencia
de la normalidad
democrática.
El problema es el 
simple hecho
de tener que denunciarlo.
Porque los nazis
también cogen el metro.
Porque las agresiones
son invisibles
en el epicentro
de un mar ingente
de gente.
Porque tus Pamadres
también firmarían
la reforma laboral
mientras te atiborras
a ansiolíticos.
Porque tú también
miras por encima
del hombro
a las personas migrantes.
Porque te consideras
igual de corrupto que ellos
cuando coges 
una chincheta 
de tu centro de trabajo
para pincharla
en el corcho de tu casa.
¡Iros a tomar por culo!
Las horas extra
que te las pague
la Asociación de Vecinas
del barrio.
Porque Pablo Hasél
canta fatal,
pero no debería
estar en la cárcel.
Porque los rótulos
de la televisiones públicas
te hacen perder el trabajo.
Porque condenan
a una asesora
y a una maestra
y la "pájara pícara"
sale camino
de El Corte Inglés
para sisar cremas.
Porque hay jueces
anticomunistas
que ejercen
con la mano puesta
en la Constitución.
Porque las pelotas de goma
solamente
las utilicen
l@s niñ@s
sin miedo 
a perder un ojo.
Porque los fascistas
deberían vivir y morir
en el cementerio.
Porque en las cloacas
no sólo hay ratas.
Porque la ETA
romántica
antifranquista
ya no se puede
incluir en el discurso.
Porque cambiar la fachada
no quiere decir
necesariamente reformas.
Porque el capitalismo sigue
matando personas
aunque ya nadie
se sorprenda.
Porque el Covid
no es mentira,
pero tampoco es el final.
Porque el rey emérito
es legalmente 
borracho e infiel,
pero ilegales son
sus transacciones económicas.
Porque todos, todas y todes
somos unes hijes de pute.

Cabrones,
lo que precisamente
nos hace falta
es normalidad democrática,
y gente que denuncie,
por tanto,
la ausencia de ella.

lunes, 5 de abril de 2021

Todas esas cosas

Todas esas cosas.

Mi nómina a final de mes.
Mi ventilador de techo
en verano.
Mi vaso de agua
cuando desfallezco.
Mi pincho de tortilla
en el bar de barrio.
Mi pastilla de alergia
en primavera.
Mi mirador de Puerto
de montaña.
Mi parque entre
tanto coche.
Mi abrigo cuando
tirito en invierno
(ya no hay inviernos de esos).
Mi escuela pública
y diversa.
Mi cuento favorito
de otoño.
Mi pastilla para dormir.
Mi café recién hecho
al despertar.
Mi fiesta sorpresa.
Mi viaje pendiente.
Mi poema de
transporte público.
Mi camiseta con mensaje.
Mi cigarro que reduce
la ansiedad.
Mi antiflamatorio
antes de salir.
Mi canción y mis sudores.
Mi antifascismo
exacerbarte.
Mi vecina al subir
las escaleras.
Mi memoria anacrónica.
Mi maternidad inalcanzable.
Mi paternidad consciente.
Mi fotografía histórica.
Mi lectura incesante.
Mi artículo enmarcado.
Mis cordones desabrochados.
Mi copa después de cenar.
Mi magia sin trucos.
Mi huella en
la nieve y el mar.
Mi papel higiénico
para sonarme los mocos.
Mi tatuaje hasta
después de la muerte.
Mis zapatillas de colores
cogidas de un contenedor.
Mi instinto primitivo.
Mi izquierda exclusiva.
Mi coche sin arrancar.
Mi hierba sobre
la que reposo.
Mi mascarilla por dentro.
Mi único titular.

Todas esas cosas eres, hijo.

viernes, 2 de abril de 2021

16 años ilustrados

 Éramos menores
cuando nos conocimos,
pero por entonces
no nos criminalizaban
por el hecho de serlo.

Aquel día
yo tenia diecisiete
y ella dieciocho
recién cumplidos.
Llevábamos menos
de un año
siendo amigas
y así seguimos
después de toda
una vida.

Nos mirábamos de frente
sin imaginar todo
lo que vendría después.
Un susurro a la oreja
y los pelos rizados;
la barba
y el tono político
llegarían más tarde.

El caso es que
elegimos la pizarra
como elemento tradicional
para escribir 
con tizas de colores
y sin apenas borrones
algo que nunca
había sido contado.
Ahora las pizarras
son digitales,
de aquello
solo quedan
la memoria y los besos.

Nos descubrimos
en un contexto
para el que ahora trabajamos,
por eso lo educativo
es personal y sangre.
El campo donde 
desarrollamos nuestras
acciones de acompañamiento
y nuestra intención
de respetar
a todo el que se incluya
en el hogar.
Avioncitos de papel
que se impulsan
de atrás hacia adelante
para que la figura
de la maestra
no esté ni un poquito
por encima
de la infancia.
Las tarimas 
de arriba a abajo
para las iglesias,
somos más 
de asambleas
y vecindarios.
Viajes que se fueron
pegando
como el color a la piel
con el sol.
Encajar el paisaje
como quien amortigua
un golpe inesperado
nos hizo posicionarnos
fuera de los márgenes
del poder;
como aquellas
notas musicales
que se precipitan lejos
de la partitura
como los saltos
para tocar el cielo
durante un concierto.
Primero está
toda la música
y luego está la canción
que no une
con esclavas de plata,
abreviaturas tatuadas
y una pedida de matrimonio
pública y transparente.

Mirarse sin sonreírse
debería estar prohibido,
por eso metemos las manos
en los bolsillos,
para sentir el tacto de la tela
que más tarde sólo será un anhelo.
Sin contrapicados
ni prepotencia,
nos despojamos de todo
lo que arrastrábamos
para ser patente liberada
de todo el que quiera
acercarse 
con buenos propósitos.

Y luego está
el flashback,
aquel que surgió
de adolescentes
y nos marcó 
un camino sin metas
que sólo acabará
con el último aliento,
con el último suspiro,
con el último latido,
con la muerte,
la única capaz
de poner fin
a esta historia.

Una camada 
de cachorras
con diversas inteligencias
hechas a sí mismas
sin semejanzas al prójimo,
sólo la posibilidad
de los cuidados, el amor y los sueños.

Dieciséis años ilustrados
que se conmemoran
en el salón de La Mariana,
la casa que nos dio
independencia,
libertad y personalidad
alejadas de las expectativas
del resto.
Pusimos el foco en dos.
Ahora somos cinco.
Y como dice Estopa:
"Suma y sigue".
Y como dice Dani Martín:
la conocí con "16 añitos".

Mis pamadres
nunca me dieron 
una hermana,
pero la vida
sí que me ha dado.


_A Noe_
(Gracias Joly)