- Cuando sea mayor, sólo voy a ir de manga corta-.
Y me acordé de mi
y me recordé en él;
con el mismo calor
de siempre y las
mismas ganas constantes:
las de los deseos
por cumplir
cuando uno
se hace mayor
y decide por
si mismo;
las de darse cuenta
que aquello que
esperabas de pequeño,
se desvanece en el
olvido de adulto,
porque si se mantiene
la promesa de
llevar manga corta
mientras se cumplen años,
el acto se convierte
en revolucionario
por haber admitido
y respetado la
necesidad imperiosa
que nace del niño.
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