martes, 23 de abril de 2024

Día de oposición 238

Llegamos a las semanas definitivas 
y escribo en plural
porque somos una máquina 
perfectamente engrasada.
Apenas dos meses
para llegar a la meta 
y echo la vista atrás 
para enorgullecerme 
de todas ellas;
también alzo la mirada
y me invade un 
ejército de mariposas 
por la confianza y el compromiso,
los nervios van intrínsecos.

Todo el mundo sabe
que mamá se va a estudiar
cuando sale de casa
a horas que no acostumbra.
El deseo de permanencia 
de las cuatro,
lo procrastinamos en su día 
hasta el próximo verano.
El calor va asomando
y el crecimiento
nos ha atravesado de lleno,
pero cada una tiene su papel,
cada cual tiene su funciones,
y aquí está cumpliendo
todo el mundo hasta 
las trancas.

Nosotras no amamos el mar,
pero amamos al maestro 
que amaba el mar
y les prometió a sus niñ@s
una visita en autobús.
Emocionarse todavía es posible 
y aprender de modelos rompedores
también. 
En cierta medida,
esto se lo dedicamos
a Antoni Benaige
y a su escuelita 
laica, gratuita y diversa 
en un pueblo reprimido
por el catolicismo 
y silenciado por el 
auge del franquismo.

Se trata de eso,
de intentar meternos 
por los huecos estrechos 
para crear posibilidades 
y alternativas nuevas,
explorar horizontes vírgenes 
y dar los pasos
que nadie consiguió dar antes.
En casa también somos modelo.
Quien se quiera meter
en un proceso de oposición 
que nos llame y nos pregunte 
por la organización, la logística 
y el cuidado de 
las oportunidades 
que tenemos de estar juntas.

A estas alturas
ya nada puede salir mal,
más allá del examen,
hemos vuelto a recorrer 
el camino de una manera 
tan formidable que,
independientemente 
del resultado,
ya hemos vuelto a vencer.
Nacimos para eso
y nos lo repetimos 
diariamente
tanto al levantarnos
como a la hora temprana 
de dejar caer los párpados,
que proporcionalmente 
es igual de temprana 
que la hora de levantarnos.

Hace poco,
una gurú del espíritu 
cuestionó el término 
de escuela por caer 
en la trampa de todo
el sistema curricular 
que limita el modelo educativo.
No estoy de acuerdo,
le faltaba el contexto histórico 
del pasado, 
el sesgo político 
y la identidad de clase.
Aquí se oposita
para volver a la esencia
del republicanismo,
donde la religión 
será relegada a los sitios sagrados 
y donde todo el mundo 
aprende del todo el mundo,
con unos saberes de ida y vuelta 
que no provoquen 
discriminación ni marginación.

La figura de la maestra
nos la sabemos de memoria,
la tenemos en casa
y no la desaprovechamos
ni un solo segundo,
aunque a veces nos equivoquemos,
aunque a veces nos resulte tediosa,
sus valores trascienden 
y acaban permitiéndonos ser
como queremos.
Estamos cerca
de no volver a tenernos
que despedir tantas veces al día.

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