- No lo sé, hijo ¿me lo cuentas?
+ Es como se escribe mi nombre
al revés 🙃
- ¡Alaaaaaa, es verdad! Nunca lo había
pensado.
El poder del pensamiento,
la escritura y la lectura.
Esos primeros acertijos
y adivinanzas con lo primero
que se te ocurre,
inventarse nombres
y dotarlos de significados
y hacerlo sin miedo
a la inexistencia y al error.
Ya tiene esa capacidad
y libertad de expresión
tan necesaria tanto para
el crecimiento
como para la madurez.
En su día descubrí
que su nombre se incluye
dentro de la palabra comienzo,
porque él lo es todo,
pero no fui capaz de percatarme
del pequeño detalle de
nombrarle al revés.
Por eso l@s hij@s
siempre llegarán
donde sus pamadres
no fuimos capaces,
por su genuina lucidez y transparencia.
¿Cuántas veces habré
pronunciado su nombre
con la maldita dulzura
que se merece?
Con que te llegue
una décima parte
del amor por las palabras
que me ha llegado a mí,
tendrás el futuro
más que asegurado.
Ese juego de letras
donde encajarlas
es la victoria por
el encuentro encadenado
de palabras
que significan cosas,
cosas para contar,
cosas para sentir.
oznE, significa
lo mismo pero al revés
y el matiz de descubrirlo
aporta nuevas posibilidades
tanto al estilo como a la actitud.
Tienes la absoluta autoridad
para nombrarte
como mejor te parezca
porque las palabras
no tienen dueño,
tú solamente te adueñas
de sus conceptos e implicaciones.
Con cada letra que aprendes
avanzas
incontrolable,
consecuente
y subversivo
frente a lo que no te parece justo
porque con cinco años
ya hay ética y moral
capaces de desafiar
la opresión del mundo adulto.
Solemos decir
que vamos en busca de cosas;
la realidad es que solo
necesitamos encontrar
las palabras adecuadas
que nos acerquen
a esas cosas o lugares
que un día juramos conseguir.
Mis hij@s van por buen camino.
Prefiero perder una pierna
a que me corten la lengua,
no por todo lo que tengo
que decir,
sino por decirlo
cuando me parezca
que es de justicia
confrontar al adversario.
Y de adversarios sabemos un rato.
Gracias, oznE.
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