Tierra y agua
desechas
que no se
sostienen
por sí solas.
La génesis del Edén
de serpientes,
manzanas
y piedras.
Líderes idolatrados
para suplir
nuestras carencias
de referentes.
Así de simples,
a veces,
somos.
Ídolos de barro
como grupos
de pertenencia
que excluyen
a otras minorías.
Con lenguaje
nivel usuario
para parecer
más cercano
y discursos
del odio
que justifican
las posiciones
más perversas.
Ídolos que seguimos
toda la vida
hasta que se van,
o se mueren,
y dejamos
de seguirlos
demostrando
que tampoco
era para tanto.
El peligro
del sectarismo
y las orejeras
en los ojos.
Ídolos de barro
que no son
más que papel
mojado
y palabras
llevadas
por el viento,
cartón reciclado
mil y una veces,
desierto árido
sin agua.
Por supuesto
la palabra
"ídola"
no está registrada
en la R.A.E.
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