miércoles, 3 de abril de 2024

19 años y 500 veces

Todas las veces que quieras
porque no tendremos
años suficientes.
Llega otra fecha redonda,
pero para redondas nosotras
con todo nuestro ego y chulería.
Me río de Sabina,
pero es que es muy fácil
reírse de gente de otra época,
en todo caso no es
ningún referente
porque el conservadurismo
del paso del tiempo
no va con nosotras.

Y es verdad lo que dicen
que no es la cantidad
sino la calidad,
pero a mí también
me gusta darle valor
al volumen, al espacio y a la densidad.
Si ahora con nuestros años
tenemos que estudiar 
el Sistema Solar,
no siento que sea descabellado
reconocer la inmensidad
de nuestros actos.
Porque de eso se trata,
de identificar, valorar y sentir
todo el camino recorrido.

Ya dije en su día
que desde la ventana
del salón de La Mariana,
donde se asienta un
Plátano oriental
dando cobijo a las palomas,
a todas ellas:
las bravías, las zuritas,
las torcaces y las tórtolas turcas,
se puede ver el cole concertado
donde nos conocimos
y donde hice la primera
gran promesa de mi vida.
Aquí sigo, cumpliendo mi promesa
y defendiendo las que les he hecho
a mis hij@s,
cuyo cole también se ve
desde la ventana, 
esta vez público.

Una señal inequívoca
y comparativa
de que las cosas,
ahora,
las decidimos nosotras,
con una predisposición
de mejora y progreso.
Es verdad que no nos hace mejores,
pero nos hace más diversas
y comunitarias,
como todas y cada una
de las personas
que van apareciendo
en cada uno de los capítulos
que hemos ido escribiendo.

Nunca hubo segundas partes.
Todo se basa en el genuino
y auténtico guión
que compusimos,
con sus paréntesis,
tachados
y puntos y apartes.
Siempre que se conjugan
el 2, el 4 y el 5,
por ese orden,
me transporto a una adolescencia
de la que reniego
pero que en realidad
me ofreció todo el futuro
que ahora poseo.

No son los días y las noches,
sino los soles y las lunas,
la niebla y la lluvia,
los lugares, las canciones,
las fotografías,
los momentos en que 
no pudimos aguantarnos la risa.
Son las fechas importantes,
la de la recogida de llaves,
la del secreto de Neruda,
la del homenaje a las heroínas,
la del resurgir de los 23
que llevas tatuados.

Como decía René,
sos nuestros éxitos
y nuestras derrotas,
nuestra obra de teatro
gratuita, pública y solidaria,
la humildad de las 
67 escaleras
y el amor incondicional
por el asedio de animales.
Estamos hechas de café y tabaco,
de borracheras y Kuadrilla,
de noches al aire libre
en medio de un valle
que nos dio la oportunidad,
las estrellas y los propósitos,
de amigas tan antiguas
que trascienden a la muerte
del Papa polaco.

Son los conciertos
y los miles de kilómetros 
por carretera,
el viaje a la isla esmeralda
desprovistas de cualquier joya,
el armamento exquisito y completo
de todo lo que vayan a necesitar
quienes nos demanden.
También el insomnio,
ese que me acompaña
desde bachillerato
para dar respuesta
a todo lo que me pedirían
mis hij@s después.

19 años y 500 veces
es una balada,
pero también es
mi hermano hardcore
y mi pista de rap más larga.
No haciendo nada especial
por estos aniversarios,
esto es lo más extraordinario
que puedo dedicarte.
No parar de escribirte
desde que te conozco,
con todos sus formatos
y todas sus entonaciones.
Porque te llegué a tiempo
para mandarte 
notittas en clase;
porque madrugué
para llevarte cartas al portal;
porque te escondí 
mensajes en la mochila;
porque podría publicar libros
con todo lo que te he dicho;
porque el motivo de que exista
este Blog eres tú,
el inicio de todo
y con total seguridad
mi único final posible.

_A nuestros diecinueve años,
 a casa uno de ellos,
pero sobre todo,
a ti entera _

No hay comentarios:

Publicar un comentario