jueves, 26 de enero de 2023

Beneficios caídos del cielo

Cuando tienes que pensar
si tienes que poner
la calefacción o no,
es una forma de violencia
de las grandes empresas
contra la ciudadanía. 
Aunque claro, 
gente como la de La Cañada
no puede plantearse
resolver esa pregunta
porque no tienen suministros.

Estas empresas multimillonarias
marcan la agenda politica
y los presupuestos 
generales del Estado,
mientras se llevan
más de un tercio
de promedio
de nuestras nóminas.
Beneficios caídos del cielo
mientras tú desciendes
a los infiernos.
Suena injusto,
pero el último responsable
seguirá siendo el titular
del suministro.

Así que si tienes hij@s
como es nuestro caso,
no te piensas dos veces
en girar la rueda
'de apagado a encendido'
en máxima potencia
porque no puedes permitirte
la ausencia de un calor
que haga más confortable
nuestros hogares de 
alquileres inasumibles.
Pero es que si no los tienes,
l@s hij@s,
a lo mejor te resulta insoportable
que dentro de cuatro paredes
con fotos enmarcadas en tu salón,
emitas vahos
dignos de las mejores heladas.
Es tremendo,
tan tremendo
como que todavía
no nos hayamos puesto
a poner bombas.

No es solo pobreza energética,
también es violencia energética,
mientras te criminalizan a ti
en los telediarios.
Y nos señalamos entre vecinas.
Y nos increpamos entre pobres
por ver quien vota mejor.
Y les damos la razón continuamente
porque quien calla otorga.
La miseria de nuestro día a día,
justificada, ahora,
por una guerra
que han decidio
que es la que define
nuestra vida
y las consecuencias a pagar.

Siempre pagamos nosotras
aunque no nos toque,
aunque no seamos
las responsables de las atrocidades
a las que nos vemos sometidas,
porque siempre seremos
el último escalafón
al que le salpicará toda la mierda
mientras utilizan una canción viral
para que te posiciones
de un lado de una
o del lado del otro,
ambos ricos
y sin la necesidad de hacerse
la pregunta
de si puede o debe 
poner la calefacción.

Unas empresas energéticas
que nos abastecen
con promociones que presumen ser
las más económicas y ecológicas.
Pero qué tipo de broma es esta.
Unas empresas energéticas
que claman al cielo
mientras les siguen cayendo
beneficiosos escandalosos
si se dice
que sus precios tienen
que ser regulados
para que no sea la gente corriente
la que pague las indecencias
de los países.
Políticos que se ponen de perfil,
que serán los mismo políticos
que ocupen más tarde
los sillones de 
los consejos de administración
y juntas directivas.
Y no, no son todos los políticos.

Son las 06.30
y acabo de encender la calefacción
después de haberla tenida encendida
todo el día anterior
hasta las 21.00 de la noche,
para que mis hij@s,
cuando se despierten,
sientan algo de alivio
en sus pies, en sus orejas, en sus manos,
y puedan moverse sin dificultades.
Si, yo soy una entre millones
que se piensa dos veces
cuándo y porqué
poner la calefacción.
Incluso así,
escurrirán el bulto diciendo
que soy una privilegiada
por poder hacerlo.
Siempre habrá ligas y categorías.
Siempre seremos las mismas
las que suframos
aunque sea de maneras distintas,
pero al fin y al cabo,
estamos en el mismo bando,
en el del que sufre,
en el vulebrable,
el que se culpabiliza
en todas sus partes.

Habría que apagarles,
habría que anularles,
habría que encerrarles,
a ellos, a los mandamases,
a los únicos responsables.
No te lo pienses dos veces,
a por ellos.


martes, 24 de enero de 2023

En la órbita

Seguimos sin estar preparadas
para encajar halagos ni críticas.
Tan sociales que nos creemos
y no conseguimos ser constantes
en los cuidados y el cariño.
También va por etapas,
como casi todo,
y las hay
en las que estamos a la altura
y otras
en que no nos acercamos
ni de lejos.
Ya lo hemos hablado
muchas veces:
la empatía, la solidaridad,
lo comunitario.
Es tan difícil
no fallarle a nadie...

Cuando superamos el ego
y la indiferencia,
sin saberlo
e incluso sin quererlo,
ya estamos posicionadas
en lugares
que favorecen
a todo el mundo.
El reto de hacerlo
sin postureo
ni estrategias calculadas,
desde la espontaneidad
y la naturaleza de
las buenas intenciones.
Una elección tan deseable
como pocas veces consumada.

Hay que valer para eso,
hay que valer, de verdad,
para l@s demás.
Intentamos justificarnos
en los tiempos,
excusarnos en los ritmos,
en la impunidad
de las propias demandas
como si fuéramos
un satélite sin órbita,
y eso no exsite.
Estamos conectadas
irremediablemente a las otras,
otra cosa es que no 
queramos reconocerlo.
Y es justo aquí
donde entran en juego
los desvaríos y los delirios
que no nos permiten
marcar la diferencia.

Sabemos y podemos hacerlo;
otra cosa es que queramos
o estemos en condiciones
de hacerlo.
Viene siendo urgente
esto de tenernos en cuenta.
Ni siquiera hace falta
anteponer unas cosas sobre las otras,
sino ser conscientes
de todas las protagonistas
del juego.
Y digo protagonistas
dando importancia a las personas,
que es lo que somos,
no cosas deshumanizadas
que sirvan como parapeto
o chivos expiatorios.

Si estás en la órbita
de alguien que te está pensando,
tienes que saber
que ese alguien
está depositando grandes esfuerzos
sin la necesidad de esperar
nada a cambio,
pero con la demanda indirecta
de que al menos
se le mire a los ojos
y se le escuche con respeto.
No importa tanto 
la cantidad de mierda
que ingieras,
sino cómo la digieres
y cómo consigues evacuarla.

Salvando los tantísimos casos
de una salud mental malherida,
los otros tantísimos casos,
tenemos margen de actuación
suficiente
como para intentar
compensar e involucrarnos,
en esto de mantenernos al lado.

lunes, 23 de enero de 2023

Se sigue tocando el pelo

Son ya más de cuatro años
enredándose el pelo
cuando tiene sueño,
aunque va por rachas
y según tenga el pelo de largo.
Una costumbre que me enternece
y que utiliza para autoregularse
a modo de conciliar el sueño.
Como si del último cuento
del día se tratase,
pasa por todos y cada uno
de los vellos capilares
como si fuesen las hojas
que sabe anticipar
el final de la historia.

Un tic, una manía,
una costumbre
que ya va haciendo calva.
Es tanto el interés y la pasión
que pone,
que a veces nos pide ayuda
para desatascar le el dedo
que utiliza
en la construcción del remolino.
Imaginaros la de cantidad
de vueltas que da
en el mismo sitio
y con qué fuerza se cose
parte de su pelo.

Es como cuando ya de mayores,
pero sin metáforas,
le damos vueltas a las mismas cosas
por el miedo y la inseguridad
de dar cualquier paso
que nos haga equivocarnos.
Pero al final,
para seguir avanzando,
damos ese paso ambiguo
sin la certeza del resultado
y sus consecuencias.
Un proceso lógico y necesario
que los acompañará
el resto de la vida.

Yo no quiero que deje
de tocarse el pelo
significa
que yo no quiero
que deje de ser niño.
Esto también es algo
que, como padre,
me acompañará
los próximos años
hasta que asuma
que ya no es un niño,
que ya no me necesita tanto,
que ya no soy parte fundamental
de su juego diario.

Que se siga tocando el pelo
es parte de la inocencia
que todavía posee,
de la conclusión inequívoca
de que todavía
no le afectan de lleno
todas las presiones sociales
de este planeta tan adulto.
Así que, pese a la calva,
le dejamos hacerlo,
tranquilo y convencido
de que es una acción deliberadamente
única y personal
en la que él decide
el cómo y el cuándo.

La forma de su pelo,
esa que hemos ido guiando
contra natura
al crecimiento y la extensión
de lo salvaje.
Con tanta personalidad
o más
como la que tiene mi barba,
pasando de unos rizos
incontestables al principio,
hasta llegar a una prematura cresta
que sigue manteniendo.
Es un niño muy bello,
por dentro y por fuera,
pero en cuanto a lo de fuera,
que es justamente
lo que estéticamente
estoy analizando ahora,
consta de un continente
con contenidos fascinantes.

No sé el tiempo
que seguirás necesitando
tocarte el pelo
para conciliar el sueño,
pero lo que dure,
si me da tiempo,
me haré un vo de palomitas
cada noche
para observar la estampa
y disfrutar por dentro
los cachitos de maíz
de los que estás hecho.
Y si se me quedan restos
tras lavarme los dientes,
mejor,
así te saboreo
cada madrugada
y me levanto con sabor a ti
y a todos tus significados.

jueves, 19 de enero de 2023

Ya me he mirado (Me estoy mirando. Parte II)

Ya me he mirado,
bueno, a medias,
hasta donde me han dejado.

Me han dado el alta en dermatología,
no tengo hidrosadenitis,
la cosa pintaba peor de lo que era.
Soy propenso a que me salgan
abcesos en axilas e ingles,
pero no tengo la enfermedad.
Nada, cuando me vuelva a salir,
que me apriete como el demonio
para sacar toda la mierda
que llevo dentro.
Ahora que,
no se me va a olvidar
cuando me metieron
en el quirófano de urgencias
para sacarme esa pelota de golf
que me ponía el cuerpo del revés;
ni las curas diarias y dolorosas
de la enfermera
en mi centro de salud de barrio,
más abandonado
que cualquier solar con amianto.

Casi me han dado el alta también
en alergología,
buscando los motivos
por los que mi úbula,
en ocasiones,
se inflama
como una puta verga.
He reaccionado con alergia
al gato, a la perra y a las cucarachas,
esa no me la vi venir.
Urbason en pastillas,
Polaramine como atajo
y una nueva jeringuilla de adrenalina
por si llegan las vacas flacas.
En seis meses me llaman
para charlar un ratillo por teléfono
para repetir el discurso
de los posibles síntomas.
Nada, todo igual, sin respuestas.

En cuanto al papiloma,
ya llevo casi un año
con sesiones mensuales
para destriparlo y quemarlo
sin anestesia.
Es verdad que ya no me molesta,
pero lo tengo arraigado
como arraigado estoy a mis hijos,
hasta las trancas.
Me salté la última sesión
del año pasado
y creo que me voy a saltar
la primera de este,
coincidiendo con la huelga
de las sanitarias,
no quiero molestar 
con nimiedades,
hablo en serio.

Y luego está lo del olfato.
Aquel otorrino tan majo
que me dijo
que habría que urgar
en mi cerebro,
pero que primero
me fuese de vacaciones
por si por arte de magia
recuperaba algún olor.
A partir de octubre
recibirás la cita, me dijo.
Sigo esperando.
Así que ahora tengo
que personarme
en atención al paciente
del Centro de Especialidades
porque lo de llamar
e intentarlo por teléfono,
no es muy viable que sepamos.
Lo único que saqué en claro,
es la diferencia entre
gusto y sabor,
yo he perdido el gusto.

Ya solo me falta
que me toquen el orto,
literal,
a ver qué hostias
son esos dos bultos
que se me inflaman
cuando tengo estrés del malo.
Hemorroides posiblemente,
o a lo mejor dos nazis morreándose,
sea lo que sea,
me lo pienso llevar por delante. 

También está lo del sueño,
pero de eso me olvido.
Desde la ESO tomando café;
desde bachillerato
tomando pastillas;
desde que me hice adulto
sin dormir dos horas seguidas.
Ahora con hij@s sigo igual,
pero sin pastillas
y con el doble de café.
Ronquidos, apneas y pesadillas
siendo el diagnóstico el de siempre,
'no fumes y come mejor',
venga vale,
digo de cada consulta que salgo.

Y creo que ya,
al menos medianamente
detectado o identificado.
Como veis y sufrireis
en carnes,
son muchas la veces
las que acudimos con preguntas
y nos vamos sin respuestas.
Incluso así, menos mal
que nos sustenta este estado
del bienestar.
Así que sí, a muerte
con las sanitarias
y sus exigencias,
a muerte.
Igual que a muerte
fueron lo de las residencias
por la gestión de la 
Comunidad de Madrid.
A esa panda sí que habría que mirarles.

miércoles, 18 de enero de 2023

Extraescolares

Ya que la conciliación
no parte, ni se favorece
desde las empresas
para las que curramos,
¿por qué no proponer
que sean esas mismas empresas
las que paguen las extraescolares
o los horarios ampliados
de nuestr@s hij@s?
Si el coste humano
cae a fondo vacío
deliberadamente,
por lo menos
que no lo notemos
en los bolsillos.
Reducir daños,
llevo años llamándolo.

Sería injusto para las empresas,
dirían algun@s.
Claro,
porque la injusticia de tu horario,
las horas de más
no remuneradas,
el sobre esfuerzo
en el que nos vemos
sometidas en nuestros
puestos de trabajo,
los sueldos míseros y
cubrir las vacaciones
de l@s compañer@s,
o las bajas incapacitantes
un puñado de días
entre otras causas,
no resultan tan injustas ¿no?
¡A la mierda!

Empresas de ocio
que gestionan actividades
extracurriculares
de dudosa calidad,
empresas de comedor
cuyas trabajadoras
acompañan como pueden o saben,
ludotecas gratuitas desde
las juntas municipales
sin fondo ni contenido.
Efectivamente esto es 
lo que se merecen 
nuestr@s hij@s,
no te jode.

El punto de mira
siempre puesto
en la trabajadora,
casi siempre mujer,
en cómo de bien o mal
se organiza la logística.
En ese encaje de bolillos
al que se ve sometida
con una fuerte presión social.
En cobrar la nómina
en los últimos días
de la legalidad,
porque siempre será ella
la máxima responsable
de su economía doméstica.
Todo muy facilitador,
no sé de qué nos quejamos.

Luego que si la peña
no quiere trabajar,
pero qué panda de vag@s
y maleantes.
Si en muchos casos
les sale más caro,
me cago en la puta.
Una oferta laboral
no es un comodín
en la que todo vale,
sean cuales sean las condiciones,
no, perdone.
Por lo general,
seguimos cumpliendo
con nuestras obligaciones
y competencias
como las mejores que somos;
por tanto,
proporcionalmente,
nos gustarían
más y mejores derechos
que nos protejan y nos reconozcan.

Siguen sin entrarme en la cabeza
estas jornadas cotidianas
a las que forzamos
a nuestra infancia.
Me parecen sobrehumanas
y luego queremos
que al recogerles
nos sonrían y nos cuenten
qué tal su día.
Sería razonable pensar
en otros modelos,
en otras vías
que nos permitan
cambiar de paradigma.
Insisto en que
porque una cosa
se haya hecho de una
determinada manera
toda la vida,
no quiere decir
que esté bien hecha.

Yo creo que la mayoría
estamos de acuerdo
en estos términos,
pero nos tienen cogid@s
por donde más nos duele,
por lo que más nos asusta:
por curros generalmente precarios
con sueldos en su totalidad
indecentes.
Vamos a darle una vuelta a esto 
y vamos a arrimar el hombro
como se nos ocurra,
con votos,
con participación,
con lucha obrera.
Que las extraescolares existan
porque tenemos gustos,
no necesidades laborales.

lunes, 16 de enero de 2023

Usted me ha empujado

Se empujaron
como dos niñ@s
en un patio de colegio
al subir al autobús,
por ver quién
lo hacía primer@.
Ya en marcha,
comenzaron
las reprimendas
y las pullitas
parael asombro
de l@s usuari@s.

Discutían acaloradamente
de los pormenores,
el contexto 
y las repercusiones. 
Solo lo sabían ell@s,
pero se conocían de antes
por cómo se increpaban.
El tono era alto
aunque no el volumen.
Ella defendía su posición
con educación y firmeza,
casi con un estilo y estética
dignos de personas tranquilas.
Él,
que se parecía a Rodrigo Rato
(que puto asco),
optó por ofensivas
descalificadoras y agresivas.

"Loca, colgada, sinvergüenza",
escupía el corrupto
postrado en unos
de los asientos verdes.
Ella mantuvo el tipo
sin insultar,
sin golpear fuerte
con su puño apretado
como seguramente
le hubiera gustado.
Fue el día de la canción
de Shakira,
solo que estos pobres desgraciad@s,
como tú que lo lees
y como yo que lo escribo,
no somos ric@s.
Esa es la gran diferencia.
Por lo demás,
el machismo,
no entiende de clases.

Miré a Rodrigo
como se miran
a las cosas
que me dan asco.
Solo pude completar mis gesto
con la mirada
ya que las mascarillas
nos siguen tapando la boca
en el transporte público,
y me parece bien.
Él me entendió
porque agachaba
sus ojos carcelarios.
Pese a ello,
su sudapollismo
no le permitió
darle un respiro
a su adversaria
y su machismo imperante
ahogó todo el habitáculo.

Yo iba con mi hija dormida
y decidí no intervenir
por no tener 
el permiso explícito de la mujer.
Seguramente no me necesitase,
seguramente se las apañaría sola,
yo solo quería mostrarle
mi apoyo y mi soporte.
No sabía a ciencia cierta
quién se equivocaba
y quién estaba en lo cierto,
pero en las formas
me di cuenta
quién llevaba razón
y quién la había perdido.

Rodrigo se iba a ir de rositas
con su discurso rancio
y sus estrategias tramposas.
Victorioso por haber
pasado el primero
y por haber ocupado
un asiento reservado
para el que no cumplía
los requisitos,
habiendo asientos azules libres
en la parte de atrás.
Él se creería triunfante
ante sus ataques discriminatorios
a una mujer
por el hecho de ser mujer.

A mis ojos,
compartí autobús
con otro parásito
de los cientos de miles
que chupan la sangre
y envenenan el organismo.
Cada vez cuesta menos 
identificarles
porque cada vez
tienen menos decoro y disimulo
en ocultarse.
Como recomendación,
la actitud de ella
fue encomiable.
Como lo que necesitamos,
zancadilla cuando se cuele
y pisotón en la cabeza.
No hay otra.


domingo, 15 de enero de 2023

En el escaparate de la Casa del Libro

Quedamos en el escaparate
de la Casa del Libro,
porque por primera vez,
después de mucho tiempo,
veníamos de lugares distintos
para encontrarnos
en la zona elegida.
Volvimos a tener
una primera cita
que sirve como 
fotografía en blanco y negro
de aquella que tuvimos
va a hacer dieciocho años.

Escogimos el escaparate
de la Casa del Libro
porque sí,
porque nos venía bien;
nosotras somos de 
librería de barrio
y no consumimos por Amazon,
todavía somos consecuentes
en algunas cosas.
Íbamos a nuestro primer
concierto del año,
a solas,
para ver al grupo que nació
en 2010 en la sala Kitchen,
muy cerquita de donde
nos encontrábamos.

Ambas llegamos antes
de la hora acordada
como siempre hemos hecho.
Nuestro compromiso
con la puntualidad
en una de nuestra mayores lealtades,
porque el respeto comienza
en llegar al lugar a la hora acordada,
justo al revés
de lo que dice
nuestras canción favorita,
la que llevamos tatuada.

Así que nos volvimos a mirar
como lo hacíamos de adolescentes
y nos dimos la mano
después de casi un año,
sin sujetar carros
o manos más pequeñas
que las nuestras.
Hablamos sobre
nuestr@s hij@s
porque es lo que mejor
se nos da
y la principal de nuestras ocupaciones.
Y lo hicimos con naturalidad
y con la mirada puesta
en la vuelta,
en llegar a casa
y encontrarlos dormid@s
sin haber intervenido.

Esto se lo debemos
a cuidadoras y cuidadores extern@s
que fielmente y con compromiso,
cumplieron con las funciones
de los cuidados y el acompañamiento
sin estar nosotras presentes,
GRACIAS.
Transcurrió la velada
a baja temperatura,
una marabunta de gente
y una ciudad monstruosa
de ruidos y luces.
Lo que antes
nos sorprendía y emocionaba,
ahora solo nos abruma
y nos desgasta.
La madurez también es esto,
en cómo cambian el enfoque
y los matices
mientras vamos transformando
nuestros gustos y necesidades.

'Noches de fuga y contrabando'
se titulaba la gira,
del grupo que más veces
hemos visto,
incluso en ciudades
que nos eran ajenas.
Porque tenemos la suerte
de haber crecido
y evolucionado
con ciertos ídolos
que nos han construido,
en cierta manera,
en lo que hoy somos.
La música que se escucha en casa
siempre viene de algún lado,
siempre tiene un motivo
que la explica,
y siempre influirá y determinará
lo que vayan a escuchar ell@s
en sus primeros años.

Cantamos hasta la afonía,
saltamos como si
no hubiera techo
con el que golpearse
ni suelo en el que caer,
nos tocamos para no dejarnos
de sentir,
para asegurarnos
que no estamos solas
en este mundo,
y nos emocionamos
con los mismo acordes
con los que llevamos
toda una vida haciéndolo.
Buen sonido,
buen ambiente
y una puesta en escena
que nos sabemos de memoria,
con los mismo gestos de siempre
y con los mismos coros de siempre,
como si lo hubiéramos
compuesto nosotras
para regalárselo 
al resto del mundo.

Al término
de la última canción,
nos levantamos apresuradas
mientras nuestros artistas favoritos
se despedían colmados
de agradecimiento.
Fuimos previsoras,
porque cuando crías cachorr@s
debes dominar,
especialmente,
el arte de la anticipación.
Salimos del Wizink
dejando todo el calor
y toda la pasión dentro
después de dos horas
de espectáculo.
Cogimos un taxi,
hicimos balance
y abrimos la cerradura de casa
con mucho cuidado
de no hacer ruido.

Habíamos regresado
con la sensación
de haber estado
dos semanas fuera de casa,
porque una vez más,
cuando acompañas cachorr@s,
la noción del tiempo
es algo tan inexplicable
como la expansión continua
del universo.
Nadie se había despertado
durante nuestra ausencia,
así que picamos algo rápido,
nos pusimos el pijama,
vimos algo de nuestra serie,
y salimos escopetadas
con el primer reclamo
de la más pequeña.

Solventamos
la primera de las alarmas bien,
muy bien,
como casi siempre;
entramos en la habitación del mayor,
le arropamos,
le besamos,
nos aseguramos de dejarle
unas cuantas rendijas abiertas
de la persiana
para que entrase luz.
Lavándonos los piños y puños por turnos
porque surgió el segundo reclamo
de la pequeña,
bien solventado,
muy bien solventado,
como casi siempre.

Apoyamos nuestras espaldas
en la cama de 1,35
donde cabemos de sobra las 6 que somos,
mirando al techo,
atravesando la penumbra,
cada una con sus pensamientos,
sus rememoraciones
y sus recreaciones.
Era casi la una.
En situación normal
llevaríamos
más de cuatro horas en la cama,
que no necesariamente durmiendo
ni desatando las pasiones 
más físicas y carnales.
Pese a ser una buena noche,
el mayor nos acaricia la cara
a las 05.30,
imaginamos,
por todo lo que nos había echado
de menos.

Otro día más que comienza
de madrugada,
después de haber vivido
un concierto antológico
y una primera cita,
que dieciocho años
más tarde,
no se le pareció en nada
a la original
aunque sigamos siendo
casi las mismas.

_A nosotras, a nuestr@s hij@s,
a los conciertos, a Rulo Y La Contrabanda
y a las cientos de primeras citas
que tuvimos y vendrán_



viernes, 13 de enero de 2023

Las escaleras de Consultas Externas

Existen pocas cosas
tan descargables
como las escaleras
de Consultas Externas
del Gregorio Marañón,
antiguamente
Hospital Francisco Franco.

Estrechas, oscuras,
viejunas con olores raros,
donde inevitablemente te tocas,
al subir o al bajar indistintamente,
con tod@s sus asuari@s.
Y mira que me gusta tocar
y ser tocado,
pero claramente
no en estas condiciones.

Laberínticas, mal señalizadas,
roídas, no ofrecen la confianza
que se necesita al pasar
por el mal trago de acudir
al hospital.
Y las recuerdo igual
que hace treinta años.
Resbaladizas, antipáticas
y poco deseables.
Aquí casi nadie
las sube o las baja
con un estado de ánimo bueno.

Parecieran las típicas 
escaleras de un edificio
que se utiliza
para hacer ejercicios prácticos
de extinción de incendios.
Vertiginales, verticales, verborreicas.
Lúgubres, cloaqueras, ausentes.
Qué puto asco de escaleras
que nadie señala,
que nadie reivindica,
que nadie margina
y todo el mundo padece.

Las famosas escaleras
de Consultas Externas
que tuvieron nombre
de dictador.
Autoritarias, inaccesibles, tiranas.
Asesinas, incapacitantes, opresoras.
Si querías leer
algo distinto
aquí lo tienes,
sin medios escalones,
del tirón
y aguantando la respiración.

miércoles, 11 de enero de 2023

Sus primer@s colegas

Por la noche,
al acostarnos,
me suele preguntar:
'¿Papá, cuéntame tu día?'
Yo le hablo de los niños
y de las niñas que acompaño,
de mi Pandilla de turno,
de lo que me ha parecido
más significativo
y de lo que me parece
que le puede agradar.

Luego es él
quien me habla de su día,
y es justo aquí
donde nombra a l@s que sin duda
son sus primer@s colegas de verdad.
Aguardo sus palabras
como la carta que llevo
años esperando
encontrarme en el buzón,
y las acojo con el compromiso
suficiente como para que 
no se escapen del cajón.

Sus amigos y amigas,
sus iguales,
las personas que tienen
el honor de disfrutarle
y el honor que tiene él
de disfrutarles a ell@s.
Ya me gustaría a mí
pasar las horas
que pasan entre ell@s.
Y nadie lo sabe,
pero puede que de aquí
salga algo para toda la vida,
cuanto menos,
un recuerdo hermoso de infancia
de cuyos nombres propios
nunca te olvidas
aunque lleves más de treinta años
sin saber de ell@s.

Pero es que además,
entre l@s pamadres,
también somos colegas,
y eso es algo que sirve
como muleta en la que apoyarse
en esta tesis.
Pase lo que pase,
nombres como el de Lucas, Ainhoa,
Mateo, Alicia, Jon, Carmen, Jorge,
Jon, Romeo, León, César,
son algunos de los que ya
han pasado a la historia
por los restos de los restos.
Ojalá sus caminos sigan
confluyendo
o se reencuentren en un futuro
no muy lejano
como para acordarse de todos
los detalles.

Todo el mundo,
quien más o quien menos,
ha tenido sus primer@s colegas,
y si no ha sido el caso
es que algo no ha ido bien.
Por eso me intereso y me interesan
tanto sus amig@s,
porque forman parte de su mundo
y no quiero perderme nada 
siempre que no vulnere
su derecho a la intimidad.
Por eso es tan importante
que l@s tenga,
porque en gran medida
se construirá
en base a su semejanza
o confrontación
de todo lo experimentado.

La Mariana siempre
estará abierta
para tus colegas,
incluso para l@s que aquell@s
no sean capaces
de perdurar en el tiempo
por el motivo que sea.
Así me crié yo
y así quiero que te críes tú.
Rodeado de amor, confianza y lealtad.
Inevitablemente las decepciones,
las traiciones y el dolor
harán aparición
en algún momento.
Por eso vas a necesitar sostenes
para todo lo que viene;
sostenes de distintos tipos
y abrazos diversos
para cada suceso.

Cuida a quien te cuida
y cuida aunque
no te hayan cuidado,
porque desde esa posición
siempre vas a atraer lo bueno,
lo solidario, lo comunitario.
Y ten tus comodines,
porque tod@s los tenemos
y tenemos todo el derecho
del mundo
a utilizarlos,
a "utilizarles"
en el sentido menos
materialista de la palabra.

A lo mejor,
algún día,
dentro de mucho tiempo,
tus amig@s
son claros referentes
para l@s que serán tus hij@s.
A ti te pasa
y eso no está pagado.
"Nos lo debes".

_A ellos y ellas,
a l@s que fueron,
a l@s que serán
y especialmente a l@s que están _



martes, 10 de enero de 2023

Hosteleritos

Hosteleritos viene de señoritos.
Los mismo que se suman
a la campaña demencial
a favor de las propinas
para pagar el sueldo
de sus curritos.
Ya no solo explotan
los jefes,
sino que les defienden
las instituciones
cuyos representantes
reciben los votos
sin haber pisado
un bar de barrio.

Pero claro,
no les hace falta.
Te contrato a jornada completa,
en el mejor de los casos,
por el sueldo mínimo interprofesional
y luego me haces 60 horas
y me limpias el baño.
En B,
como la caja de Génova,
te pago el resto
para que te vayas contento,
sin pluses ni bonificaciones,
más bien con el gaznate
entre la espada y la pared
para que no rechistes
al patrón,
el que solo baja a revisar la caja
y a saludar a los cocainómanos.

Y además, mira,
te cedo un terrenito
sin coste,
para que montes tu terraza
y ya de paso
te sostengo por los huevos,
mientras tu hijo de pocos meses
se cría
tras la barra del bar
con algún colega altruista,
porque dicho colega
también sobrevive
inmerso
en la precariedad.

Hace años,
empecé a perder
fuerza en mis manos,
pero ten por seguro,
que si pudiera,
te metía un guantazo
con la mano abierta,
para hacer justicia
en medio de un bar
con el cruce de sonidos
de las tragaperras
y el volumen del partido de turno.

La pizarrita no debería
exhibir el listado de raciones
o el menú del día,
sino las condiciones laborales
de sus trabajadores y trabajadoras,
para hacer aún más evidente
cuánto les cuesta su trabajo.
No son los bares
los que necesitan ser reformados,
que también,
sino sus dueños
y sus impostoras actitudes
consolidando mediocridad,
ansiedad y pesadillas.

Ya lo decía Sabina,
el último traidor izquierdoso
en esto de cumplir años,
"en Antón Martín
hay más bares
que en toda Noruega";
una vez más,
no es cuestión de cantidad
sino de calidad democrática.
Qué casualidad,
que estos explotadores
se declaren aférrimos ayusistas
con pulserita de España
comprada en el bazar.
Qué auténticos zorros
maquiavélicos
a la hora de estafar
a la seguridad social
y ningunear los derechos laborales.
Qué esclavistas neoliberales
estos que se les llena la boca
dando nuevas oportunidades
para la inmundicia,
mientras te mantengas con
la boca cerrada.
Qué lobos 
con piel de cordero,
haciéndose la víctima malherida
mientras parasitan y desangran
a quienes le sacan
el trabajo adelante.

No tienen perdón de Dios
ni del cliente,
por mucho que se les llene
la boca diciendo
que dan trabajo.
Que vergüenza de hostelería
en general,
especialmente quiénes las dirigen
y quienes lás explotan.
Solo podía pasar en España,
de lo rancio lo peor,
lo casposo y asqueroso,
en cóctel con unos frutos secos.
Pues nada.
Seguimos.
Os deshauciaremos.
Ánimo trabajadoras.

miércoles, 4 de enero de 2023

La Generación del 22

Nadie lo pudo preveer,
pero diez personitas,
cinco niñas y cinco niños,
conformaron
la conocida y famosa
Generación del 22.

Por orden cronológico:
Gala
Lara
Julen
Río
Carmen
Ekai
Cala
Luca
Ana
Óliver.
Del 23 de febrero
al 28 de diciembre
pasando por todas
las estaciones.

De todo este simposio
de intelectuales
podrían salir grandes amistades.
Dependerá en cierta medida
de las relaciones 
de sus pamadres
y de la dotación
de esas primeras interacciones.
En 2040, molaría ver
qué queda y dónde
ha llegado toda esa
hornada de artistas.
Una función gigante
desde la más temprana edad
que marcará
el inmediato presente
de nuestra convivencia.

Se dice pronto que,
de nuestros círculos más íntimos,
hayan surgido
diez nuevas flores
que regarán los campos
de algo
para lo que todavía no sé
si estamos preparadas.
Por lo pronto,
qué ilusión más grande,
qué patrimonio histórico
el de poder acompañar
diez historias de vida
tan peculiares y singulares.

Y nosotras estamos
en una posición
más que privilegiada.
La de la atalaya
que hace de nexo y conjunción
de todos los lazos
que conforman la red.
La de llegarles a tod@s
desde la más estricta confianza
y el cariño que nos une.
La de abastecerles
en esto de los cuidados
más primarios
hasta que quieran
y/o sepan
devolverte algo en forma
de lo que siempre habíamos soñado.

No es lo que nos toca,
es lo que hemos elegido,
porque igual que hemos elegido esto,
podríamos haber escogido
lo contrario.
Me ha costado comprenderlo,
pero hay que ser justo
con todas las opciones,
faltaría más,
siento si alguna vez
te has sentido presionada
por mi parte.
Como diría el asesino de elefantes,
no volverá a suceder.

No sé cuánto
les alcanzará la memoria
de estos primeros años,
por eso,
en cuanto al tiempo concreto
se refiere,
seremos las pamadres
las que tendremos
mayor protagonismo
y las que obtendremos
más ventajas
en esto del amor
por verse y disfrutarse.
Un abanico amplio
de experiencias positivas
a partir de nuestr@s cachorr@s
siendo bebés.

Habrá anécdotas,
fotografías
y recuerdos fosilizados
de los que solo
nos acordaremos nosotras.
Y tendremos el poder
de contarlo tantas veces
como queramos
para intentar hacerlos vuestros.
Será nuestra labor,
la de tejer aventuras
a través de vuestra evolución social
y vuestro crecimiento biológico.
Cuando veo álbumes antiguos
de mis viej@s,
siento que son momentos
que no me pertenecen
pero que la mismo tiempo,
de alguna manera,
son los que me han hecho ser,
los que me han construido
tal y como soy.

Así que no sé
si os pasará lo mismo que a mí.
Por lo pronto,
en mi mano está el relatar
y grabar digitalmente
aquellas sensaciones
que todavía no sois
capaces de expresar,
para que llegado el momento,
si llega,
tengáis las pistas suficientes
como para poder
explicar vuestra infancia.
La bendita infancia
de todo el acompañamiento
que os hemos podido brindar,
con todos sus desajustes
para que entendáis
que no somos perfectas,
pero con la convicción
de que nos hemos implicado
a más no poder.

Para mí ya habéis
hecho historia
desde el mismo momento
en que buscabais
vuestra forma final
en los úteros de vuestras madres.
Una vez fuera,
tras haber experimentado
el suceso más traumático
de vuestras vidas,
solo os puedo decir,
que habéis nacido para vencer.

_A la Generación del 22_

domingo, 1 de enero de 2023

Pase usted, 2023

Dejen salir
para poder entrar;
con que entendamos
esta premisa, me conformo.
He tenido la sensación,
que tras pasar de año,
han salido bastantes gilipollas
a tirar petardos.
Es de las primeras cosas
que he pensado en 2023,
esperando que no sea
la tónica de todo lo
que nos viene.

¡Feliz Año Nuevo
en todo caso!
Ayer, Antonio,
el sobrino de Xu,
que es el dueño
de la tienda de alimentación
y objetos
donde solemos ir
a comprar el pan,
me dijo que en el
Nuevo Año Chino
celebrarán al Conejo.
Junior,
el papá de Jorge,
un buen amigo de Enzo,
me enseñó,
sin decírmelo directamente,
que decir 'voy al chino'
tiene connotaciones racistas.
Y tiene razón,
ahora tengo el cuidado
de denominar a las cosas
con otras palabras.

Estas son las primeras
personas que he querido
nombrar en 2023
con el ánimo de ser justo
con ellas y con las palabras.
'Entrar con el pie derecho',
gritaron ayer
mientras nos comíamos las uvas.
Y resulta que la expresión
tiene un origen eclesiástico,
lo he buscado.
El sacerdote,
para dar inicio a su homilía,
subía al altar 
con el pie derecho
para hacerlo positivamente.
También,
para entrar al Paraíso se debe
acceder por el camino de la derecha.
De ahí,
que se diga,
que te has levantado
con el pie izquierdo
cuando queremos referirnos
a que algo no va bien.

Desmontando la expresión
por ser un bulo supersticioso,
recomiendo levantar
el puño derecho
bien apretado,
para arraigarnos
al comunismo y socialismo
que tanto necesitamos.
Esta es la manera
que he escogido
para entrar el 2023,
una vez más,
con el punto de mira
puesto en los detalles pequeños
y en el análisis de las cosas
a las que no solemos
dar importancia.

Da igual lo que esperases 
de este texto
porque el enfoque genuino
solo se lo puedo dar yo
por ser su único autor.
Esta vez te lo explico
sin metáforas
para que 
desde el día uno,
tengas más facilidades
a la hora de comprenderme
si es que quieres
depositar esfuerzos en ello.
Porque para mí,
se trata de esto continuamente.
De darle la importancia
que se merecen a quien
tienes enfrente, a tu lado,
o por detrás.

Por eso es tan importante
lo de dejar salir antes de entrar,
por educación,
por colaboración,
por solidaridad,
por el gusto de las cosas bien hechas
y por la empatía,
la actitud comunitaria
que sigue siendo
nuestra asignatura pendiente
en la cotidianeidad de la rutina.

Antonio, Xu,
Junior, Jorge,
mi hijo,
son las cinco primeras personas
que quería significar
en este nuevo año,
por parecerme buenas personas
y referentes elementales
de los caminos 
que quiero transitar.
El propósito de tenerles en cuenta
y "utilizarles"
para explicar
algunas cuestiones sociales
que me preocupan,
ha sido el primer paso
que he querido dar
rumbo a lo que 
voy a estar buscando
sin descanso
durante todo el 2023.

Espero haberme explicado
lo suficientemente bien
como para que me quieras
acompañar en estos términos.
Así estreno el blog,
así me estreno yo
y así estreno
este prometedor 2023.
Pase usted.

_Al 2023_