domingo, 4 de agosto de 2024

Theo

No es lo mismo
llevar 20 años
debajo de un puente
que tener 20 años
y estar en situación de calle,
pero asusta por igual.
Saltar la valla
significa lo mismo
que colarte por el muro
para dormir tranquilo.
Tus errores 
nunca deberían 
dejarte en la calle,
tan desprovisto 
como las estrellas 
que te arropan.

Los enseres en baúles 
mezclados con cubos y palas
que te recuerdan 
la buena infancia
que nunca tuviste.
Tu racismo,
su muerte.
Días sin comer 
y sudaderas en verano,
pero qué país.
Una enfermedad mental
que sobrevuela 
todos los hogares 
y la ausencia de ellos,
nadie debería sentir
miedo en las calles.

No es por caridad,
sino por justicia social,
que no se les olvide
a las buenas gentes
de intervención social 
y que nos sigan a acompañando 
para intentar sortear 
la potencialidad de ser usuari@s.
¿Acaso importa 
de dónde vengas
o de dónde seas 
para sentir la solidaridad
y el apoyo social?
Para mucha peña, sí,
por eso,
para esa peña,
piñas,
puñetazos en toda la boca.

Porque hay mucha peña
que procede de y desde
el cuñi,
un profundo cuñadismo 
que lo enrevesa todo,
que justifica el maltrato 
y que niega la ciencia 
atendiendo las más 
oscuras y viejas pasiones humanas.
Theo es murciano 
nacido en Rumanía 
y lo que más me sorprendió,
insisto,
fue su corta edad.
Con un discurso abrupto,
incoherente en ocasiones 
y seguramente al límite 
de algún trastorno bioecosocial,
su relato se diluía 
enseguida en el azul
de sus ojos
que bien podría ser
el cielo que tiene como techo.

No es el susto 
que nos llevamos todas
mientras calentábamos
nuestros cafés,
es el drama de su día a día,
el riesgo al que está expuesto 
y la violencia que recibe.
Es tremendo el seguir
viendo esto,
es incomprensible 
que un posdolescente,
o dicho de otra manera,
que un preadulto
se vea envuelto
entre cajas, mantas
y el no derecho a la higiene.

Dan igual las entrevistas
concertadas,
la tendencia, la dinámica
y sobre todo el estigma 
ya están ahí,
pegadas como una lapa 
haciendo de la supervivencia 
algo mucho más difícil.
Madrid debe de ser
una de las ciudades
más hostiles
con la diversidad,
con las situaciones
de vulnerabilidades 
y con las posibilidades de progeso.

Cuídate Theo,
sobrevive
y que encuentres
algo de calma
entre el asfalto,
los muros 
y el miedo a ser agredido.
Me resisto 
a normalizar 
tu situación 
y cualquiera que tenga que ver
con ser pobre
y por tanto,
no tener acceso
a derechos fundamentales.

En fin,
por mí,
cuélate las veces que quieras.

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