sábado, 29 de febrero de 2020

Abrir una Escuela

Mi ocupación
en los últimos 
meses ha sido
la de abrir
la Escuela.
Los celadores
de la pública
de gestión indirecta;
una gestión bien
entendida.

Abrir dos puertas
y meter
un código;
el único
PIN parental
en el que creemos,
la alarma.
Encender las luces
para iluminar
los pasillos
y los restos
del día anterior.
Preparar
minuciosamente
los materiales
de la jornada
y ponerse
en el lugar
de pistoletazo
de salida
para dar la
bienvenida
y acoger
debidamente.

Antes,
un café
y un piti
y por supuesto
no llegar
nunca tarde.

Acoger
debidamente
a l@s mayores
perjudicad@s
de un horario
a la fuerza
exigido
por la flexibilidad
laboral,
que es justo
lo contrario
a la conciliación
familiar.
Ir viendo
cómo se llena
y se transforma
el ambiente
hasta convertirse
en una suerte
de hogar
que supla
nuestras carencias.

Por tanto,
para abrir
debidamente
una Escuela
ha que hacerlo bien,
sin rodeos
ni excusas,
y sin diferencia
alguna de lo
que nos ocupa.
Esto no es
difamación,
es mi punto de vista
legítimo
en verso libre,
sin técnicas
ni remilgos.
Me atengo a
las consecuencias
reales y mágicas
porque ninguna
empresa me va
a callar la boca.

No es activismo
digital,
es la prueba
escrita
de cómo 
te voy a combatir
¿Te doy pistas?

jueves, 27 de febrero de 2020

Dormir en el hombro

Cuando estás
apunto del colapso
y te da igual dónde.
Cuando no puedes más
y te dejas azaroso
llevar por el
soplo del viento.
Cuando dormir
no es una opción
pero se convierte
en algo inequívoco.
Cuando no encuentras
consuelo pero una
palmadita en la espalda
lo cura todo.
Cuando sufres
las consecuencias
de una noche a la deriva.
Cuando necesitas
que te cojan
y siempre ha alguien
para hacerlo.
Cuando encaja
a la perfección
como la última
pieza del puzzle.
Cuando músculos
y huesos
hacen las veces
de arrugas
en la sábana.
Cuando no importan
las superficies.
Cuando cierras los ojos
de lágrimas en fuga,
apoyas la cabeza
con el pelo sudado,
temperatura ecuatorial
y te duermes en apenas
segundos
tumbado
sobre el hombro,
significa
que somos capaces de todo.

domingo, 23 de febrero de 2020

El día en que naciste pero al revés

Hoy cumplo 32.
Si le sumo 32
me da el resultado
de Nintendo 64,
la consola 
que tuve
de pequeño.
Quizá,
por esta nostalgia,
cada vez que voy
al centro comercial
me meto en la tienda
de videojuegos
con el ánimo
de comprar
una consola
que luego no compro
porque sé
que no la voy 
a utilizar.
A lo mejor
cuando crezca
mi hijo.

Como ya ocurrió
el año pasado
y no me baso en costumbres
sino en matemáticas,
no solo yo cumplo años,
sino que él cumple meses,
catorce.
La nueva idea
de delegar algo propio
hacia algo más
importante.

Esta vez
cae en Domingo
y tendremos
una fiesta íntima
sin nadie
que no quiera
que esté.
Porque estamos
para eso,
para decir la verdad
sin medias tintas
ahora que nos
hacemos mayores.

Cumplo los días
en que naciste
pero al revés
y por suerte
no soplaré
nunca más una vela
sin que estés presente.
No espero nada
más que un soporte nuevo
para seguir escribiéndote
a ti y a ella,
porque no se me olvida
que querer a Mamá
es tan importante
como quererte a ti.

Sigo sumando ideas,
conceptos y conciertos.
Disfruto de mi trabajo
y puedo decir
que añado más gente
a mi vida
de la que quito.
Pero esto son solo
cosas secundarias
que me ayudan
a complementar
el acompañamiento
que te mereces.
No hay dios
ni progresismo
por encima tuya;
ni siquiera
un poeta escribió
tan bonito
como te miro
yo a ti.
De lo que no estás por encima
es de la humildad,
el compromiso,
la justa lucha 
y el feminismo:
QUE TE LEGUEN PRONTO.
Y que las extremas derechas
digan que adoctrinamos
que les espero
con la mano abierta
para el guantazo
y con el puño cerrado
por su significado.

Otro Domingo
que no iremos a misas,
que nos levantamos 
tan temprano
como podemos,
desayunamos
pan con tomate
y nos perseguiremos
al pilla pilla
hasta la saciedad.
Ese es mi plan.
Esta es mi actitud.
Esos serán los hechos.
Quizá alguna frase
en el espejo del baño
con pintalabios
para ir acumulando
recuerdos
imborrables
con el paso del tiempo.

Y por supuesto
este texto
para que cuando
necesite echar
la vista atrás
sepa inmediatamente
de dónde vengo
y por qué soy así.

_A mis 32,
pero sobretodo
a tus 14_

domingo, 16 de febrero de 2020

Arena en los zapatos

Arena en los zapatos
no significa más
que un máster
en parques.
Recuerdos
del día anterior
sacudidos en
una papelera
cualquiera.
La memoria
de una tarde épica
de encuentros,
tesoros
y meriendas.
Un pasado
de altura
y pendiente
pronunciada.
El balanceo
con las manos
fuertemente agarradas.
Ir y venir
mientras
se llenan los zapatos
de un peso emocionante.
Incómodo
al andar si,
pero perfectamente
orquestado
con el crujir
de las hojas.
Edades de todos los tipos
y tamaños.
Y acompañamientos
más vinculados
o en su defecto
más dispersos.
También la risa.
La risa con chinas
entre los dedos.
La aventura
de las rodillas magulladas.
La diversión
de los churretes en la cara.
Agujeros en los calcetines
por donde se cuela
algún conflicto.
Y capuchas en sus sitio
para que no nos 
piten los oídos
por un sol en huida.
El ruido de los coches
desvirtúa
un pequeño oasis
en medio de la urbe
y la mierda de los parques
sacan a la luz
las vergüenzas
de los adultos.

Cuando la arena rebosa
nos marca la hora
de la partida.
Recogemos los objetos
y el corazón
para llevárnoslos 
a otra parte
y caminamos extasiadas
a casa sabiendo
que hemos vuelto a vencer.

Como dije al principio,
cuando sacudimos
la arena de los zapatos
en una papelera cualquiera,
nos vienen a la mente
todas las tardes
de parques y victorias.

El parque a las 16.25

Solemos ir al
segundo parque
más cercano
de casa.
Cuando llegamos,
épico y solitario,
parece que nos
estuviera esperando,
pero hoy no quiero
hablar de eso.

A eso de las 16.25
empiezan a llegar
hordas de niños y niñas
en su gran mayoría
de uniforme diocesano.
Mientras el parque
se llena de contenido,
su perímetro
se arma hasta los dientes
de adultos y adultas
que sujetan 
mochilas y abrigos.
Y meriendas 
que van y vienen;
y mordidas
que vienen y van.
Mientras l@s mayores
tiran sus pitis
en el foso,
l@s pequeñ@s
se olvidan
sus envoltorios
de bollería industrial
en el arenero.
De tal palo tal astilla
que dirían.

Claro,
entender el parque
como un parking
donde guardar tu coche,
es entenderlo
como un espacio público
del que se encargan
o mantienen
entes celestiales
para que yo me despreocupe.
Solo nos faltaba eso,
cámaras de seguridad
y animadoras socioculturales.

- Pero solo 10 minutos
que nos tenemos que ir
a la extraescolar-.
Ni que l@s niñ@s
entendieran de minutos,
gilipollas.
El típico desenfreno
después de ocho horas
de clase
para luego volver
a una actividad
no reglada
de muchos euros al mes.

El parque como
campo de batalla
con espectadores
despistados alrededor.
Aunque la contraposición
sería el circo romano
donde el pueblo
pide sangre
en el albero.
¿Sabíais que los parque urbanos
se rigen por una normativa
de requisitos europea?
Nadie lo sabe;
a nadie le importa.

Un tipo de juego
sin una supervisión
atenta a todo
lo que tienen 
que expresar,
a todo lo que tienen
que enseñarnos.
Si no hubieran
columpios
nos molestarían menos.
Eso si,
cuando nos ponemos
manos a la obra
no hay quien
deje hacer,
por lo tanto
no les dejamos empezar
y por consiguiente,
terminar.

Hasta que pueda
y hasta donde sepa,
estaré a tu altura
de las circunstancias
que me reclamen
y con la mirada
que te mereces.

sábado, 15 de febrero de 2020

Basado en hechos reales

Este Sábado
nos basamos en hechos reales.
Son hechos y personas
anacrónicas,
tan del pasado
como presentes
están ahora.
Son l@s más antigu@s.

Mi hermano
de sangre;
mi hermano
del cole;
mi hermana
de vida.

Otra vez seremos
Reinosa sin lluvia.
Juntas de nuevo
en la presentación
del disco para remover
estómagos y corazones.

Tendremos que esperar
al segundo o tercer
concierto
para aprendérnoslas,
pero tenemos
toda la vida
para seguir cantando.

Siempre decimos
que no será una noche más
y brindamos
con vasos imaginarios
que salpican al chocar.
Bailaremos con el blues,
enmudeceremos con la balada
y explotaremos con la canción
más emocionante que compuso
a los dieciocho años.

Yo he perdido la cuenta,
pero mis llevadas
sois vosotr@s.


_Por el concierto de presentación del disco
 "Basado en hechos reales" de Rulo Y La Contrabanda 
en La Riviera el 15 de Febrero del 2020.
A Juanpe, Álvarito y Noe_

viernes, 14 de febrero de 2020

Medir la altura con cajones

Podemos decir
que medimos
la altura
de nuestro hijo
a través 
de los cajones
que podemos abrir.

Pasamos 
de enfermer@s 
prepotentes
de los 90,
de los jueces
pecaminosos
y de la gente
impertinente
en general.

Sabemos
con certeza
que crece
porque el cajón
de los cubiertos
ya no puede 
abrirse
si está
jugando debajo
con latas,
botes
e hidratos de carbono
que esparcir.

El frío del suelo
de la cocina
no es un impedimento.
Las esquinas
nunca fueron
enemigas.
Y el pienso
de los animales
es su aperitivo
favorito.

Crece en estatura,
barriga y risa.
En sueño no.
Pero en sueños si.

Un mobiliario
de emociones
que cada día
son descubiertos
con el afán
de aprender
algo nuevo.
como quien
tiene sexo
la primera vez
con permiso,
respeto
y admiración
por el otr@.
Si antes eras
el contenido
de los cajones,
ahora eres
el continente
que los utiliza
como escalón.
Así,
con un
razonamiento
científico
de evolución,
corrector
de las desigualdades.

jueves, 13 de febrero de 2020

¿Cómo te puedo ayudar?

Hacer esta pregunta
implica cierta
distancia.
Una distancia
de respeto
al espacio,
al tiempo
y al suceso.
Alejados del
protagonismo;
cautela y espera.
No hace falta
responder a nada.
No tenemos
por qué contestar
a todo.
Escuchar y mirar.
Hacerles saber
que estamos ahí.
Sin más.
Sin esperar
nuestro momento
porque no es
nuestro momento.
Poner en juego
los cinco sentidos
y demostrar
que te importa
aunque no quepa
la intervención.
La mediación
es cosa de
profesionales.
Relajarnos y no
buscar soluciones
en ti.
Solo esperar
que seamos
el adecuado conducto
para que ventilen.
Sin intereses
ni prejuicios.
Desnudos 
contenedores
de restos al caer.
Destinatarios
de una preocupación
que necesita se
acompañada
o al menos conocida
para intentar
reducir los daños.
No es psicología
social, es amistad,
así que
¿cómo te puedo ayudar?

miércoles, 12 de febrero de 2020

El ombligo del mundo

El ombligo del mundo
no deja de ser
un cicatriz fría,
posesiva y oscura.
Tierra de nadie
pestilente
y generalmente
poderosa
pese a sus
delirios de grandeza.

No necesariamente
tiene que relacionarse
con la prepotencia
pero sí
intrínsecamente
tiene que ver
con la individualidad
y el egoísmo.
Si vamos "de cara"
y nos caemos mal,
perfecto,
nos la cruzamos
y ya está.
Pero si vamos
"de ombligo"
la transparencia
se opaca
y las intenciones
se confunden.
Aquí mal.

Ser un abanderado
no te hace ser
un vanguardista.
Del mismo modo
que solo hablar
de ti mismo
no hace que
desaparezcamos
el resto.

Es verdad
que tenemos
muchas cosas
en las que pensar,
y que los ritmos
son frenéticos,
pero eso no 
te da prioridad
para no mirar
por donde andas.

Una vez que
se desprende
el cordón
del ombligo,
se hace presente
la corrupción.
Del mismo modo
que al nacer
los pulmones
se nos abren
como una hostia
bien dada,
luego,
durante
el transcurso
de la vida,
tapamos el ombligo
para ocultar
nuestras debilidades.

martes, 11 de febrero de 2020

Puto nazi

No estuve presente,
pero pude sentir
el revuelo
entre los dos barrios.
Una grada antifascista
llamando a las cosas
por su nombre;
y a las personas también:
"Zozulia puto nazi".

Suspensión del partido
sin precedentes
y polémica al canto
para las siguientes semanas.
Ya lo dijo Rajoy:
"Un vaso es un vaso
y un plato es un plato".
Por esa regla de tres
un nazi será siempre un nazi.
No debería ser
ofensa decirlo,
sino que debería ofendernos
que siga habiendo nazis.
Bien, pues demostrado queda
que no solo nos ofende
sino que además
otros equipos,
medios de comunicación
e ilegítimos cuñados
le defienden
por las molestias recibidas.

Por lo tanto
y no es de extrañar
viendo como el pastor
redirige a su rebaño a palos,
las actitudes racistas
no son penalizadas;
los gritos homofóbicos tampoco.
Y por supuesto
el machismo con olor a cerveza
mucho menos.

Campos de fútbol
llenos de testoterona
y pollas bravas.
El circo de los horrores.
Un lugar que hoy día
no debería ser apto para niñ@s.

Antes los nazis
solo se declaraban nazis
en sus casas.
Ahora son ídolos
en campos de fútbol
y van a discutir
las leyes del Congreso
a las que habrá que atenerse.
Mucho miedito, si,
pero lo primero
para combatirles
es llamarles por su nombre.
Llamarle nazi al nazi
no debería ser noticia
ni tener mayor repercusión
de la que tiene llamar
pájaro al pájaro.

Ahora bien,
la crítica más feroz va
para la grada antifascista
por cantar al término
de cada partido la canción de 
"Soy capitán":

"Soy capitán,
soy capitán,
de un barco inglés (bis)
y en cada puerto tengo una mujer.
La rubia es (bis)
fenomenal (bis)
y la morena tampoco está mal.
Si alguna vez (bis)
me he de casar (bis)
me casaré con la que me guste más."

¿Llamar machista al machista?
También.
Sin excepciones.
Toca revisarnos.

lunes, 10 de febrero de 2020

A tu habitación

No es punitivo.
Ni siquiera es una orden.
Solo es un paso más
en tu largo caminar.

Tu habitación
como algo propio
de aquí hasta
que te marches
a otras habitaciones.
Con un año
recién cumplido
ese es parte
de tu patrimonio.
Es raro tener
que atravesar
un salón helado
para llegarte.
Nos da pena
por lo chiquito
que eres.
Duele,
surgen dudas
como si nos 
quitaran
una parte
del cuerpo.
Pero allí,
en tu habitación,
tienes planetas
y un astronauta
que te observan,
un gato
que te calienta
los pies
y unas fotos
que te recuerdan
de donde vienes.

Seguimos durmiendo
mal y poco todas
y todas 
las noches.
Mucho esfuerzo
que parece 
en vano.
Poco descanso
que se desgasta 
a primera hora.
Monstruos
a ciertas horas
de la madrugada.

Llantos,
gritos
y malos pensamientos.
Sería ruin
no reconocerlo.
Pero lo conseguiremos.
Nos lo decimos
siempre
antes del cuento.
Sin dramas.
Sin prisas.
Tarda lo que quieras,
esta es nuestra crianza.
Somos adultas
consecuentes
y laicas.
Exentas de culpa.
Con fe ciega
en nuestra
voluntad
de avanzar.

No somos
mejores,
solo somos
nosotras,
y eso
nos debería bastar.

A tu habitación cachorro.

domingo, 9 de febrero de 2020

Ídolos de barro

Tierra y agua
desechas
que no se 
sostienen
por sí solas.
La génesis del Edén
de serpientes,
manzanas
y piedras.

Líderes idolatrados
para suplir
nuestras carencias
de referentes.
Así de simples,
a veces,
somos.
Ídolos de barro
como grupos
de pertenencia
que excluyen
a otras minorías.
Con lenguaje
nivel usuario
para parecer
más cercano
y discursos
del odio
que justifican
las posiciones
más perversas.

Ídolos que seguimos
toda la vida
hasta que se van,
o se mueren,
y dejamos
de seguirlos
demostrando
que tampoco
era para tanto.
El peligro
del sectarismo
y las orejeras
en los ojos.

Ídolos de barro
que no son
más que papel
mojado
y palabras
llevadas
por el viento,
cartón reciclado
mil y una veces,
desierto árido
sin agua.

Por supuesto
la palabra 
"ídola"
no está registrada
en la R.A.E.

sábado, 8 de febrero de 2020

Criminales

Vuelves a casa
un Viernes
del trabajo.
Desconectas
las alertas
y las defensas
te bajan.
Solo esperas
cosas bonitas.
Vas en la Renfe
y enfrente
se sienta 
una chica
que no se quita
el abrigo
ni el gorro.
Y cuando
menos lo esperas
ocurre.
Suena su móvil.
Lo coge.
Descuelga.
Transcribo:

- [...]
- Hola, si, volviendo a casa.
- [...]
- No. Este finde libro. Los dos días. Sábado y Domingo.
- [...]
- ¿Por qué?
- [...]
- No, no, no. Espera, eso no es así.
- [...] [...] [...]
- Mira Miguel, esta semana estuve dos días de baja por salud. No me tenéis que quitar un día libre. He estado mala.
- [...] [...] [...]
- Que no, vamos a ver. Que he estado mala, no me he quedado en casa porque me haya dado la gana. Además ya presenté el justificante.
- [...]

SUBE EL TONO

- Que no Miguel, que no. Yo he faltado dos días al trabajo por motivos de salud. La seguridad social me lo cubre y ganaré menos dinero esos días, lo asumo. Pero eso no quiere decir
que podáis mover mis días libres porque os haga falta gente. Ese no es mi problema. No es mi problema.
- [...] [...] [...]
- Que no me puedes hacer esto. Que no voy a perder mis días libres por haber faltado por enfermedad ¿Por qué no lo quieres entender? Llevo razón.
- [...] [...] [...]

A ESTAS ALTURAS EL VAGÓN SE ESTÁ ENTERANDO DE TODA LA CONVERSACIÓN.

- Pues si eres un mandao y sabes que no está bien no lo hagas Miguel. Es ilegal. No me hagas el lío. Esto no es así.
- [...] [...] [...]
- Pues ya está, que no. Si eres un mandao dile a Gema que me llame y me lo diga ella. Dale mi número, le voy a decir lo mismo.
- [...]
- No, no. Dile a Gema que me llame. Estoy en mi derecho joder. Solo estuve mala. No me tenéis que quitar los días libres. No podéis.
- [...] [...] [...]
- Que le digas a Gema que me llame y ya está. No te lo voy a repetir. Me pertenece el fin de semana libre. No voy a ir a trabajar. Apáñatelas como quieras Miguel.
- [...]
- Aunque seas un mandao no puedes hacerme esto. No voy a hablar más contigo. Adiós.

CUELGA. TODO EL VAGÓN NOS SENTÍAMOS COMPAÑERAS. NUESTRAS MIRADAS CÓMPLICES LO DECÍAN.

La víctima me mira y me dice:
- Dime que llevo razón por favor.
- La llevas. Y si legalmente no fuera así, debería serlo- contesto angustiado.

Sonreímos con miedo.

Cuando bajo del vagón,
con la mandíbula
muy apretada,
de mi boca sale
solo una palabra
como un suspiro
que se pierde:
(((CRIMINALES)))