miércoles, 13 de julio de 2022

Despedida por Putin

La invasión a Ucrania
sirve para todo
menos para subir el sueldo
de las trabajadoras.
Otra vez, las mismas de siempre,
se harán cargo
y sufrirán las consecuencias
políticas, económicas,
climáticas y sociales.

Un bufete de abogados
fascistoide
que invierte
en el sector educativo
privado y elitista
en la calle Castelló,
se ve obligado a cerrar
su academia para ricos,
porque el precio del cereal
es inasumible,
porque el gas está insoportable
y porque los viejos comunistas
la han vuelto a joder.

Claro, despido procedente,
pero te arreglo lo de la lactancia
y te apaño lo de los 33
días por año trabajado.
Gracias hombre,
no tenias porqué.
Tú me firmas
no conforme
y luego nos comemos
las pollitas ¿vale?
Es que el capital extranjero
ya no pone pasta
y encima los que saltan
la valla quieren
hacer la nueva Yihad.
Las cosas no están
como para tirar cohetes.
Esto es como
lo de los audios de Villarejo:
todo el mundo sabe que mienten
pero aquí nadie mueve un dedo.
Lampedusa.

Esta mierda de introducción
solo me vale para desahogar
un poco toda la mierda
que nos echan encima.
No seré yo quien diga
"que tod@s son iguales",
la equidistancia
nunca fue conmigo.
Yo solo soy 
un daño colateral
de quien ha recibido
el impacto de bala
que no viene precisamente
desde el Dombáss.

Sin curro
ni posibilidades
de emancipación económica.
Su contrato era fijo,
aunque hoy en día
la palabra "fijo"
suene a chiste mal contado,
y eso se lo debemos a la 
reforma laboral.
Cierta estabilidad
que le permitía ampliar
su horquilla de deseos y planes.
Un sueldo medianamente digno
porque hemos normalizado
que superar los 1000 pavos
es digno.
Y un horario
que poco tiene
de conciliador
para con sus dos hijos,
de 12.00 a 20.00,
que cubre las necesidades
y demandas de su empresa
pero no la de sus cachorr@s.

Es verdad,
y esto hay que reconocerlo,
que se sentía valorada
y reconocida
en mucho de los sentidos.
La flexibilidad que se le ofrecía
dentro de un marco restrictivo,
no era como para darles un premio,
pero empatía tenían.
Y acompañaban
medianamente bien
tanto los imprevistos
dramáticos 
como las urgencias leves.
Pero en ningún caso
la buena voluntad
les alejaba de lo que son,
una empresa con ánimo de lucro
que no le ha temblado el pulso
a la hora de despedir a toda su plantilla.

El caso,
y poniendo el foco
en la protagonista,
aquí estamos,
deseando coger las vacaciones
para disfrutar de ellas,
y en septiembre,
Dios dirá.
Metida de llena
en una nueva crianza
que nada tiene que ver
con la primera,
ahora le tocar compaginar
su empuje y cariño
con otra de las decepciones
de su vida.
No tenemos la costumbre
y el estilo
de instalarnos en la queja,
así que desde el siguiente día,
nos pusimos a escribir
una nueva obra de teatro.

Llevará tiempo, incertidumbres
y miedos,
pero como siempre,
sacaremos rédito
sin aprovecharnos
de nada ni de nadie.
Sin prisa pero con buena letra,
para que todo el mundo lo entienda,
y con transparencia para que nadie
se vea obligado a agarrarse
a un clavo ardiendo.
Cuando estés lista,
tendrás que tener en cuenta
la otra cara de la moneda,
porque la hay
y vas a utilizarla en favor 
de todo lo que te quita
cualquier trabajo.

Hasta entonces,
hasta que recuperes
o encuentres
aquello que realmente buscas,
sistematiza tu tiempo
en lo que mayor salud
te reporte.
No es un punto y aparte,
es un tramo que se incluye
dentro de un paréntesis
antes de la coma
que te permite coger aire
para seguir completando la frase.

Por lo pronto y hasta diciembre,
viviremos una nueva luna de miel
dónde nuestras Highlands
pasarán por acompañar
a nuestr@s hij@s
en sus procesos,
en sus descubrimientos,
en sus enfermedades
y en sus pesares.
Y estaremos juntas
como lo llevamos estando
desde la adolescencia.
Recuerda que desde la ventana
de La Mariana,
a doscientos metros,
se ve El Valle
donde nos conocimos
e hicimos historia.
Sólo que esta vez
no tendremos que falsificar
la firma de nuestr@s pamadres
para estar a solas
un rato por la mañana.

Escribiremos un cuento
y un par de canciones,
haremos la comida en delantal,
bailaremos en el salón
mientras nos miran
nuestros animales,
haremos el amor
en braille
las veces que nos apetezcan,
dibujaremos las paredes 
y recorreremos en bici
el techo de la cocina.
Y por la tarde,
ay por la tarde,
haremos fiesta en la biblioteca,
seremos ornamento de las plazas
y tendremos una lujosa
colección de parques.

No celebro nada
ni le resto importancia al asunto,
ni siquiera abogaré
por verle solo
los aspectos positivos
porque sería mentira.
Pero tenemos lo que tenemo
y somos lo que somos,
también somos l@s que somos.
Así que de ahí pa'lante,
armadas hasta los dientes,
juntas, combatientes, inconformistas
y con nuestras hijas.

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