no levantamos
cabeza.
¿Causalidad o
casualidad?
da lo mismo
el caso es que
nos acordamos.
Las ampollas,
la fiebre,
el contagio
por la ausencia
del debido respeto.
Todavía no va al cole.
Nunca ha ido
a la guardería.
Va a una
santa,
bendita,
puta
ESCUELA;
adjetivarlo
como queráis
pero a las cosas
por su nombre
para evitar
confusiones.
¿La crianza?
Si, lo más bonito
que existe
pero eso
no rebaja
la crudeza
de su dureza.
Y eso no significa
que lo lleve mal,
todo lo contrario,
solo significa
que ahora sé
cuál es mi sitio.
Que nadie me juzgue
porque me lo como
con patatas.
Hablar de tantas cosas
y que lo resuma
un solo título
es casi imposible.
Porque claro,
no tengo
la emoción buenista
de Roy Galán,
ni el rigor democrático
de Antonio Maestre,
solo ofrezco
lo que tengo
como Edu Vacas.
¿La conciliación?
Trampas continuas.
¿La organización?
Un puzzle de 100 piezas.
¿El sentimiento de culpa?
Una herencia cultural.
Ni olvido
ni perdón.
Venganza
sin rencor
¿Es posible?
Perder el apetito,
dormir a trompicones,
necesitar el piel con piel
más que nunca.
Cuando construyes
el castillo de naipes
y te falla la carta
que ye hace
empezar de cero.
Cansancio,
impaciencia,
pagan justos
por pecadores
¡No! no es justo,
cabrones.
Los virus,
los miedos.
los límites.
No te aguanto Galán;
vete a comer
magdalenas
con Carmena.
Me quedo
con el implacable
Maestre
desenterrando
criminales.
_A mi Yaya,
a mi hijo,
a los putos virus,
al Tito y a la Abuela,
a mi mejor compañera...Noelia_
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