En la soledad de la noche,
cuando me voy el
primero a dormir
y tú
apareces a las tantas sin avisar
ocurre que,
sin hacerme el dormido
y completamente inconsciente,
he usurpado tu lado
de la cama
por golpe de estado;
tú, tan buena
y democrática,
te conformas
con mi lado,
pero mientras sueño,
intento quedarme
con la plenitud del espacio,
así que te invado el cuerpo,
cargas con mi peso,
y te ríes;
Sonríes silenciosa.
Intentas zafarte de mi
pero no puedes...
...en realidad no quieres.
Me golpeas como
se acaricia a las flores
pero yo sigo en
otro mundo
soñándote.
Tu paciencia no desespera;
entras en el juego antes
de caer rendida.
Es nuestro último
revolcón del día,
el primero de la noche.
Una fiesta en la que
ninguno de l@s dos
estamos sobri@s.
Las estrellas titilan
mientras dos cuerpos
se creen únicos
en el arte de las cosquillas
en la inmensidad del barrio.
Al día siguiente
me cuentas lo ocurrido
y me arrepiento
de no haber podido
hacerme el dormido
para en lugar
de haberlo olvidado,
HABERLO SENTIDO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario